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Chávez resiste empantanarse en guerra civil colombiana
Humberto Márquez
(IPS)
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, reafirmó su postura de no inmiscuirse en guerra alguna en zonas vecinas, luego de que la muerte de seis compatriotas suyos a manos de irregulares cerca de la frontera colombiana impulsara a Bogotá a intentar sumarlo a su Plan Patriota de lucha contrainsurgente.
Pero Chávez, un ex comandante de paracaidistas, anunció en visita a
guarniciones cercanas a la frontera con Colombia y vestido de uniforme de
combate que comprará una flotilla de helicópteros rusos y otros equipos de armas
para la vigilancia fluvial y aérea de la zona limítrofe, a un costo de 40
millones de dólares.
La tensión bilateral escaló en el área después que un grupo armado de Colombia
emboscó a un equipo de exploración de la firma Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y
a sus custodios militares el 17 de este mes, cuando transitaban por La Charca,
un paraje rural ubicado a orillas del río Sarare y a unos 700 kilómetros al
sudoeste de Caracas, a muy cerca de la frontera entre ambos países.
En esas circunstancias fueron muertos un oficial, cuatro soldados y una
ingeniera de Pdvsa, mientras otras dos personas resultaron heridas de bala. Los
atacantes escaparon y hasta ahora no han sido identificados.
El ministro de Defensa de Colombia, Jorge Uribe, dijo que "el ejército tiene
información de inteligencia confiable en el sentido de que la cuadrilla 10 de
las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), la principal guerrilla
izquierdista del país, al mando de Jaime Cetrino, alias Arcesio, es responsable
de estos hechos".
Su par de Venezuela, general Jorge García, respondió a eso, sin embargo, que
"podrían haber sido paramilitares" de derecha colombianos. Empero, luego adoptó
la línea señalada por Chávez, el día 19, en el sentido de no descartar ninguna
hipótesis.
Con base en el incidente, "Colombia presiona a Chávez para que adopte el
Procedimiento Operativo Vigente (POV), un instrumento de cooperación militar
pactado entre Bogotá y Caracas en la década pasada para combatir a la guerrilla
izquierdista como enemigo común", afirmó a IPS el politólogo Alberto Garrido.
Según Garrido, autor de una docena de libros sobre Chávez y el conflicto
colombiano, el gobierno colombiano del derechista Alvaro Uribe aprovecha la
coyuntura para tratar de enfrentar a Caracas con la guerrilla, "después que
fracasó el Plan Colombia en derrotar al narcotráfico y se lo reemplazó por el
Plan Patriota, meramente contrainsurgente".
El diario bogotano El Tiempo sostuvo en un editorial que " los hechos de los
últimos días demuestran que la cooperación militar es indispensable, es decir,
el diseño y ejecución de planes coordinados, pero con tareas que cada uno de los
ejércitos ejecuta en su propio territorio", es decir, desempolvar el POV.
El ministro colombiano del Interior, Sabas Pretelt, reclamó por su parte "una
acción coordinada del gobierno colombiano y del venezolano, para combatir a esos
sinvergüenzas que causan daño en uno y otro país".
Para analistas como Garrido y Roberto Giusti, un periodista este último con más
de 20 años cubriendo temas de frontera, la acusación colombiana sobre las FARC
coloca a Chávez en el trance de justificar ante la Fuerza Armada venezolana, si
no la simpatía por la guerrilla, al menos sí su negativa a considerarla enemiga
o decidirse a combatirla.
Pero esa demanda de Bogotá se estrelló contra un muro en Caracas, comenzando por
el vicepresidente José Vicente Rangel, quien dijo el miércoles que "la frontera
venezolana es una frontera con el delito y no propiamente con el Estado
colombiano".
"Allí se refugia la delincuencia de todo tipo, no sólo fuerzas de los distintos
factores de la guerrilla colombiana, sino también paramilitares,
narcotraficantes y los delincuentes comunes. Es una de las fronteras más
difíciles", dijo Rangel.
A pesar de ese cuadro, "Venezuela ha cuidado con esmero la seguridad en la
frontera. Tenemos allí 20.000 efectivos de la Fuerza Armada, 180 centros de
seguridad y vigilancia y dos teatros de operaciones", subrayó Rangel.
Mientras en Bogotá, el presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del
Senado, Manuel Velásquez, destacó su rechazo contundente a "esas expresiones de
terrorismo verbal del vicepresidente venezolano, que buscan justificar su
laxitud ante la guerrilla, y exigimos respeto".
Chávez, hablando el miércoles a los militares en uno de esos teatros, no sólo se
desmarcó del pedido bogotano sino que atribuyó a Colombia y también a Estados
Unidos la responsabilidad por el violento conflicto y su desborde sobre
Venezuela.
"La culpa es de ellos (los colombianos). El Estado colombiano debe asumir su
responsabilidad. Es de allá que vienen los guerrilleros, los paramilitares (de
derecha), los sicarios y los narcotraficantes. Nosotros somos víctimas del
conflicto interno de Colombia.
Que no nos pongan ahora como los victimarios", reclamó el presidente venezolano.
Además, acusó a Estados Unidos, pues "quienes pretenden dominar al mundo y meter
sus narices en todas partes tienen también mucho que ver en el agravamiento de
este conflicto. Mientras aquí mismito se mantengan los soldados norteamericanos
incitando a la guerra, es inevitable que ese conflicto se nos venga encima",
dijo Chávez.
"En vez de mandar tropas y armas, se debe procurar la paz con la intermediación
de (la Organización de) las Naciones Unidas y la Organización de Estados
Americanos", añadió Chávez. En cuanto a Venezuela, " no hará alianza con ningún
grupo militar para hacer la guerra, sino para hacer la paz", aseguró.
Reiteró la línea de neutralidad que ha seguido desde que asumió el poder en
1999, pues "los actores del conflicto interno armado en Colombia sólo serán
enemigos de Venezuela si penetran en nuestro territorio, violando la soberanía".
En otro pasaje de su discurso en las guarniciones de frontera, Chávez dijo que,
"si la guerrilla colombiana entrega las armas, algún día se pacifica y se
convierte en un movimiento político, pues pudiéramos hacer alianzas".
Las fuentes consultadas por IPS recordaron que desde su " Conferencia de la
Montaña", en 1993, las FARC adoptaron como línea no efectuar acciones militares
en los países vecinos de Colombia, por lo que incluso discreparon con otra
guerrilla izquierdista y compatriota, el Ejército de Liberación Nacional, que sí
ha reivindicado acciones en Venezuela.
Si las FARC hubiesen atacado en La Charca habrían abandonado la línea adoptada
hace más de una década, lo cual hace dudar de su responsabilidad a los analistas
independientes, amén de que la acción tampoco es reivindicada en la página de
esa organización rebelde en Internet.
Más aún, luego que Chávez resultó victorioso en el referendo sobre su mandato
presidencial el pasado 15 de agosto, la FARC emitieron un comunicado de
felicitación al pueblo venezolano por ese triunfo y en entrevistas de prensa los
comandantes de la guerrilla expresan simpatía por la "revolución bolivariana" en
Venezuela. ( (FIN/2004)