Latinoamérica
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Pensando en la victoria del 31 de octubre
Hugo Cores
PVP-567 Frente Amplio Uruguay
La República
En plena campaña electoral, el poder presiona al pueblo, a quien está llamado a
decidir. Controla la información que se difunde y desbalancea la contraposición
de ideas. Los premios van para las voces y los ecos del pensamiento único por
más falsas o rutinarias que sean. Otro tratamiento tienen aquellos que piensan
en términos de justicia e igualdad de los ciudadanos ante la ley.
Una forma de presión son las microcampañas contra los dirigentes del FA que
levantan unos centímetros la cabeza por encima del parapeto constituido por las
frases genéricas y las invocaciones habituales.
Levantó cabeza: ¡fuego!
Al que desentona, patíbulo. Si alguien (Cancela, leskerOlOlesker, Carlos Viera)
dice pío sobre el programa del FA, ya sabemos que se prepara un pequeño
linchamiento mediático.
Ni hablar si alguien sostiene, por ejemplo, que es una vergüenza nacional la
lentitud del trámite que habilita la extradición de los militares acusados por
la Justicia chilena de haber participado en el asesinato de Eugenio Berríos en
el año 1993.
O de las responsabilidades de la Compañía de Contrainformaciones del
Ejército, situada por entonces en la sede del ex CGIOR, en la ex calle Dante
(todo es ex por ahí, menos las conspiraciones antidemocráticas) en los atentados
realizados a principios de la década del 90, durante el primer gobierno de
Sanguinetti, "el conductor de la transición en paz".
De lo que no se habla públicamente
En aquel momento se supo – y se supo hasta en lugares tan alejados de las
cuestiones de la seguridad pública como el Ministerio del Interior ejercido por
Juan Andrés Ramírez-, eso lo sé yo -de la boca del caballo’- que los
responsables de los atentados a bomba y bala, en 1991 y 1992, contra algún
diputado frenteamplista cargoso, revistaban en aquella unidad militar. Y también
circularon los nombres de los involucrados en aquel atentado terrorista de
derecha.
La misma unidad y los mismos individuos por los que, desde hace un tiempo, en
forma insistente, se interesa la justicia chilena. Y no precisamente para
agradecerles su cooperación con la ley o su denuedo humanitario, no. Y que
ahora un juez uruguayo accedió a extraditar y ya comenzaron descaradamente las
presiones para que ese acto de justicia se postergue indefinidamente.
Creo que los silencios son una forma de complicidad y por eso vale la pena
reiterar lo aprobado en el último Congreso del FA en el sentido que la
"impunidad ha sido un obstáculo para la democracia". Y que es necesario terminar
con el predominio de la Doctrina de la Seguridad Nacional que hoy prevalece en
los mandos del Ejército.
La democratización de los medios masivos
En su discurso del día 10 en la Terminal Goes, Tabaré puso el acento en la
necesidad de un tratamiento ecuánime para todos los partidos por parte de los
medios de comunicación. Todos tendríamos que solidarizarnos con esa demanda
sencilla y justa. Y hacerlo sin temor a exponernos a la veda informativa con que
los dueños de los canales castigan a los militantes políticos que los quieren
democratizar.
Conquistar la opinión pública, sobre todo si se pone el acento en desarrollar la
conciencia crítica del ciudadano, es una tarea ardua. Lleva tiempo y energía. Y
no se arregla con sólo con prosa didáctica, aunque esta (que algunos
frenteamplistas la tienen y de excepcional calidad), es muy importante en
determinadas instancias y debates.
Las tareas cotidianas de organización
Junto con la acción pedagógica marcha la acción política práctica, la que se
realiza con el conjunto de la ciudadanía. Lo que antes se llamaba una acción
política masiva, es decir la experiencia realizada en común por la izquierda en
el marco de una campaña cívica. ¿Cuánta experiencia valiosa nos dejó el
referéndum sobre Ancap. ? ¿Algo similar no ocurre con la campaña en defensa del
Agua y de la Vida?
Tabaré hablará con los propietarios de los medios de comunicación. Tendrá junto
a él el apoyo de todo el pensamiento democrático, el ejemplo de otros países de
instituciones democráticas más abiertas y maduras y el de todas las fuerzas
progresistas.
Pero es probable que los amos de los medios, ese núcleo conservador y cerrado,
que tiene fuertes lazos por el gobierno actual y con los centros del poder
económico, nieguen el derecho a una distribución equitativa entre los distintos
partidos del tiempo disponible para dirigirse al pueblo soberano.
¿A qué experiencia recurriremos? A la nuestra, por supuesto. A la de las
movilizaciones cívicas ejemplares de 1992 contra las privatizaciones de Lacalle
y la de ANCAP.
Es imprescindible fortalecer las redes de información alternativas, las que
podemos contribuir a desarrollar desde nuestra propia inserción social y
política. Y como soporte de esas redes, la vida política activa en todos los
ámbitos, empezando por la propia estructura de base de nuestro Frente Amplio.
Así se forjaron siempre nuestras victorias.
Lo que está en juego
Lo que está en juego el 31 de octubre, desde el punto de vista simbólico y desde
la realidad social, es más significativo, más dramático, más desgarrador para
ellos que para nosotros.
Si perdiéramos, sería un revés doloroso pero seguiríamos organizados y en lucha.
Y nos volveríamos a presentar a los plebiscitos, elecciones, huelgas, actos y
movilizaciones a las que siempre ha recurrido el pueblo.
Para ellos el hecho perder, es el temor a lo desconocido. El fin del
privilegio. Es la muerte de los ángeles protectores que desde el poder han
velado siempre por el bienestar y la seguridad de las familias de gran fortuna.
Por el sueño tranquilo de los ricos y poderosos.
Se acerca para ellos la hora en que ya no habrá amigos-cómplices en la
Corporación para el Desarrollo, ni amigos que "dejan correr" en las oficinas de
contralor del Banco Central, ni amigos que hacen la vista gorda al contrabando,
la evasión o la usura.
En la nueva Oficina de Planeamiento se va elaborar un presupuesto que no estará
pensado para "carnear" al patrimonio estatal y negociarlos con socios
extranjeros. No elaborará un presupuesto con el ojo puesto en la carrera de tal
o cual pariente o correligionario. Se hará pensando en el país. ¡Qué pesadilla,
cuántos quedarán huérfanos de padrino!
Todo me lleva a pensar que en la sociedad de clases pelea más y más
encarnizadamente el sector que defiende sus privilegios. Sobre todo un
privilegio que se detenta desde hace tanto tiempo que se vive como un legítimo
derecho, como algo de "sentido común".
El alerta democrático
Perder unos privilegios "realmente existentes", que vienen de los bisabuelos. O
de más atrás. Situaciones "normales", ¡vamos!, que papá y mamá cuidaron y que
con la ayuda de Batlle, Lacalle y Sanguinetti, acrecentaron, no es eso algo
trivial, a lo que se acceda así por así, sólo por un pronunciamiento democrático
de las urnas, no.
Por eso se lucha, encarnizadamente. Es bien posible que aún más encarnizadamente
que cuando desde abajo se reclama por un derecho que ha caído en desuso, que
sólo ha quedado en el papel, como el derecho al trabajo y a un salario digno, a
una salud pública abastecida y a una enseñanza ejemplar, semillero de
conciencias y de espíritu creativo, como hemos sabido tener otrora por estos
pagos.
Me temo que entre las "hipótesis de conflicto" los progresistas tenemos que
incluir la posibilidad que, fracasados los somníferos, ahogado el buen sentido
cultural y legalista de aceptar la derrota, los sueños y los desvelos de los que
sienten amenazados sus privilegios, los lleven a recrear (o reactivar) los
monstruos y los cucos con los que intentan confundir al pueblo.