Latinoamérica
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Mi México lindo y querido
Celia Hart
"¡La civilización en México no decae, sino que empieza!"
José Martí
Todos mis dorados otoños daría por haber participado en aquella misa del
padre Hidalgo el 16 de Septiembre de 1810. Nuca se tuvo más fe en Dios que en
aquel día. Aquel sacerdote brillante y culto, no fue una excepción de la regla:
El talento, la virtud y el compromiso se dieron la mano para saber querer más
que ningún otro hombre a México y a la Revolución. Estas dos palabras no
debieron jamás separarse (México y Revolución) Sí, porque es imposible que la
independencia de un pueblo se gane sin dosis elevada de revolución.
El siglo de las luces cayó en mis tierras americanas como música para la
libertad. Hidalgo ya era bastante viejo para la lucha, pero ¿quién dice que para
amar y construir se es demasiado viejo jamás? Con Allende y Abasolo y un grupo
de jóvenes valientes decidió que la Patria Mexicana tiene demasiado empeño para
no ser libre. Que ya en Francia se habían librado del Rey y de su cabeza y
México era de los mexicanos y no de España, que fue incapaz de liberarse de su
propio rey. Así nació aquella mañanita de septiembre el camino de la revolución
en el México irredento .
Si existe un país autóctono que logró mantener sus tradiciones, donde los
hombres guardan todavía aquellos recuerdos en la piel de cuando eran felices,
ese es México. Taciturno e inmenso como sus volcanes, México está a punto de
estallar.
Empezó desde el inicio a dar batalla en la misma conquista. Al llegar Cortés se
encontró una cuidad luz que no tenía nada que envidiarle a las bellas ciudades
europeas ni el valor de sus hombres a los soldados españoles.
El grito de Dolores le confirió la mayoría de edad a ese pueblo nuevo que no
necesitó ayuda de nadie para liberarse de una monarquía entupida y sórdida, sólo
procuró del valor de sus hombres y del amor de sus mujeres.
La historia de México es imprescindible para entender al mundo. Coexisten sin
detrimento las antiquísimas costumbres y el modernismo más audaz. El que haya
visitado esa cuidad misteriosa una sola vez la sigue necesitando para siempre.
En México el color es protagonista de todo, de las comidas, de los vestidos, del
lenguaje musical y de sus albures. Tengo la premonición que no logro explicar
bien, que cuando México despierte vamos a despertar todos. México es la Frontera
de Nuestra América con los Estados Unidos, frontera que el gobierno
norteamericano establece con una rudeza inconcebible. Por el solo hecho de robar
más de la mitad de su territorio deberían los Estados Unidos ser más tolerantes
con esa nación que levanta con sus manos y su sudor el País del Norte.
¡José Martí no se cansó de adorarlo! En una crónica sobre ese país decía entre
frases gloriosas y sentidas que "ya los mexicanos sabrían amar cuando
los europeos se desplomaban en las guerras" y "que ya hablaban de la Vía
Láctea como del camino al espíritu" y "ya decían que a diferencia
de lo que dijeron los hebreos, hombre y mujer nacieron juntos y no uno del barro
y la otra de un hueso". "El doblegamiento de la América prehispánica
fue robarle una página al Universo", sentenció
Y entonces, ahora ¿dónde está ese México libre y pasional que nos envuelve con
su incontenible espíritu de combate? No, esta vez no está en Los Pinos Está en
el alma de mestizos y en el rebozo sus mujeres. Porque México es un país de
revolución. Pertenece a la elite de pueblos revolucionarios. Con Francia, Haití,
Cuba Estados Unidos y otros pocos más. El actual gobierno mexicano le está
extirpando el aire a México con un servilismo a los yankees que ofende los
recuerdos sagrados de Don Benito y Don Lázaro que no se contuvieron hasta
devolver los tesoros a sus dueños auténticos.
Los últimos incidentes con Cuba, la ruptura de relaciones diplomáticas fue
protagonizada por cualquier otro, pero nunca por un auténtico mexicano. Fox
podrá andar a caballo en su rancho millonario, podrá ponerse sombrero de ala
ancha o podrá beber el inconfundible tequila, pero nunca será un mexicano.
México no toleró ser colonia, no toleró emperadores europeos, no toleró a los
dictadores. De igual manera México no tolerará el raquitismo gubernamental.
¡Esperad que los volcanes hablen! . Una sola chispa de lava encenderá ese país y
llenará de almas el temerario Zócalo. Y cuando ese día llegue América empezará a
ser libre.
Refiriéndose a los apuntes que un pintor norteamericano hiciese en un viaje por
México subrayó el Apóstol cubano: "No se paró a ver lo que México ha vencido
ni a medir el esfuerzo por los obstáculos que se le ponían, ni a calcular lo que
va a vencer con el empuje acumulado. No vio el trabajo titánico de sus hombres
nuevos para sacar los brazos con la libertad en salvo, por encima de las torres
de las iglesias; ni la fatiga heroica de la generación liberal que lleva a
cuestas el país resucitado, sin detenerse más que para apartar de sí las manos
que se asen desde la sombra a la chaqueta de cuero"
Desde siempre, los del Norte estuvieron confundidos con el gigante México que
elevará su vuelo para la resurrección de América.
Como cubana revolucionaria junto hoy las manos recordando la bandera del águila
vencedora y agradezco a ese pueblo por contener al mejor amigo de José Martí, al
cual le confió sus documentos invaluables. México dio espacio para la brillante
carrera política de nuestro Julio Antonio Mella, que se integró a ese país con
fervor total y donde escribió sus más hermosos trabajos. Fue en México donde
este baluarte del comunismo internacional dijo "Muero por la revolución".
México recibió a Fidel cuando tenía que preparar la guerra necesaria, la última
de ellas. Un mexicano bondadoso le vendió el yate Granma, creo que no cobra
todavía su dinero a no ser los millones de besos de mis compatriotas. El yate
Granma sólo podía salir de México. Y además en México he amado como no creo que
lo vuelva a hacer.
Los últimos acontecimientos, las marchas multitudinarias me hacen olvidar el
dolor de las actitudes del que por horror a la corrupción de sus partidos, sentó
el pueblo mexicano en la silla presidencial. Parece que poco a poco ese pueblo,
que es mi pueblo comienza a exigir altura de pecho a sus gobernantes. Y por ahí
anda su alcalde que puede convertirse en un verdadero líder de América o en su
defecto, el peor de los hombres. Su valentía, su compromiso y decoro decidirán a
última instancia si merece o no participar con México en su porvenir.
Pero México renovará. Por más telenovelas de niñas ricas engomadas o comerciales
banales, no podrán vencer a sus mujeres hermosas, su música, su poesía donde
parece que el machismo se sostiene por hombres de verdad, tan hombres que se
quiebran ante una palabra de amor. Los murales de Diego donde parece que vuelve
a nacer el mundo con esa inmensidad y la frágil Frida de pasión inconfundible.
Esa leyenda de México no nos la van a robar. Pero para eso necesitamos gritar
más, gritar el 15, el 16 el 17 y todos los días. El grito del padre Hidalgo fue
el grito del pueblo del bellísimo Guanajuato. ¡Fue nuestro grito! Y desde ahora
en adelante México girará a la izquierda para no enderezarse jamás. Y que
Moctezuma, Hidalgo, Don Benito, Madero, Zapata, Villa, los cadetes de
Chapultepec, Don Lázaro, los invencibles estudiantes del 68 y tantos y tantos
que no nos alcanzan las palabras, empiecen a gritar desde sus siglos y sus
tumbas. América gritará junto a ellos.
Y la ¿revolución mundial? La revolución le debe a México su propia
supervivencia. La consecuencia inigualable de Don Lázaro Cárdenas no sólo
recuperó la vergüenza que parecía se perdía en México, sino que le abrió las
puertas a León Trotsky cuando nadie tuvo el valor de hacerlo. En México se
escribieron varios de los libros más importantes del mejor leninista, y desde
allí se empezaron los intentos de retomar la Internacional. Allí yace el gran
revolucionario ruso.
Si algún día salimos de la estupidez de los sectarismos y la atomización de
nuestros partidos, propondría que allí en México, en el pintoresco Coyoacán, se
hiciera el primer consenso de los comunistas del mundo, para el cual hemos
tardado mucho en reaccionar. Allí donde único no dejó de ondear esa bandera roja
que cargan mis hermanos mexicanos cada 2 de Octubre.. En México comenzará pues
la revolución.
Los revolucionarios mexicanos tienen ante sí una gran responsabilidad. Hay que
fundirse con el pueblo y gritar con él sus consignas, ya que allí encontraremos
la verdad que nos ha ido faltando en los últimas décadas.
El premio Internacional Benito Juárez se le otorgó al líder venezolano Hugo
Chávez por "haber sido ratificado en su cargo por su pueblo varias veces y
por sus programas de acciones revolucionarias en el campo de la educación , la
cultura , la educación, salud y vivienda. Y por haber recuperado los bienes de
su pueblo" En unos años deberíamos tener a un mexicano con este premio
internacional.
Nos dice Martí:
"La han levantado de sobre un cesto de hidras, con brazos que esplenderán en
el futuro como columnas de luz, un puñado de hombres gloriosos..." (...) " ¿Qué
civilización heredó México, cuando ya tenía el brío necesario para declararse
libre?"
"¡Más ha hecho México en subir donde está, que los Estados Unidos en mantenerse
decayendo, de donde vinieron!"
Así será Y cuando esto ocurra volverán a llenarse los campos y cerros
mexicanos de sus hombres y mujeres Y será el inicio de la gran revolución que
tantos esperamos.
En ese momento compañeros, no duden de que estaré a vuestro lado alzando vuestra
bandera que será la bandera del mundo como el más feroz de los guerreros o
incluso como la más ardiente soldadera.
¡Viva la independencia revolucionaria del México lindo y querido que todos los
americanos estamos necesitando!