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COLOMBIA: PLAN MAESTRO DE LA REFINERIA DE CARTAGENA
El cuento del gallo capón
Amylkar D. Acosta Medina *
'La verdad oficial consiste en la administración
prudente de la falsedad' José Ortega y Gasset
El cuento del gallo capón, es tal vez el más popular chascarrillo del Caribe;
es por decirlo de alguna manera la apoteosis del mamagallismo, muy propio del
realismo mágico de Macondo. Es una manera ingeniosa de tomar del pelo al ingenuo
interlocutor, con sorna y con gracia. Lo traemos a colación, porque es lo más
parecido a lo que ha venido pasando con el ya manido cuento del Plan maestro de
la Refinería de Cartagena. Su ejecución lleva ya diez años de inexplicable
atraso, ha pasado por tres planes de desarrollo y aún sigue empantanado. Los
argumentos para su aplazamiento indefinido son cada vez más 'refinados' y menos
convincentes.
Plan maestro o catástrofe
Esta refinería fue construida en 1956, con una capacidad de producción de
26.300 barriles día de combustibles y, con el paso de los años, se fue ampliando
su capacidad hasta llegar estancarse en los 75.000 barriles día, los cuales ya,
no sólo resultan insuficientes si no que sus procesos son ineficientes y
costosos, dada su obsolescencia tecnológica, amén de la baja calidad de sus
productos. Desde hace 25 años no se realiza una ampliación. Lo reconoce el
Ministro de Minas y Energía, Luis Ernesto Mejía: 'La refinería actual está
totalmente obsoleta y si no se procede a una implementación del plan maestro lo
aconsejable sería incluso cerrarla' (1).
De allí, que sea cada vez más apremiante acometer, sin mayores dilaciones, este
proyecto, con el fin de ampliar su capacidad de refinación, optimizar los
procesos y superar el rezago tecnológico. De acuerdo con el cronograma previsto,
dicho Plan estaría a punto en el año 2007, si es que no surgen más tropiezos de
los que ha tenido hasta ahora para cristalizarse. Se busca elevar la producción
en esta refinería a 140.000 barriles día y concomitantemente cumplir con las
normas ambientales, dado que Colombia es signataria del Protocolo de Kyoto, el
cual ratificó a través de la Ley 629 de 2001.
Obsolescencia de la refinería
Indices Salomón (2)
Fuente: ECOPETROL. La refinería de Cartagena no cumple ningún estándar. La
totalidad de sus
índices están en la columna de Muy Malas, con excepción del factor de
utilización que esta
en la columna de Malas.
Son varias aristas que revisten el problema planteado. El Plan maestro de la
Refinería de Cartagena no es optativo, es un imperativo. La verdadera disyuntiva
que tiene ante sí ECOPETROL S.A. es la de llevarlo a cabo o cerrarla, pues, tal
y como está operando no es viable hacia el futuro y menos de cara al tratado de
libre comercio que se negocia con los Estados Unidos. Es bien sabido que la
Resolución 0447 de 2003 de los ministerios de Ambiente, Vivienda y Desarrollo
Territorial y Minas y Energía, exigen reducir la concentración de azufre tanto
en la gasolina como en el Acpm, para mitigar la contaminación. La gasolina que
se produce actualmente en el país contiene 1.000 partículas de azufre por millón
y el Acpm 4.500, excepción hecha de Bogotá, a la cual se le entrega un Acpm con
1.200 PPM. En contraste los estándares ambientales fijados en dicha Resolución,
como límites de permisibilidad, están en 300 PPM en el caso de la gasolina y 500
para el Acpm, bien alejadas de tan perentoria exigencia, la cual entra en vigor
el 1º de enero del año entrante. El gobierno busca desesperadamente aplazar la
entrada en vigencia de esta norma, pero con ello sólo consigue aplazar el
problema en lugar de enfrentarlo; esta es la línea del menor esfuerzo y puede
acarrearle al país drásticas sanciones por parte de los organismos
internacionales. De modo que, si se llegara a aplazar una vez más su ejecución,
por lo menos se requerirían hacer inversiones del orden de los U$S 80 millones
en la reconversión de la refinería, para evitar su cierre.
Las amenazas
Ahora bien, de no procederse en consecuencia con las exigencias ambientales,
ECOPETROL S.A. podría verse abocada a importar gasolina y Acpm, para cumplir con
ellas, dado que ninguna de sus refinerías las cumple. Según la estatal petrolera
ello le representaría una pérdida de valor presente neto que oscilaría entre la
horquilla de los U$S 177 millones y los U$S 250 millones y de contera dispararía
aún más los precios de los combustibles para los consumidores. En buena medida,
el hecho de que se haya llegado a este punto crítico, obedece al abandono por
parte de ECOPETROL S.A. de sus refinerías, a falta de recursos para invertir en
su mantenimiento y/o overhaul de sus plantas. De allí las continuas
interrupciones de sus procesos y las recurrentes paradas no programadas de sus
plantas, incurriendo en costos incalculables y sumiendo al país en riesgos
imprevisibles en el abastecimiento de combustibles. Poco a poco, ellas han
venido sometidas a un lento pero inexorable proceso de 'chatarrización', dado el
escaso margen de maniobra de las directivas de ECOPETROL, desde que, merced al
artículo 55 de la Ley 179 de 1994, sus utilidades pasaron a ser de libre
disponibilidad por parte de la Nación. Desde entonces, a ECOPETROL S.A. se le
convirtió en la vaquita lechera y el gobierno central no ha hecho más que
'ordeñarla' para ver de superar sus aulagas fiscales, a tal punto que sólo el 8%
de su presupuesto se destinaba a la inversión. Ello ha sido fatal para la
empresa!
Un buen negocio
Como lo afirma el economista Fernando Guerra (3), el Plan Maestro que llevaría a
la refinería a ganarse entre U$S 1.8 y U$S 2.00 por cada barril de crudo
procesado y dejar de perder U$S 0.40 que es la situación de hoy (4). Pero la más
importante de la construcción del Plan Maestro es que posibilitaría la
construcción de la planta de Olefinas que representa inversiones por más de U$S
1.000 millones, con una importante generación de empleo que sin duda 'mejoría de
una forma sustancial la competitividad de la industria petroquímica nacional que
se trasladará de inmediato a las industrias consumidoras de polímeros y a los a
los transformadores de plásticos' (5). La importancia y el impacto del PMD lo
resume el ex ministro de Minas, Guillermo Perry, cuando afirma que:
'Difícilmente habría otro proyecto industrial en el país en los próximos años
con un nivel, similar, ni con un impacto parecido en la estructura industrial
colombiana, ya que sin duda estimularía el desarrollo de otros proyectos
petroquímicos intermedios y finales' (6). Un aspecto relevante a considerar es
el que gracias al Plan maestro, le ahorraría al país U$S 280 millones anuales
por parte de la industria petroquímica, aliviando de esta manera la balanza
comercial del país. Y no hay que perder de vista que la competitividad de
ECOPETROL S.A., dependerá de la integración de toda la cadena, que es lo que
puede garantizarle una mayor eficiencia y productividad. Los beneficios y las
externalidades de este proyecto son del más amplio espectro, de modo que su
impacto no sólo favorecerá a un sector o a una región, como se ha insinuado
tendenciosamente. Con él está en juego y de qué manera es el interés nacional.
Como es apenas lógico, a medida que pasa el tiempo los costos del Plan Maestro
son mayores. La ampliación y modernización de la Refinería de Cartagena tenía un
costo de U$S 630 millones antes de iniciarse la ingeniería básica, de los cuales
U$S 70 millones corrían por cuenta de los particulares, en lo concerniente a los
servicios industriales(energía, vapor, nitrógeno, hidrógeno), que estaría por
fuera de la malla de Ecopetrol S.A. Ahora estamos hablando de un costo de U$S
806 millones(con una desviación del 15%); los mayores costos, en parte, pueden
atribuirse a la elevación de los costos de los equipos, debido a la alta demanda
por acero, el hierro, el cobre y el níquel, entre otros, de parte de China.
Claro que dicha inversión se prevé realizarla en el lapso de tres años, razón
por la cual no es dable pensar en requerimientos inmediatos de ese orden; además
de que por lo menos U$S 300 millones se podrán diferir a través de leasing de
algunos de los equipos, para hacer más llevadero el esfuerzo.
Un primer interrogante que se plantea, a propósito del Plan maestro, es si se
justifica hacer semejante inversión, habida cuenta de que el país a la vuelta de
dos años tendrá que empezar a comprarle crudo a las compañías asociadas para
cargar sus refinerías y un año más tarde estaría importándolo. Si bien la
situación no es, todavía, angustiosa, pues de los 87.000 barriles diarios de
gasolina que produce ECOPETROL S.A., sólo está vendiendo a los mayoristas 79.000
barriles, ello obedece a situaciones que se pueden revertir en el momento menos
esperado. Varios son los factores que están gravitando para que los registros de
consumo de gasolina hayan bajado en cerca de 30.000 barriles diarios,
aproximadamente. Se destacan entre ellos al mayor consumo de diesel en reemplazo
de la gasolina, por la diferencia de precios; el hurto y el contrabando de
gasolina, que vienen a sumarse a la importación legal de combustibles a través
de las fronteras. Desde luego, en ello ha influido también la ralentización del
crecimiento de la economía, que sigue sin reponerse aún del descalabro de 1999.
Aprovechando ventajas competitivas
Aunque parezca irremediable la pérdida de la autosuficiencia petrolera, no
escapa a nuestra consideración que para el país es preferible importar crudo y
no combustibles, habida cuenta de que la refinación es la actividad más rentable
y de menor riesgo de dicha cadena. Ello es tanto más cierto, si tenemos en
cuenta que de los $8.93 billones de ingresos anuales que recibe ECOPETROL S.A.,
$7.3 billones, es decir el 81.7%, provienen de ventas nacionales e
internacionales de derivados del petróleo. Es más, en el caso más extremo, dada
la envidiable localización de la Refinería de Cartagena, esta podría maquilarle
crudo a las empresas que operan en el Caribe y, en último caso, por qué no,
dicha refinería podría llegar a cargarse con el crudo que se llegue a producir
en el futuro en la región, a partir de los procesos de licuefacción del carbón.
De hecho, la firma Axens está instalando en este momento una planta comercial,
con capacidad para 20.000 barriles diarios de diesel y gasolina en la China, que
entrará a operar en junio de 2005 y está muy interesada en que su segunda planta
se instale en la Costa Atlántica, con base en los enormes yacimientos de carbón
que poseen los departamentos del Cesar y La guajira!
Pocos ponen en tela de juicio la necesidad impostergable de acometer el Plan
maestro de la Refinería de Cartagena; como lo afirma el Ministro de Minas y
Energía, Luis Ernesto Mejía, 'La orden impartida por el propio presidente de la
República a la junta directiva de Ecopetrol y al Ministerio de Minas y Energía,
es que dicho plan se lleve a cabo. Hoy se están surtiendo varias etapas del
cronograma sobre el proceso de licitación. La idea es que entre a operar en el
2007 con toda la capacidad de producción de derivados de crudo en la refinería…'
(7). Hasta el renuente Ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, admite que la
refinería requiere inversiones para reconvertirla y actualizarla acorde con las
exigencias tecnológicas y ambientales de hoy e insistió en que esa es una tarea
oficial (8). Sin embargo, se empieza por cuestionar la viabilidad financiera del
proyecto y en medio de la opacidad de las cifras y de los cálculos hechos a ojo
de buen cubero, se alega que la tasa interna de retorno que era del 20% en su
versión inicial ahora se estima en el 10%, que aunque no es óptima, todavía está
por encima de la tasa de interés real internacional, que fluctúa entre el 7% y
el 8%.
Lo curioso es que quienes desaprueban el que ECOPETROL S.A. asuma directamente
su desarrollo aducen que '…análisis económicos hechos por los técnicos del DNP y
del Ministerio de Hacienda desaconsejan la participación estatal…' (9); pero, a
renglón seguido claman por que sean los particulares quienes lo lleven a cabo, a
pesar de 'Todos los cálculos de la propia ECOPETROL indican que la Tasa de
Retorno es azarosamente baja' (10). Cabe preguntarse cómo es posible que el
mismo proyecto que resulta inviable en manos de ECOPETROL, se convierte por arte
de birlibirloque en atractivo y viable en manos de particulares. Incluso, se
habla del '…interés de un grupo de inversionistas que tiene listo un proyecto de
construcción de una refinería, Sebastopol, en Puerto Berrío…' (11). Pero, claro,
esperan que '…el gobierno le garantice que en caso de que subsidie el precio de
la gasolina, compensaría a la firma particular (petición justa), y que ECOPETROL
les firme unos contratos que hagan operacional el proyecto. No parece haber
razón alguna para negarle la vía libre a Sebastopol. Por el contrario, podría
ser una buena respuesta a las necesidades de refinación, sin comprometer
recursos estatales' (12). Eso sí, recostándose, como las rémoras, en ECOPETROL
S.A., quien sería la que le cubriría los riesgos que se resisten a asumir ellos
mismos.
Aquí se ve claramente por donde va el agua al molino, de quienes abanderados de
la concepción del raquitismo del Estado, pregonan que lo ideal sería que se
hiciese el Plan maestro en la mayor proporción posible con dineros privados. Ya
estábamos advertidos de ello, por el entonces asesor económico de la campaña del
hoy Presidente y ahora Ministro de Comercio Exterior, Jorge Humberto Botero, de
que '…como no habrá dinero para obras de infraestructura, es obvio que esa tarea
deberá acometerla el sector privado y reducir al mínimo la actividad empresarial
del Estado…¿Se justificará, lo digo de prisa, que ECOPETROL construya una nueva
refinería? (13). Luego, este aserto adquiría fuerza de Ley, nada menos que en el
Plan de desarrollo, en donde 'Dadas las restricciones fiscales, el énfasis de la
política de crecimiento descansa en estimular la participación privada en
sectores estratégicos, aumentar el impacto de las inversiones públicas y
eliminar las trabas burocráticas y otros impedimentos a la iniciativa privada'
(14). Luego en la Ley 812 de 2003 se avanzaría '…en la implementación del Plan
maestro de la Refinería de Cartagena, con la mayor participación privada
posible'.
La ideología por delante
Aunque los técnicos no dejan de sermonear sobre la necesidad de desideologizar
debates como el que se ha suscitado en torno a este proyecto, sin embargo ellos
mismos no dejan de apelar a los paradigmas del neoliberalismo. Para ellos, una
de las razones para que ECOPETROL S.A. para rechazar que esta siga avante con el
Plan maestro '…es de orden conceptual y general, casi de principio(sic!): bajo
la concepción actual de la función del Estado no cabe la idea de que sea una
empresa estatal la que acometa la inversión en un proyecto puramente industrial,
que puede ser desarrollado por inversionistas privados' (15), como ya quedó
visto. Podrá haber mayor carga ideológica que esta. La razón para esgrimir esta
tesis saltan a la vista: Es que 'con la refinería de Cartagena en manos de
ECOPETROL no queda el más mínimo campo para que privados puedan producir o
importar gasolinas y otros combustibles, competencia que mucho beneficiaría al
consumidor y a la economía toda' (16). Aquí el interés general, representado en
ECOPETROL S.A., entra en conflicto con el interés particular, que, aunque
respetable, en un Estado Social de derecho nunca debe primar sobre aquél!
Los enemigos de que ECOPETROL S.A. cumpla con la decisión de su Junta directiva,
de concretar el Plan maestro con recursos propios no han escatimado recurso
alguno. Incluso, le han sacado en cara a su Presidente, Isaac Yanovich, que
'…antes de ser Presidente y como miembro de su Junta directiva, estuvo en el
lado de quienes sostenían que la inversión en esa refinería la debía realizar un
privado, pero una vez en el cargo debe ceñirse al Plan Nacional de desarrollo,
que contempla la ampliación de la refinería, mandato que le fue ratificado por
la Junta directiva…' (17). Incluso, se ha recurrido a argumentos demagógicos,
como aquel de que '…esa gigantesca inyección de recursos…podría tener una
alternativa de rendimiento social mucho más elevado en frentes en los que el
sector privado no puede o no quiere invertir…Ecopetrol tiene que entender que
hay otras destinaciones sociales de esos fondos que son mucho más importantes y
urgentes de atender que la expansión de la refinería. ECOPETROL debe ponerse la
camiseta del interés nacional' (18). La Refinería '…no puede tener prioridad
alguna dentro de las destinaciones de recursos públicos…en un país que se debate
entre la guerra y la pobreza…' (19). Ello, además de ser un sofisma, plantea una
falsa disyuntiva.
El ex ministro de Hacienda, Juan M. Santos, fue más lejos. No dudó en blandir el
neopopulismo para combatir el neopopulismo; él considera que 'Si el gobierno ya
decidió otorgar estos recursos -que son de todos los colombianos, porque
ECOPETROL es de todos los colombianos- a Cartagena o a la Costa Caribe, pues que
los dirija a los barrios subnormales, de tal manera que empecemos a hacer
efectivo ese concepto tan importante que es el Estado social de derecho. De
pronto llegó la hora de dejar de apostarle a las refinerías y comenzar a
apostarle a la gente' (20). La inversión social se ha convertido últimamente en
el más socorrido de los argumentos para justificarlo todo. En este punto quiero
hacer remembranza de lo que le pasó a Colombia en 1986, cuando Alfonso Senior
obtuvo la sede del mundial para Colombia y el gobierno de Betancourt renunció a
ella, arguyendo que prefería que los recursos que se iban a dedicar a la
construcción de escenarios deportivos se orientaran más bien a escuelas,
hospitales y carreteras. Pues bien, no se hizo el mundial y nuestra precariedad
en tales frentes no puede ser mayor. Si hoy no se hace mayor inversión social,
no es por falta de recursos, pues estos, como ocurre con los dineros del Fosyga
o del Fondo Nacional de Regalías están rentándole al Estado invertidos en TES,
mientras se cierran los hospitales; lo que no hay es 'espacio fiscal' para
invertirlos en el objeto de los mismos.
El espacio fiscal: el nuevo pretexto
Y así llegamos al verdadero meollo del asunto. Aunque el gobierno ha anunciado
que próximamente el CONPES tomará una determinación, definiendo claramente las
condiciones y las reglas de juego mediante las cuales ingresaría la inversión
privada, el Ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, se anticipó a afirmar
que 'No hay espacio fiscal para realizar el proyecto y por tanto se iniciará su
construcción, pero se empezará a buscar la participación privada' (21). Se
repite la historia del proyecto Catalina en La guajira (22): a falta de espacio
fiscal para que ECOPETROL invirtiera U$S 40 millones, para desarrollar
directamente el proyecto, ahora que era inminente la reversión del Campo de gas
de Chuchupa, optó por extender el contrato de Asociación con la Chevron-Texaco.
El Presidente de ECOPETROL S. A, Isaac Yanovich, sostiene que ECOPETROL tiene
los recursos para ejecutar por su propia cuenta el proyecto (23), como también
los tuvo en el caso anterior. El presupuesto de inversión de ECOPETROL S.A. para
este año rebasa los U$S 600 millones; en el Fondo de Ahorro y Estabilización
Petrolera (24), al corte de julio de 2004, habían U$S 1.048 millones. Además,
como lo anotó el vicepresidente financiero de la empresa, Carlos Alberto
Sandoval, 'El objetivo principal es salir de negocios y empresas que no son
estratégicas para Ecopetrol, en las que tenemos participaciones minoritarias que
pueden ser interesantes para otros inversionistas, con la intención de financiar
proyectos vitales para la empresa'. Para él, lo más atractivo de esta
estrategia, es que los recursos que se obtengan por la venta de estos activos se
destinarían a financiar proyectos de inversión vitales para Ecopetrol, como el
Plan Maestro de la Refinería de Cartagena.
El mismo Decreto 1760 dio el primer paso en este camino con la creación de la
Promotora de Energía de Colombia S.A., sociedad encargada precisamente de
administrar algunas de las participaciones de Ecopetrol S.A. en otras empresas.
El patrimonio inicial de la sociedad lo conforman diez participaciones no
estratégicas. Pero la reorganización no terminó allí. La empresa registraba en
su balance otras participaciones, diferentes a las de la Promotora, que deberían
forma parte de un plan para su mejor aprovechamiento o venta, en medio de los
retos que imponía la nueva condición de Ecopetrol y las inocultables
dificultades fiscales de la nación.
Las cuentas
El valor en libros del paquete de acciones que se pretende vender en los
próximos años es superior a los U$S 200 millones. De ellos, en lo que resta del
2004 se estima que se obtendrán cerca de U$S 10 millones con la culminación de
los procesos en curso.
Pero, ahora como entonces, no se los dejan invertir por imponderables de la
política macroeconómica, que tiene en el acuerdo con el FMI su camisa de fuerza.
Para la contabilidad del FMI lo mismo da que el gasto sea para invertir en
proyectos estratégicos para la Nación como estos o que el mismo vaya encaminado
a pagar burocracia; en ella no se hace ninguna distinción, a la hora de fijarle
el techo al gasto público.
Luego, la imposibilidad de ECOPETROL S.A. para adelantar el Plan maestro con
recursos propios no es por falta de éstos, sino por la carencia de espacio
fiscal; de allí que quien se atraviesa en el camino, con terquedad aragonesa,
sea el Ministro de Hacienda y detrás de él está Planeación Nacional. Estos son
los dos grandes escollos para que este importantísimo proyecto para el país se
pueda cristalizar. El gobierno insiste en disimular su déficit, succionándole
sus utilidades a ECOPETROL; malabarismo este que le permite mostrar un déficit
consolidado menor, cuando el del gobierno central lo duplica (25). Y este será
el mismo impasse que se encontrará al final del camino, cuando se plasme en el
papel la tardía Agenda interna que promete construir el gobierno, paralela a la
negociación del TLC con los Estados Unidos. Arribaremos nuevamente al mismo
punto muerto: tendremos el catálogo de las grandes obras de infraestructura que
será necesario construir, pero que si no las hace el sector privado, apelación a
los infiernos.
Es sumamente preocupante que ECOPETROL S.A. no cuente con la suficiente
autonomía financiera y presupuestal para tomar sus decisiones, pues a ese paso
su marchitamiento, como lo hemos pronosticado (26), será sólo cuestión de
tiempo. Como lo afirma su Presidente, Isaac Yanovich, 'Como empresa del Estado,
no somos una isla aparte y, por tanto, sufrimos los efectos de los problemas
macroeconómicos, fuera de ser los mayores aportantes en transferencias al
gobierno central' (27). Es claro que en las decisiones de política económica por
parte del Ministro de Hacienda, siempre priman las consideraciones fiscales
sobre los criterios empresariales, que son la base de las decisiones de
ECOPETROL. Por ello, este pulso entre Yanovich y Carrasquilla lo va ganando este
último, para desgracia de ECOPETROL, que a partir de la escisión que se hizo de
dicha empresa, mediante el Decreto 1760 de junio del 2003, está llamada a
competir de igual a igual con las demás empresas petroleras, ha venido siendo
sometida a un lento pero eficaz proceso de desmembramiento. Primero se le
sustrajo el transporte del gas, con la creación de Ecogas, que ahora está en
venta, se privatizó Terpel y ahora se propone, como fórmula salomónica escindir
de ECOPETROL los activos de la Refinería de Cartagena, para así atraer capital
privado que ayude a sacar adelante el proyecto (28). Esta sería una forma de
privatizar a Ecopetrol S.A., pero por la puerta de atrás.
Si a ello le sumamos la decisión que ya se tomó de extender todos los contratos
próximos a revertir, al darle vía libre a los contratos de 'producción
incremental' (29), el cambio de los contratos de Asociación por los de concesión
'renovados' y de ñapa se pretende marginar a ECOPETROL S. A de la actividad de
refinación, esta quedará reducida a la impotencia. Todo ello, en el desesperado
intento por parte del gobierno de comprar tiempo, cuando se avecina la pérdida
de la autosuficiencia petrolera. A ese paso, ECOPETROL S.A. quedará reducida a
un simple cascarón, atada de pies y manos a la hora de enfrentarse a la
competencia. Con la camisa de fuerza del 'espacio fiscal', estará condenada a su
fracaso y sus días estarán contados. Pueden resultar premonitorias las palabras
de su Presidente, al referirse a la escisión: 'Si con todos estos cambios
terminamos con la soga y sin el ternero, es decir, separándonos de unos ingresos
que teníamos y no nos dan las herramientas para competir, nos acaban' (30).
Cuestión de prioridades
Pero a la falta de espacio fiscal, se suma otro aspecto que conspira contra las
posibilidades de que proyectos como este prosperen, me refiero al orden de
prioridades del gobierno. Ya vimos cómo, después que se descartó la inversión en
el proyecto Catalina de los U$S 40 millones, porque ECOPETROL no tenía espacio
fiscal, se ordenó por parte del CONPES la inversión de esa misma suma para
adquirir un moderno avión 737 BBJ1, para reemplazar el viejo Fokker 28
presidencial, al que apodaban la 'cafetera'. Ahora, al tiempo que se le pone
toda suerte de cortapisas a ECOPETROL S.A. para que no invierta en este
proyecto, se le acaba de anunciar al país que próximamente el CONPES estará
autorizando la adquisición de una flotilla de aviones de combate, cuyo costo
supera los U$S 234 millones. Ya que la decisión de la compra del avión
presidencial estuvo precedida de una encuesta de opinión, bien valdría la pena
que una decisión tan importante como esta, a propósito de esta otra 'cafetera',
pasara por el mismo tamiz. Será mucho pedir? Por lo pronto y mientras el
gobierno continúa deshojando margaritas, enzarzado en sus propias
contradicciones, hoy más que nunca tenemos que velar por la fortaleza y
consolidación de ECOPETROL, que no es una empresa cualquiera; de ella depende
nada menos que el 24% de los ingresos corrientes de la Nación y sus beneficios
se irrigan a lo largo y ancho de todo el país.
Notas:
1) El Tiempo. Septiembre, 8 de 2004
2) Los índices Salomón son indicadores que miden la condición de competitividad
de las refinerías en el mundo.
3) El Plan Maestro de la Refinería de Cartagena: una reivindicación regional.
Cartagena, septiembre 7 de 2004.
4) El proyecto de olefinas puede ser una realidad. Compañía Promotora de
Olefinas. Bogotá 199.
5) La petroquímica y los plásticos: un reto para los empresarios colombianos del
siglo XXI. Cia Promotora de olefinas. Bogotá. 1998.
6) Perry, Guillermo. Política petrolera: economía y medio ambiente. Fescol.
Cerec. Bogotá 1992.
7) El Colombiano. Reportaje.
8) Portafolio. Agosto, 11 de 2004.
9) Portafolio. Editorial. Agosto, 11 de 2004.
10) El Tiempo. Jorge E. Cock, ex ministro de Minas y Energía. Septiembre, 5 de
2004.
11) Idem.
12) Idem.
13) El Espectador. Julio, 4 de 2002.
14) Hacia un Estado Comunitario(2002-2006). Página 81.
15) El Tiempo. Jorge E. Cock, ex ministro de Minas y Energía. Septiembre, 5 de
2004
16) Idem.
17) Portafolio. Septiembre, 7 de 2004.
18) Portafolio. Editorial. Agosto, 11 de 2004.
19) El Tiempo. Jorge E. Cock, ex ministro de Minas y Energía. Septiembre, 5 de
2004.
20) El Tiempo. Septiembre, 8 de 2004.
21) Portafolio. Septiembre, 3 de 2004.
22) Amylkar D. Acosta M. Catalina…y punto. Marzo, 21 de 2003.
23) Portafolio. Septiembre, 3 de 2004.
24) Ley 209 de 1994.
25) Amylkar D. Acosta. Mimetizando el déficit fiscal.. Agosto 7 de 2004.
26) Amylkar D. Acosta. Escisión fatal. Bogotá, julio, 12 de 2003.
27) La República. Abril, 26 de 2004.
28) El Tiempo. Septiembre, 3 de 2004.
29) Ley 756 de 2002.
30) Rev. Dinero. Entrevista a Isaac Yanovich. Julio, 11 de 2.003.
1
* Amylkar D. Acosta Medina es Presidente Sociedad Colombiana de Economistas.