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Latinoamérica

La ONU desclasifica documentos sobre la dictadura paraguaya

Juan Gasparini
Argenpress.info*

La Oficina del Alto Comisionado de la ONU en Ginebra, ha abierto a consulta pública tres informes sobre la dictadura que existiera en Paraguay entre 1954 y 1989, en cumplimiento de una resolución de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU del presente año, que resolviera en ese sentido a pedido del propio gobierno actual del Paraguay.

Se trata de cinco documentos de carácter reservado y distribución confidencial que ahora toman estado publico, producidos entre 1986 y 1990, en torno a las misiones secretas encomendadas por la ONU al experto colombiano Rafael Rivas Posadas, para evaluar la situación de los derechos humanos en Paraguay, quien visitó ese país en tres oportunidades, tratando de convencer a la tiranía más larga de América Latina de abandonar sus practicas genocidas y totalitarias.

En el primero de sus informes, fechado el 15 de noviembre de 1986, Rivas Posadas subraya el perfil dictatorial del régimen que presidía el general Alfredo Stroessner desde 1954, que ya había sido elegido en siete periodos y se apresaba a presentarse nuevamente en 1988, consagrando una alianza entre las Fuerzas Armadas y el Partido Colorado, 'un partido político con vocación mayoritaria'.

Ese documento subraya las 'serias restricciones' a las libertades de reunión, expresión, asociación y la democracia, de un gobierno 'autoritario', cuyos imperativos eran reprimir la 'subversión interna' y preservarse de 'la amenaza comunista internacional', mediante el establecimiento permanente del Estado de Sitio, reprimiendo y encarcelando opositores, sin respetar el habeas corpus.

El segundo informe de Rivas Posadas, suscripto el 13 de enero de 1988, enfatiza en los 'inquietantes aspectos de autoritarismo y represión al libre ejercicio de los derechos ciudadanos', que mantenía 'una paz social aparente' pero continuaba practicando la 'detención arbitraria', no obstante una leve disminución de la tortura y las desapariciones en relación al año anterior.

En un tercer informe del 22 de diciembre de 1988, Rivas Posadas constató que la situación de derechos humanos en Paraguay 'no ha tenido durante el último año modificaciones apreciables', lamentando que 'las formas exteriores de la competencia electoral' fueran 'recortadas seriamente para los partidos de la oposición' y que la libertad de prensa no mostrara 'ninguna apertura'.

En ese informe se toma nota de la reelección, 'por octava vez consecutiva', del General Stroessner el 14 de febrero de 1988, apoyado en una facción del Partido Colorado, y sostenido por un sistema represivo contra los adversarios de su permanencia indefinida en el poder, prohibiendo incluso celebrar el Día Universal de los Derechos Humanos el 10 de diciembre de ese mismo año.

Como es sabido, un golpe de Estado encabezado por el general Andrés Rodríguez, acabo con la dictadura de Stroessner el 3 de febrero de 1989, quien huyo a Brasil donde vive hoy en día, no obstante varios pedidos de extradición provenientes de Paraguay a raíz de las atrocidades perpetradas durante sus 35 años de tiranía.

La caída de Stroessner abortó el debate en la ONU sobre Paraguay, que jamás alcanzó niveles públicos, ni conoció condena alguna. Algo parecido ocurrió con el régimen militar argentino, cuyas deliberaciones en Naciones Unidas fueran frenadas por la URSS y sus países satélites, sin que fuera sancionada mientras cometía sus crímenes. Pero a Paraguay no lo salvo ningún bloque regional ni grupo de Estados. Lo socorrió la indiferencia internacional, que así mató por segunda vez a las víctimas del tirano más longevo del continente, que sin duda perecerá en su lecho sin comparece ante los tribunales de esta tierra.


* Juan Gasparini es periodista y escritor, autor del libro «La delgada línea blanca»