Latinoamérica
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Balance preliminar sobre un proceso cambiante
I Foro Social de las Américas
Eduardo Gudynas (*)
Foro Ciudadano / D3E. Ecuador, julio del 2004.
El viernes 30 terminó el Foro Social de las Américas (FSA) en Quito. Para
aquellos que participaron en los foros de Porto Alegre o Mumbai, estimo que sólo
hay una reacción posible: este encuentro ecuatoriano ha sido el mejor. Muchos
aspectos de la organización se resolvieron adecuadamente, y aunque era obvio que
los dineros eran limitados, se contó con ingenio, dedicación y buen humor.
Seguramente no se alcanzó la cifra de diez mil participantes que anuncia el
comité local, pero como el número de asistentes era algo menor, el foro recuperó
un aspecto esencial: una escala humana. Se podía participar cómodamente de un
taller, recorrer las instalaciones universitarias donde se desarrollaban las
actividades y encontrarse a amigos y colegas. Los ritmos eran calmos, los
encuentros eran más jugosos. Se inscribieron 800 organizaciones ciudadanas, y se
realizaron más de 400 actos. Las mayores delegaciones eran las del propio
Ecuador, seguido por Colombia, Perú, Brasil y Bolivia. Además estuvieron
presentes más de 700 participantes en la Cumbre Indígena y casi 600 periodistas.
Si bien el proceso de un foro siempre es difícil de captar o resumir, algunas
tendencias parecen ser evidentes. Una de ellos tiene que ver con una
reconsideración de la política en clave policultural y multiétnica. La presencia
indígena en el FSA era evidente, y en especial las situaciones en Ecuador, Perú
y Bolivia están bajo la atenta mirada de todos. Por cierto que hay muchas
respuestas sobre cómo conjugar el papel de los pueblos indígenas, y en algunos
casos las propuestas son opuestas, pero lo cierto es que el tema ha adquirido
una relevancia central.
Otro eje clave se refiere a la integración, que incluye tanto el rechazo al Área
de Libre Comercio de las Américas (ALCA) como la oposición de los diferentes
acuerdos bilaterales de libre comercio con los Estados Unidos. En este terreno
es evidente la maduración en el pensamiento: crece la evidencia de que las
propuestas de la Unión Europea son tan malas como las de Washington, y de que a
nivel continental varios países repiten más o menos las mismas ideas sobre
'libre comercio' con sus vecinos.
Se mantienen los temas de otros foros, en especial las cuestiones relacionadas
con derechos humanos, deuda externa, impactos ambientales en el desarrollo,
igualdad de sexos, militarización y violencia. Dentro de esas líneas surgen
nuevos énfasis, como la importancia creciente que se le otorga al manejo del
agua dentro de los eventos ambientales. En otro casos, se multiplican las
actividades sobre cuestiones de interés, como es el caso de las migraciones.
El último día del foro amaneció en calma, sin mayores incidentes. En la marcha
del miércoles 28 participaron más de cinco mil personas, que recorrieron una
amplia zona de Quito. Allí se sucedían delegaciones de campesinos,
representantes de organizaciones de derechos humanos, integrantes de comunidades
indígenas y una larga lista de activistas y participantes del FSA. La marcha
terminó con algunos disturbios entre la policía y unos pocos manifestantes,
quienes no supieron estar a la altura de los ánimos de un foro social. Pero en
general prevalecieron los colores originales, la diversión, la música y los
cánticos, como "No queremos, y no nos da la gana, ser una colonia
norteamericana"; o con un ritmo más enérgico: "Alerta, alerta, alerta que camina
el anti imperialismo por América Latina".
Éste es apenas un balance preliminar. La variedad de actividades llevadas a cabo
en el FSA requiere de un análisis más detallado, pero ya es posible adelantar
que ha sido uno de los mejores encuentros de la sociedad civil del continente.
(*) E. Gudynas es analista de información en D3E (Desarrollo, Economía,
Ecología, Equidad América Latina).