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Latinoamérica

Bolivia: petroleras no quieren perder ni un centavo


Econoticiasbolivia.com

Las transnacionales que tienen el control total de los hidrocarburos en Bolivia han amenazado hoy con suspender sus inversiones, si se produce una reducción de sus ganancias extraordinarias como efecto del congelamiento parcial de los precios internos de los carburantes dispuesto por el gobierno para aplacar una creciente protesta ciudadana.
Carlos López, vocero de las petroleras y dirigente de la Cámara Boliviana de Hidrocarburos, entidad que agrupa a todas las empresas y consorcios dedicados a la actividad petrolera, advirtió que la disminución de las inversiones sería automática, especialmente en los rubros de exploración de nuevos yacimientos de petróleo.
"Este es un desincentivo para las inversiones empresariales", dijo al referirse a los posibles efectos de los decretos 27660 y 27661, promulgados este martes por el gobierno del neoliberal Carlos Mesa y por los que se anula el efecto directo que tiene el alza de la cotización internacional del petróleo en los precios internos del petróleo crudo y del gas licuado de petróleo.
A partir de la vigencia de estos decretos, los precios internos de los carburantes aumentarán a la par de la devaluación del dólar y de la paulatina eliminación del desfase que existe con relación al Impuesto Específico sobre los Hidrocarburos (IEH), pero ya no por el alza del precio internacional del petróleo, dijo el ministro de Hidrocarburos, Guillermo Tórrez
La autoridad explicó que estos decretos fueron acordados con las petroleras extranjeras, pero después de las declaraciones de López quedó en claro que las transnacionales no están dispuestas a perder ni un centavo de las ganancias extraordinarias que representa un alza de los precios internacionales del petróleo, por lo que el costo de estas medidas recaería sobre el erario público.
Hasta ahora, la elevación del precio internacional del petróleo se había traducido en Bolivia en mayores ganancias para las petroleras, que provenían de un moderado pero permanente aumento en los precios internos de los carburantes, pagados por los ciudadanos, y en el crecimiento de la subvención otorgada por el gobierno.
Así, la empobrecida población boliviana y su deficitario Estado son los que tienen que financiar las ganancias extraordinarias de las transnacionales, que se han apoderado de la toda la riqueza hidrocarburífera del país –valuada en por lo menos cien mil millones de dólares—y que han comenzado hablar mucho más fuerte a partir del referéndum del 18 de julio y que, a juicio de las petroleras, representó la derrota de los sectores sociales que pugnaban por la nacionalización del gas y el petróleo.
En los últimos días, las petroleras habían manifestado su rechazo a la intención gubernamental de aplicarles nuevas cargas tributarias y elegir puertos peruanos como punto de salida para las exportaciones de gas a México y Estados Unidos (ver "Petroleras reactivan presión sobre Bolivia").
El alza de los carburantes y la posición de las petroleras generó protestas y malestar en la ciudadanía. En La Paz, el dirigente de la Federación de Choferes, Franklin Durán, amenazó con medidas de hecho. "El gobierno nos engañó (...) aseguró que el precio de los carburantes no iba a subir hasta fin de año y sin embargo ahora hay un alza. Es un duro golpe para el transporte. Convocaremos a un ampliado departamental de emergencia y tomaremos medidas de presión", dijo.
En las ciudades de Sucre, Santa Cruz, Potosí y Cochabamba, los dirigentes del transporte público anunciaron el alza de sus tarifas para hacer frente a los mayores costos emergentes de los nuevos precios de los carburantes. Sin embargo, las juntas de vecinos y trabajadores rechazaron esta intención y anunciaron movilizaciones contra el gobierno y las petroleras.
En Potosí, la protesta popular se verificará este viernes, con la participación de las juntas vecinales, organizaciones cívicas y laborales, además de los transportistas afiliados a la Asociación de Transporte Libre.
En Santa Cruz, en el oriente boliviano, el dirigente de la Central Obrera Departamental (COD), Gabriel Helving, anunció que "hablarán el mismo idioma que habla el altiplano" y se movilizarán masivamente. "En ese idioma nos van a entender mejor, nos van a entender por la fuerza (...) Ese discurso de Santa Cruz pacifista tiene que terminarse", dijo.
En Cochabamba, el dirigente de la COD, Alberto Machaca, calificó la elevación del gas licuado, el diesel y la gasolina como un franco atentado contra la economía familiar, porque nuevamente empezaron a subir algunos artículos de primera necesidad. Dijo que como COD Cochabamba están pidiendo que la Central Obrera Boliviana (COB) convoque a un ampliado nacional de emergencia para adoptar medidas de presión contra el gobierno y las petroleras. En La Paz, el ejecutivo de la COB, Jaime Solares, informó que el ampliado nacional de trabajadores definirá el calendario de movilizaciones.