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Latinoam�rica

Bolivia y Estados Unidos: la geopol�tica del gas

Andr�s Soliz Rada
Rebeli�n

El Siglo XIX transcurri� bajo el dominio geopol�tico de Inglaterra. La Reina Victoria naci� en 1819 y falleci� en 1901. Su reinado simboliza la presencia triunfante de barcos brit�nicos en la Guerra de Crimea (1854-1856), en la consolidaci�n del dominio colonial en la India (fue proclamada, en 1877, Emperatriz de las Indias, y en la Guerra de Transvaal, �frica del Sur (1877-1881). En 1833, los ingleses se apoderaron hasta el presente de las Islas Malvinas. Al concluir la primera Guerra Mundial, el viejo le�n brit�nico comenz� a perder la dentadura, ya que debi� compartir su dominio mundial con EEUU. La finalizaci�n de la Segunda Guerra Mundial convirti� a Inglaterra en potencia de segunda fila, ya que la hegemon�a mundial pasar� a manos, con la Guerra Fr�a de por medio, de Washington y Mosc�. El derrumbe del muro de Berl�n, en 1989, y la desintegraci�n de la ex URSS, dos a�os m�s tarde, transformaron a EEUU en pa�s que ha logrado no s�lo la hegemon�a compartida, sino la hegemon�a total. A partir de entonces, el objetivo de EEUU consistir� en mantener esta situaci�n de manera permanente, para lo cual esta dispuesto a aplastar a cualquier competidor, as� sea su aliado.
Para consolidar su dominio, Washington ha planificado acciones militares preventivas de reacci�n inmediata, evita que sus soldados sean juzgados por la Corte Penal Internacional y pretende garantizar el flujo permanente y diversificado de petr�leo para su insaciable industria. Las Naciones Unidas se han convertido, desde 1989, en obst�culo para los planes estadounidenses, raz�n por la que, de manera desembozada y no hip�crita, como ocurr�a antes, invadi� a Irak, en marzo de 2003, sin autorizaci�n del Consejo de Seguridad del citado organismo. Al Presidente George W. Bush le agrada repetir que lo interesante de ser presidente de EEUU reside en no rendir cuentas a nadie. A partir de all�, ha dicho que la guerra cumpli� el objetivo de derrocar al dictador Saddam Hussein, a fin garantizar la democracia. Sin embargo, tuvo que admitir que el objetivo central del ataque b�lico fue "establecer bases militares norteamericanas en un Estado sat�lite (Irak), situado en el centro de las mayores reservas energ�ticas mundiales, y as� aventajar a sus rivales". Zbigniew Brzezinsky (asesor del Presidente Jimmy Carter), ha sostenido que "el papel de EEUU en la seguridad de la regi�n le brinda un poder pol�tico (y militar) crucial frente a las econom�as europeas y asi�ticas que tambi�n dependen de las exportaciones de petr�leo de la regi�n" (Noam Chomsky: "�Qui�n Controlar� el Mundo?". "Rebeli�n. Org, 21-06-04). En la perspectiva del Siglo XXI, el control estadounidense del Golfo impedir� que la Uni�n Europea o China puedan cuestionar seriamente la hegemon�a de EEUU. Sin embargo, el imperio no puede impedir que Bush, al haber invadido a Irak en contra de las Naciones Unidas, se hubiera convertido en criminal de Guerra, aunque en situaciones como la presente el juez espa�ol Baltasar Garz�n prefiera hacerse el distra�do.
LA IRRACIONALIDAD DE LOS "CIVILIZADORES"
Lo cierto es que a Washington le interesa poco la opini�n p�blica mundial. En Bolivia, por ejemplo, las presiones para que el Congreso ratifique el tratado de inmunidad a las tropas estadounidenses no est�n basadas en argumento alguno. Le basta decir que si se rechaza su exigencia, las FFAA bolivianas perder�n una ayuda militar de ocho millones de d�lares. El Departamento de Estado certifica los resultados que logran los pa�ses latinoamericanos en su lucha contra el narcotr�fico, sin importante que el 50 % de los dineros que genera esa il�cita actividad son "lavados" en Bancos norteamericanos, los que, a su vez, protegen los para�sos fiscales de las Islas Caim�n o de las Bermudas. Exige, a trav�s del Banco Mundial, en cuyo directorio tiene mayor�a, que los pa�ses prestatarios cumplan severas cl�usulas medioambientales, pero se niega a suscribir los protocolos internacionales destinados a disminuir la emisi�n de gases de efecto invernadero. Desprecia los derechos humanos como lo demuestra la difusi�n de fotograf�as de las aberrantes torturas que sufren los prisioneros iraqu�es o el mal trato a detenidos en el campo de concentraci�n de Guant�namo.
Es probable que los planes del complejo industrial militar norteamericano terminen por imponerse, los que, sin embargo, est�n encontrado serias dificultades. La primera de ellas, es la insospechada resistencia iraqu�, que, en el �mbito de sus propias caracter�sticas culturales y geogr�ficas, tiende a constituirse en el nuevo Vietnam del siglo que ha comenzado. Tal resistencia ha logrado que EEUU se quede cada vez m�s s�lo en su afiebrado belicismo, al que s�lo lo acompa�a el debilitado primer ministro brit�nico, Tony Blair. La salida de Espa�a de la coalici�n y el abandono de Irak de empresarios de decenas de pa�ses confirman este punto de vista. Frente a estos hechos, Bush dice que EEUU tiene el derecho de atacar no s�lo a los pa�ses que poseen armas de destrucci�n masiva, sino tambi�n a quienes tienen intenciones de poseerlas, para luego a�adir que su pa�s controlar� militarmente el espacio por que es propietario de �l (Chomsky: "Rebeli�n. Org. 29-06-04).
La segunda reside en el fracasado intento (que puede ser coyuntural o no) de controlar el petr�leo del Golfo. Hasta ahora, por lo menos, los precios del "oro negro" aumentan de manera constante as� como el terrorismo en los pa�ses �rabes. Con esos tropiezos, la reelecci�n de Bush, en las elecciones de noviembre pr�ximo, ser� muy dif�cil. La doctrina Carter, en materia energ�tica, sostiene que EEUU debe garantizar su consumo de petr�leo sin renunciar a cualquier recurso l�cito o il�cito. Dick Cheney, el vicepresidente de Bush y presidente ejecutivo de la poderosa empresa de servicios petroleros Halliburton, a�adi� que ese suministro debe ser diversificado. Tal preocupaci�n es explicable si se piensa que EEUU consume el 22 % de la producci�n del petr�leo mundial, en tanto que su autoabastecimiento s�lo llega al 9 %. A este ritmo, sus reservas se terminar�n en los pr�ximos diez a�os. Sus campos s�lo contienen el 2.6 % de las reservas mundiales, en tanto que las del Medio Oriente llegan al 80 % (Michael T. Klare: "El Informe Cheney". "La Jornada". M�xico. 26-01-04).
La necesidad de diversificar las fuentes energ�ticas hizo que EEUU prestara enorme atenci�n desde la fragmentaci�n de la ex URSS, al Asia Central y, de manera especial a la zona del Mar Caspio, rica en gas y petr�leo. En la cuenca del Mar Caspio se encuentran Azerbaij�n, Georgia, Kazajst�n, Kyrgist�n, Turkmenist�n, Tayikist�n, Uzbekist�n y partes adyacentes a Rusia e Ir�n, adem�s de Afganist�n, pa�s ocupado por tropas rusas, primero, y norteamericanas despu�s, sede de Al.Qaeda y refugio de Bin Laden. Se trata de una las zonas m�s inestables del mundo, pese a lo cual las petroleras norteamericanas y europeas est�n construyendo un costoso gasoducto que unir� el Mar Caspio al viejo continente, v�a Turqu�a, a fin de evitar que el energ�tico cruce por Rusia. La importancia del gas con relaci�n al petr�leo ha ido increment�ndose aceleradamente en los �ltimos a�os, no s�lo por ser un combustible mucho menos contaminante, sino tambi�n por su versatilidad como materia prima para usos industriales. En el Africa Occidental, Nigeria es el pa�s que tiene mayores reservas de petr�leo. Sin embargo, su producci�n ha sido permanentemente interrumpida por conflictos inter�tnicos, lo que llev� a EEUU a instalar bases militares en ese pa�s. Debido a ese panorama, las reservas energ�ticas de Am�rica Latina se han tornado cada vez m�s importantes para Washington. El problema reside en que Venezuela, el principal abastecedor de petr�leo a EEUU despu�s de Arabia Saudita y Canad�, est� gobernada por el comandante Hugo Ch�vez, cuya relaci�n con el Departamento de Estado es altamente conflictiva. El pa�s del norte se nutre tambi�n del petr�leo de Colombia (s�ptimo abastecedor), pa�s en el que las petroleras deben, en varias regiones, extraer el energ�tico despu�s de obtener el victo bueno de los insurgentes (Michel Klare: "La estrategia energ�tica Bush-Cheney: Procurarse el petr�leo del mundo". "La Jornada". M�xico. 26-I-2004).
LA AGONIA GEOPOLITICA DE BOLIVIA
Es obvio que el petr�leo es uno de los componentes fundamentales del Acuerdo de Libre Comercio de las Am�ricas (ALCA). Se trata del esfuerzo que realiza EEUU por someter a Am�rica Latina, a fin de enfrentar su competencia con China y la Uni�n Europea en las mejores condiciones posibles. A su vez, las petroleras latinoamericanas y sobre todo la iniciativa del Presidente Hugo Ch�vez de articularlas a trav�s de Petroam�rica se ha convertido en el planteamiento m�s revolucionario de las �ltimas d�cadas, el cual, pese a su sencillez, actualiza de manera vigorosa el ideal bolivariano de la Patria Grande. Como contrapartida, la liquidaci�n de las petroleras estatales en Argentina y Bolivia facilit� al m�ximo el avance de las transnacionales norteamericanas y europeas en el Cono Sur del continente.
La posici�n geopol�tica de Bolivia ha quedado tan debilitada que muchos hablan de su desintegraci�n. Mark Falcoff, experto iberoamericano del American Entreprise Institute (AEI), un centro de peritos neoconservadores patrocinados por Dick Cheney, anunci� la desaparici�n del pa�s, a menos que adopte un sistema federal, que permita a sus regiones productoras vender gas a EEUU y M�xico. De lo contrario, dijo, Bolivia camina hacia el suicidio. El FMI condiciona la viabilidad de la Rep�blica a esa misma exigencia. El Ministro de Defensa argentino, Jos� Pampuro, ha indicado que Bolivia ya vive un proceso de "libanizaci�n", que lo dividir� en tres partes, una de las cuales ser� Tarija, donde se hallan las mayores reservas gas�feras, que se anexar� a su pa�s (Semanario "La �poca", de La Paz, del 20-06 y del 4-07-04). Pensar que Pampuro manifest� lo anterior a t�tulo personal es una ingenuidad. Por el contrario, la "inteligencia" argentina parecer�a interesada en ocupar los campos gas�feros del sur de Bolivia antes de que lo haga el Ej�rcito chileno, cuya carrera armamentista es muy conocida.
El debilitamiento geopol�tico a que hacemos referencia ha sido acompa�ado de la liquidaci�n de YPFB, cuyos excedentes, junto a las de otras empresas estrat�gicas tambi�n liquidadas, amortiguaban las tensiones de una sociedad empobrecida. Al no existir ese excedente, los enfrentamientos regionales y �tnicos se han hecho m�s violentos y est�n resquebrajando los fr�giles cimientos del pa�s. El vac�o de las empresas estatales ha sido ocupado por compa��as extranjeras, especialmente petroleras, cuyo control del aparato estatal es mayor cada d�a. Si bien el desmoronamiento del d�bil aparato estatal comenz� con las medidas de ajuste estructural, dictadas por V�ctor Paz Estensoro, el 29 de agosto de 1985 (decreto 21060), el manejo del gobierno por parte de GSL, desde el 6 de agosto de 1993, precipit� al pa�s por un abismo del que no puede salir. Apenas iniciada su presidencia, GSL envi� a Chile al presidente de YPFB. Mauricio Gonz�les, a fin de concretar la construcci�n del gasoducto Tarija � Tocopilla, con la finalidad de impulsar el desarrollo de la miner�a chilena, cuyos principales yacimientos son la estatal Chuquicamata y la privada "La Escondida", cuyos principales accionistas son la australiana Broken Hill Propietary (BHP), la inglesa R�o Tinto Zinc (RTZ), que tiene el 33% de las acciones de COMSUR, de GSL, adem�s de la japonesa Mitsubitshi y la Internacional Financial Corporation (IFC), brazo financiero del Banco Mundial. El proyecto de gasoducto fue vetado, en ese momento, por oposici�n de las Fuerzas Armadas (ASR: "La Conciencia Enclaustrada". Editorial Contempor�nea. La Paz-Bolivia. P�gina 68).
LA LIQUIDACION DE YPFB Y LOS CONFLICTOS ETNICOS Y REGIONALES DE BOLIVIA
Hasta ese momento, YPFB, si bien debilitada por el Decreto 21060, era todav�a una empresa vertical y horizontalmente integrada, ya que controlaba la exploraci�n, explotaci�n, transporte, refinaci�n y comercializaci�n de los hidrocarburos, de la que se extrajo el 65 % de sus ingresos brutos para sostener las pol�ticas neoliberales de Paz Estenssoro. Diez a�os m�s tarde, las transnacionales y Petrobr�s controlan esa cadena productiva, en territorio boliviano. En 1994, Itamarat� ofreci� financiar el gasoducto al Brasil, a cuenta de futuras ventas de gas. El ofrecimiento fue utilizado por GSL para desplazar a YPFB del transporte de gas a fin de entregarlo a la ENRON y la Shell, empresas acusadas de corrupci�n y que forman Transredes, las que capitalizaron los gasoductos, oleoductos y poliductos del pa�s, con participaci�n de Petrobr�s. La Ley de Hidrocarburos (1689), de 30 de abril de 1996, dispone la "capitalizaci�n" de YPFB. La otrora compa��a estatal integrada se convirti� en residual, prohibida de intervenir en la cadena productiva de los hidrocarburos. La Ley 1731, de 26 de junio de 1996, reclasifica los campos de hidrocarburos en nuevos e inexistentes, lo que, en buenas cuentas, significa la rebaja de regal�as, que se pagan en boca de pozo, del 50 al 18 % y una disminuci�n de los ingresos del Tesoro General de la Naci�n (TGN), del 38 al 6 %.
La asfixia total del ente estatal se produce con el Decreto Supremo 24806, de 4 de agosto de 1997 (dos d�as antes de GSL terminara su primer mandato presidencial), por el que se entrega la propiedad de los hidrocarburos a las transnacionales en boca de pozo. Bajo esas tres disposiciones se suscriben 78 joint ventures o contratos de riesgo compartido, por 40 a�os. El decreto fue abrogado por Carlos Mesa con otro decreto, el que, al no tener car�cter retroactivo, permite que el 24806 est� vigente en los pr�ximos 36 a�os. Varios de los firmantes del 24806 fueron recompensados. El Ministro de Hacienda, Fernando Candia, y el Ministro de Miner�a, Jaime Villalobos, se incorporaron al directorio de Transredes, en tanto que el canciller Antonio Aranibar, jefe del Movimiento Bolivia Libre (MBL), se convirti� en abogado de la Chaco Petr�leo (British Gas).
Mediante la Ley de Hidrocarburos, 1689, de 30 de abril de 1996, GSL y el Congreso nacional, controlado por el MNR y sus aliados (MBL, MRTK-L y UCS) transfieren a las transnacionales todas las reservas de hidrocarburos del pa�s ya descubiertas y las que se descubran a futuro, ya que YPFB est� prohibida de participar en la cadena productiva del sector. Lo anterior, como ya dijimos, va acompa�ado de la reclasificaci�n de �reas, por la que cuatro mega campos, descubiertos por YPFB, "Margarita", "San Alberto", "San Antonio" e "Ita�", fueron catalogados como "inexistentes", a fin de que paguen s�lo el 18 % de regal�as. "Margarita", el m�s grande de los mega campos, qued� en poder de la espa�ola Repsol y de la inglesa British Gas. "San Alberto", de Petrobr�s y Repsol. Desde estos yacimientos, Petrobr�s-Bolivia vende gas a Petrobr�s Brasil. Repsol-Bolivia a Repsol Argentina y Pluspetrol Bolivia a Pluspetrol tambi�n de Argentina. En los hechos, ya no hay circulaci�n de dinero. S�lo acreditaci�n de transferencias en libros desconocidos o adulterados para eludir el pago de impuestos al pa�s.
La sacrosanta Ley de Hidrocarburos y los intocables contratos son modificados cuando las petroleras as� lo desean. El art�culo 30 de esa Ley, determina la obligatoriedad de perforar por lo menos un pozo en cada parcela, en el lapso de cinco a�os. De lo contrario, las parcelas deben ser devueltas a YPFB. Al cabo de 5 a�os, las transnacionales s�lo perforaron 3 de las 36 parcelas del campo "Margarita". En forma oportuna para las compa��as, el gobierno de Jorge Quiroga Ram�rez dict� el DS 26366, de 4 de octubre de 2002, modificatorio del referido art�culo 30. Este decreto es inconstitucional, ya que un decreto no puede cambiar una ley. El art�culo 40 de la Ley de Hidrocarburos determina que la empresa transportadora no puede comercializar hidrocarburos. Transredes lo hizo a Cuiab�, Brasil, a trav�s de dos subsidiarias, por lo que incurri� en el delito de contrabando. Los gobiernos de Quiroga, GSL y Carlos Mesa guardaron silencio c�mplice frente a estos hechos.
LAS MISMAS PETROLERAS SE COMPRAN Y VENDEN ENTRE ELLAS EL GAS DE BOLIVIA
Dec�amos que Repsol Bolivia vende gas a Repsol Argentina, el cual es procesado en Refinor, la refiner�a m�s grande del norte argentino, de propiedad de Repsol y Petrobr�s. Desde esta refiner�a se vende a Chile termoelectricidad, GLP y otros derivados. Por esas operaciones, las transnacionales consiguen enormes ganancias, en tanto el pa�s acepta un precio de "solidaridad" con el pueblo argentino, que no alcanza ni a 70 centavos de d�lar por millar de pies c�bicos. Pero las cosas no terminan all�. Repsol, junto a la Britih Gas (las empresas m�s importantes del Consorcio Pac�fic LNG, interesado en vender gas boliviano a California) es due�a de Metrogas, la empresa distribuidora del energ�tico en Santiago de Chile. Tambi�n participa en el negocio, la compa��a Sempras, que deb�a ser la distribuidora del gas boliviano en California.
Los planes de las compa��as son muy concretos con relaci�n al gas boliviano. El ex ministro Xavier Nogales ha indicado que se vender�n cuatro trenes de gas a los mercados de M�xico o Estados Unidos, integrado por ocho barcos metaneros, exportar� 3.6 trillones de pies c�bicos, TCFs, en 20 a�os). Dos trenes a Argentina y dos trenes a Brasil. Los ocho trenes exportar�an 28.8 TCFs, lo que es m�s que todas las reservas probadas de Bolivia, que s�lo alcanzan a 27 TCF (Semanario "Pulso", 16 al 22 de abril de 2004). La consigna de las petroleras para Bolivia es muy clara. Ni un solo metro c�bico de gas debe ser industrializado dentro de su territorio, ya que ellas obtendr�n grandes utilidades al industrializarlo en el exterior. Para alcanzar este objetivo, las compa��as y sus voceros internos, como Carlos Alberto L�pez y Carlos Miranda, han dicho que s�lo es posible industrializar el gas en Bolivia si se exporta grandes cantidades de metano o gas seco. Ninguno de ellos puede explicar el por qu� Chile, que no exporta gas seco, tiene cuatro enorme plantas de metanol, fabricado a partir del metano, convertido en uno de los rubros de exportaci�n mas grandes del vecino pa�s. Se preguntan, asimismo, de d�nde Bolivia obtendr�a recursos para industrializar su gas. Y nosotros preguntamos, �de donde aparecen los recursos para exportarlo sin valor agregado? �Acaso la exportaci�n de gas a EEUU no requiere de m�s de 7. 000 millones de d�lares? Importantes proyectos de industrializaci�n en Bolivia requieren mucho menos de esa cantidad.
El ingeniero Lu�s Carlos Kinn, en carta al Presidente Carlos Mesa y en notas period�sticas (El Deber, de Santa Cruz, 5 y 19-04-04), ha demostrado que Bolivia puede convertir la totalidad de sus reservas de gas natural en diesel ecol�gico, para cuyo producto existen mercados en todos los pa�ses industrializados del mundo, comenzando con Brasil. De esta manera, los 54 TCFs que tiene Bolivia y que al precio de un d�lar de pies c�bicos valdr�a 54.000 millones de d�lares, se multiplicar�an por cinco o m�s veces si se transforma en diesel. Bolivia importa ml barriles de diesel diarios, por lo que gasta alrededor de 100 millones de d�lares anuales. Con una peque�a planta de diesel en Yacuiba, el pa�s ahorrar�a ese monto de divisas. Luego podr�a instalar una planta de 90.000 barriles diarios, los que, en la transformaci�n de gas a diesel, generan energ�a el�ctrica y 90.000 barriles diarios de agua potable, que transformar�an al reseco y siempre sediento chaco tarije�o. Industriales cruce�os han comenzado a instalar una planta de �rea, lo que es altamente positivo. Debe continuarse con una termoel�ctrica para explotar el hierro del Mut�n (el gas opera como reductor de este mineral). La empresa GTL Internacional ha ofrecido al gobierno fabricar polietileno en Patacamaya, debido a la cercan�a de esta poblaci�n altipl�nica al Oc�ano Pac�fico, y otra de Dimetil Eter, un sustituto barato del GLP. Ambos productos proceden del metano.
EL GAS: HERRAMIENTA DE LA LIBERACION NACIONAL
La pol�tica energ�tica de Bolivia debe consistir, en consecuencia, en cambiar a gas nuestra matriz energ�tica. Lograr que la mayor parte del parque vehicular, alrededor de 450.000 veh�culos, funcionen a gas. Las redes de gas domiciliario deben estar presentes en toda la Rep�blica. La exportaci�n de gas a Chile debe ir acompa�ada de la soluci�n al problema de nuestro enclaustramiento geogr�fico. Si Brasil y Argentina quieren nuestro gas, la operaci�n debe ser condicionada a que vol�menes similares a los exportados se industrialicen en territorio boliviano. Finalmente, debemos descartar la venta de gas a M�xico y EEUU por ser antiecon�mica y lesiva al inter�s nacional.
El gas, como ha podido advertirse, es el instrumento que le queda al pa�s para salir de la pobreza, impulsar su industrializaci�n en forma equilibrada y homog�nea, bases esenciales para consolidar la unidad nacional, afectada por intereses internos e internacionales. Si bien el paso inicial reside en la recuperaci�n efectiva del control de nuestros hidrocarburos, lo que significa rescindir los contratos con las petroleras que han contrabandeado gas a Cuiaba, que han evadido impuestos y que han vendido gas y petr�leo al exterior a precios inferiores a los del mercado interno, la tarea pasa por que YPFB vuelva a ser la empresa integrada horizontal y verticalmente como lo fue en el pasado. Sin embargo, nadie quiere que YPFB se convierta en bot�n de partidos pol�ticos o sindicalistas corruptos. Para evitarlo, se necesita promulgar la Ley de Investigaci�n de Fortunas presentada por el autor de estas l�neas, en agosto de 1990. Se requiere, asimismo, que YPFB funcione con control social, lo que implica publicar semanalmente sus estados de cuentas en peri�dicos de circulaci�n nacional. Se precisa una tregua social de por lo menos cinco a�os, mediante la cual los sectores sociales y sindicales se comprometen a no hacer paros ni huelgas, pero a condici�n de que nadie gane m�s de 10.000 bolivianos mensuales, lo que significar�a democratizar el sacrificio. Es urgente, en fin, implantar el modelo end�geno de desarrollo, el que consiste, b�sicamente, en pensar con cabeza propia y ser autosuficientes en alimentaci�n, vestido y vivienda. Este es el mejor camino para recuperar la autoestima y la dignidad nacionales, que las transnacionales y sus agentes internos tratan de destruir.




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