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Oro, codicia y genocidio en las Américas: de California al Amazonas
Pratah Chatterjee
Abya Yala News online
Traducido para Rebelión por Germán Leyens
"Los guerreros blancos cruzaron en sus largas piraguas. Los indios
dijeron que los recibirían en paz así que cuando desembarcaron los blancos los
indios fueron a recibirlos... Ge-Wi-Lih dijo que alzó su mano... pero que el
blanco disparó y le dio en el brazo... dijo que cuando juntaron a los muertos,
descubrieron que los pequeños fueron matados a cuchilladas y que muchas de las
mujeres fueron también matadas a cuchilladas... esta anciana también contó como
los blancos colgaron a un hombre en la isla Emerson... y que hicieron un gran
fuego debajo de él. Y otro... fue atado a un árbol y quemado hasta morir."
-William Benson, historiador pomo, relata las masacres en Clear Lake,
California, mayo de 1850.
"Un grupo de leñadores y mineros cerca de Pontes e Lacerda emboscó y atacó
violentamente a por lo menos 14 indios katitaulhu en la reserva Sarare. Los
leñadores después saquearon la aldea de los indios, dañando un puesto de salud y
una escuela y robaron dinero, herramientas y vehículos que pertenecían a los
indios. Partidarios de los indios, que tan tratado de movilizar a funcionarios
federales para cumplir con órdenes judiciales para remover a los leñadores y
mineros ilegales de la reserva recibieron posteriormente amenazas de muerte e
intimidación. Los katitaulhu también fueron amenazados con más violencia por los
invasores. Informes médicos señalan que 14 indios fueron heridos, muchos por
haber sido maniatados y golpeados."
-Informe del Fondo de Defensa del Medio Ambiente de Mato Grosso, Brasil,
noviembre de 1996.
Miles de kilómetros, y casi un siglo y medio, separan estos dos violentos
incidentes contra los pueblos pomo de California y los pueblos nambikwara de
Mato Grosso, Brasil. Pero la causa a la raíz de ambos incidentes fue exactamente
la misma: colonos a la búsqueda de oro.
El incidente de Clear Lake fue un resultado directo de la llegada de Charles
Stone y Andrew Kelsey, dos rancheros llegados al lago en 1847, que capturaron y
compraron cientos de pomo, obligándolos a trabajar como esclavos. Kelsey obligó
a hombres pomo a ir a las montañas como virtuales esclavos para que le ayudaran
a buscar oro. En su momento, dos vaqueros pomo, Shak y Xasis, tomaron la ley en
sus propias manos y ejecutaron a ambos colonos provocando la ira del ejército de
EE.UU. en los incidentes mencionados.
Los katitaulhu son uno de los 12 subgrupos nambikwara cuyas tierras fueron
invadidas por primera vez en los años 70 cuando la carretera BR364 de Cuiaba en
Mato Grosso a Porto Velho en Rondonia, financiada por el Banco Mundial, fue
inaugurada por el gobierno militar de Brasil. Diezmados por las epidemias y
reasentados por la fuerza para liberar terreno para la carretera, numerosos
nambikwara murieron al hacer desesperados peregrinajes en un intento por volver
a sus tierras tradicionales. Unos 6.000 mineros de oro invadieron la reserva
sarare en los años 90, contaminando gravemente importantes cursos de agua de la
zona, perturbando la pesca y la caza, propagando la malaria y enfermedades
virales. El incidente descrito anteriormente es sólo uno de muchos ataques
contra los nambikwara en los últimos dos decenios.
Fundamento del imperio
El oro ha sido el fundamento de imperios a través de la historia y sigue siendo
la causa fundamental de muchos ataques genocidas contra pueblos indígenas en
todo el mundo. Los romanos basaron su imperio en el oro español, los españoles
fundaron el suyo en el oro inca, la Fiebre del Oro fue la base del fundamento
del estado de California y en la actualidad el Banco Mundial obtiene beneficios
con su apoyo a las minas de oro.
Pizarro, el conquistador español, llegó a Cajamarca (ahora parte de Perú) en
1532 y engañó a Atahualpa, el último rey Inca, para hacerlo caer en una
emboscada que condujo al colapso de su imperio. Uno de los últimos actos de
Atahualpa fue un intento de sobornar a los españoles ofreciéndoles una recámara
repleta de oro y dos habitaciones llenas de plata. Los españoles aceptaron la
oferta pero después de apoderarse del oro, asesinaron a Atahualpa y procedieron
a arrasar el resto de la ciudad.
En la actualidad la recámara del rescate es el único monumento superviviente de
la presencia del Inca, pero la región sigue siendo violada por oro; es donde se
encuentra Yanacocha, la mayor mina aurífera de América Latina, que es controlada
por Newmont Mining de Colorado, EE.UU., y financiada por el Banco Mundial. Casi
500 años después que el Inca murió defendiendo sus tierras, la gente de
Cajamarca muere por la contaminación de sus aguas y sus tierras siguen siéndoles
arrebatadas.
A pesar de todo, economistas, historiadores y medios siguen celebrando por igual
el metal. En 1994, economistas del Banco Mundial colmaron de elogios a Perú por
convertirse en la economía de más rápido crecimiento del mundo con las nuevas
minas de oro. En 1998, historiadores y medios se lanzaron en un frenesí festivo
por el 150 aniversario de la fundación del estado de California después de la
famosa Fiebre del Oro de 1849.
Pero para las comunidades indígenas la llegada de los mineros de oro siempre ha
traído la enfermedad y la muerte, sea entre los pueblos nomlaki del noroeste de
California en los años 50 del siglo XIX o los yanomami del Amazonas en los años
90 del siglo pasado, como lo demuestran los dos ejemplos siguientes:
Enfermedades mortíferas
"Ellos (los americanos nativos) se habían ocultado en los montes. No hubo
lluvia durante tres años y se combatía todos los días. No había trébol, ni
bellotas, ni enebrinas o lentejillas. Nada, durante tres años. Finalmente los
indios fueron atacados por la viruela y el doctor indio no pudo curarlos. Llegó
la gonorrea. Murieron por miles."
-Andrew Freeman, historiador nomlaki, narrando la historia de sus pueblos en los
años 50 del siglo XIX.
"El mayor problema actual para los yanomami son los garimpeiro (mineros de
oro) que están en nuestra tierra y las enfermedades que traen consigo. Entre
ellas tenemos enfermedades como la gripe, la tuberculosis y las enfermedades
venéreas que, contaminan a mi pueblo. Ahora tememos que traigan paperas y
también el sida, esta enfermedad que es tan peligrosa que no la queremos entre
nosotros. Pero la peor enfermedad para nosotros es la malaria, que llega con los
mineros de oro. La Fundación Nacional de Salud del gobierno dice que 1.300
Yanomami enfermaron de malaria hasta mayo de este año."
-declaración de Davi Yanomami, agosto de 1997.
Aproximadamente un 60 por ciento de los cerca de 150.000 nativos de California
fueron eliminados por la hambruna y la enfermedad entre los años 1850 y 1870
mientras otro 20 por ciento fue asesinado por los colonos. La tasa de
destrucción de los yanomami brasileños es espantosamente similar, en la
actualidad quedan unas 8.000 personas, una reducción de un 60 por ciento de los
cerca de 20.000 que vivían en la región hace sólo 20 años.
La locura del mercurio
Las milicias armadas y las enfermedades letales no son los únicos terrores que
acecharon a los pueblos nativos de California en los años 50 del siglo XIX y a
las comunidades indígenas del Amazonas en los años 80 del siglo pasado. El
mercurio, un metal altamente tóxico, utilizado durante siglos por mineros de oro
en pequeña escala para extraer las ínfimas motas del brillante metal del
mineral, también ha cobrado numerosas víctimas.
El mercurio puede disolver hasta un 60 por ciento del oro contenido en el
mineral en una solución física, conocida como amalgama. Esta amalgama puede ser
descompuesta rápida y fácilmente calentando el mercurio, de la misma manera como
la sal puede ser recuperada del agua de mar. Este vapor de mercurio es atrapado
por la humedad atmosférica y se precipita a los suministros de agua local donde
puede envenenar a los peces y animales que se encuentran más arriba en la cadena
alimenticia.
La Fiebre del Oro de California en 1849, tal vez la más celebrada en la
historia, dejó un legado mortal de cerca de 7.600 toneladas de mercurio en los
lagos, ríos y sedimentos del estado mientras más de mil toneladas de mercurio
son depositadas actualmente por pequeños mineros en las frágiles selvas húmedas
del Amazonas.
Sólo un gramo de mercurio vertido en ochenta millones de litros de agua podría
causar preocupación según los estándares federales de salud humana de Estados
Unidos para el agua potable y sería suficiente para contaminar un pequeño lago.
El mercurio es una toxina persistente que puede destruir fetos, el sistema
nervioso central humano, órganos reproductivos y sistemas inmunológicos.
Más de un siglo después de que los mineros invadieron California, décadas
después de que las minas fueron cerradas, la pesca sigue prohibida en Clear Lake,
California, por la fuerte contaminación del lago con mercurio. Expertos
ecologistas en las reservas tribales del noroeste de California están
comprendiendo que podrían tener que pedir ayuda para limpiar los desechos que
contaminan el río Trinity.
Mientras tanto, nadie conoce la verdadera dimensión de los problemas en el
Amazonas brasileño, pero estudios iniciales han mostrado que los niveles de
mercurio en peces del río Tapojos fueron en 1995 3,8 partes por millón (ppm),
casi ocho veces el nivel máximo federal permitido de 0,5 ppm en 1989; peces en
el río Madeira tuvieron hasta 2,7 ppm.
Buenas noticias, malas noticias
Por suerte, el mercurio ya no es utilizado el California y los mineros en
pequeña escala fueron expulsados recientemente del territorio yanomami en enero
de 1998 por el ejército brasileño. Hay más buenas noticias: los pueblos macuxi
de Roraima, Brasil, bloquearon las rutas en 1997 para exigir con éxito la
remoción de los mineros de oro de su territorio.
Sin embargo, actualmente las tierras de los pueblos nativos de Norteamérica son
objeto de una nueva invasión de mineros de oro y las comunidades indígenas de
América Latina son las próximas en la lista, como señalamos a continuación.
En los años 60, Newmont Mining, la corporación de Colorado, se unió al Buró de
Minas de Estados Unidos para perfeccionar una técnica para extraer un 97 por
ciento del oro de mineral excavado en los desiertos de Nevada utilizando un
producto químico llamado cianuro. Esas tierras desérticas, las tierras sagradas
y tradicionales de los shoshone occidentales, son ahora la fuente de la mitad
del oro en Estados Unidos.
Las corporaciones de todo el mundo han imitado el método, utilizando esta
tecnología de cianuro junto con poderosos explosivos y masivos equipos de
movimiento de tierras que permiten volar montañas enteras, para apoderarse del
negocio de la minería de oro.
Una cucharada de té de una solución de un dos por ciento de cianuro puede matar
a un adulto humano. El cianuro bloquea la absorción de oxígeno por las células,
provocando la "sofocación" efectiva de la víctima. Impactos adversos del cianuro
sobre los peces han sido señalados a niveles de 0,01 ppm, concentraciones tan
bajas como cinco partes por mil millones han llevado a inhibir la reproducción
de peces, mientras que se sabe que niveles de 0,03 ppm los matan.
La exposición oral a bajos niveles de cianuro puede causar una disminución de
las funciones respiratorias y tiroideas, dolores cardíacos, vómitos, dolores de
cabezas y toxicidad del sistema nervioso central en los seres humanos. La
exposición a breve plazo a altos niveles de compuestos de cianuro puede causar
problemas respiratorios, toxicidad del sistema nervioso central y corrosión
gastro-intestinal.
El mortífero químico es utilizado actualmente en Norteamérica en las tierras de
pueblos como los pomo en California, los shoshone occidentales en Nevada, los
sioux en Dakota del Sur, los assiniboine y gros ventre en Montana. También son
amenazados los quechan en Arizona, los paiute en Nevada y los colvilles en el
estado de Washington, cuyas tierras están siendo consideradas para nuevas minas
de oro.
También son envenenados con cianuro los pueblos que viven en el río Essequibo en
Guayana, donde se informó sobre pescados y cerdos muertos en agosto de 1995
después de la ruptura de una represa de aguas residuales en la mina de oro Omai
que vertió 3.200 millones de litros de residuos mezclados con cianuro al río en
lo que se considera el mayor desastre de ese tipo en la historia. Estudios de la
Organización Panamericana de la Salud han mostrado que fue destruida toda la
vida acuática en el arroyo de cuatro kilómetros de larga que va desde la mina
hasta el Essequibo. También se informó sobre muertes sospechosas de peces,
ganado y hasta de seres humanos entre la gente de Cajamarca, Perú, donde Newmont
Mining utiliza cianuro para extraer oro.
Mientras tanto, varias otras comunidades indígenas y tradicionales en toda
América Latina están siendo consideradas para nuevas minas de oro, como ser la
comunidad maroon de Nieuw Koffiekamp en Surinam en la que Golden Star de
Colorado (también operadora conjunta de la mina de oro Omai en Guayana), ha
amenazado y acosado, según se informa, a miembros de la comunidad, utilizando
munición de guerra para alejarlos de áreas en las que la compañía busca oro.
En Centroamérica, el Directorado Panameño de Recursos Naturales informa que un
70 por ciento de los cerca de 20.000 kilómetros cuadrados de Panamá que se
piensa podrían tener potencial minero se encuentra en tierras reclamadas por
grupos indígenas. El gobierno ya ha aprobado amplias concesiones para la minería
de cobre y oro dentro de los territorios Ngöbe-Buglé y Kuna.
Pero las comunidades están resistiendo en todas las Américas. Los assiniboine,
los colvilles, los gros ventre, los sioux y los shoshone occidentales han
recurrido a los tribunales para protestar contra las minas de oro, mientras que
los pueblos de América Latina también realizan una decidida oposición, desde los
cortes de ruta en Panamá a las quejas antes los organismos internacionales de
los maroons de Surinam.
Ya es hora de que los pueblos de todo el mundo apoyen estas luchas y exijan un
fin del estatus del oro como costumbre bárbara. Como líderes de los primeros
pueblos de las Américas testimonian en las declaraciones que citamos: el agua
pura, las culturas y la vida tradicionales son más preciosas que todo el oro
excavado desde las profundidades.
"Tenemos el derecho de oponernos porque la historia nos ha hecho escépticos
frente a ciertos hombres blancos, porque hemos perdido millones de vidas
humanas, millones de hectáreas de tierra y millones de toneladas de oro, plata y
cobre sin obtener compensación"
-Atencio Lopez, Kuna, Panamá, agosto de1996.
"Queremos progreso sin destrucción. Queremos estudiar, aprender nuevas
maneras de cultivar la tierra, de vivir de sus frutos. No queremos vivir sin
árboles, caza, peces y agua dulce. Si esto sucede la miseria recaerá sobre
nuestro pueblo. Espero que ustedes me ayudarán en esta lucha"
-Davi Kopenawa Yanomami, Brasil, agosto de 1997
"Cavar bajo la tierra para llegar a ese oro, bombear esa agua para llegar a
ese oro, es un crimen, es un crimen contra la humanidad, es un crimen contra la
vida, la vida misma de la que depende toda la gente, no sólo la gente, porque
tenemos otras cosas en el mundo: tenemos a los ciervos, tenemos al águila,
tenemos a los conejos, tenemos toda la vida del mundo y la minería del oro de la
actualidad va a destruir eso, está destruyendo eso, la vida de las futuras
generaciones va a desaparecer"
-Carrie Dann, anciano tradicional de los shoshone occidentales, primavera de
1997.
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El autor es activista minero del Project Underground, un grupo de derechos
humanos de Berkeley, California. Su último informe, "Gold, Greed, and Genocide:
unmasking the Myth of the '49ers," es vendido por Project Underground por
US$5.00.
El correo de Project Underground es:
project_underground@moles.org. Su sitio es:
http://www.moles.org
http://saiic.nativeweb.org/ayn/goldgreed.html