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Pronunciamiento del Ejército de Liberación Nacional (ELN)
Colombia: El acuerdo humanitario y los camino de la paz
EL ACUERDO HUMANITARIO Y LOS CAMINOS DE LA PAZ
1. La paz no es sólo ausencia de confrontación militar.
Para los colombianos la paz es una especie de sueño, algo que quisiéramos
alcanzar pero que no hemos podido, la guerra es la cruda realidad que vivimos
cada día, desde hace más de 40 años. Junto a esta guerra pervive la crisis de
una sociedad que reproduce y amplía, en dimensiones apocalípticas, las
condiciones del conflicto.
La existencia de unas estructuras sociales antidemocráticas, injustas,
oprobiosas, que el Estado se ha negado reformar y la represión violenta de las
luchas por las reformas, son las causas originarias y que reproducen cada día la
existencia de la guerrilla colombiana. En medio de tales condiciones de la
población, tan sólo basta un reducido número de personas decididas para poner en
marcha un nuevo movimiento guerrillero.
La paz con trasformaciones sociales es el sueño de la guerrilla y de la mayoría
de los colombianos. Y la desmovilización de la guerrilla dejando intactas las
estructuras de poder ha sido el propósito de todos los gobiernos, por eso las 7
desmovilizaciones de finales de los 80 y principios de los 90, lo reconfirmaron
con crudeza.
Pensar hoy en una posibilidad real de solución política implica tener la certeza
que este círculo vicioso no se vuelva a repetir, sería ingenuo que la guerrilla
de hoy repitiese los caminos equivocados de ayer, como también irresponsable y
mentiroso de nuestra parte decir las cosas a medias, pues estamos convencidos
que la paz no es sólo la ausencia de confrontación militar, y que una solución
política sólo será posible si se dan transformaciones sociales, económicas y
políticas.
En el marco de éste pensamiento y de acción, reafirmamos nuestro carácter de
Fuerza Beligerante, pues estamos convencidos en la búsqueda de una paz con
justicia social, porque encarnamos un proyecto político que tiene grandes
identidades con diversas organizaciones democráticas y sociales, a la vez que
somos oposición política y armada contra el Estado respetamos la legislación
internacional y el DIH. No compartimos y cuestionamos con nuestra práctica el
terrorismo y el narcotráfico.
2. El drama social exige cambios del gobierno .
El drama social se ha convertido en tragedia como producto de las lesivas
políticas que se derivan del modelo neoliberal impuesto por las doctrinas del
TLC y la abierta ingerencia de las Corporaciones Transnacionales. La crítica y
la protesta social a sus devastadores resultados es desoída por el gobierno y
por el contrario se implementa la judicialización de las organizaciones sociales
y la penalización de su protesta, la eliminación de los derechos laborales y de
la seguridad social, los despidos masivos de trabajadores, el incremento de las
obligaciones tributarias, la continuidad de la represión generalizada, el
destierro de pobladores del campo y la ciudad hoy se suman a los millones de
desplazados.
Un gobierno ajeno a las demandas de la sociedad es el principal agente
reproductor de los conflictos de hoy y de mañana. Por eso los caminos hacia la
paz exigen del gobierno una modificación sustancial de sus políticas, pues de lo
contrario toda tentativa de paz será vana.
3. El gobierno colombiano no está preparado para la paz.
El gobierno colombiano no está preparado para asumir una política de paz,
por cuanto está montado y comprometido con una estrategia de guerra contra el
movimiento popular y el movimiento insurgente. La persecución, el atropello, la
violación de los derechos humanos lo confirma día a día, pero también el ajuste
a la legislación, como el estatuto antiterrorista, lo alejan cada vez más de una
verdadera opción de paz.
No podemos hacernos ilusiones que los caminos de la paz sean posibles en este
gobierno; existe un ambiente tenso y lleno de desconfianzas, a más de las
producidas en 40 años de guerra, la agudización de la confrontación cotidiana
las ha exacerbado. Pero sea hoy o en el futuro es una obligación trabajar por
alcanzar este objetivo cierto para la patria.
4. El acuerdo humanitario y los caminos hacia la paz.
Con el objetivo de despejar estas dudas, de abrir caminos que hagan viable
la solución política hemos propuesto la realización de un Acuerdo Humanitario
sobre tres temas esenciales: a) Limitación sobre el uso de las minas y
artefactos explosivos, b) Amnistía general para los Presos Políticos y
Prisioneros de Guerra, y c) Cese al fuego bilateral y temporal.
Un acuerdo de esta naturaleza creará las bases iniciales de confianza y dará la
seriedad básica que cualquier proceso de solución del conflicto requiere. Este
paso enseñará la real voluntad de las partes para avanzar en un proceso de paz.
El ELN entiende que la búsqueda de la paz no es sólo el silenciamiento de los
fusiles, sino de cambios en la realidad social y política en que se desenvuelve
la vida de todos los colombianos, por eso el Acuerdo Humanitario es el primer
paso en la construcción de dicho camino. El segundo paso es la construcción de
las propuestas sobre las transformaciones que el país necesita en todos los
órdenes, con la participación de la sociedad.
El Estado y la Insurgencia debemos propiciar la creación de los escenarios para
que el conjunto de la sociedad participe en la construcción de propuestas que
apunten a resolver la crisis de la sociedad. A este proceso de participación
directo y protagónico de la sociedad es al que hemos denominado la CONVENCIÓN
NACIONAL, como un ejercicio de la democracia directa donde la sociedad es quien
diseña el futuro que nos obliga a todos
5. Un obstáculo para la paz.
Por ser un momento sumamente complejo, de múltiples heridas abiertas, se
requiere tratar el asunto de la paz con responsabilidad y seriedad. Fenómenos
como el diálogo del Gobierno con los paramilitares acrecienta las tormentas de
la incertidumbre. Para todo mundo es un "diálogo entre aliados", pues la
verdadera guerra de los paramilitares ha sido esencialmente contra la población
desarmada e indefensa, los registros de tal "confrontación" son ampliamente
conocidos en las listas de masacres, en los cientos de miles de víctimas y en
los millones de desplazados, todos ellos gentes pobres y humildes. Esta es la
prioridad a resolver, antes que aplicar la generosidad a los victimarios y de
legalizar las grandes fortunas que los jefes paramilitares acumularon en el
negocio del narcotráfico.
6. Reivindiquemos la verdad.
El ELN considera que cualquier proceso de diálogo debe ser de cara al país,
transparente y con información objetiva a la opinión nacional e internacional.
En esta sana lógica se requiere de una filosofía y una ética en la comunicación,
donde la verdad deje de ser la primera afectada. La verdad, la transparencia y
el apego a la objetividad son el camino cierto que nos podrán conducir a un
futuro de paz.
7. La facilitación nacional e internacional .
Trabajar por la paz de Colombia es también un aporte en la construcción de la
paz en el mundo, por eso propugnamos por un proceso abierto a la contribución
internacional. Al igual que México otros países vienen apoyando y facilitando
las gestiones de paz, sobre la base que la resolución del conflicto es un asunto
de manejo soberano y un esfuerzo principal de todos los colombianos. Siempre
saludaremos con beneplácito todos los esfuerzos nacionales e internacionales que
han estado prestos para acompañarnos con la equidad e imparcialidad que las
complejidades del conflicto colombiano lo requiere.
Comando Central
Ejército de Liberación Nacional
Montañas de Colombia
Junio 14 de 2004