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Bolivia: Referéndum vinculante sobre los hidrocarburos
Carlos Villegas Quiroga
REDADA.
El malestar social que prima en el país, entre otros factores, se debe a la
disconformidad de amplios sectores sociales respecto a las decisiones políticas
que tomaban los poderes del Estado y los partidos políticos encumbrados en el
poder desde agosto de 1982. Este comportamiento político tuvo efectos drásticos
ya que la llamada clase política fue sistemáticamente excluyendo a la sociedad,
generando círculos de poder y de intereses económicos que atentaron no sólo los
intereses del Estado sino, principalmente, de la sociedad.
El proceso que germinó la emergencia de los movimientos sociales, cuyo momento
trascendental fue Octubre de 2003, tuvo entre sus demandas principales el de
participar directamente en las decisiones fundamentales que hacen al futuro del
país, por esa razón se incluyó el Referéndum vinculante, como nueva forma de
hacer política y transitar a la llamada democracia participativa. Por supuesto,
en el debate nacional previo al desenlace fatídico de Octubre el sistema
político, en especial los partidos que administraron el Estado los últimos 22
años tuvieron posiciones encontradas sobre el tema, la mayoría tenia reticencia
a aceptar, en especial el ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, que en los
últimos días de su gobierno sólo mostró sensibilidad para comprometerse con el
Referéndum consultivo y no vinculante como era la demanda de una parte
importante de la población boliviana.
Este 18 de julio de 2004 se llevará a cabo el Referéndum vinculante sobre el
tema hidrocarburífero con características contextuales especiales; por una
parte, el país todavía se encuentra sumido en una profunda crisis política cuyas
formas de manifestación se vislumbran en la presencia de expectativas diferentes
acerca de la política hidrocarburífera, a nivel de los sectores sociales y
regiones del país. Empero este será un hecho histórico sin precedentes ya que
por primera vez en la vida democrática de Bolivia se ejercitará el derecho de
los y las bolivianas encumbrados en la búsqueda de hacer política en un nuevo
contexto que podría cambiar drásticamente la concepción y el ejercicio de la
política.
El 18 de mayo el presidente Carlos Mesa presentó a la población cinco preguntas
alrededor de las cuales se realizará el Referéndum vinculante, tiene esta
denominación porque las respuestas de los y las ciudadanas deberán ser
respetadas en las instancias de poder, en especial en el Ejecutivo y
Legislativo, esto quiere decir, que las respuestas no sufrirán modificaciones y
orientarán el diseño de la Ley de Hidrocarburos que estará a cargo de estos
poderes, en particular del Legislativo.
La lectura global e integral de las preguntas lleva a realizar algunas
consideraciones generales. Por una parte, si bien el presidente Mesa a través de
las encuestas tiene un apoyo ciudadano significativo que fluctúa entre el 60 y
70 por ciento, por el contexto de crisis e incertidumbre requiere un espaldarazo
de la sociedad que le permita continuar con su gestión gubernamental en
particular con los compromisos asumidos en octubre de 2003. Bajo estas
circunstancias, es posible afirmar que la intención del presidente es convertir
este Referéndum en un plebiscito cuyas expectativas girarían en torno a recibir
un apoyo contundente de la población lo cual legitimaría su gobierno y apoyaría
la agenda gubernamental hasta la finalización de su mandato.
Por otro lado, el contenido y la orientación de las preguntas no hacen otra cosa
que poner en consideración de la población boliviana la política energética
plasmada en el anteproyecto de Ley de Hidrocarburos que presentó el gobierno del
presidente Mesa, cuyo objetivo es la venta o monetización de las reservas
certificadas hoy en día propiedad de las empresas transnacionales. En
consecuencia, el gobierno deriva al Referéndum aspectos centrales de su agenda
inclusive, sin ninguna exageración, el futuro de su gestión gubernamental y
permanencia del presidente Mesa en la primera magistratura.
Por estas razones, el diseño y las opciones de las preguntas son absolutamente
cerradas, esto quiere decir que tienen una fuerte inclinación a inducir a la
población por la respuesta afirmativa ya que la opción o respuesta negativa
implicaría el aceptar el statu quo, el cual fue ácidamente criticado por amplios
sectores de la población a lo largo de los últimos años.
* Extracto del texto escrito por el Director de Postgrado en Ciencias del
Desarrollo de la Universidad Mayor de San Andrés CIDES/UMSA
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