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Radios y televisiones comunitarias brasileñas piden fin de la "represión"
Rogéria Araujo
Adital
Más de 50 representantes de la Asociación Brasilera de Radiodifusión
Comunitaria (Abraço) de todo el país participaron el pasado 7 de junio de un
plenario en la Casa Civil, en la capital Brasilia, con el objetivo de rever
algunas propuestas en pro del movimiento de radio y televisión comunitarias.
Como el presidente Luiz Inácio Lula da Silva todavía estaba en Bahia, estado del
nordeste del país, la coordinación de la Abraço afirmó que intentaría conseguir
una audiencia para mañana, día 08.
Todo ese movimiento realizado por la Asociación pretende conseguir que el
gobierno federal se sensibilice y cambie el tratamiento oficial que es dado a
las verdaderas – algunas son mantenidas por políticos - radios y televisiones
comunitarias en todo el país. Acusadas de ilegales por no tener la concesión
necesaria, esos medios de comunicación han sido "víctimas" constantes de la
Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel) y de la Policía Federal. Según
información de Clementino Lopes, uno de los coordinadores de la Abraço, en 2003
fueron cerradas 1.700 radios comunitarias en Brasil.
"Ante tanta represión, estamos pidiendo que algunos puntos fundamentales sean
revistos para que las radios y las televisoras puedan funcionar libremente",
afirma Clementino.
La propuesta de pauta involucra la publicación de una enmienda provisoria que
concede autorización temporaria a todas las radios comunitarias que estuvieron
en el aire el día 1º de Mayo. Se pide además la formación de un grupo especial
para evaluar las actividades de cada entidad para la concesión de la
autorización definitiva.
Otra reivindicación importante es la reformulación de la ley 9.6120/98 – que
trata de la potencia de las radios comunitarias. La Abraço quiere que la
potencia aumente de 25 a 250 watts, valor inicial que es dado a las radios
comerciales.
Siguiendo con lo que establece la propuesta del Foro Nacional por la
Democratización de la Comunicación, se reivindica "el fin de la exigencia de un
único canal para las radios comunitarias, el fin de la exigencia del alcance de
un kilómetro (inviable en regiones como la Amazonía), un procedimiento más
rápido para los procesos administrativos de autorización en el Ministerio de
Comunicaciones y la creación de normas garantizando la transmisión de las
televisoras comunitarias en canal abierto".
Clementino agrega que también ya está iniciándose un movimiento de amnistía para
las personas que están pasando por procesos judiciales por la confiscación de
equipamientos y funcionamiento de las radios. Se estima que están ocurriendo, en
todo Brasil, cerca de 6.000 procesos.