En momentos de confusión política, es útil fijarse lo que hacen las
transnacionales para deducir que los intereses del pueblo boliviano están en el
polo opuesto. Lo anterior sucede con las declaraciones del presidente de la
española Repsol, Alfonso Cortina, sobre el referéndum del 18 de julio, cuyo
texto es el siguiente: "... si el resultado del referéndum es favorable al
proyecto de Repsol YPF, la compañía y sus socios en el consorcio Pacífic LNG de
Bolivia, Brtish Gas y Pan American Energy (formada por British Petróleum y
Bridas Corporation) podrán realizar el proyecto de exportación de ese gas
licuado hacia Estados Unidos y México, con unas inversiones de 6.000 millones de
dólares" (Semanario "La Epoca". 30-05-04).
El meollo de la consulta obligatoria está en estas palabras de la pregunta
cinco: ¿"ESTA USTED DE ACUERDO CON QUE BOLIVIA EXPORTE GAS...."? Tal el mandato
que necesita el Presidente Carlos Mesa para que nuestro energético llegue a
puertos de México o Estados Unidos, en volúmenes gigantescos y precios
irrisorios. Si el gas que exporta EEUU a México, Canadá y Japón cuesta más de 5
dólares en boca de pozo, el consorcio Pacific LNG y la distribuidor Sempras
aspiran a que el gas boliviano llegue a puertos norteamericanos o mexicanos a
menos de ese precio, después de construir un gasoducto que atraviese la
cordillera de Los Andes, instalar una planta de licuefacción sobre el Pacífico
(lo que implica criogenizar el gas a 600 grados bajo cero), transportarlo en
barcos metaneros a 4.000 kilómetros de distancia, introducirlo a una planta de
regasificación y, finalmente, distribuirlo a través de gasoductos domésticos.
Si Argentina, país con el que tenemos un gasoducto a 50 kilómetros de la
frontera, decenas de veces amortizado, nos paga 0.98 dólares el millar de pies
cúbicos, ¿cuánto nos pagará el consorcio Pacific LNG, después se semejante
recorrido? Además, el ex ministro Xavier Nogales ha reiterado que en los
próximos 20 años, Bolivia exportará 28.8 Trillones de Pies Cúbicos (TCFs). La
mitad a EEUU o México y la otra mitad a Argentina y Brasil, lo que implica más
de la totalidad de nuestra reservas probadas, las que llegan a 24 TCFs. ¿Qué gas
recuperaremos a futuro? El delegado Francesco Zarati ha admitido que el proyecto
de ley de Carlos Mesa sólo tiene sentido si se va a exportar grandes volúmenes
de gas a México y EEUU.
El resto de la pregunta cinco tiende a encubrir el inexorable saqueo que se
avecina. En efecto, preguntar si se desea exportar el gas "en el marco de una
política nacional que cubra el consumo interno y fomente la industrialización en
el territorio nacional", es sólo una hueca palabrería, destinada a encubrir los
negociados de las transnacionales y sus servidores internos. En los días que
faltan para el referéndum, el país será literalmente bombardeado por propaganda
oficial, financiada por el Banco Mundial y las petroleras, mientras los medios
de comunicación social, a fin de no enemistarse con los que pagan los avisos,
apenas si darán cobertura a los que denuncian el inminente saqueo, los que ya
son calificados de radicales e intransigentes.
La gran campaña contra Bolivia está impulsada también por la Federación de
Empresarios Privados de Santa Cruz (FEPSC), la que acoge en su seno a la Cámara
Nacional de Hidrocarburos (CNH), es decir a las petroleras. El referéndum, en
los términos antinacionales en que se llevará a cabo, cuenta con el entusiasta
respaldo del MBL, que sólo es la izquierda "gonista"y por los "analistas" de las
fundaciones europeas. Ellos nos recuerdan a diario el sentido progresista que
tienen los referéndums, ya que significan pasar de la democracia representativa
a la democracia participativa. Si creen tanto en la democracia directa, ¿por qué
no permiten que la gente responda si quiere o no la nacionalización de los
hidrocarburos, entendida como la expulsión de las petroleras que nos asfixian,
dividen y destruyen? El MAS de Evo Morales está respaldando de manera
irresponsable estas mismas posiciones. El gobierno de Mesa está continuando la
política neoliberal del "gonismo". A momentos es más cínico que el anterior
cuando, sin verificación seria, ha certificado que las petroleras extranjeras
han cumplido todos sus compromisos de inversión ("La Epoca". 30-05-04). En
determinadas cuestiones es aún peor que el gobierno precedente, el cual, debido
a su descomunal desprestigio, no se atrevía a vender las acciones de las
empresas capitalizadas. Carlos Mesa ha comenzado a venderlas con una
irresponsabilidad digna de los "barones" del estaño.