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Referéndum: el gran engaño
Andrés Soliz Rada
Rebelión
Cada vez resulta más evidente que el referéndum del 18 de julio próximo y el
proyecto de nueva ley de hidrocarburos que lo acompaña son criaturas de las
empresas petroleras. No han faltado, como nunca faltan, los amanuenses que
escriben los que las transnacionales dictan Víctor Paz Estensoro (VPE), cuando
enfrentaba a la Rosca minero-feudal, decía que no temía tanto a la Gran Minería
como a sus abogados nativos. Lo que decía VPE antes de 1952, se repite al
presente,
Los escribas resolvieron utilizar el desprestigiado nombre de Gonzalo Sánchez de
Lozada (GSL), al que casi todos sirvieron, en la primera pregunta de la
consulta, a fin de contrastarlo con el de Carlos Mesa Gisbert (CMG), en la
pregunta cuatro. La patraña se desinfla al comprobar que CMG gobierna con toda
la estructura "gonista". Mantiene a todos los embajadores designados por GSL, en
tanto que las nuevas designaciones recayeron en Guido Capra, hombre clave del
MNR, y en Antonio Aranibar, su canciller entre 1993 y 1997.
El influyente Superintendente de Hidrocarburos, Guillermo Torres, designado a
dedo por GSL, es ahora Ministro de Energía e Hidrocarburos. Otro Superintendente
clave, Guillermo Aponte, viene de Transredes, trabajó para el Presidente de la
AFP "Futuro" de Bolivia, Gonzalo Bedoya, y cumple órdenes del ex Ministro Carlos
Sánchez Berzaín. El Grupo "Prisma" perdió a Aranibar en el Gabinete, pero logró
dos espacios, con Francesco Zaratti y Horst Greve. Todos ellos forman parte de
la misma "Fundación" orientada por dos personajes de Transredes y ex ministros
de GSL, Fernando Candia y Jaime Villalobos. Uno de los voceros del Referéndum es
Roberto Barbery, del grupo de Carlos Hugo Molina, prefecto de Santa Cruz, el
personaje que sistematizó la "Participación Popular", con la que se pretendió
lavar la cara del "gonismo", mientras se liquidaba el patrimonio público.
Con total irresponsabilidad, CMG y sus colaboradores dicen que gracias a la
pregunta Dos, en la que se habla de la recuperación de los hidrocarburos, se
habrá dado una forma de "nacionalización". A partir del 18 de julio, añaden,
YPFB fijará precios y volúmenes y elegirá mercados para el gas y el petróleo.
Las petroleras deben desternillarse de risa frente a semejante engaño, las que
tienen contratos suscritos por 40 años, a los que, gracias a la docilidad del "mesismo",
los consideran intocables.
La pregunta tres anota que la mitad de las acciones Transredes, Chaco y Andina
podrían ser transferidas a YPFB. Mientras CMG sostiene que el rendimiento de
esas acciones potenciará al ente estatal, varios de sus ministros afirman que
tales utilidades servirán para pagar el Bono Solidario (BONOSOL). El problema
del país no está sólo en esas acciones sino en cambiar la dolosa Ley de
Capitalización, cuyo eje es el denominado Fondo de Capitalización Colectiva (FCC),
el que, al carecer de personalidad jurídica y directorio, está fuera del
ordenamiento legal del país.
Anotábamos que CMG fue traicionado por su ego, al incluir su nombre en la
pregunta cuatro, relativa a que si se debe usar el gas para negociar con Chile
nuestra reivindicación marítima. Tal reivindicación debería ser una política de
Estado y no del ocasional Presidente del país y menos servir para que el ex
vicepresidente de GSL enajene las reservas de gas en condiciones lesivas al
interés nacional. Hemos confirmado que el Presidente Mesa ha recibido detallada
explicación de las posibilidades de industrializar el metano (o gas seco) dentro
del territorio nacional. Por esta razón, cuando afirmó en el programa televisivo
de Eduardo Pérez Iribarne que se necesita exportar grandes cantidades de gas
para industrializarlo, ha faltado a la verdad de manera consciente.
¿Acaso Chile ha necesitado exportar gas natural para instalar cuatro enormes
plantas de metanol en su territorio? Cuándo se nos dice que se requieren grandes
inversiones para industrializar el gas, ¿no es evidente, como ha demostrado el
ingeniero Justo Zapata, que también se deben conseguir grande inversiones para
exportarlo a México y Estados Unidos? Quienes pretenden separar las preguntas
entre buenas y malas están equivocados. Todas ellas forman una unidad que debe
ser rechazada en su conjunto. Tal rechazo debe consistir en no votar el 18 de
julio. Propugnamos, en consecuencia, una abstención activa, en el que la gente
patriota acuda a los recintos con pancartas y panfletos, en los que se explique
las dimensiones del engaño que se pretende causar a Bolivia.