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Mesa defiende a las petroleras, dice que ganan muy poco
Econoticiasbolivia.com
El gobierno neoliberal de Carlos Mesa intensificó su millonaria campaña de
propaganda y desinformación para defender a las transnacionales petroleras y
neutralizar la creciente exigencia popular de nacionalizar el gas y el petróleo.
La campaña, que se realiza profusamente por radio, prensa y televisión, intenta
mostrar que en el negocio del gas, las petroleras extranjeras ganan muy poco,
mucho menos que el Estado.
Así, en los documentos oficiales de la "Campaña Informativa del Gas" se asegura
que el Estado boliviano recibe, por regalías e impuestos, el 35 por ciento de
todos los ingresos que se genera en el negocio hidrocarburífero, mientras que
las transnacionales obtendrían sólo el 25 por ciento como ganancias netas. El
restante 40 por ciento sería destinado a pagar los costos de operación y
producción.
Según esta millonaria campaña publicitaria, en la que se intenta validar los
datos proporcionados por las transnacionales, el Estado obtendría un 40 por
ciento más de ingresos que las petroleras, por lo que el negocio del gas, tal
como está ahora, estaría beneficiando más a Bolivia que a los inversionistas
extranjeros.
Los datos de las transnacionales, que inflan exageradamente sus costos y sus
inversiones para pagar menos impuestos y regalías, han sido asumidos como
ciertos por el gobierno de Mesa, a pesar de la existencia de varios informes
gubernamentales que muestran que las petroleras ganan mucho más de lo que
declaran oficialmente.
SE OCULTA INFORMACIÓN
Este es el caso, por ejemplo, de la información oficial presentada por el ex
Delegado Presidencial para la Capitalización, Juan Carlos Virreira, quien
demostró en forma documentada que las transnacionales que operan en Bolivia
tienen uno de los costos de producción más bajos de toda la industria petrolera
mundial, todo lo contrario de lo que afirma la campaña propagandística
gubernamental.
Los datos presentados por Virreira mostraban que el costo promedio para la
producción de un barril equivalente de petróleo es de 5,6 dólares a nivel
mundial, pero que en Bolivia ese costo se reducía en el caso de Repsol / YPF a
tan sólo un dólar y en el de British Petroleum a 97 centavos de dólar.
Virreira había sido despedido del cargo por el presidente Mesa, tras que
difundiera esta información sobre la realidad de la industria petrolera y luego
que iniciara un proceso legal contra la Enron, que fraudulentamente se apoderó
de parte del negocio de exportación de gas al Brasil infiriendo un daño
económico al Estado por 130 millones de dólares.
Los datos e informes del ex Delegado presidencial son ignorados totalmente por
la campaña desinformadora oficial.
Y esto es natural, ya que con las cifras de las transnacionales, el gobierno de
Mesa intenta desahuciar la nacionalización, exigida por el 82% de los
bolivianos, según estableció un encuesta levantada entre más de 16 mil
ciudadanos de todo el país, realizada recientemente por la red de radioemisoras
Erbol.
"Sería un pésimo negocio para Bolivia", dijo Mesa hace poco, al referirse al
insistente clamor popular por la nacionalización. Según el Presidente, la
nacionalización - expropiación le costaría a Bolivia entre cuatro a seis mil
millones de dólares en indemnizaciones, además de otros cuatro mil en nuevas
inversiones para desarrollar el negocio.
"Estamos hablando de alrededor de ocho mil a diez mil millones de dólares que no
tenemos", aseguró Mesa, que realiza una cerrada defensa de las transnacionales,
lo que le ha valido el calificativo de "gerente de las petroleras", según la
crítica de los sindicatos.
INVERSIONES FANTASMA
Los montos que maneja Mesa sobre una posible indemnización están, sin embargo,
influidos notoriamente por los niveles de inversión que dicen haber realizado
las transnacionales y que el gobierno avala sin ningún estudio ni comprobación
técnica.
Así, en los documentos de la campaña propagandística oficial se sostiene que las
petroleras habrían invertido un total de 2.929 millones de dólares entre 1997 y
el 2003, en el periodo posterior a la privatización-capitalización de la
industria petrolera. De 1990 al 2003, el total de inversiones de las petroleras
extranjeras sería de 4.839 millones de dólares, según certifica la unidad de
control estatal de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).
Curiosamente, esta misma fuente de información (YPFB) sostiene, en otros
informes no divulgados por la campaña propagandística oficial, que las
petroleras extranjeras no habrían invertido en esa magnitud, ya que sólo habrían
desarrollado los trabajos previos realizados por la empresa estatal del
petróleo.
Otro informe del ex Delegado Presidencial también dejaba en claro, con cifras
oficiales, que las transnacionales invirtieron mucho menos de lo que declaraban.
Las diferencias entre lo que informa el ex Delegado y lo que presenta la campaña
informativa es de 100 millones de dólares en el caso de las inversiones de
Repsol/YPF en la capitalizada Andina y de 155 millones en el caso de las
inversiones de British Gas en la capitalizada Chaco.
En su generalidad, todos los datos e informes oficiales que no dejan muy bien
libradas a las transnacionales han sido sistemáticamente eliminados de la
campaña oficial. Esto ha ocurrido con los informes del ex delegado Presidencial
y con los reportes de Impuestos Internos que muestran la evasión tributaria y
fraudes impositivos cometidos por las petroleras.
Todo eso ha sido ignorado por el grupo de intelectuales y artistas, que han sido
reclutados, billetes en mano, para dirigir la campaña de desinformación en la
que usarán con absoluta discrecionalidad un millón de dólares. Hasta ahora, los
encargados de esta labor (el publicista Diego Massi, el director de cine Marcos
Loayza, el cantautor Oscar García y el publicista Sergio Vega) ya han gastado
700 mil dólares para promover el referéndum del 18 de julio, calificado como "tramparendum"
por los sindicatos y organizaciones populares porque no incluye la demanda de la
nacionalización y porque sólo sirve para legalizar el control y dominio que
tienen las transnacionales sobre el gas y el destino de Bolivia.