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Mesa busca nuevo ministro del gas; ya perdió tres
Econoticiasbolivia.com
En poco más de siete meses, el endeble e improvisado gobierno de Carlos Mesa
perdió la noche de este lunes a su tercer ministro de Hidrocarburos, el
renunciante Xavier Nogales.
Según un lacónico anuncio oficial, Nogales presentó renuncia irrevocable al
cargo de Ministro de Minería e Hidrocarburos, siguiendo el mismo camino de
Alvaro Ríos y Antonio Araníbar.
Los ahora tres ex ministros, hombres leales a las petroleras, habían intentado
articular una política hidrocarburífera capaz de garantizar todas las
prerrogativas y beneficios que tienen las transnacionales, pero sin causar la
ira de la población civil y los sindicatos, que exigían que los beneficios de la
lucrativa industria sirvan para mejorar los ingresos del Estado y el bienestar
de la ciudadanía.
A su turno, cada uno de los tres ex ministros presentaron bosquejos de una
"nueva" legislación y medidas que en los hechos no afectaban significativamente
los derechos de las petroleras, pero que eran presentados de manera ostentosa
para hacer consentir a la población que estaba ante cambios trascendentales.
Uno a uno, estos proyectos fueron rechazados, desgastando la imagen
gubernamental y radicalizando a los sectores en pugna. Las petroleras dejaron en
claro que no querían ningún cambio, ni siquiera mínimo, en sus contratos,
mientras que la población y los sindicatos ya exigen la nacionalización del gas
y el petróleo.
En medio de estas dos fuerzas, los fallidos intentos gubernamentales por
complacer a unos y engañar a otros ha dado como resultado una mayor
polarización. Los unos que exigen cada vez más y los otros que no quieren ceder
nada, ni siquiera en lo formal y simbólico, como ocurre con el referéndum
convocado por el Presidente Mesa para el próximo 18 de julio.
El renunciante ministro Nogales había observado que algunas de las cinco
preguntas del referéndum, presentadas por Mesa con una calculada dosis de
ambigüedad, necesarias para confundir y neutralizar la oposición de la población
y los sindicatos, podían eventualmente causar alguna dificultad a futuro a las
transnacionales.
Nogales, que había sido uno de los hombres fuertes del régimen, también había
denunciado que el referéndum estaba prediseñado específicamente para lograr la
victoria del SI, lo que molestó al gabinete de Mesa y precipitó su salida.
La renuncia fue aceptada por Mesa, quien instruyó a Nogales permanecer en el
cargo mientras busque a un buen sucesor. Una tarea nada sencilla, más aún en un
país como Bolivia donde no abundan los magos.