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Latinoamérica

Cinco mil campesinos inician el asedio sobre Mesa

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Líderes y autoridades de todos los rincones del Altiplano iniciaron hoy en La Paz la segunda gran ofensiva contra el neoliberalismo, la petroleras extranjeras y el gobierno del neoliberal Carlos Mesa.

"Vamos a decidir la suerte de ese traidor que está en Palacio de gobierno", dijo el "Mallku" Felipe Quispe, líder de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), que reunió hoy a casi cinco mil dirigentes sindicales y originarios con los que se apresta a iniciar el bloqueo nacional de caminos y la huelga general en común acuerdo con la Central Obrera Boliviana (COB).

"Están todos los Mallkus (jefes andinos), todos los Jilacatas y todos los ejecutivos de todas las comunidades, ayllus y sindicatos agrarios. Entre todos vamos a decidir qué vamos hacer con este traidor de Mesa", aseguró Quispe durante la concentración indígena en pleno centro de la ciudad, donde menudearon las críticas contra el gobierno neoliberal y su aliado Evo Morales, el diputado cocalero que es jefe del Movimiento al Socialismo (MAS) al que también calificaron, casi a coro, como "traidor".

En el ampliado campesino, los dirigentes acordaron volcar a todas sus comunidades hacia los caminos e iniciar las movilizaciones y los bloqueos en busca de una inmediata atención de sus demandas socioeconómicas, por la nacionalización del gas y le petróleo y por el fin del neoliberalismo y la libre importación.

"La movilización y el bloqueo de caminos le va a doler al gobierno", aseguró el dirigente de la Federación Campesina de La Paz, Rufo Calle, quien declinó identificar los puntos de los bloqueos "para evitar la represión que ya está encima de nosotros".

"La movilización y los bloqueos comenzarán a sentirse poco a poco, como lo hemos hecho en septiembre y octubre, cuando lo hemos bajado al sanguinario de Gonzalo Sánchez de Lozada", aseguró Quispe, cuyo liderazgo quedó fortalecido por la masiva participación de los dirigentes y autoridades originarias de base.

Quispe había sido duramente atacado y cuestionado por los dirigentes agrarios que siguen al MAS de Evo Morales, el que nuevamente manifestó, a través de los medios de comunicación, su oposición a las medidas definidas por los obreros, campesinos y clases medias empobrecidas agrupados en torno a la COB y a la CSUTCB.

"En esta coyuntura no se deben hacer movilizaciones radicales. En esta coyuntura cualquier movilización sólo sirve de pretexto para aquellos que quieren acabar con la democracia (...) Los sectores fascistas y la Embajada de Estados Unidos quieren acabar con la democracia. Las movilizaciones sólo sirven para dar argumentos para el golpe", dijo un desmoralizado Morales.

Varios de los partidarios del cocalero, que intentaban frenar las acciones de protesta de la COB, especialmente en el sector minero, fueron desairados por sus bases. Otros, incluidos en las federaciones fabriles intentaron detener la movilización en La Paz este primero de mayo, aunque con escaso éxito. La mayor parte de los activistas del MAS virtualmente desaparecieron en la concentración popular del sábado y su presencia fue repudiada en el ampliado campesino de La Paz. El líder cocalero no fue partícipe de ninguna de estas protestas.

Las críticas contra el MAS, contra Evo Morales y contra el gobierno neoliberal fueron intensas. "El 20 de octubre, ese traidor de Mesa ha jurado ante el Tata Inti (Dios Sol), ha jurado ante la Pachamama (Madre Tierra) que no iba a vender el gas. Pero, ¿qué ha hecho? Ha vendido el gas a Chile, por medio de la Argentina (...) El traidor de Mesa nos ha traicionado", dijo el Mallku de los Mallkus reunidos en La Paz.

"También nos ha mentido con el pliego (de peticiones). Nos ha dicho, ha jurado que en 90 días iba a resolver los problemas y nada. Ha seguido con las mismas políticas genocidas del carnicero Sánchez de Lozada (...) Sigue como lacayo de las transnacionales, sigue de peón de la Embajada norteamericana", agregó Quispe en el inicio de la segunda gran ofensiva contra el neoliberalismo, en el reinicio de la rebelión de los pobres.