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Latinoamérica

26 de abril del 2004

Chávez dice NO a los Transgénicos

Lorna Haynes
RAPAL-VE

...pero hace falta decretarlo

El día 13 de abril, en la ciudad de Caracas, Venezuela, en el "Encuentro para la Solidaridad con la Revolución Bolivariana", la Organización No-Gubernamental internacional, VIA CAMPESINA, invitada especial al evento, entregó una carta al Presidente Chávez en la que le solicitó anular cualquier acuerdo que tiene el gobierno venezolano para la producción y la comercialización de transgénicos (Organismos Modificados Genéticamente) porque atentan contra la soberanía de los pueblos y no son compatibles con la revolución bolivariana.

Así se logró lo que organizaciones no-gubernamentales en Venezuela no han logrado en más de cuatro años de lucha: que el problema de los transgénicos llegara a la atención del Presidente. Más aún, el Presidente Chávez se comprometió a anular esos contratos. En su habitual programa de los domingos, "Alo Presidente" el 18 de abril, el Presidente Chávez reafirmó esta decisión cuando se refirió al hecho de que se iba a meter transgénicos en el país pero que lo había parado.

En su carta al Presidente, Rafael Alegría Moncada, Secretario Operativo Internacional de VIA CAMPESINA, expresó que:

"Con gran preocupación y sorpresa he recibido información que su gobierno ha firmado un acuerdo con Brasil para la siembra de soya transgénica de la empresa Transnacional Norteamericana Monsanto (soya transgénica Round-up-Monsanto) que pretende ser sembrada en la Mesa de Guanipa, Edo. Anzoáteguí, Agropecuaria "La Orleana" en el municipio Simón Rodríguez de El Tigre con asesoramiento de la Monsanto en conjunto con la Cooperativa Grao Norte de Brasil."

Señaló Alegría que el proyecto pretendía llegar a una extensión de 100.000 hectáreas en el 2006 y entre los que impulsan el proyecto con varios millardos de bolívares se encuentra El Fondo Nacional para el Financiamiento de las Zonas Especiales de Desarrollo Sustentable, lo que, dijo Alegría "nos parece de por sí, ya una contradicción manifiesta."

Continúa la comunicación:

"Estimado Presidente Chávez, usted sabe muy bien que el mundo de hoy aglutinado en importantes redes y movimientos sociales libra una dura lucha contra los Organismos Genéticamente Modificados (OGM) por considerar que estos no solamente son dañinos para la salud de los pueblos sino que pretenden controlar la biodiversidad, desarticular las economías campesinas indígenas y apoderarse del conocimiento humano. Todo esto bajo el control de algunas multinacionales norteamericanas y europeas."

Alegría resaltó la resistencia de la Unión Europea a los transgénicos a pesar de las presiones del gobierno Norteamericano para imponérselos y las moratorias sobre transgénicos en otros países incluyendo ciertos estados de los EE.UU. y estados de Brasil donde existe la prohibición del cultivo de productos transgénicos incluyendo la misma soya.

Señalando en la carta la manifiesta contradicción entre el proyecto revolucionario y el uso de Organismos Genéticamente Modificados, Alegría explicó:

"La Vía Campesina se ha identificado (con) y respalda el proceso bolivariano de Venezuela por considerarlo patriótico, revolucionario, autónomo y legítimo pero sin lugar a duda no compartimos con su Gobierno un acuerdo de tal naturaleza que desnaturaliza y pone entre dicho los postulados de emancipación y rescate de la diversidad cultural y productiva de los campesinos e indígenas venezolanos. La soberanía alimentaria es el camino y no la producción y comercialización de Organismos Genéticamente Modificados. Estos últimos corresponden a la estrategia de dominación y exclusión que imponen las grandes empresas multinacionales de los agronegocios y sobre este particular he conversado largo rato con el compañero Maximilian Arvelaiz.

Presidente Chávez, con el respecto y el aprecio que es merecedor de millones de campesinos y campesinas, pequeños y medianos agricultores, mujeres rurales y pueblos indígenas y con el fin de afianzar y no retroceder en el proceso revolucionario bolivariano, le solicitamos dejar sin valor y efecto cualquier acuerdo que exista ente autoridades de su gobierno y el de Brasil o de cualquier empresa transnacional encaminado a la producción y comercialización de la soya o de cualquier otro producto transgénico que pretendan impulsar en esa querida República Bolivariana de Venezuela."

La decisión del Presidente Chávez es monumental y un gran avance en la lucha contra la imposición de transgénicos de parte de las corporaciones transnacionales, en particular, Monsanto. Pero el gobierno venezolano no sólo ha hecho contratos con Brasil. En un acuerdo reciente con Argentina, el segundo productor de soya transgénica en el mundo, se propone intercambiar petróleo por productos agrícolas que incluyen la soya que sería transgénica. Se sospecha que en el proyecto "algodón" que recientemente impulsa el Ministerio de Agricultura y Tierra, haya intenciones de utilizar semillas transgénicos de Monsanto que, según fuentes confiables, ha realizado ensayos ilegales en el país con algodón transgénico. Maíz y soya provenientes de los Estados Unidos también son transgénicos. Además, desde hace dos años yacen denuncias en la Fiscalía General de la República sobre la comercialización en el país de soya transgénica, "carne" y "leche" de soya transgénicas y maíz transgénica.

Por tanto, se tiene que ir más lejos y debe plasmarse esta decisión en un decreto presidencial que prohíba la liberación al ambiente, la importación, la producción y la comercialización de los organismos modificados genéticamente y sus productos. Por otro lado, se debe promover la agricultura tropical auténticamente sustentable.



Lorna Haynes
Coordinadora RAPAL-VE
(Red de Acción en Alternativas al Uso de Agrotóxicos de Venezuela)
rapalve@telcel.net.ve