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Latinoamérica


LA MISMA CHOLA O EL CONGRESO

Herbert Mujica Rojas

¿Bajaría los sueldos congresales, la oposición, en caso de llegar a la presidencia del Parlamento? Eso significa, además, licenciar a las tropas de secretarias y brigadas de asesores (primos, primas, amantes, amigotes y amigotas, parientes directos e indirectos) que están en la nómina de pagos que cada quien protege con uñas y dientes. No sólo eso: ¿declinarían el uso indebido e improductivo de múltiples autos y partidas frívolas? ¿Alguien cree que los legiferantes peruanos tienen GANAS de incurrir en este acto patriótico?

Oficialismo u oposición es la misma chola con diferente envase en el Congreso. ¡Así de simple!

Hay mucho más que una rebaja cosmética de emolumentos. El Congreso NO representa al pueblo. Es parte de la mojiganga que llamaba González Prada a la institucionalidad peruana. Nos han vendido el cuento que democracia equivale a elegir cada cierto tiempo a pandillas de mediocres, con raras y honrosas excepciones, que viven de los tontos que a su vez viven de su trabajo o empleo parcial.

Robustos de contextura, merced a una mejor y más rica alimentación de enlatados, de voz engolada y mirada doctoral (¿sabe usted que esto no es difícil en Latinoamérica?) buena parte de los congresistas 'trasciende' por la cantidad de idioteces que declara, 'analiza' o protagoniza. Mi amigo Benítez 'alerta' contra la vacancia presidencial que decretaría la oposición de llegar a la presidencia. ¡Y se equivoca flagrantemente!

El negocio es resistir en la cosa pública. ¡Importa un pito que esté como está, envilecida, repugnante, deleznable! ¡Lo que hay que mantener a toda costa son los privilegios y la posibilidad que los medios transmitan a la población los trabalenguas de que son autores tan ilustres parlamentarios.

Las pocas iniciativas de idéntico número de legisladores, son opacadas por la estridencia de los más mediocres que son la mayoría predominante. Y no hay mayor diferencia entre oposición y oficialismo. Compiten hacia abajo y son reactivos no proactivos.

Este Parlamento es más malo que cualquiera de los fujimoristas. Ellos gozaban porque su vocación de ladrones hacía juego con su quehacer de entonces, por tanto, había coherencia, malvada y perversa, pero existía idoneidad. Eran rufiantes y actuaban como tales. Aquí ocurre la impostura de querer parecer decentes a través de actos indecentes e hipócritas.

¿Cuestionaría la oposición la venta rarísima que ha denunciado Carlos Repetto Grand de La Pampilla que ya no tiene participación estatal de ninguna clase? Salvo Javier Diez Canseco, Johny Lescano, Jhony Peralta que han acometido contra problemas fundamentales como Camisea, Telefónica y Tambogrande, respectivamente, el resto casi se pierde en la olvidable nebulosa de la clandestinidad intelectual o denunciatoria. ¡Qué desastre!

La chola, en caso de llegar la oposición al mando del Congreso, cambiaría de calzón, pero su meneo consentidor, insolente y anti-popular seguiría siendo el mismo en cualquier idioma.

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz.