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Latinoamérica

28 de febrero del 2004

Entrevista a Narciso Isa Conde
"Existen todas las condiciones en Haití para que se produzca una guerra de larga duración"

Rosa Miriam Elizalde y Maritza Barranco
CubaDebate

La historia de Haití sabe mucho de levantamientos populares, cuartelazos y expolios. Fundada en 1804, tras lograr la independencia de Francia, se convirtió en la primera república negra del mundo. Durante casi 20 años sufrió la ocupación de los infantes de marina de Estados Unidos, quienes impusieron al dictador Francois Duvalier. Autoproclamado presidente vitalicio dejó su puesto a su hijo Jean-Claude Duvalier que continúo con la trayectoria paterna, marcada por la represión y el saqueo.

Este historial convirtió a Haití y a sus 8 millones de habitantes en el país más pobre del hemisferio. La irrupción en la escena política de Jean Bertrand Aristide, ex sacerdote salesiano seguidor de la Teoría de la Liberación, esperanzó a las clases más humildes del país. Aristide y su partido Familia Lavalas, prometieron comprometerse en la lucha contra al pobreza. Llamado "el cura de los pobres" asumió su primer mandato presidencial en 1990. Meses después fue derrocado por un golpe de Estado y se exilió en Washington.

Cuatro años más tarde 20 000 marines estadounidenses se encargaron de reinstalarlo en el poder. Incapacitado para presentarse a una segunda presidencia consecutiva fue remplazado por Rene Preval, y en el 2000, ganó las elecciones. "Ahora el levantamiento social que hasta el momento se ha cobrado la vida de medio centenar de muertos, hace difícil imaginar que el gobierno de Aristide cumpla su mandato", asegura Narciso Isa Conde, combatiente dominicano de la Revolución de Abril, agudo analista y coordinador del Partido Fuerza de la Revolución, quien conversó en República Dominicana en exclusiva para Cubadebate.

"Más que una crisis de gobierno -que es evidente-, en Haití hay una crisis de Estado. Hay un proceso de quiebra del Estado-nación. Ha sido progresivo, pero ha hecho explosión ahora, y se expresa en la reacción bastante generalizada y hasta abigarrada en el rechazo a Jean Bertrand Aristide. Tiene expresiones de movilización, resistencia, insurgencia localizada, que se expande… Se manifiesta en reacciones del "macutismo" o parte de este que se expresó en el gobierno de Aristide; también en sectores del viejo ejército, en proceso de reciclaje y que han participado en estos levantamientos; grupos vinculados a la Agencia Central de Inteligencia (CIA); atizamientos de la Fundación Nacional Cubanoamericana, grupo mafioso que ha secuestrado tradicionalmente la política norteamericana contra Cuba en Estados Unidos…

---¿Qué tiene que ver la Fundación Nacional Cubano Americana?

-No solo ha atizado estos levantamientos, sino que hay evidencias de participación en ellos. Tenemos información de muy buena fuente de que la FNCA tiene importantes enclaves en el llamado Grupo de los 184, en algunas áreas del empresariado más reaccionario, y ha estado incluso introduciendo armas a través de la frontera dominicana, con la complicidad de las autoridades aduanales. Lo mueve mucho la reacción contra Aristide por la actitud del gobierno haitiano de apertura y relaciones con Cuba, y por la presencia de los médicos cubanos allí.

---¿Se ha sabido de algún nombre en concreto de la FNCA vinculado a estas acciones que usted describe?

-Tengo la información de que Maurice La Fortune, presidente de la Cámara General de Industria y Comercio de Haití, un hombre que ha estado muy vinculado a Aristide, es gran amigo del anterior presidente de esta institución, actualmente en Miami y con contactos con la Fundación Nacional Cubano Americana que no oculta.

---Es decir, que en ese abanico opositor hay elementos de su propia fila…

-Así es, y se trata de los elementos más sanos que se oponen a este gobierno. Es el caso de Jeremy y otros, que pertenecieron al partido Familia Lavalas y que se separaron de Aristide. También, se encuentran organizaciones como la Organización del Pueblo en Lucha Pacífica (OPL), que dirige Gerard Pierre-Charles, una figura de mucho respeto. Es el caso de los movimientos sociales populares, anti-neoliberales, jóvenes, universitarios, grupos del norte del país y una amplia de organizaciones campesinas, populares…

---¿Y realmente es tan diáfana esa radicalización contra el gobierno de Aristide?

-Desde el punto de vista político, en esta reacción hay elementos positivos y otros muy negativos, que están mezclados en una confluencia contra Aristide. No está claro quién tiene la hegemonía. Por ejemplo, el Foro Democrático en el que confluyen varios grupos, tiene capacidad movilizadora en Puerto Príncipe y otras ciudades importantes, pero no es lo que ocurre en Gonaive. En esta ciudad, lo que ocurre es una reacción por un pleito de mafias vinculadas a Lavalas y que se disputan el control del puerto y de la aduana, vinculados al narcotráfico.

---¿Es posible que este frente de resistencia de Gonaive pueda desplazar a Aristide?

-No lo creo, pero sí se puede afirmar que no habrá bajo el gobierno de Aristide estabilidad y el cese de la resistencia armada y no armada. Están prácticamente agotadas las posibilidades de salir del estado actual a través de transacciones, por más que gravite ese discurso en la llamada comunidad internacional -que son, como se sabe, las grandes potencias: EE.UU., Francia, Canadá- y en los países caribeños, con relaciones históricas con Haití y con el sentimiento sano de querer ayudar. Por otro lado, está la presión de Estados Unidos, para que la salida sea una transacción que, de todas maneras, favorezca al imperio del Norte.

---Pero ha habido un doble juego de Estados Unidos, por un lado apoyando a Aristide, y por otro, presionándolo…

-Efectivamente, EE.UU. ha jugado en los dos ámbitos. Por un lado, presiona y mantiene grandes influencias en el gobierno de Aristide, y por el otro, trata de tener posibles cuotas importantes de poder en una futura transición, dentro de la avalancha opositora. Hay una percepción de que Guy Philippe no es un accidente.

---¿Quién es este hombre?

-Un militar que fue a estudiar a Ecuador, y allí inicio una conspiración contra Aristide. Se especula que allí pudo tener vínculos con sectores del Pentágono y de la CIA. Después, se trasladó a República Dominicana y estuvo bajo custodia del Ejército de este país. Sorpresivamente, aparece ahora en Haití, proclamando que ha entrado armas. Hay complicidades, es evidente.

---Llama la atención que el presidente Hipólito Mejías fue a la frontera, ofrece declaraciones a la prensa, y dice que no se va a gestar una conspiración contra Haití desde República Dominicana, y a las 24 horas Guy Philippe dice que ha salido de aquí con armas.

-Es también el caso de Louis Joudel Chamblain, miembro de la organización paramilitar FRAPH (Frente Revolucionario Armado para el Progreso de Haití), que evidentemente tiene una relación con Philippe, aunque no son la misma cosa. La articulación de Philippe es con los viejos militares, y Chamblain es un hombre del paramilitarismo criminal. Se emparentan en que a ambos le dan cada vez un mayor destaque público, para que tengan un rol importante en el desenlace. Hay otros actores a quienes no destacan de esa manera. Es un plan con diferentes combinaciones, en los que EE.UU. pretende tener el control.

---¿Y cuáles son las posibilidades de Aristide?

-Sus posibilidades se reducen cada día, a cada hora.

---El ha anunciado, sin embargo, que no se irá del poder.

-La realidad es que hay una crisis de gobernabilidad que se le ha ido de las manos. Y más que eso: hay un caos.

---También ha dicho que está dispuesto a negociar y a compartir el poder.

-Hay una crisis de Estado, y una reacción enorme en la sociedad que está convencida de que con Aristide al frente de la República son imposibles los acuerdos, ni transacciones de ningún tipo, por las características autoritarias de ese gobierno. Es dramática en Haití la reencarnación de estos caudillos, de dirigentes despóticos. Aristide fue una figura de la resistencia antiduvalierista verdaderamente respetable. Pero tendríamos que hablar de dos Aristide: uno antes, y otro, después.

El proyecto democrático haitiano y las posibilidades de reconformar su estado nacional, estuvo muy vinculado a la victoria electoral de Aristide a finales de 1990. El golpe de estado contra su gobierno evidentemente fue impulsado por Estados Unidos, que frustró ese proyecto. Estados Unidos se movió frente al golpe que ellos mismo alentaron con una doble moral: una condena pública al golpe, pero alentando su permanencia para acortar el período del gobierno de Aristide e irlo doblegando, maleando, contaminando.

---El exilio cambió a Aristide…

-Efectivamente. Por los financiamientos. Es conocida la información del financiamiento entregado por Taiwán, que le permitió pasar de un sacerdote pobre, a un político rico. El Aristide que se expresaba en el contexto de la Teología de la Liberación, hasta con pronunciamientos pro socialistas, se quedó en el pasado. Fue sustituido por un hombre que acepta la intervención de Estados Unidos para regresar al país, y todas las condiciones que acompañaron esa acción. Y al mismo tiempo, se corrompe, se enriquece, desarrolla ínfulas de poder. Una gran parte de la sociedad haitiana reacciona ante eso con enorme frustración.

---La sociedad reacciona en consecuencia, con un sentimiento de ira…

-Es lo que domina en la situación actual y este sentimiento de frustración generalizada resulta a mi juicio el factor positivo. En caso de desarrollarse y tener elementos políticos más precisos, podría encarnar un proyecto nuevo.

---¿Hay reales expectativas de este proyecto nuevo?

-Esa es una gran pregunta. Ese gran abanico social contra Aristide está profundamente fraccionado y, al mismo tiempo, compitiendo entre sí. No solo hay una crisis de Estado y una desobediencia civil generalizada, sino una gran fractura del tejido social, como consecuencia del empobrecimiento bestial, de la gansgterización del sistema político, de la constitución de las mafias, de las bandas con intereses diversos y encontrados… Existen reales posibilidades de que se produzca una guerra primaria de larga duración. Cualquier fuerza o segmento de esta oposición que logre hacer gobierno en esta transición, corre el riesgo de que se lo trague o se desgaste en el proceso. Ninguno tiene una convocatoria nacional.

---Pero con ese punto de vista podría justificarse la necesidad de una intervención extranjera...

-No, porque la intervención militar ya ocurrió, y lo único que logró fue descomponer más al país. Si hay algo que se conserva dentro de todo este caos es la identidad cultural y religiosa del pueblo haitiano. Es probablemente el pueblo del área menos contaminado, y ese es un factor que en algún momento puede desempeñar un factor aglutinante. Haití conserva con mucha fuerza los signos de la africanidad, que los rasgos de la cultura caribeña, y por eso ha sido un pueblo muy marginado y ellos también se han introvertido mucho, porque en procesos como estos lo lógico era que hubiera cierta articulación con otras fuerzas populares en desarrollo en el continente. No es así, pero, por otro lado, su cultura es muy fuerte. Los factores externos de intervención tendería a aglutinarlos más.

---Si uno mira las noticias, descubre que en realidad no parece haber nadie dispuesto a intervenir en ese país…

-Estados Unidos, Francia y Canadá están conscientes de que, si intervienen ahora, la van a pasar muy mal. No lograrían nada a favor de sus intereses. Lo saben. La intervención lo empeoró todo. Dijeron que tras la invasión vendría la ayuda. No vino nada, como ha ocurrido en todas partes donde EE.UU. ha intervenido. Un compañero haitiano me decía que lo único que le interesa al gobierno norteamericano es que se pudra la nación haitiana, para que el proyecto sea realmente inviable y arrasar.

---¿Y Francia?

-Se ha considerado el referente imperial de Haití, y la potencia colonialista de mayor influencia en ese país. Admitiendo sus culpas históricas, intenta hacer de Haití un país bajo su influencia, a costa de debilitar la de EE.UU., sobre la base de su presencia en el Caribe -Guadalupe y Martinica. Aunque pacta con el gobierno norteamericano, en ese juego también defiende sus intereses particulares y procura que las salidas políticas tengan como actores personas relacionadas a Francia, a sus fuerzas políticas. La embajada francesa es muy activa. El Canciller francés ha hablado de estudiar la posibilidad de tener un contingente militar en Haití, con el fin de que si se produce alguna acción norteamericana, la presencia militar no sea exclusiva de EE.UU. Tienen una actitud más distante del gobierno de Aristide, que los norteamericanos, para lograr mayor influencia en el posible relevo.

---¿Es esta crisis solo una reacción contra el gobierno actual?

-Un amigo haitiano, marxista, me comentaba que le quieren dar a este movimiento una connotación de que solo es una reacción contra Aristide. Efectivamente, ya se agotó su gobierno, pero es algo que lo trasciende. ¿Qué hizo Aristide para que se produjera este rechazo? Se acomodó a todo el proceso de globalización neoliberal, a sentar las bases para aplicar algunas políticas neoliberales, y no implementó medidas autodeterminadas, para resolver o aliviar la situación desesperada de ese país, que era lo que esperaba la población. Por el contrario, se dejó arrastrar hacia en esquema económico que agravó la situación y empobreció más a los haitianos, los más empobrecidos del mundo. Perdió credibilidad.

---¿Cuál ha sido la posición de EE.UU. frente a este desgaste de Aristide?

-Procedió con doble moral. En la medida en que Aristide se aisla, ellos se separan de él en la política pública. Se distancian, dejan correr la campaña sobre sus vínculos con el narcotráfico y el contrabando, lo culpan del desastre económico… Ellos critican eso, pero a la vez han provocado todo eso. No llegan al punto de apoyar el movimiento rebelde. Dicen: no, Aristide es el presidente electo y debe permanecer. Están ganando tiempo para construir una opción que pueda reemplazar a Aristide y garantizar el control absoluto a EE.UU. Esto explica la incursión desde República Dominicana de Philippe y de Chamblain, y el realce que le dan a determinados componentes del conjunto. Están fabricando una opción de relevo.

---En la línea noroeste se nota una opción militarizada, por la fuerza, un concepto de ejército… ¿Se les estará yendo de la mano Philippe?

-No lo creo. Philippe es un hombre promovido y armado por ellos. Lo protegen justamente para poder controlarlo. Nada de lo que ha hecho en República Dominicana, sería posible sin el apoyo norteamericano. Hay militares de alto rango dominicanos vinculado a ese plan. Sería terrible para EE.UU. que esta insurgencia armada fuera independiente a Estados Unidos. Es una posibilidad, pero no creo que sea la situación en este momento.

---¿Puede dar más elementos sobre el vínculo de República Dominicana en ese plan?

-Miren, aquí hay dos posibilidades. Que el presidente Hipólito Mejías esté totalmente consciente de ese plan, y juegue con dos caras -son muy significativas sus últimas declaraciones, cuando admite que los conspiradores contra Aristide estaban aquí, y luego aparecen en Haití con armas. O son otros sectores desde el poder que están actuando a espaldas del Presidente Hipólito. Ahora bien, de que hay compromiso de autoridades militares dominicanas en lo acontecido con Philippe, es incuestionable. Como lo es también la participación de la Fundación Nacional Cubano Americana, que ha utilizado a República Dominicana como puente para proveer de armas a estos grupos "rebeldes".

---Han aparecido pasquines en la frontera, supuestamente traídos desde Haití, contra los dominicanos. Eso ha generado toda una especulación que al final, ha exacerbado aún más el odio y el sentimiento xenófobo contra los haitianos.

-Eso no es de factura haitiana. Eso fue hecho por antihaitianos dominicanos, miembros del nacionalismo racista que tiene una presencia en este país y presente en la opinión pública nacional, con más fuerza en los últimos años. Intentan potenciar aún más una conciencia deformada sobre el tema nacional.

Sin embargo, hay muchos matices. Por ejemplo, aunque en la formación del soldado dominicano hay una educación antihaitiana profunda, hay una parte de la oficialidad que ya no cae en esa trampa y se pronuncia de forma más prudente frente al tema. A propósito de la muerte de dos soldados dominicanos hace pocos días, un militar de alta graduación hizo una declaración que me llamó la atención. Dijo que los habían matado bandas dominico-haitianas, lo cual desinfló la impronta antihaitiana. Es distinto. Hubo otra noticia espectacular sobre la agresión a un cuartel en Dajabón, en un punto fronterizo. El general Florián desmintió que hubiera habido un ataque a gran escala. Dijo que solo hubo algunos tiros.

El problema más grave en todo esto es que la prolongación de la crisis crea una tendencia migratoria superior, incluyendo el peligro de una avalancha a través de la frontera, algo que hasta ahora no se ha producido. Pero el sector antihaitiano está jugando, y lo va a seguir haciendo, con esa posibilidad que podría hacerse realidad. Estados Unidos tiene suficientes medios militares para bloquear la vía marítima e impedir que se vayan a Miami, pero en medio de la pobreza creciente o lo que entraña una especie de guerra civil primaria, la gente no se va a lanzar al mar. Es lógico que trate de fugarse a esta parte de la isla.

---Sin embargo, estos grupos antihaitianos van más allá...

-Hablan de la posibilidad de que República Dominicana pueda ser absorbida por Haití - cosa imposible-, y que los dominicanos podríamos ser sometidos por una "cultura inferior", por el "país del atraso", que se infiltra, como una gota de aceite, y que la identidad nacional hay que defenderla frente a Haití… Es vergonzoso. Esos sectores racistas han contribuido a potenciar la conducta discriminatoria, vejatoria hacia el haitiano, que es una emigración muy sana. Es escaso el haitiano que se involucra en un caso de delincuencia. Todo el sistema de partidos políticos tradicionales se suma a esas políticas racistas, porque ir contra ellas resta votos. Habrá que decir muchas veces que son seres humanos. Mira qué cosa: recurrir a ese argumento a estas alturas. Utilizan el desprecio al haitiano, el temor de su "invasión", y nadie habla de que la identidad nacional dominicana es rehén de la norteamericana, ni que el Imperio es el responsable de nuestro empobrecimiento…

---Entonces, ¿cuál es la solución?

-No había visto otro proceso tan complejo como la actual crisis haitiana. Es muy difícil orientarse en esa selva. Vimos con mucha angustia la intervención anterior. No te olvides que la administración Clinton, para intervenir en Haití, jugó con una carta de apoyo popular. Fue en nombre del pueblo, para reponer al gobernante que había sacado casi el 70 por ciento de los votos en las elecciones. Fíjate si fue así, que una parte de los haitianos aseguraban que Aristide era tan grande que había obligado a ese imperio malvado a reponerlo. Aristide había tenido un liderazgo místico, que es lo que ha permitido que su gestión haya sido tan prolongada. Su drama es que habiendo tenido tal apoyo popular, lo ha perdido frente a su propio pueblo.

En medio de todo, creo que la solución, a largo plazo, estará en un nuevo proyecto de sociedad a tono con las características de la nación haitiana. Tendrá que ser la expresión misma del sentimiento nacional de ese país. Su gran reserva es su fortaleza cultural, y Haití produce líderes nacionales fuertes cada cierto tiempo. Si Aristide no hubiera transado de la manera en que lo hizo, estaríamos frente a otra historia.

2004-02-25