VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Latinoamérica

3 de marzo del 2004

El papel de EEUU en Haití refleja la importancia estratégica del control militar del Caribe

Sectores tanto próximos como críticos a Aristide afirman que los dirigentes de la revuelta fueron formados por Washington

Eduardo González. Rebelión

El derrocamiento del presidente haitiano Jean Bertrand Aristide ha levantado la polémica sobre el papel jugado por Estados Unidos en esta crisis, que diversos sectores han atribuido al deseo de Washington de controlar militarmente la cuenca del Caribe, con una base permanente en Haití, como forma de presionar a Cuba y Venezuela.

A las palabras de Aristide, que aseguró ayer que se había visto forzado a abandonar el país tras un "golpe de Estado" preparado por Washington, se unieron hoy las del abogado del ex presidente, Ira Kurzban, quien declaró que el derrocamiento del mandatario fue un golpe de Estado cuyos autores recibieron "equipo y entrenamiento" de Estados Unidos y que varios funcionarios del Departamento de Estado norteamericano "intimidaron y amenazaron" a Aristide advirtiéndole de que los insurgentes armados podrían matarle a él, a su esposa y a sus simpatizantes si no salía del país.

Tras casi un mes de práctica guerra civil, que comenzó con la sublevación militar del pasado 5 de febrero en la ciudad de Gonaives (norte), el avance de las fuerzas paramilitares y la presión de Estados Unidos, Francia y Canadá acabaron definitivamente, este fin de semana, con el régimen de Aristide, quien se encuentra desde ayer en la República Centroafricana, sin rumbo fijo y a la espera de encontrar su nueva patria en el exilio.

El pasado domingo, en una ciudad inmersa en el caos, los embajadores de Estados Unidos y Francia, James Foley y Thierry Bukard, eligieron al presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Boniface Alexandre, para ejercer interinamente la Presidencia, y los dos dirigentes de la sublevación armada, el ex policía Guy Philipe --quien ya participó en un intento de golpe de Estado contra Aristide en 2001 y ha sido acusado de narcotráfico y numerosas violaciones a los Derechos Humanos-- y el antiguo jefe paramilitar durante la dictadura de Raoul Cédras (1991- 1994) Louis-Jodel Chamblain --a quien Amnistía Internacional y Human Rights Watch acusan de múltiples homicidios y abusos--, entraron ayer en Puerto Príncipe.

Sin embargo, Estados Unidos no podía permitir que la situación quedara en manos de unos jefes paramilitares a los que apoyó y entrenó en su momento, y cinco horas antes de que el Consejo de Seguridad de la ONU decidiera el envío de una fuerza multinacional a Haití, Washington ya había mandado un contingente de 200 infantes de Marina, que se sumaron a unos 300 soldados y miembros de la Policía antidisturbios de Francia y a los soldados canadienses.

La presencia militar norteamericana ha creado las primeras grandes polémicas. Mientras que según fuentes occidentales tendrá la misión de restablecer el orden, distribuir ayuda humanitaria y repatriar a los haitianos que se han huido del país, el analista Michel Chossudossky, citado por el servicio de prensa 'Alai-Amlatina', considera que Washington pretende reinstaurar en Haití una colonia plena estadounidense con todas las apariencias de un funcionamiento democrático, con el objetivo es imponer un régimen títere en Puerto Príncipe y establecer una base militar permanente en Haití.

El transfondo sería el interés de la administración estadounidense de militarizar toda la cuenca del Caribe, empenzando por la isla Española, estratégicamente localizada entre Cuba al noroeste y Venezuela al sur, dos países a los que Estados Unidos tiene especial interés en presionar políticamente.

"GOLPE DE ESTADO"

En este contexto, el representante legal en Estados Unidos de Aristide, Ira Kurzban, aseguró hoy a la página de Internet de la cadena de radiotelevisión británica BBC que lo que ha habido en Haití ha sido "un golpe de Estado", en el que ha participado Estados Unidos "de alguna manera", ya que "dio equipo y entrenamiento a los rebeldes que entraron desde la República Dominicana hace tres semanas".

Por ejemplo, precisó, "uno de los líderes de estos combatientes es Jodel Chamblain, quien mantiene desde hace muchos años una relación con las agencias de inteligencia de los Estados Unidos, incluyendo la CIA". "Por eso creemos que estos grupos recibieron armas y entrenamiento en República Dominicana", añadió. Aristide "fue secuestrado por los soldados estadounidenses", asevera Kurzban.

"Los funcionarios del Departamento de Estado intimidaron y amenazaron al presidente diciéndole que Chamblain y su grupos matarían al mandatario, su esposa y sus simpatizantes". Por eso, añadió, "la única opción fue salir del país". El abogado del ex presidente asegura que esta información la conoce por una conversación con la esposa de Aristide, la también abogada Mildred Trouillot.

"También hablé con el presidente el sábado antes de estos eventos", declaró. "El presidente me dijo que no saldría del país y que iba a luchar. No hubo la más mínima sugerencia de que saldría del país", añadió. Kurzban insiste en que "todo forma parte de un golpe de Estado contra un presidente electo dos veces". "Si Estados Unidos pudo mandar a sus soldados al día siguiente de la salida de Aristide, bien pudo haberlos mandado el día anterior para protegerlo y proteger la democracia en Haití", aseveró.

"Aristide dijo a Estados Unidos y la comunidad internacional que aceptaría el proceso para resolver la crisis política en Haití. La fuerzas rebeldes no respaldaron un acuerdo. En ese momento, Washington debió haber llegado a un acuerdo con Aristide para seguir el rumbo de la democracia", comentó. "En lugar de seguir esa línea positiva, prefirió culpar a Aristide.

El golpe ya estaba preparado", aseguró. Aristide aseguró ayer en una entrevista con la cadena norteamericana CNN que se vio forzado a abandonar el país tras un "golpe de Estado" preparado por Estados Unidos. "Me dijeron que haría mejor en marcharme para evitar que se derramase sangre", dijo Aristide.

Poco antes, el Gobierno de Estados Unidos negó que el ex presidente hubiese sido secuestrado por las tropas estadounidenses, como afirmaban dos congresistas que se basaron en una conversación telefónica con Aristide. El portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, calificó esas acusaciones de "tonterías", explicó que Estados Unidos protegió a Aristide y a su familia cuando abandonaron el país el pasado domingo y negó que las tropas estadounidenses le condujeran de su casa al aeropuerto.

"CREACION YANQUI"

Por su parte, el Comité Democrático Haitiano en Argentina aseguró hoy que el movimiento armado que derrocó a Aristide y que ayer penetró en la capital, Puerto Príncipe, es "una creación yanqui". "A todas luces, una vez más", Estados Unidos ha impuesto "la caída de un gobierno", afirma el coordinador de este Comité, Henry Boisrolin.

Aristide, "fiel a su política de traición a los intereses populares", actuó desde el inicio de la crisis con "ceguera política, desubicación, límites políticos, cobardía y traición política" al preferir confiar en el apoyo de Estados Unidos antes que en buscar el "urgente llamamiento de sus partidarios en armas a defender su gobierno y denunciar al mismo tiempo los verdaderos propósitos del imperialismo y sus lacayos".

Respecto a los insurgentes armados, el Comité denuncia que Estados Unidos "no hizo nada para combatirlo" y afirma que las últimas actuaciones de su comandante, Guy Philippe, quien decidió sus movimientos en virtud de las decisiones de Estados Unidos y se mostró dispuesto a colaborar con la fuerza multinacional, demuestran una "actitud que confirma los informes que señalaban a su movimiento armado como una creación yanqui".