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Latinoamérica

1 de marzo del 2004

Chile: Análisis de " Clase contra Clase"
Las nuevas definiciones políticas de la CUT

La CUT realizó su Congreso Extraordinario el 8 de enero como continuación de su Congreso Refundacional de agosto 2003. Fue un Congreso importante, que significó la definición de nuevas definiciones políticas. ¿Cuáles son, qué significado tienen? ¿podrá el pueblo trabajador de nuestro país empezar a terminar con tanto abuso de los patrones y sus políticos de la Concertación y la derecha? ¿cómo hacerlo, qué quiere la CUT? Y fundamentalmente, ¿qué necesita el pueblo trabajador de Chile?

El Congreso de la CUT logró derrotar políticamente los intentos del Colectivo siglo XXI de mantener a la CUT aceptando el modelo neoliberal y negociando y colaborando con el Gobierno y los patrones. Es un triunfo importante. De haberse seguido imponiendo esa política, los trabajadores habrían sido condenados a una redoblada esclavitud laboral sin luchar.

Sobre esta base, el Congreso definió un nuevo perfil político, proclamando la necesidad de un sindicalismo socio político, donde los trabajadores vuelvan a incidir en la vida política nacional. Por ejemplo, reafirmando la necesidad de modificar la antidemocrática Constitución actual, hija predilecta de la dictadura, que la Concertación ha mantenido, y que busca sólo algunas reformas cosméticas para mantener lo esencial. Y se pronunció contra el corporativismo en las luchas, por un "movimiento cívico" contra el neoliberalismo, y en el terreno estrictamente laboral, por la negociación colectiva sectorial e interempresa.

Se declara contraria al neoliberalismo. Declara que se basará en la movilización y la unidad para defender los derechos de los trabajadores. Busca sindicalizar a los cientos de miles de trabajadores no sindicalizados, y por lo tanto más indefensos ante los patrones. Se resolvió buscar democratizar la central, admitiendo la afiliación directa de sindicatos de base del sector privado, y asignando 30% de las cotizaciones a las CUT regionales.

Se pronunció firmemente contra la flexibilización laboral que quieren los patrones, el Gobierno, la Concertación y la derecha, para aumentar más aún la explotación del trabajador y aumentar la esclavitud salarial. Entre sus demandas inmediatas, está la reforma a la Justicia del Trabajo, la reforma a la seguridad social, la negociación colectiva interempresa y la redistribución del ingreso, y el trabajo decente y el salario digno.

Es un paso adelante que parece querer concluir con la política sindical de los años anteriores desde el regreso de la democracia para ricos dominada por el diálogo social y la colaboración con los patrones y el Gobierno. Esta fue la tónica dominante, que explica en parte la propia crisis que viene arrastrando la central. Por esto no es cierto lo que plantea el PC: que "cierra una etapa de indefinición" (El Siglo 16/1/2004). No había indefinición. Había diálogo y colaboración con los patrones y el Gobierno, que sólo servía a sus intereses. Los dirigentes que no sacan las conclusiones correctas, no podrán dirigir ningún cambio real en las políticas que hasta ahora predominaban.

El significado de estas nuevas definiciones políticas de la CUT, es el resultado de varios elementos. Por un lado, la crisis de la propia central y sus principales partidos dirigentes, la Concertación y el PC. Por otra lado, las tendencias de las luchas de los trabajadores y los pueblos de América Latina, que venían sobrepasando a sus dirigentes tradicionales en sus luchas contra los gobiernos neoliberales (como De la Rua en Argentina o Sánchez de Lozada en Bolivia, por citar sólo dos ejemplos). También, la propia crisis de los partidos de la Concertación, a la que pertenecen la mayoría de los dirigentes sindicales oficiales (salvo el PC, pero a la que llamó incansablemente a votar o llegar a acuerdos). La tendencia a mayores luchas de los trabajadores de Chile, sin, contra o con, como tuviera que ser, sus dirigentes sindicales tradicionales. Todo esto obligaba a un cambio en su política, a riesgo de ser sobrepasados, y despertar quién sabe qué poderosas fuerzas dormidas (y sin dejar de nombrar los apetitos electorales que abren el desgaste de la Concertación, para lo que ya se están preparando tanto la FSD que anunció que seguramente presentará candidatos a las elecciones, así como el PC y su nuevo referente PODEMOS).

Las nuevas definiciones políticas de la CUT y sus dirigentes sindicales tradicionales plantean que la clase trabajadora de nuestro país vuelva a hacer sentir su peso en la vida política nacional. La clase trabajadora, por ahora comenzando a recorrer este camino, comienza a preparase políticamente, programáticamente, y organizativamente, para enfrentar el abuso impune de los patrones. Con otros ritmos y otras formas, comienza a ponerse a tono con las luchas de los trabajadores y los pueblos hermanos de América Latina y el mundo que enfrentan los planes recolonizadores del imperialismo y sus socios los patrones nacionales con sus gobiernos y sus políticos.

Se inicia más decididamente un proceso de definición por qué políticas los trabajadores debemos organizarnos y luchar.

La lucha unitaria en defensa de nuestros derechos e intereses contra los abusos de los patrones y sus políticos de la Concertación y la derecha es un imperativo para todas las organizaciones sindicales y políticas de los trabajadores. Luchar unitariamente por el derecho al trabajo, por aumentos de sueldos, por organizar en sindicatos o las formas que cada sector de trabajadores encuentre adecuadas para sus luchas, por aumentos de salarios, etc, es la tarea de cada uno de nosotros.

Pero mientras damos estas luchas unitariamente, debemos preguntarnos los trabajadores al servicio de qué están. Porque son ciertas las afirmaciones de la CUT: hay que avanzar desde las luchas corporativas a una lucha también política. Las prácticas antisindicales se sostienen en los políticos patronales que son al mismos tiempo dueños de empresas y diputados o senadores, o que no son dueños de empresas pero deben justificar los multimillonarios sueldos y sobresueldos que les pagan. Los bajos salarios se sostienen en las leyes laborales y en el Código de Trabajo que están hechos contra los trabajadores. Se sostienen en la Justicia que juzga siempre a favor de los patrones. Se sostiene en las fuerzas de represión como Carabineros que reprime siempre al que lucha. Se sostiene en los monopolios de los medios de comunicación que hacen política contra los trabajadores y a favor de los patrones, que son sus dueños.

Frente a esto, la CUT declara que lucha por más democracia. "Así como en un período histórico distinto la CUT se pronunció en su declaración de principios por el socialismo, hoy para una nueva época y frente a una nueva contradicción principal, se plantea contra el modelo y por la construcción de un proyecto alternativo" (El Siglo, 16/1/2004) ¿Cuál es este proyecto alternativo?: "más justicia social, más igualdad, contra la pobreza y por más democracia". Sabemos que la democracia es la democracia para ricos de los patrones, aunque sea con el signo más, aunque las luchas del pueblo trabajador arranquen a los patrones ciertas conquistas, seguirán siendo los dueños de "la razón y la fuerza".

No se trata de una suposición, los mismos medios de prensa afines a la CUT declaran que aún con los patrones dominando se puede obtener más justicia social: "Es cierto que todavía no se prefigura en el horizonte de corto plazo un proyecto de desarrollo alternativo al neoliberalismo. Pero aún dentro de los parámetros del sistema capitalista, un modelo neoestructuralista o neokeynesiano, centrado en estimular la demanda más que en subsidiar la oferta, ya representa un paso hacia una mayor justicia social" (Chile Justo, n° 4, enero 2004).

Pero esto parece en términos muy teóricos de teorías o programas económicos. Veamos cómo se pretende lograr esa mayor democracia y justicia social: "la CUT levanta la Demanda por un Chile Justo, como la base fundamental para conformar un gran bloque civil que conduzca a la creación de un movimiento social y político alternativo para enfrentar el modelo neoliberal" (El Siglo, 16/1/2004). ¿Y quiénes integrarían este "bloque civil"? "En lo estratégico, la CUT debería contribuir en la reconstrucción de la unidad del pueblo, dando cuenta que los pequeños, medianos y micro empresarios son tan explotados como los propios trabajadores" (El Siglo, 9/1/2004). Entonces, serían los trabajadores junto con... los empresarios medianos y pequeños, que, como todos sabemos, aunque castigados por los grandes monopolios nacionales y transnacionales, son tan o más explotadores de los trabajadores que aquellos. Así que, nuevamente, se trata de la colaboración con la clase que explota al trabajador, esta vez, con sus sectores más castigados, y bajo una forma más combativa y de lucha. Para esto se prepara esta CUT más combativa y de lucha que tomará los problemas fundamentales básicos de los trabajadores y que busca intervenir excediendo los problemas corporativos. Por esto, no casi ni una sola palabra sobre la necesidad de una política de clase, clasista, por nuestros derechos e intereses y contra los patrones, necesarias para ir reconstruyendo esa conciencia en el trabajador de base (y a pesar de que en algunas declaraciones el PC había empezado a plantearlo... sólo en las palabras, una vez más).

Hay sectores de trabajadores y sus organizaciones que piensan que con la CUT, por estas razones o por otras, no se pueden defender los derechos e intereses de los trabajadores, ni tampoco enfrentar las políticas amarillas de quienes, como el Colectivo siglo XXI, quieren dialogar y colaborar abiertamente con los patrones y el Gobierno. Y buscan formar sus propias mini centrales de hecho, o agrupamientos extensos. Creemos que es un error.

Sin subordinar las luchas de los trabajadores de base, sin someterse a las directivas oficiales sean las que sean, sin respetar los cuerpos orgánicos invariablemente, respondiendo a las necesidades concretas de los trabajadores, por ejemplo construyendo comités de empresa o sindicatos ilegales de ser necesario, los trabajadores debemos luchar unitariamente por nuestros derechos e intereses fundamentales y básicos, mientras discutimos y luchamos por una CUT que vuelva a ser una herramienta clasista de los trabajadores para la lucha de clases, sin compromisos políticos con ningún sector patronal, sea castigado o no, en el camino de una lucha por un Gobierno de los Trabajadores y el pueblo pobre basado en sus organismos de democracia directa. Para esta lucha, desde Clase contra Clase llamamos a la construcción de Tendencias Clasistas de Trabajadores de Base en cada lugar de trabajo, que se coordinen entre sí, y se preparen para enfrentar a los patrones y sus políticos patronales, y por una CUT clasista que sea una herramienta de la lucha de clases en lucha por nuestros derechos e intereses.

http://www.clasecontraclase.cl/notas.php?nota=351