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Latinoamérica

AUN SIN NUEVO ACUERDO CON EL FONDO MONETARIO INTERNACIONAL (FMI)
LULA RATIFICA POLITICA ECONOMICA

Abel Sardiña

El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, ratificó la continuidad de la política económica, pese a la andanada de reclamos de cambios, aunque sin firmar un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Las demandas de modificaciones de la orientación económica han provenido en los últimos días de varias agrupaciones que forman la base aliada del gobierno, empezando por el Partido de los Trabajadores (PT) fundado hace 24 años por Lula.

Simultáneamente la oposición arrecia sus ataques y sostiene que hay una parálisis del gobierno, en la prolongación de una crisis política iniciada hace mes y medio, y que por primera vez el mandatario dijo anoche en público que 'fue inflada por la oposición', en entrevista al Jornal Nacional de la TV Globo.

Y en diálogo con un grupo de músicos anoche, dijo que 'los conservadores saben organizarse' y atribuyó la ofensiva de estos a que saben del avance que el PT puede tener en los comicios municipales de octubre, frente a lo cual 'parece que van hacer una guerra contra el gobierno', según revela hoy el diario Folha de Sao Paulo.

En su diálogo con Franklin Martins en el Jornal Nacional, Lula reconoció que el mayor drama del país hoy es el desempleo, que asciende a 12 por ciento, porque el empleo es lo último que aparece en la hora del crecimiento.

Sin embargo, reiteró su confianza en la política económica de su gobierno y ratificó que no piensa cambiarla, aunque confirmó que Brasil no firmará un nuevo acuerdo con el FMI cuando venza el actual a fin de año.

Dejó claro, no obstante, que la no ratificación del convenio con ese organismo se hará 'sin ostentación ni gritería', en una indicación de que quiere evitar conflictos cuando intenta negociar una modificación de los términos del actual acuerdo para disminuir las restricciones a las inversiones para el crecimiento económico.

En este contexto, el diario O Globo, en un amplio informe hoy sobre la rebelión en los partidos aliados del gobierno, concluye que esta tiene por objetivo real obtener más cargos en el gobierno, recursos para atender iniciativas presentadas por sus parlamentarios, y mejor tratamiento a estos en los ministerios.

Con diferencias de actitudes entre unos y otros, en los reclamos -más allá de cierta base de razón que puedan tener por las dificultades en el rumbo económico- hay una gran dosis de oportunismo al aprovechar una crisis desatada por las denuncias por corrupción contra un funcionario del gobierno.

Un caso que fue magnificado porque, como recordó Lula anoche, el mismo 13 de febrero, una hora y media después de leer la denuncia en la revista Epoca, destituyó al acusado y ordenó su investigación hasta las últimas consecuencias. 'Lo que el gobierno tenía que hacer, lo hizo', dijo.

Sin embargo, la oposición, con apoyo de algunos parlamentarios de partidos de la base aliada, y hasta del PT, intentó transformar el hecho en un caso contra el gobierno y en particular contra el principal colaborador de Lula, el ministro-jefe de la Casa Civil, José Dirceu, que definitivamente quedó muy debilitado políticamente.

Hay, sin embargo, diferencias entre las posiciones del PT de Lula y el Partido Comunista do Brasil, que lo acompañaron en la campaña electoral, de un lado, y las de partidos que lo apoyaron después, con ciertas afinidades, en la segunda vuelta, y aquellos con los cuales se llegó a alianzas más tarde para poder gobernar.