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Latinoamérica

EX CANCILLER DE GONI DEFINIRÁ LA POLÍTICA DEL GAS

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Econoticiasbolivia.com (La Paz, marzo 13, 2004).- En una abierta provocación a los sindicatos y movimientos populares, el presidente Carlos Mesa entregó la dirección de la política del gas a Antonio Araníbar, un ex canciller que sabe muy poco o nada de hidrocarburos pero que propició, en la década de los 90, los peores negocios para Bolivia al posibilitar el ingreso de Enron y refrendar la entrega del gas y el petróleo a las empresas transnacionales.

Araníbar, ex canciller del primer régimen del ultraneoliberal Gonzalo Sánchez de Lozada, juró este viernes como nuevo ministro de Minería e Hidrocarburos. Reemplaza en el cargo al independiente Alvaro Ríos, que renunció al no poder armonizar los intereses de las petroleras con las exigencias de la población para renacionalizar el gas y el petróleo. Su propuesta de modificación de la Ley de Hidrocarburos había sido rechazada por las transnacionales, a pesar que no alteraban ni disminuían el control total que ejercen sobre las reservas de gas y petróleo ni reducían significativamente sus millonarios ingresos. Las petroleras exigían el respeto total a los lesivos contratos que habían firmado durante el gobierno de Sánchez de Lozada.

Por ello, el nombramiento de Araníbar fue recibido con satisfacción por la petroleras. Hace casi una década, el ex canciller había firmado en Washington, junto a Sánchez de Lozada, uno de los contratos más lesivos y onerosos para el Estado boliviano al entregar a la Enron, a título gratuito, parte del negocio de las exportaciones de gas boliviano al Brasil.

Araníbar, fundador y dirigente principal del Movimiento Bolivia Libre, aliado del Movimiento Nacionalista Revolucionario (partido de Sánchez de Lozada) firmó también el decreto 24806, por el cual el Estado boliviano entregaba formalmente la propiedad de las reservas de gas y petróleo a las transnacionales.

Con su nombramiento como responsable del área de hidrocarburos, Mesa pareció dar una positiva señal de "buena voluntad" a las petroleras extranjeras, a las Embajadas de Estados Unidos, España y Brasil, y a los organismos internacionales que estaban presionando intensamente para que no se afecten ni en lo mínimo los intereses de las petroleras que operan en Bolivia y, por supuesto, no se permita que el Estado vuelva a tomar el control de esta industria.

"Las petroleras deben estar felices (...) Esta es una provocación de Mesa al pueblo que luchó en las calles en octubre para reconquistar el gas y el petróleo", lamentó el diputado Manuel Morales. Similares voces de condena se escucharon en los sindicatos y organizaciones populares.

"Mesa está mostrando su verdadera cara al servicio de las transnacionales", aseguró el dirigente de la Central Obrera Boliviana (COB), Jaime Solares.

El segundo hombre de la COB, Luis Choquetijlla, dijo por su parte que "el gobierno hizo la peor elección al nombrar a Antonio Araníbar como Ministro de Hidrocarburos (...) Se nombra a un impostor, a una persona nefasta que ha entregado a las transnacionales, a la embajada norteamericana, nuestras empresas estratégicas a título de capitalización".