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Latinoamérica

Tropas de élite de Estados Unidos a Haití

ALAI ALAI-AMLATINA

Mientras avanza la ofensiva de los rebeldes armados que pretenden derrocar al presidente Jean Bertrand Aristide, Estados Unidos anunció el envío de "un puñado de efectivos" a Haití, cuya función será "proteger los intereses estadounidenses".
El contingente militar perteneciente al Comando Sur partirá de la Florida y llegará en las próximas 48 horas a Haití para "evaluar la seguridad del país", según el Departamento de Estado que descartó que se trate de una intervención militar.
Estados Unidos, hasta el 17 de febrero había mostrado cierta reticencia al envío de una fuerza internacional a Haití inclinándose más bien por presionar a los actores políticos a que encuentren una solución a la crisis, pero dos días después cambio de opinión, tras evaluar la situación del país. Para adoptar su decisión, el gobierno estadounidense invocó la crisis humanitaria que vive el país, pero a la vez admitió la posibilidad de un relevo del presidente Bertrand Aristide siempre que se realice dentro de la ley. "No podemos permitir que criminales bajados de las colinas, o incluso la oposición, vengan y le pidan dejar el poder de una manera no democrática o inconstitucional", dijo el secretario de Estado Colin Powell.
Con la advertencia de Estados Unidos, el gobierno de Aristide, que se declaró "dispuesto a morir" en defensa del país, pierde piso y seguramente tendrá que revisar su determinación de acabar su mandato quincenal el 7 de febrero de 2006.
Cabe indicar que el influyente periódico The Washington Post había criticado al presidente George W. Bush por "escapar a sus responsabilidades y dejar a otros la tarea de socorrer a Haití cuando este país tiene estrechos lazos con Estados Unidos".
La decisión estadounidense se produjo cuando varios gobiernos y organismos internacionales, luego de mantener una posición dubitativa, estudiaban algunas salidas a la crisis. Francia, Canadá y la Comunidad de Naciones del Caribe, así como la Organización de Estados Americanos (OEA) presionan a Aristide para que realice reformas y se siente a dialogar con la oposición.
La situación interna La ya confusa situación política haitiana se ha visto seriamente agravada con la aparición en escena de Louis Jodel Camberlain y Jean Pierre Baptiste, antiguos jefes del Frente Revolucionario por el Progreso de Haití (FRAPH, por sus siglas en francés) -un poderoso grupo paramilitar durante el golpe de Estado de 1991-, quienes con sus tropas armadas se unieron al Frente de Resistencia Anti-Aristide de Gonaïves.
Este último Frente, que está integrado por el llamado "ejército caníbal" -un grupo de choque que fue creado y armado por el gobierno de Aristide con el cual mantuvo una cercanía hasta septiembre 2003, cuando su jefe, Amiot Métayer, fue asesinado-, ha logrado ocupar regiones estratégicas como son Gonaïves y Hinche, en la meseta central.
Haití ha llegado a esta situación, en circunstancias en que un amplio sector de la población asiste, impotente, ante la degradación de los acontecimientos, "debido a una opción deliberada del régimen Lavalas que abre las puertas de par en par a representantes de un orden que creíamos superado", sostiene la Coordinación Nacional para el Avance de los Derechos de las Mujeres (CONAP, por sus siglas en francés).
Precisando que la política de Lavalas, "tras su regreso al poder en 1991, ha hecho todo para sacar del juego a las masas populares, tanto del punto de vista político, jurídico como cultural para decapitar a los movimientos sociales. Y he ahí los terribles resultados de la guerra sin piedad que libra, desde 2001, el régimen Lavalas contra la población. Los verdugos de ayer pueden posar como 'salvadores', preocupados por el respeto de los derechos y libertades fundamentales".
El movimiento de rechazo al régimen de Lavalas, ha venido cobrando fuerza tras los cuestionamientos a las elecciones de 2000. En 2003 alcanza una presencia nacional amplia y la participación de las diversas capas sociales, con la confluencia de los partidos políticos de oposición, diferentes organizaciones ciudadanas, el movimiento estudiantil, sindical, de mujeres, campesino, etc. Este movimiento, acusando al gobierno de tirano, acordó declararle fuera de la Ley, y ha buscado la destitución de Aristide por diferentes medios pacíficos.
El gobierno ha buscado sacar ventaja de los acontecimientos en Gonaïves, para presentar a la oposición como si se tratara de una sola, amalgamando la oposición armada y la oposición pacífica, para restarle legitimidad a esta última.