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Irlandeses serían recapturados, tras ser condenados por Tribunal de Bogotá a 17 años de cárcel
La orden de detención contra Niall Connolly, Martin McCauley y James Monaghan,
acusados de tener nexos con las Farc, pasaría a manos de la Interpol.
Los tres extranjeros, detenidos en Bogotá hace tres años y dejados en libertad
en abril del presente año, por falta de pruebas, fueron hallados culpables de
entrenamiento para actividades ilícitas, por lo que el Tribunal ordenó su
recaptura.
Los irlandeses, presuntos miembros del Ira, según confirmaron autoridades
inglesas, fueron detenidos en el aeropuerto internacional Eldorado de Bogotá, el
11 de agosto del 2001, cuando llegaban de un vuelo procedente de San Vicente del
Caguán y se disponían a hacer conexión rumbo a Europa.
A partir de ese momento, se realizó una investigación que tardó más de un año.
El caso llegó a manos del juez especializado de Bogotá Jairo Acosta.
El pasado 26 de abril, el juez desestimó las pruebas, absolvió a los irlandeses
y les concedió la libertad.
En criterio del juez sólo había pruebas para condenarlos por falsedad en
documento, toda vez que utilizaron falsas identidades. Estas penas no
sobrepasaban los tres años, por lo que no fue obstáculo que dejaran la cárcel.
Pero la Fiscalía apeló la sentencia y pidió revisión que decidió el Tribunal de
Bogotá.
La defensa
EL TIEMPO habló con el abogado Pedro Mahecha, uno de los defensores de los
extranjeros, quien aseguró que por ahora no hará ningún comentario hasta que
estudie el fallo del tribunal.
Durante la investigación, la Fiscalía contó, entre otras pruebas, con por lo
menos dos testimonios de ex miembros de las Farc - uno de ellos conductor del
jefe subversivo 'Fabían Ramírez'- quienes aseguraron haber visto a los
extranjeros en medio de los grupos de guerrilleros, dándoles instrucciones sobre
cómo utilizar explosivos.
Además, luego de la captura los investigadores, incluso apoyados por expertos
estadounidenses, comprobaron que en las ropas de los irlandeses había residuos
de diferentes clases de explosivos.
El juez no encontró solidez ni certeza en una prueba de absorción atómica (con
la cual se detectan trazas de pólvora) realizada por un experto de Estados
Unidos, que la Fiscalía presentó como prueba.
El juez aseguró que no cumplía los requisitos técnicos y científicos. Además
criticó que los primeros análisis hayan sido hechos por un oficial militar,
quien no tenía competencias de policía judicial.
"La disparidad de resultados de los exámenes técnicos, unida a las protuberantes
fallas en el manejo de la cadena de custodia (cuidado y seguimiento de las
pruebas) hacen impensable considerar la infalibilidad de aquella (...atribuir
una responsabilidad)'", dice el fallo.
En su defensa, los irlandeses reconocieron que sí estuvieron con las Farc en la
zona de distensión, pero no entrenándolos con explosivos sino, según sus
palabras, observando de cerca el proceso de negociación de paz que realizaba
este grupo subversivo con el gobierno del entonces presidente Andrés Pastrana.
Extranjeros sin vínculos Además que su presencia era turística "versión que se
cae de su peso, puesto que la guerrilla era la que dominaba el área y debían ser
selectivos en los que ingresaban allí", dice el expediente.
El fallo llama la atención que "extranjeros sin vínculos conocidos y autorizados
por los negociadores del proceso de paz, pudieran llegar a San Vicente del
Caguán, y pasar desapercibidos por los moradores, y sobre todo, sin que ellos
mismos pudieran comprobar sus propias afirmaciones de estar allí radicados por
algunos días, paseándose libremente por los contornos y admirando paisajes, como
lo dice Mac Cauley".
El Tribunal asegura que los testimonios merecen total credibilidad, puesto que
se trata de personas que estuvieron en la zona, conocen el área y participaron
en los señalados entrenamientos por parte de los extranjeros como uno de ellos
lo afirma: "El gordito más bajito era el que nos daba la charla de cómo
desactivar un explosivo en caso de que al activar el explosivo no se pudiera.
Uno flaco, alto, él nos reunía y nos mostraba como armar el explosivo, y el otro
era el que dirigía qué cantidad, qué presión, cuánto abarcaría la onda explosiva
y qué daños podía hacer esa carga".
Los testigos, dice el fallo, revelaron que los irlandeses se apoyaban en videos
y documentos en sus charlas.
En relación con la prueba de absorción atómica, después de un riguroso estudio
el Tribunal concluye que el "juez no tenía la razón para descartar como válida
la prueba de la embajada americana".
Y advierte que de ninguna manera, como lo trató de mostrar la defensa, los
residuos de explosivo pudieron recogerse en el momento de su captura por parte
de miembros del Ejército o en su traslado a una guarnición.
"No es de extrañar que frente a la máquina americana resultaran positivos los
tamizados sobre las prendas y demás objetos que llevaban consigo los señores
irlandeses, pues tiene umbrales más bajos de percepción que los otros. Lo
importante es reconocer que son métodos diferentes y de detección de elementos
diversos, por lo tanto, no se pueden comparar, para decir que examen de la
Embajada Americana estuvo mal realizado y el del DAS como salió negativo, y más
benéfico para los procesados, si fue lo suficientemente fundamentado".
Igualmente, en su sentencia el Tribunal asegura que miembros del Ejército
establecieron que las Farc, por ejemplo, antes de 1995, no utilizaban explosivos
caseros, sino industriales, robados.
"Y últimamente se ha visto el aumento en el uso de elementos improvisados, como
el sombrero chino. Y cambios en el tipo de espoletas empleadas y la
implementación de temporizadores electrónicos", además de notorios avances en
lanzagranadas. Todas estas técnicas utilizadas por el Ira.
Henry Hide, presidente de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Cámara
de Representantes, de Estados Unidos, le dijo a EL TIEMPO que el fallo es una
respuesta apropiada en la lucha contra el terrorismo.
"Nunca había habido una explicación sobre por qué dos expertos en explosivos del
Ira, usando pasaportes falsos estaban dando vueltas en las selvas de Colombia,
junto a miembros de una organización narcoterrorista como las Farc.
"La decisión del tribunal de Colombia entrega la respuesta y el castigo
apropiado por entrenar terroristas que atacan a inocentes y que trafican con
drogas".
Redacción Justicia ¿Dónde están? Cuando el juez Jairo Acosta absolvió hace ocho
meses a los tres irlandeses, estos quedaron en libertad condicional y sujetos a
un fallo de segunda instancia.
Además se les advirtió que no podían abandonar el país.
Fuentes cercanas a los extranjeros aseguraron que su paradero es desconocido y
no saben, si de alguna manera, salieron de Colombia rumbo a Irlanda.
Por ahora, los organismos de seguridad tienen en sus manos una orden de captura
contra los extranjeros.
La boleta de detención también llegaría en las próximas horas a la Policía
Internacional (Interpol).
Gobierno irlandés insta a los presuntos fugitivos del IRA a entregarse a las autoridades colombianas
EFE
Dublín.
La viceprimer ministra irlandesa, Mary Harney, instó a los tres prófugos
irlandeses Niall Connolly, James Monagham y Martin McCaulle, condenados a 17
años de prisión por haber adiestrado a guerrilleros de las FARC, a entregarse a
la justicia colombiana.
Según informaron las autoridades de Bogotá, donde fueron condenados ayer jueves
los fugitivos, presuntos miembros del Ejército Republicano Irlandés (IRA),
podrían haber salido del país, a pesar de que estaban bajo libertad condicional.
"Creo -dijo Harney- que los supuestos terroristas deben agotar todos los
procedimientos legales en Colombia. No queremos interferir en el sistema
judicial de otro país, nuestra preocupación es sólo humanitaria".
La viceprimer ministra rehusó comentar la posibilidad de que los tres hombres no
recibieran un juicio justo, tal y como afirma el Sinn Fein, brazo político del
IRA, que considera además que la sentencia es puramente "política".
Harney tampoco quiso pronunciarse sobre la situación legal de los fugados en
caso de que lleguen a Irlanda, país que no tiene tratado de extradición con
Colombia.
El Tribunal Superior de Bogotá anunció el jueves que Niall Connolly, James
Monagham y Martin McCaulley fueron hallados culpables de los cargos que
afrontaban y les condenó a 17 años de prisión, por lo que ordenó su detención.
Con esta sentencia, el tribunal revocó el fallo de primera instancia emitido en
abril pasado por un juzgado especializado de Bogotá, que los absolvió entonces
del delito principal de "entrenamiento para actividades ilícitas" y los condenó
por el de "falsedad en documento público" a penas de 26 a 44 meses de prisión.
Los irlandeses fueron detenidos el 11 de agosto de 2001 en el aeropuerto
internacional bogotano de "Eldorado", donde gestionaban una viaje al exterior
tras regresar de la zona de distensión en la que, por la época, el Gobierno
mantenía un proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia,
que terminó en fracaso en febrero de 2002.
Mary Harney indicó que la falsedad de documentos públicos es un delito grave y
aseguró que "entiende porqué las autoridades colombianas se toman este asunto
tan seriamente".
"Las FARC -apuntó- son, al fin y al cabo, una organización muy peligrosa, que
consigue dinero a través del narcotráfico y que ha matado a gente mientras
rezaban en la iglesia", refiriéndose al caso de Bojayá.
Gobierno colombiano iniciaría ofensiva diplomática para hallar a Irlandeses condenados
Caracol
Bogotá
El embajador de Colombia en el Reino Unido, Alfonso López, reveló que se
están estudiando el tipo de estrategias para dar con el paradero de los tres
irlandeses condenados por el Tribunal Superior a 17 años de cárcel, por entrenar
en tácticas militares a las FARC.
Señalo el diplomático, que se está a la espera de las instrucciones de la
cancillería para evidenciar si los extranjeros se encuentran en su país, o si de
lo contrario, permanecen en Colombia , ya que hasta el momento para el gobierno
el paradero de estas personas es desconocido.
Expresó que si son hallados en el exterior, a pesar que no hay tratado de
extradición entre Colombia e Irlanda, se podría suscribir un acuerdo bilateral.
El embajador ante el Reino Unido negó que los tres irlandeses gocen de
admiración en Inglaterra o en Irlanda ya que ante las informaciones sobre la
labor de entrenamiento a las FARC, lograron entorpecer las negociaciones con el
IRA
Irlandeses: paradero desconocido
Las autoridades colombianas desconocen el paradero de los tres irlandeses que
fueron sentenciados a 17 años de prisión por ayudar a las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC).
La presunta fuga fue denunciada por el fiscal general Luis Camilo Osorio, aunque
no se precisó cuándo se habría producido.
"Lamentablemente lo que se sabe es que salieron del país, pero trataremos, para
dar cumplida justicia, obtener que el país que los haya recibido los entregue a
la justicia colombiana", dijo Osorio a la agencia de noticias Reuters.
Por su parte, Catriona Ruane, miembro del Sinn Fein y coordinadora de la
organización "Bring them home -que ha hecho campaña para que los irlandeses
regresen a su país- dijo a la BBC que "yo no estoy diciendo que ellos hayan
huido del país, lo que estoy diciendo es que ellos no están".
Los irlandeses están acusados de ser miembros del Ejército Republicano Irlandés
(IRA) y de visitar el país para entrenar en tácticas de guerra a las FARC.
Veredicto Ruane explicó que, este jueves, el tribunal había revocado la decisión
tomada por un tribunal menor en abril, que los había exonerado de los cargos
relacionados con actividades terroristas.
Una vez dictado ese veredicto, hace 8 meses, a los irlandeses se les permitió
salir de la cárcel pero no del país, hasta que se completara el proceso de
apelaciones.
El gobierno colombiano subsecuentemente apeló contra el fallo y el Tribunal
Superior de Bogotá revocó las absoluciones.
Hasta que se conoció la sentencia, se especulaba con que Niall Connolly, Martin
McCauley y James Monaghan estaban escondidos en algún lugar de Colombia, porque
temían por su vida.
Tras la sentencia de este jueves se expidió una orden de recaptura.
Tres años Los irlandeses fueron detenidos en el aeropuerto internacional El
Dorado de Bogotá en noviembre de 2001, cuando regresaban de San Vicente del
Caguán, principal sede de los infructuosos diálogos de paz que sostuvieron el
gobierno colombiano y las FARC, entre 1998 y 2002, durante el mandato del
entonces presidente Andrés Pastrana.
Las autoridades colombianas acusaban a los irlandeses de visitar el país para
entrenar en tácticas de guerra a las FARC.
Lea: claves del proceso a los irlandeses El trío rechazó las acusaciones desde
un comienzo y sostiene que viajó a Colombia para conocer de cerca el país y el
proceso de paz que se llevaba a cabo en ese entonces.
Connolly, McCauley y Monaghan pueden ahora llevar el caso ante la Corte Suprema
de Justicia, la máxima instancia judicial de Colombia.
Condenados tres irlandeses por entrenar a las FARC
Inocentes en abril, culpables en diciembre, denuncian que el fallo es una decisión política Los tres irlandeses declarados inocentes el pasado mes de abril de la acusación de entrenar a la guerrilla colombiana de las FARC fueron condenados ayer a sentencias de hasta diecisiete años y medio después de que un tribunal de apelación revocara la decisión inicial de un juez colombiano.
DUBLIN
El pasado 26 de abril, James Monaghan, Niall Connolly y Martin McCauley
fueron declarados culpables por un tribunal colombiano de haber entrado en el
país usando pasaportes falsos, pero el juez les declaró inocentes de la
acusación de entrenar a la guerrilla colombiana de las FARC en el uso de
explosivos después de que la defensa expusiera las contradicciones entre los
testimonios de los dos testigos de la Fiscalía Nacional de Colombia. Demostró
que los irlandeses se encontraban en Irlanda y Cuba, donde Connolly reside
habitualmente, en fechas en las que los dos supuestos guerrilleros renegados
afirmaban haberlos visto en Colombia.
Tan evidente fueron las mentiras de los testigos que el juez abrió una
investigación por posible perjurio. Las sentencias impuestas a los irlandeses en
ese momento, de un máximo de cuatro años y medio, les hubieran permitido volver
a Irlanda.
Sin embargo, la decisión del juez colombiano era un revés que la administración
colombiana no iba a aceptar.
Desde la detención de los irlandeses el 11 de agosto del 2001, altos cargos del
Gobierno colombiano, desde el que fuera presidente, Andrés Pastrana, hasta el
actual, Alvaro Uribe, y varios ministros han apuntado a la culpabilidad de los
irlandeses, para ellos «prueba» clave de la presencia del «terrorismo
internacional» en el país y razón esencial para un incremento de las ayudas
militares estadounidenses, que considera Colombia como una de las piezas claves
para el control estratégico de los vastos recursos latinoamericanos.
Así las cosas, la Fiscalía colombiana apeló la sentencia inicial del juez, lo
cual ha obligado a los tres hombres a permanecer en Colombia.
Peligro en la calle Cuando se les ofreció la libertad bajo fianza, en un primer
momento los tres presos se negaron a abandonar la cárcel, ya que entendían que
en un país como Colombia, en el que ser señalado como simpatizante o miembro de
un grupo guerrillero significa la muerte segura a manos de los paramilitares
colombianos la mano negra del Estado, su vida correría peligro. Cuando
finalmente se decidieron a abandonar la prisión, lo hicieron de forma que nadie
pudiera localizarles. Tal es así que el Gobierno colombiano no ha conseguido
ejecutar una orden de arresto contra los tres para que cumplan las sentencias de
hasta 17 años y medio.
«He hablado con las familias de los tres hombres. Esta es una decisión que no
esperaban», afirmó Caitriona Ruane, responsable de la campaña Traedlos a Casa y
diputada del Sinn Féin en la Asamblea de Belfast.
«Es un fallo injusto de proporciones gigantescas. Esta es una decisión
política».
Ruana le exigió al Gobierno irlandés que intervenga para defender los derechos
de los tres hombres, y anunció que la campaña para su liberación va a
intensificarse e internacionalizarse. El Ministerio de Exteriores irlandés no ha
querido realizar declaraciones y queda por ver el efecto que la sentencia tendrá
sobre le proceso de paz irlandés.