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El Plan Colombia y la zona fronteriza venezolano colombiana
Las pretensiones imperialistas estadounidenses sobre Venezuela han estado
centradas históricamente en el saqueo de sus riquezas y en el control de su
territorio para desde allí controlar al Caribe y a las regiones andina y
amazónica, sin embargo, desde el inicio del Gobierno Bolivariano ese poder
imperialista procura también debilitar y, en última instancia destruir el
proceso de cambios impulsado por las mayorías populares en Venezuela.
Tales pretensiones imperialistas son actualmente instrumentalizadas con el Plan
Colombia, cuyo verdadero objetivo es el de impulsar el control imperialista
sobre la América Meridional, es decir, el control sobre las fuentes de energía,
agua dulce y biodiversidad; el tráfico de drogas y de armas; las vías
comerciales estratégicas; la mano de obra barata y, en general, de los recursos
de los pueblos.
El Plan Colombia tiene un impacto negativo en Venezuela, ya que está siendo
utilizado por el imperialismo como plataforma de ataque contra Venezuela en sus
pretensiones expansionistas, en su dimensión territorial, ese impacto afecta
principalmente a la zona fronteriza entre ambos países, ello hace necesaria una
atención especial a las particularidades de los estados venezolanos ubicados en
dichas regiones estratégicas, haciendo fundamental el resguardo y consolidación
de la Soberanía Nacional.
Al respecto, los resultados de las elecciones regionales y locales del 31 de
Octubre en Venezuela han sido altamente favorables a esa estrategia soberana
permitiéndole al Gobierno Nacional defender a Venezuela con mayor efectividad de
las agresiones ejecutadas por Estados Unidos desde el territorio colombiano.
Además de la gobernación bolivariana de Amazonas -no disputada en estas
elecciones-, el triunfo electoral bolivariano mantiene la gobernación del estado
Táchira, recupera la gobernación del estado Apure y, obtiene un amplio respaldo
popular (45%) en el estado Zulia.
Asimismo, se incrementó notablemente el número de municipios fronterizos
incorporados al proceso bolivariano desde las alcaldías: en Amazonas se ganó en
5 de sus 7 municipios, en Apure se ganó en 6 de sus 7 municipios, en Táchira, se
ganó en 23 de sus 29 municipios y, en Zulia, se ganó en 5 de sus 21 municipios,
incluyendo a la importante alcaldía de Maracaibo. Respecto a los Consejos
Legislativos, se obtuvo una sólida mayoría en Amazonas, Apure y Táchira. Cabe
destacar que las divisiones electorales en las filas bolivarianas provocaron
derrotas en 6 municipios zulianos, en 2 municipios amazonenses y en 1 municipio
apureño, ya que en esos casos, los votos sumados de las distintas opciones
bolivarianas superan los votos obtenidos por las candidaturas oposicionistas
triunfantes. Finalmente, la ratificación del Gobierno Bolivariano en 15 de los
21 municipios zulianos en el referendo popular del 15 de Agosto da cuenta del
apoyo popular al proceso bolivariano en la zona fronteriza.
A pesar de algunos reveses electorales producto de las divisiones de las fuerzas
del cambio -lo que debe ser objeto de una reflexión autocrítica, especialmente
en el Zulia, donde pudo haberse ganado en la mayoría de sus municipios-, el
balance general es altamente favorable al Proceso Bolivariano.
Un reto: Conjurar las estrategias desestabilizadoras en la zona fronteriza
expresadas en acciones como:
1. El apoyo a los escenarios violentos planificados desde Washington y Caracas
para extenderlos al Táchira y al Zulia, contando para ello con las policías
regionales bajo su control.
2. La práctica de la represión, deportación y/o explotación inhumanas de
inmigrantes ilegales de procedencia colombiana.
3. El apoyo a los grupos paramilitares colombianos que realizan el tráfico de
drogas desde Colombia hacia Venezuela y el tráfico ilegal de gasolina venezolana
hacia Colombia y facilitar la penetración de dichos grupos más allá de la zona
fronteriza, facilitándoles recursos financieros y bienes inmuebles para
facilitar el entrenamiento de paramilitares en Venezuela.
4. La implementación de una estrategia de "descentralización" dirigida a
desintegrar a la República para facilitar los negocios turbios de las
transnacionales y sus aliados criollos con las privatizaciones de los bienes y
los servicios públicos, estrategia que les resulta más fácil de implementar
comprando autoridades locales fragmentadas.
5. La oposición al mandato constitucional de implementar la estrategia de
descentralización desconcentrada para posibilitar el desarrollo integral
mediante la ocupación racional del territorio y la participación protagónica del
pueblo en lo político y en lo económico y social.
6. El sabotaje a las acciones del Gobierno Nacional para reactivar la industria
petrolera.
7. El sabotaje al desarrollo de las Misiones ejecutadas por el Gobierno Nacional
con la participación activa de millones de ciudadanos/as, en detrimento de las
comunidades, familias y personas más necesitadas y del desarrollo integral del
país.
La situación en la zona fronteriza venezolano-colombiana
La ejecución del Plan Colombia y su secuela de desestabilización y muerte
planificadas, está dirigida a la des-democratización y des-nacionalización de la
América Meridional, en función de ampliar y profundizar los intereses
estratégicos de la alianza oligárquico-imperialista. Los estados venezolanos
ubicados en la zona fronteriza venezolano-colombiana, a saber, Amazonas, Apure,
Táchira y Zulia, han sido fuertemente impactados -especialmente estos tres
últimos estados- por la implementación de dicho plan imperialista.
Buscan controlar a Venezuela, su estrategia es comenzar por el control sobre
esos estados fronterizos que contribuyen con ingentes ingresos para la
República:
1. Energía y minerales: en ellos se ubica parte importante de las reservas y de
la producción petrolera -alrrededor de la mitad de la producción nacional-
(Apure, Zulia), la totalidad de la producción carbonífera, con grandes reservas
(Táchira, Zulia), producción gasífera (Zulia), de cobre (Táchira) y reservas de
oro y uranio (Amazonas).
2. Agua: en ellos hay grandes masas de agua dulce, con las fuentes del río
Orinoco (Amazonas, Apure) y el lago de Maracaibo, el más grande del
subcontinente (Zulia).
3. Bio-diversidad: en ellos existe una de las mayores riquezas en bio-diversidad
en el planeta (Amazonas, Apure).
4. Recursos alimentarios: ellos producen las mayores cantidades de alimentos del
país: frutas, hortalizas, café, lácteos, carne de res y de pescado y otros
rubros que constituyen un soporte indispensable para afianzar la política de
garantizar la seguridad y la soberanía alimentarias (Apure, Táchira y Zulia).
También existe una gran cantidad de maderas preciosas (Amazonas).
5. Vías comerciales y geoestratégicas: ellos son la confluencia entre las
regiones amazónica, andina y caribeña; a través de sus territorios es posible
comunicar a los llanos orientales de Colombia con el océano Atlántico -a través
del río Orinoco- y a la zona nororiental de ese país con el Mar Caribe -a través
del lago de Maracaibo-. Son la puerta de entrada al comercio terrestre con
Colombia y demás países de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) a través del
Táchira -el eje del estado Táchira y el departamento colombiano Norte de
Santander está considerado como la frontera más activa del subcontinente-.
Esas condiciones (riquezas naturales, ubicación geográfica y potencial de
desarrollo) son muy apetecidas por el imperialismo estadounidense, de ahí que se
pretenda trasladar el Plan Colombia hacia Venezuela para posibilitar una
intervención militar estadounidense en este país. Son varias las excusas del
imperialismo y sus acólitos para atizar el conflicto en la zona (Ver Anexo).
El separatismo en el estado Zulia
Además de la larga lista de acciones oposicionistas contra la estabilidad de la
República desde sus "feudos" regionales, a los que suelen llamar de manera
reveladora "MI estado" (término posesivo-demagógico usado por algunas
autoridades civiles en Táchira y Zulia) cada vez que deciden oponerse a la
gestión del Gobierno Nacional, el oposicionismo instalado en algunas regiones
fronterizas ven la hipotética separación del Zulia como una salida desesperada,
ante el fracaso de los intentos reiterados de destruir la Revolución
Bolivariana.
En su sueño se sienten alentados por el imperialismo. Pretenden seguir el modelo
imperialista que separó a las Provincias Unidas del Centro de América para crear
cinco nuevas repúblicas y, posteriormente, separó de Colombia al departamento
del Istmo para crear la República de Panamá, convirtiendo a cada una de esas
nacientes repúblicas en neo-colonias que posibilitaron el control sobre los
recursos de esos pueblos, entre ellos el canal de Panamá.
Es preciso estar alertas ante algunos grupos pertenecientes a las elites
económicas zulianas que sueñan resguardar y expandir sus privilegios
oligárquicos en el ámbito de esa región, y para lograrlo han promovido la idea
de "llevar el progreso al pueblo" contando con la exportación petrolera. Es
indudable que sueñan con reconstituir una nueva empresa petrolera bajo el
control imperialista que han perdido sobre PDVSA, una especie de "Petróleos del
Zulia Company" que no sea del pueblo zuliano, sino de las transnacionales, que
lanzarían algunas migajas a ese pueblo en la forma de insignificantes regalías y
demás impuestos de explotación y exportación petrolera. Además, una república
petrolera del Zulia le permitiría al imperialismo relanzar su vieja estrategia
de destruir a la OPEP restándole miembros e inundando el mercado petrolero con
la sobre-producción. A la postre el pueblo zuliano padecería las consecuencias
de un precio del petróleo de alrededor de 7 dólares -precio en que lo encontró
la Revolución Bolivariana en 1999 y considerado como un precio "justo" por
Washington).
Recordemos que el imperialismo le prometió al pueblo itsmeño que alcanzaría la
prosperidad, la que estaría derivada de las operaciones del canal de Panamá. Sin
embargo, ese pueblo hubo de emprender luchas durante décadas y esperar un siglo
para que el imperio le devolviera el canal, al menos formalmente. Por otra
parte, tampoco se alcanzó la cacareada "prosperidad" que hoy ofrecen al pueblo
zuliano, de hecho, el pueblo panameño tiene las mismas carencias y penurias de
los demás pueblos de la América Meridional.
Ante la alianza de algunos sectores venezolanos con el imperialismo para
promover el intervencionismo y, más allá, el separatismo en Venezuela, cabría
preguntarse: ¿El imperialismo llevó el progreso a los pueblos centroamericanos
después de imponerles el separatismo inmediatamente después de lograda la
independencia de España, contando con el apoyo de las elites locales? y ¿Son los
pueblos centroamericanos más prósperos después de haber sido intervenidos
militarmente por el imperialismo durante los años ochenta del siglo pasado,
contando nuevamente con el apoyo de las elites locales?
La experiencia colombiana ejemplifica como la opción por la guerra propicia la
ejecución de graves violaciones a los derechos humanos, la restricción de los
derechos y libertades fundamentales mediante legislaciones represivas y la
militarización de las sociedades. Las consecuencias de esa política son la
des-democratización y des-nacionalización basadas en el genocidio político y
social, cuyas manifestaciones son las detenciones arbitrarias, las
desapariciones, el desplazamiento forzado, los flujos de asilados/as y
refugiados/as, los asesinatos selectivos, la tortura, la inseguridad jurídica,
la estigmatización, criminalización, persecución y, en muchos casos la
eliminación de las víctimas, la impunidad y, en definitiva, el desmembramiento
del tejido social.
La resistencia a los planes oligárquico-imperialistas determina la existencia de
los pueblos de la América Meridional y es la única vía al logro de la felicidad
de estos pueblos.
Anexo
1. La supuesta estrategia venezolana de "exportar sus conflictos políticos hacia
Colombia". La realidad es que Venezuela es la receptora del conflicto social,
político y militar colombiano; el profesor Johnny Alarcón de la Universidad del
Zulia opina '…de hecho, ya en el Zulia y Táchira operan células de las
autodefensas en complicidad con sectores de la oposición venezolana,
específicamente en los municipios Catatumbo, Machiques, Rosario de Perijá y
Páez, en el Estado Zulia. Hay serios indicios de que los paramilitares se
encuentran en Venezuela desde antes del golpe de abril de 2002 (posiblemente
participaron en él), muchas veces amparados y financiados por autoridades
locales y regionales…'. Por otra parte, en Venezuela viven unos 4 millones de
colombianos/as que han huido de la guerra y de la pobreza.
2. La supuesta "identidad ideológica" del Gobierno Bolivariano con la guerrilla
colombiana, presentada como "prueba" por Washington para vincular a Venezuela
con dicha guerrilla. La realidad es que se trata de la única argumentación ante
la ausencia de pruebas tangibles y/o creíbles o demostrables de tal acusación, y
se basa en el desconocimiento interesado del carácter pacífico y democrático de
la Revolución Bolivariana.
3. El supuesto uso del territorio venezolano como zona de "aliviadero" de la
guerrilla colombiana y la supuesta aplicación del estatus de refugiado/a o la
naturalización o regularización en beneficio de guerrilleros/as colombianos/as.
La realidad es que Venezuela es el aliviadero -durante las últimas seis décadas-
de millones de colombianos/as que huyen de la violencia político-militar
(detenciones arbitrarias, asesinatos selectivos, tortura, masacres, inseguridad
jurídica) y de la violencia estructural (pobreza, desigualdad, exclusión
económica y social, enfermedades) de la sociedad colombiana.
4. La supuesta estrategia venezolana de debilitar la integración andina y el
comercio venezolano-colombiano y, en general, de Venezuela con los países de la
CAN. La realidad es que se condena la intención venezolana de redimensionar la
integración andina para incorporar la dimensión social y criterios de
complementación y cooperación, parámetros contrarios a la estrategia de
des-integración neoliberal.
5. La supuesta necesidad de "resguardar la ecología" de la Amazonía y la
Orinoquía por agentes supranacionales. La realidad es que Venezuela resguarda
grandes extensiones de su territorio en calidad de Áreas Bajo Régimen de
Administración Especial (ABRAES), que prohíben su explotación a gran escala y se
regulariza la explotación de la pequeña minería bajo criterios de desarrollo
armónico, integral, endógeno, sostenible y sustentable con la Misión Piar.
6. La supuesta falta de colaboración de Venezuela en el combate al tráfico de
narcóticos. En realidad, mientras el poder mediático imperialista y
pro-imperialista siembra dudas al respecto, el gobierno estadounidense reconoce
la cooperación estrecha con Venezuela en materia de combate al narcotráfico.
7. El supuesto "descuido" por Venezuela de su frontera con Colombia. En realidad
se han reforzado los teatros de operaciones, mejorado la inteligencia y
fortalecido las instituciones policiales, lo que ha posibilitado acciones
exitosas contra los grupos irregulares colombianos (guerrilleros o
paramilitares) y contra la delincuencia organizada, especialmente el
narcotráfico.
8. La supuesta estrategia venezolana de romper el equilibrio militar respecto a
Colombia. En realidad, la implementación del plan Colombia ha provocado un
enorme desequilibrio militar no sólo con respecto a Venezuela sino además a
nivel regional, es notorio que el presupuesto militar colombiano es muy superior
al venezolano y, a diferencia de Venezuela ese país es el segundo receptor de
ayuda militar estadounidense en el mundo.
9. La supuesta "usurpación" de áreas del golfo de Venezuela por Venezuela. En
realidad, dicho asunto limítrofe está "congelado" por decisión de ambos estados
que, por demás, han emprendido la ampliación y profundización de sus relaciones
gracias a la llamada "des-golfización" de éstas, lo que ha generado grandes
beneficios e incrementado la confianza mutua. Sin embargo, periódicamente
algunos gobiernos o funcionarios colombianos de menor rango hacen declaraciones
que buscan generar "ruidos" en dichas relaciones. La más reciente de esas
declaraciones pretendió cuestionar las negociaciones de Venezuela con empresas
transnacionales para la explotación de petróleo en el golfo. Cabe destacar que
las áreas a explorar y/o explotar están fuera de la zona reclamada por Colombia,
asimismo, es necesario recordar que dicha pretensión de soberanía por el Estado
colombiano se basa en el desconocimiento de los títulos históricos
in-interrumpidos que posee Venezuela sobre esa área desde los tiempos del
colonialismo español (Capitanía General de Venezuela) y, además de tratarse de
una bahía histórica, tiene un carácter estratégico vital para Venezuela, al ser
la única salida al mar del lago de Maracaibo, principal fuente de petróleo del
hemisferio occidental.