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Latinoamérica

La "amenaza" venezolana

¿Por qué temen Bush y Kerry a Hugo Chávez?

Katherine Lahey
CounterPunch

El gobierno de EE.UU. y el candidato presidencial John Kerry han anunciado que el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, es una amenaza para Estados Unidos. Lo más irónico del caso es que, si se utiliza un marco diferente para analizar esta declaración, no dejan de tener razón. La visión de que Hugo Chávez y la fuerte organización comunitaria del pueblo venezolano están destruyendo poco a poco la visión y práctica corrupta, imperialista y represiva del gobierno de EE.UU. y su capacidad de intervenir en los asuntos del pueblo, debilitando sus esfuerzos por controlar a su amada nación: Venezuela. En realidad, afecta sus planes mientras los resiste – por eso hace poco Colin Powell anunció, después del referéndum, que EE.UU., aunque está en "desacuerdo" con las políticas y la ideología, encontrará modo de cooperar con el gobierno venezolano. El trabajo del pueblo hace aún más imposible que el gobierno de EE.UU. ejecute su plan de regir a través de la mano extranjera, comprando funcionarios en el interior mientras los bancos extranjeros llegan para participar en los frutos de la máquina capitalista de globalización que ha destruido tantas vidas y tantos países. Sin embargo, continúan repitiendo el grito de amenaza y peligro, apuntando sus dedos hacia Hugo Chávez, el líder de la resistencia contra el neoliberalismo y el imperialismo.
La importancia de Venezuela como tema político ha aumentado a medida que se acercan las tan esperadas elecciones de noviembre en Estados Unidos. Desde luego, los dos candidatos, George Bush y John Kerry, son tan similares que en realidad no existe diferencia alguna; son personajes que representan los mismos intereses de dominación Las diferencias por las que siguen disputándose son minúsculas, pero son magnificadas en el intento de los medios privados de crear más drama y de mantener el poder del sistema de dos partidos. Están fundamentalmente de acuerdo en muchas áreas, pero hay una en la que su acuerdo es particularmente fuerte: la amenaza de Hugo Chávez y el pueblo venezolano. Por cierto, estratégicamente, Venezuela significa una cosa para ellos: petróleo. No ven a un pueblo, ni a un hermoso país rico en historia y cultura y una política de principios de la que ciertamente podrían aprender algo – ven dólares y una oportunidad, bajo las condiciones apropiadas, de arrebatar los recursos que pertenecen a otro pueblo. Pero se enfrentan a un problema: la determinación y la lucha de un pueblo y de una revolución que ya ha echado firmes raíces, con un líder que jamás venderá a su pueblo o a su país, ni su soberanía como pueblo. Lo que es más, el hermoso y fiero ejemplo de la Revolución Bolivariana no se limita a las fronteras de Venezuela. Día a día crece y se extiende por toda América Latina, en Ecuador, en Bolivia, en Brasil, en Argentina, floreciendo y creando un pueblo más unido y una conciencia del poder posible, arraigado en las raíces de la comunidad, por sobre el imperio. Ésta es la amenaza que describen en realidad: la amenaza contra ellos mismos y su proyecto de conquistar el mundo.
Por cierto, lo que quisieran decir es que Chávez es una amenaza terrorista, que apoya ideológicamente a los terroristas con su resistencia antiimperialista, lo que es un peligro para el territorio de EE.UU. a la luz de los ataques del 11 de septiembre. Pero lo que sucede en realidad es que, poco a poco, esta resistencia, en combinación con el poder del pueblo venezolano, daña su propia campaña y dominación terrorista, y que temen que este proceso dará poder e inspirará a otros pueblos oprimidos para que se alcen, se organicen, reivindiquen su humanidad y su sociedad. Porque ya no funciona el uso de miles de millones de dólares con grupos opositores en la esperanza de generar otro golpe, como lo hicieron a través de NED, el Fondo Nacional por la Democracia, un grupo derechista que en nombre de la democracia financia a grupos opositores para promover los intereses imperialistas de EE.UU. en otros países de todo el mundo. Ésta fue una de las grandes lecciones del referéndum del 15 de agosto: que el poder pertenece al pueblo y que es imposible arrebatárselo. Que los miles de millones de dólares importados ya no pueden salvar a su oligarquía. El pueblo ha cantado su mensaje. Dijo"¡No Volverán!". Y ésa es la amenaza.

Katherine Lahey es estudiante de la Universidad de California. Está por seis meses en Venezuela, estudiando el proceso revolucionario. Su correo es: lunazul_77@hotmail.com