Latinoamérica
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Las circunstancias neoliberales en la Revolución Bolivariana
Guayú De Falkón
http://www.iespana.es/guebguayu/placebo.htm
En un mundo dominado por la lógica de las instituciones internacionales de la
globalización neoliberal capitalista, es irracional no comprender que gobiernos
con proyectos nacionalistas de desarrollo económico sean obligados contra su
voluntad a decidir medidas económicas neoliberales; pero es también irracional
adoptar la lógica neoliberal sin una obligación que lo demande. Y es más
irracional aún asumir lógicas neoliberales en materia ambiental donde el capital
transnacional depredará todo lo que encuentre a su paso, riquezas naturales,
biodiversidad, ecosistemas y seres humanos sin compensación alguna, existiendo
alternativas de explotación económica locales, no depredadoras y de contenido
social y humanista.
La declaración antiimperialista del máximo líder de la revolución bolivariana,
hecha ante un río de compatriotas defensores del proyecto, reunidos en una
gigantesca concentración en la Autopista Francisco Fajardo frente al Jardín
Botánico de la ciudad de Caracas el 29 de febrero de 2004, a juzgar por los
hechos, representa una nueva forma peculiar y contradictoria de lucha
antiimperialista.
Tomando las correspondientes distancias con los contenidos y propósitos de otra
revolución latinoamericana, la revolución cubana, aquella, luego de la
declaración del carácter socialista de la misma conocida como Segunda
Declaración de la Habana, fue acompañada de una serie de decisiones políticas y
económicas tomadas por el liderazgo que confirmaron la realidad concreta de ese
hecho político, carácter socialista sujeto a las concepciones, ideas, proyectos
y al espacio temporal de los hombres que la realizaron. Esta declaración dio
origen a decretos de expropiaciones de la propiedad privada sobre monopolios,
latifundios, comercios y empresas capitalistas nacionales y extranjeras. Se creó
la propiedad social estatal tras la muerte y el nacimiento de miles de
instituciones en medio de un proceso político, económico, social y cultural
violento.
En nuestro caso, la declaración antiimperialista de nuestro máximo líder es
apenas discursiva, forma parte una revolución bolivariana antiimperialista
virtual que camina paralela a la revolución bolivariana presencial nacionalista,
está última, sustentada sobre los pilares de un articulado constitucional con
profundo contenido de justicia social, humanista, reivindicativo y soberano;
pero cuya eficacia depende en última instancia del grado de discrecionalidad con
que el Presidente de la República, los ministros o diputados hagan uso del
contenido neoliberal del mismo articulado clavado a traición en la Constitución
de 1999 (texto constitucional bolivariano). Esta discrecionalidad neoliberal ya
ha sido usada en contra de la República Bolivariana de Venezuela, confundiendo a
unos, enajenando a otros, creando pánico y frustración en viejos y nuevos
luchadores sociales, y conciencia y rebeldía revolucionaria en miles de
bolivarianos, por ahora, todavía no suficientes para exigir y lograr
participación en la toma de decisiones políticas del gobierno de solidaridad
social de Hugo Chávez.
La declaración del carácter antiimperialista de la revolución bolivariana fue
realizada para el consumo hertziano de revolucionarios y opositores mediáticos,
aquellos que son agitados y puestos a funcionar por medio de los medios privados
de comunicación social, las cadenas presidenciales y el programa de TV y radio
gubernamental Aló Presidente, la verdadera organización política conductora de
la revolución bolivariana. Excepto prueba en contrario, las medidas tomadas por
el liderazgo para confrontar al imperio, le son a éste inofensivas. Lo
contradictorio es que la realidad parece indicarnos la puesta en marcha un
mecanismo de desinformación que, a contra corriente, intenta hacernos creer en
políticas antiimperialistas llevadas a cabo con tan bajo perfil y cautela, que
nadie, ni siquiera la CIA ni el Departamento de Estado se han dado cuenta de la
vigencia y eficiencia de la nueva lucha antiimperialista bolivariana.
Entre las más revolucionarias y confrontadoras medidas antiimperialistas del
gobierno bolivariano está haberle otorgado a la transnacional petrolera Chevron-Texaco
-léase familia Bush-, una concesión para la exploración y explotación gasífera
en la Plataforma Deltana, un depósito de gas natural costas afuera, sin
licitación, haciendo uso del derecho burocrático neoliberal legal enclavado en
la Constitución de 1999, articulado que permite al poder burocrático escaparse
por una vía constitucional del control social soberano sobre las riquezas
naturales, escaparse de la consulta pública sobre decisiones que tengan
consecuencias sobre el futuro de los venezolanos, escaparse de las exigencias de
la mayor parte del articulado de la propia Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela.
Impotentes artículos constitucionales llenos de intenciones soberanas que
inundan de esperanzas el corazón y la mente de millones de hombres, mujeres,
jóvenes y niños que reclaman una vida mejor ¡Hacen el ridículo ante la potencia
de la realidad neoliberal constitucional en plena vigencia, al acecho, lista
para asesinar el proyecto de la V República!
Se disparan las alarmas
Un grito de alerta, grito valiente, cargado de ética y moral revolucionaria de
Paulino Núñez en su artículo Thank you Mr. Carter, but..., de fecha 03/09/04
publicado en www.soberania.info nos
permite profundizar en nuestros argumentos. Su contundente crítica respalda
nuestra apreciación sobre el antiimperialismo virtual del gobierno bolivariano.
Leamos:
"En términos más concretos, nuestra carta constitucional de 1999, nos propuso
consagrar el Estado Social de Derecho y de Justicia, pero acabó santificando el
principio del libre mercado, permitiendo la venta de las subsidiarias de PDVSA y
sancionando la validez de asociaciones minoritarias para la explotación de
nuestros recursos estratégicos, realidad en nada coherente con la intención
expresa y, por tanto, inaceptable para el pueblo como realidad permanente.
Cuando en su artículo 113 nuestra carta magna establece que "Cuando se trate de
la explotación de recursos naturales propiedad de la nación o de la prestación
de servicios de naturaleza pública con exclusividad o sin ella, el Estado podrá
otorgar concesiones(...)", se está mandando constitucionalmente que el Estado
traicione a la nación y su Gente. Incluidos están tanto derechos económicos como
derechos sociales. (Basándose en este artículo, hace poco, un reducido grupo
anti-nacional casi logra colar una ley que regularía - sancionaría - la
privatización de las aguas... La Ley de Seguridad Social sigue en el limbo de lo
no-nato...)
El artículo 301, obedeciendo al nefasto - AMI -, abre, sin ningún tipo de límite
ni contrapartida, el mercado nacional a la inversión extranjera, lo que, en
razón de la naturaleza y poder de ésta, equivale a otorgarle preferencia en
relación con la débil inversión nacional.
El traidor artículo 303..., mejor, vuélvalo a leer y saque sus propias
conclusiones... "Artículo 303. Por razones de soberanía económica, política y de
estrategia nacional, el Estado conservará la totalidad de las acciones de
Petróleos de Venezuela, S.A., o del ente creado para el manejo de la industria
petrolera, exceptuando las de las filiales, asociaciones estratégicas, empresas
y cualquier otra que se haya constituido o se constituya como consecuencia del
desarrollo de negocios de Petróleos de Venezuela, S.A."
Apoyándose en este increíble artículo, en Enero del 2003, cuando aun persistían
los ramalazos del fallido golpe petrolero - esto es, en medio de la confusión,
como les es clásico - la Nueva PDVSA publicó un Plan de Reestructuración en el
que aparecían - por si lo duda tengo copia - las Subsidiarias Oriente y
Occidente... Tal exabrupto constituyó la principal motivación movilizadora que
se llamó la Constituyente Petrolera (Guaraguao, Tamare, Yagua y Maracay) que
unió en clamor de protesta a trabajadores, comunidades, intelectuales y factores
muy significados de la FAN. Aquel poderoso movimiento popular - que aun persiste
pese a las perversas manipulaciones en contra de la Nueva PDVSA - tuvo la
fortuna de lograr que las propuestas "Subsidiarias" - luego privatizables al
amparo del Artículo 303 en consideración - pasaran a ser Divisiones Operativas
y, por tanto, NO privatizables."
En medio de la batalla por la recuperación económica luego del golpe petrolero,
a la transnacional petrolera Chevron Texaco, representante de intereses del
actual jefe de la Casa Blanca, cuyo gobierno apoyó y financió los cuatro ataques
contra la revolución bolivariana, se le entregó por varias decenas de años una
concesión para la exploración y explotación gasífera, sin soportes técnicos
racionales suficientes y transparentes, a la carrera. Los argumentos que
justifican tal decisión, a juicio de varios expertos petroleros, son meros
sofismas. Según éstos, tal decisión es una estratagema burocrática de los
actuales colonizadores de la "nueva" PDVSA que parecieran encontrarse -y no por
azar- con los argumentos del "viejo" plan neocolonial de Luis Giusti -actual
asesor petrolero del imperio estadounidense-, cuyo objetivo persigue entregar
todo el potencial productivo petrolero venezolano al capital privado
transnacional imperial.
Al respecto, Gerónimo Antón, en Sr. Presidente: ¿de cuándo acá EE.UU. es aliado
estratégico de Venezuela? articulo publicado en
www.aporrea.org de fecha 10/08/04, al
respecto, pregunta y argumenta alrededor de la cita de un discurso del
Presidente Chávez:
"¿No dizque andamos en la fase anti-imperialista? "Esperamos que reflexionen los
que lo asesoran porque nosotros no entendemos cómo un país como éste, aliado
estratégico, socio estratégico, ha sido sometido a la presión". Esto lo afirmó
el presidente Chávez en un acto donde inauguró la exploración de gas por parte
de la Chevron-Texaco en la Plataforma Deltana, en referencia a George Bush. En
ese acto el Presidente dijo que de resultar triunfador John Kerry "también
esperamos que se inicie una nueva etapa en las relaciones francas, sinceras, de
afecto, de cooperación". En general, planteó que aspiraba a que se produjera una
mejora en las relaciones entre Venezuela y Estados Unidos, independientemente de
quien ganara las elecciones en ese país. Nosotros, después de leer estas
declaraciones nos preguntamos: Por fin, ¿en qué quedamos?
EL 29 de febrero pasado Chávez afirmó en un mitin en el Jardín Botánico que el
proceso revolucionario había entrado en su fase antiimperialista. Desde aquel
momento ha lanzado sapos y culebras contra Bush. Pero de pronto, por obra y
gracia de no sabemos quién, el odiado imperialismo se convierte en socio
estratégico, en aliado de Venezuela."
Las reservas estratégicas del imperio
La lucha antiimperialista del gobierno bolivariano aumentó la exportación de
petróleo hacia los EE.UU. para reponer sus reservas estratégicas, y a la vez,
asegurarles el suministro de combustibles que necesitan para derrotar la
"agresión" del terrorismo islámico y consolidar la "civilización" de los pueblos
"bárbaros" del Medio Oriente, uno ellos miembro de la OPEP y socio estratégico
de la República Bolivariana de Venezuela. Para que EE.UU. logre sus propósitos
PDVSA le suministrará gasolinas y petróleo suficiente para que asegure y reponga
sus reservas estratégicas. Y así, una vez culminada la misión de la "visión"
redentora de Bush en Afganistán e Irak, traigan a Venezuela la democracia que
imponen a esos pueblos, del mismo modo y sin demora. ¡A sangre y fuego!
Hablar de acabar con la dependencia y de profundizar la etapa antiimperialista
de la revolución bolivariana, luego de aceptar una soberanía limitada o la
condición de protectorado, tras el visto bueno del imperio a los resultados del
referendo revocatorio presidencial confirmado por Jimmy Carter -ex presidente
del imperio neoliberal salvaje que en cuatro oportunidades ha intentado acabar
con la democracia participativa-, si no es un chiste de mal gusto, representa
para la revolución bolivariana una tragedia, la cual como mínimo tiene que ser
motivo de gran preocupación para el pueblo revolucionario.
La revolución bolivariana es un espacio político temporal, dialéctico, que
presenta un sin número de oportunidades a los revolucionarios. Es un espacio
político de participación social amplia en la idea de lo que Heinz Dieterich
llama "ilusión del desarrollismo nacional", potente fuerza nacionalista que cree
viable el desarrollo económico nacional. Siguiendo el modelo de desarrollo
nacional la revolución bolivariana proyecta integrar Latinoamérica a través de
un Bloque de Poder Regional, el MERCOSUR ampliado a Cuba, proyecto cuya
viabilidad depende del desarrollo de la sinergia integradora que impulsen los
gobiernos de Argentina Brasil, Cuba y Venezuela, cada uno de con desigual
capacidad de movilización y de poder real, los cuales requieren apoyo del
empresariado local y del apoyo y movilización de los pueblos de cada país para
el éxito del proyecto.
Los revolucionarios, participando en la revolución bolivariana y contribuyendo a
la expansión de la dinámica de su sinergia democratizadora integradora y
participativa hacia Latinoamérica, tenemos la posibilidad de avanzar en el
camino a la liberación de la explotación, dominación y enajenación de la
sociedad humana.
¡Que existan oportunidades de avanzar en el camino hacia la realización plena de
la sociedad humana, desde la revolución bolivariana, no significa que la
redención social en Venezuela hoy sea un hecho cumplido! Tampoco quiere decir
que no existan otros caminos de liberación a explorar, ni mucho menos que este
sea el camino definitivo, como nos obligan a mirarlo quienes ya tienen
satisfechas sus máximas aspiraciones revolucionarias: Poder burocrático
discrecional, grandes ingresos económicos, "ahorros" millonarios, empresas
propias, negocios con el Estado, colonización de espacios de poder
institucional, privilegios de clase, relaciones comerciales internacionales,
latifundios y agroindustrias para una economía y un fin de semana familiar.
Con relación a lo último, Domingo Alberto Rangel, un viejo luchador
revolucionario, economista, agudo crítico político, ha hecho señalamientos
públicos sobre la compra a través de testaferros de tres instituciones
financieras por un jerarca burocrático bolivariano e invitó al Presidente Chávez
a comprobarlo. Si esto fuera cierto, imaginamos que lo justifica la necesidad
que tiene de guardar sus utilidades de fin de año, como también proteger del
"hampa desatada" los "ahorros" de toda su familia.
Los logros políticos
La revolución bolivariana, en medio de la acción del fascismo global y el
intento de consolidación de una plutocracia planetaria, tiene entre sus méritos
políticos más resaltantes la institucionalización del derecho a la participación
protagónica de los ciudadanos en los asuntos públicos -por ahora sólo formal en
la práctica-, la incorporación al marco legal de la revocatoria de los mandatos
a los cargos de elección popular, la incorporación del derecho de las minorías
étnicas y sus culturas a la conformación de una sociedad multilingüe y
pluricultural, la conformación de un ámbito internacional de dirección
pluripolar, y la defensa de la soberanía nacional, que tiene su mayor virtud, no
en la defensa de la soberanía misma; por el contrario, a través de su defensa
quedan al descubierto no sólo la democracia y lo democrático formal, sino que
también queda al desnudo su inutilidad en un mundo dominado por una plutocracia
imperialista global, el enemigo de la sociedad humana a d errotar.
Entre otros méritos importantes de la revolución bolivariana se encuentra la
disminución de la represión política de los cuerpos de seguridad del Estado
contra las clases populares y el movimiento popular revolucionario, no obstante
su impotencia para contener y castigar la represión que ejercen el terrorismo
mediático contra la población; como también su impotencia para contener y
castigar la represión de clase de la oligarquía y el imperialismo que con
sicarios y paramilitares asesina dirigentes campesinos, y su similar impotencia
para contener y castigar la represión contra la movilización popular que
realizan los cuerpos policiales de los gobiernos locales y regionales bajo
control de la oposición política.
Con todo, las fuerzas sociales puestas en movimiento por la revolución
bolivariana se disputan, cada día con mayor fuerza, el control del rumbo futuro
del proceso de cambios. En medio de este forcejeo general de la sociedad en
todos los espacios políticos, sociales, culturales, económicos y militares en lo
relacionado con el control del poder, el pueblo revolucionario bolivariano es el
sujeto político que se encuentra en las peores condiciones para pasar a la
dirección inmediata del proceso. No obstante, la gran potencia de su fuerza de
movilización y la tenacidad con que batalla para alcanzar la realización plena
de sus esperanzas, representan reales oportunidades para superar sus
limitaciones y avanzar hacia la conducción de las transformaciones futuras.
Lo social una enseñanza universal
Las Misiones son un conjunto de nuevas instituciones u organismos de
participación popular de corresponsabilidad con el Estado, son una respuesta
para atacar los más graves problemas de la población venezolana en alimentación,
identificación, educación, salud, vivienda y empleos priorizando a los sectores
en condiciones de extrema pobreza.
Cuando las acciones de desestabilización política, social, económica y militar
de la Coordinadora Democrática con el apoyo de la intromisión en los asuntos
internos de Venezuela del Departamento de Estado, la CIA y la embajada de los
EE.UU. estuvieron en su mayor auge, el gobierno bolivariano, con una política
agresiva, decidió contra atacar los problemas de la desestabilización y
responder a la agresión económica y política. Para ello, articuló en un plan de
acción múltiple de los nuevos entes financieros del Estado creados por la
revolución bolivariana, el Banco del Pueblo, El Banco de la Mujer y el Banco
Nacional para el Desarrollo Social, más el Banco Industrial de Venezuela, los
ministerios, todos los entes económicos y la Fuerza Armada Nacional para
enfrentar el intento de llevar al país a la bancarrota económica. Todo el Estado
bajo control de la revolución bolivariana confrontó la conspiración interna y
externa como un asunto de Seguridad de Estado.
En medio de la acción de expansión a todo el país de la experiencia de Barrio
Adentro -proyecto de desarrollo local iniciado en la Alcaldía de Caracas- a su
alrededor nacieron todas las demás Misiones de la revolución bolivariana,
aprovechando la sinergia participativa de la democracia bolivariana, el
protagonismo popular, el apoyo del Estado bolivariano y la cooperación del
Estado cubano que provee a las Misiones de decenas de miles de profesionales de
la salud, educación, el deporte y de otras especialidades.
En adelante y cada vez con mayor seguridad y velocidad, una a una fueron
naciendo las Misiones, organismos de la revolución bolivariana que comenzaron a
atacar los males sociales endémicos que padecía la sociedad venezolana: Misión
Mercal ataca la desnutrición y seguridad alimentaria, suministra alimentos a las
Casas de Alimentación -una especie de ollas comunes- y alimentos básicos de la
dieta diaria para la venta a precios populares. Misión Barrio Adentro ataca la
deuda en salud a la población de manera masiva, ampliándose de medicina general
a odontología y oftalmología, incluyendo las medicinas las prótesis y la óptica
totalmente gratis. Misión Robinson que acabó con el analfabetismo de más de un
millón de ciudadanos en un año. Misión Rivas se ocupa de la culminación de la
educación secundaria de otro millón de ciudadanos. Misión Sucre resuelve las
necesidades de profesionalización de otro millón de ciudadanos excluidos por las
universidades y de los institutos de educaci ón superior. Misión Vuelvan Caras
enseña oficios y profesiones a los integrantes de otras misiones desempleados,
organizándolos en cooperativas para participar en el impulso de los proyectos
económicos de desarrollo endógeno apoyados por el Estado.
Las Misiones sociales del gobierno bolivariano, son una arma poderosa para
acumular fuerzas entre los pueblos para enfrentar el ALCA, el neoliberalismo y
al imperio. Su expansión a Latinoamérica, propuesta realizada a varios países de
la región por el gobierno bolivariano, si es aceptada, expandirá la democracia
participativa a todo el continente; sería una chispa que, estamos seguros,
incendiaría la pradera; y quizás, el planeta entero, si son impulsadas por los
revolucionarios.
Las fuerzas internas
Tres son los más importantes movimientos de fuerzas sociales en la disputa
política interna de la revolución bolivariana. La primera fuerza social en
movimiento es la oposición política a la revolución bolivariana, integrada por
los medios de comunicación social privados, los partidos socialcristiano y
socialdemócrata, las instituciones neoliberales civiles y empresariales, las
facciones políticas ultra izquierdistas y fascistas, más la 5ta columna del
chavismo sin Chávez que aglutina a reformistas liberales y nacionalistas
conservadores que desean abortar la revolución bolivariana y sus oportunidades.
Toda esta fuerza social representa la regresión bajo la égida de los intereses
de la oligarquía y los EE.UU. La segunda fuerza social en movimiento es la
burocracia pública y política bolivariana, sus aliados de la izquierda y de la
ex guerrilla de los años 60 y 70, más los guasineros bolivarianos, todos
recolonizadores de una parte del Estado y sus instituciones que asumier on el
rol de reemplazo de la vieja burocracia pública y política ya fuera del poder
central. Y la tercera fuerza social puesta en movimiento por la revolución
bolivariana es el pueblo revolucionario, pueblo que soporta el gran peso de los
desaciertos y desaguisados económicos y políticos del gobierno de solidaridad
con los explotados o excluidos sociales que dirige Hugo Chávez, pueblo que pone
los muertos asesinados por el imperio y la oligarquía, pueblo que se resiste al
control y el despotismo que un nuevo liderazgo dominador le impone, pueblo que
con nulo o escaso apoyo intelectual busca formas de organización y lucha para
saltar las barreras que le impiden realizar sus máximas aspiraciones de
realización política, económica, cultural y social; pueblo que cada día con
mayor fuerza comprende que está obligado a defender, consolidar y hacer avanzar
la revolución bolivariana.
Instituciones neoliberales
Entre las instituciones que más se resisten y conspiran contra el proceso de
transformaciones estructurales se encuentran la administración pública y las
universidades. La primera, una institución que se satisface a si misma y para la
cual la nueva Ley Orgánica de la Administración Pública es letra muerta.
Colonizada por la burocracia política de la IV República y la nueva burocracia
política de la V República, es fuente de corrupción generalizada e inútil a para
responder a los retos nacionales de la Revolución Bolivariana, contra la que
esta administración pública conspira día a día. La segunda, son las
universidades. Las universidades públicas autónomas y las sin autonomía se
consumen un presupuesto anual de 3 mil millardos de bolívares, presupuesto que
les entrega el Estado de la República Bolivariana de Venezuela para que las
herramientas de la academia se empleen contra el proyecto de transformaciones en
marcha. Desde las academias públicas se han organizado gran par te de los
boicots y conspiraciones contra la revolución bolivariana.
Ante este notorio y público hecho anterior, los parlamentarios bolivarianos ni
siquiera asoman la posibilidad de reformar la ley de universidades vigente;
quizás no lo hagan porque la mayoría proviene de ellas, allí fueron modelados
por el neoliberalismo, muchos de ellos defienden intereses neoliberales sin
saberlo. De las universidades nacionales públicas y privadas egresan
profesionales neoliberales para las transnacionales, la gran empresa nacional y
el condado de Miami. Durante 5 años se les ha dado cada vez mayor presupuesto
para conspirar contra el nuevo proyecto de país, el cual avanza soportado por
los millones de explotados y marginados por las universidades, en contra y a
pesar de la resistencia y el boicot académico masivo contra la V República.
El ataque a la economía
La devaluación monetaria es otro signo neoliberal presente en la revolución
bolivariana. La ilusión exportadora que protegió un puñado de exportadores con
la devaluación del bolívar empeoró la situación económica de todos los
trabajadores, decisión tomada por el gabinete económico que cuenta con un
ministro de finanzas de perfil neoliberal, modelado en los templos neoliberales
criollos, las academias universitarias, CEDICE y el IESA junto con los demás
profesionales de la economía y finanzas que ejercen la gerencia pública. Esta
política monetaria pública neoliberal del ministerio de finanzas, continúa
además con el endeudamiento externo expoliador y transnacional, el que en lugar
de liquidarlo o reducirlo en su magnitud, se renueva y se establecen nuevos
compromisos de esclavitud monetaria con el imperio. Política favorable sólo a
los especuladores financieros y a la extracción de divisas y capitales hacia la
banca del norte.
Esta política de las finanzas públicas del gobierno bolivariano se enlaza con la
política monetaria del Banco Central de Venezuela BCV, entidad que se maneja de
manera autónoma conforme a la Ley -política similar para todos los países
dependientes-, receta neoliberal del Fondo Monetario Internacional para aumentar
la dependencia y asegurar la bancarrota económica de nuestros países
dependientes, recetas que ningún gobierno del primer mundo ejecuta: elevar las
tasas de interés para evitar la fuga de divisas y la inflación, comprar la
liquidez monetaria de los capitalistas financieros para liquidar y frenar la
inversión productiva interna, otorgar ganancias al capital financiero
especulativo a cargo de las reservas de divisas internacionales, boicotear la
reactivación económica impidiendo los créditos de la banca privada a la gran
fuente de empleo masivo de la pequeña y mediana empresa.
El control de cambio, política monetaria que ha sido utilizada por todos los
países que han desarrollado su economía basada en el crecimiento endógeno, aquí
en Venezuela es boicoteado por el propio Banco Central, entidad pública que
sostiene políticas monetarias neoliberales, auspiciando la especulación para
generar bancarrota económica, incentivar la especulación financiera de los
banqueros y pagarles intereses para impedir la inversión en la industria
nacional. Los billones de bolívares en manos de la banca privada los "retira" el
BCV con el cuento de estabilizar la oferta monetaria y evitar la inflación,
cuento chino neoliberal que se lo traga y lo respalda sólo la neoliberal
gerencia pública financiera bolivariana, cómplice del boicot a la reactivación
de la empresa privada y del país.
Si el BCV elimina los bonos que vende a la banca privada para compensarla por no
venderle dólares para exportar sus capitales a los EE.UU., tal como lo planificó
el Fondo Monetario Internacional y lo habían venido haciendo durante más 40
años, la banca se verá obligada a prestar su dinero a los empresarios y privados
o los banqueros tendrán que comerse el dinero. Se arruinarán si no lo prestan.
Ahora bien, superar los problemas sociales que dependen de una gran mejoría
económica, no será posible mientras el Banco Central de Venezuela responda a los
intereses de la banca privada y a las políticas neoliberales del Fondo Monetario
Internacional, del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo.
Mientras el Banco Central no sea rescatado para la Nación por la revolución
bolivariana, éste y la banca privada seguirán conspirando, y así, el peso de la
reactivación económica continuará cayendo sobre el Estado y será lento, más aún
cuando éste, sufre la tragedia de contar entre la gerencia pública del poder
central, con jerarcas bolivarianos que colocan a plazo fijo en la banca privada
los dineros de los presupuestos de los organismos públicos a su cargo. ¡Lo hacen
a cambio de recibir de la banca privada comisiones en dinero efectivo para ellos
o para sus organizaciones políticas! Este hecho cotidiano de corrupción pública
conspira contra todas las políticas de la revolución bolivariana.
Empleo y salario de mercado
Otro potente signo neoliberal presente en el antiimperialismo bolivariano es la
política de empleos y salarios. El empleo en general paga sueldos mínimos
-salarios de hambre- que no tienen compensación redentora real a pesar de los
esfuerzos que realizan todas las Misiones, las nuevas instituciones sociales con
las cuales el gobierno bolivariano trata de impedir el crecimiento de la pobreza
que, con la conspiración interna y externa contra la revolución bolivariana ha
aumentado en algunos sectores y disminuido sólo en los sectores de pobreza
extrema.
El valor real de los salarios disminuye a diario, a pesar que el gobierno sí
presenta una propuesta económica viable como salida a muchas de las dificultades
económicas, a la vista de todos, dentro del marco capitalista nacional y del
sistema democrático parlamentario y electoral vigente en la región, con la
particularidad de la democracia participativa y el protagonismo social
bolivariano.
La Universidad Bolivariana de Venezuela UBV, la nueva institución de educación
superior que se atribuye responder a los principios constitucionales del proceso
de cambios, esgrimiendo argucias que responden a las lógicas del empleo
neoliberal, hasta hoy, no contrata profesores de edad avanzada en su planta
profesoral a dedicación exclusiva. La UBV regida por los parámetros de calidad y
eficiencia neoliberales y el trabajo flexible, para ahorrarse el pago temprano
de pasivos laborales, desecha a los docentes mayores ofreciéndoles trabajo a
contrato, flexible, por horas, a pesar del axioma que reza a mayor experiencia
mayor productividad.
Detrás del argumento que recomienda a la UBV contratar una plantilla docente que
haga carrera completa -20 años de servicio-, se esconde la verdad de la
explotación neoliberal salvaje. La lógica del empleo neoliberal recomienda
contratar jóvenes ya moldeados por la cultura neoliberal que atraviesa toda la
estructura educativa venezolana, a los cuales es más fácil controlar y modelar a
su antojo para que reproduzcan las lógicas neoliberales, algo difícil de hacer
con "viejos" o experimentados docentes y con los verdaderos revolucionarios. Y
este signo neoliberal se corresponde con otras lógicas académicas neoliberales
presentes en la UBV que trataremos en otro trabajo.
Para completar el cuadro laboral neoliberal existente en la revolución
bolivariana, PDVSA en lugar de liderar la industrialización del petróleo aguas
abajo, para incrementar el empleo productivo y agregar mayor valor a las
exportaciones, entrega las mayores posibilidades para un crecimiento endógeno
con mayúscula, al capital transnacional en condiciones desiguales -minoría
accionaria- y sin que nada obligue al gobierno a firmar dichos convenios;
excepto la discrecionalidad del articulado neoliberal de la Constitución
bolivariana que permite estos exabruptos en el ejercicio del gobierno,
traicionando a la patria y al pueblo soberano desde la Constitución misma, tal
como nos lo ha hecho mirar en párrafos anteriores Paulino Núñez.
Transnacional nacional antinacional
En la sociedad global los países que no cuentan con corporaciones
transnacionales nacionales para obtener una cuota parte del plus producto de la
producción económica global, están condenados a sufrir las vicisitudes de la
nueva esclavitud y obligados a soportar la explotación transnacional neoliberal
salvaje de sus pueblos. La revolución bolivariana necesita hacer esfuerzos por
crear una o varias corporaciones transnacionales nacionales más, aprovechando
nuestras riquezas naturales para la explotación de la industria del turismo y la
explotación e industrialización de los minerales estratégicos existentes.
PETROSUR va en esa dirección; aún cuando su conformación es de propiedad
multinacional, es una corporación transnacional que responderá a los
requerimientos económicos de los países socios.
Una corporación transnacional nacional que produce utilidades, empleo y
oportunidades de crecimiento industrial para otros países y otras
transnacionales, cuyas inversiones y negocios en el exterior no traen al país un
plus producto en divisas que se corresponda con la magnitud de su actividad
económica, no es una corporación transnacional nacional, sino que en los hechos
es una corporación transnacional antinacional; excepto que sea una corporación
transnacional nacional fraudulenta o una transnacional de maletín. Podríamos, en
nuestro caso, también calificarla de imperial.
PDVSA, si no cumple los criterios anteriores está próxima a cumplirlos. Su
contribución con las Misiones es una limosna comparado con los empleos,
negocios, comisiones y divisas que su actividad genera para otros países y para
el capital transnacional extranjero. La "nueva" PDVSA podría aumentar al doble
su aporte a las Misiones y todavía estaría muy lejos de compensar o resarcir a
la Nación lo que genera para otros intereses económicos no precisamente
nacionales; inclusive ¡intereses antinacionales de enemigos imperiales!
El trabajo cooperativo que impulsa la Misión Vuelvan Caras no tiene
posibilidades reales de proveer a los trabajadores de un salario digno y
suficiente, sin articular su dinámica productiva bajo la dirección del centro de
fuerza económico de PDVSA, nuestra única empresa transnacional nacional; y no
beneficiados por su apoyo financiero, sino como actores de múltiples procesos
productivos aguas abajo de la extracción de crudos. Generar empleo mediante
asociaciones estratégicas y concesiones con transnacionales extranjeras, es
entregar las riquezas naturales venezolanas al saqueo imperialista y condenar a
los trabajadores venezolanos a la explotación del capitalismo neoliberal
salvaje. Sólo una actividad económica bajo la protección de PDVSA puede tener
éxito en una economía global dominada por las corporaciones transnacionales. La
industrialización del petróleo aguas abajo liderada por el Estado y PDVSA es la
única fuente segura de crecimiento del empleo a través de una dive rsificación
de la producción industrial exitosa. La Industria petroquímica puede agregar
valor a la producción petrolera hasta en un 500%, valor hoy agregado por la
industria petroquímica estadounidense al crudo que exporta PDVSA.
Ecología y medio ambiente de mercado
Otro tanto de dosis neoliberal lleva adelante el ministerio del ambiente del
gobierno de la revolución bolivariana con la aprobación un nuevo plan de
ordenamiento y regulación para la explotación maderera y minera en la Reserva
Forestal de Imataca, entregada en un 17% a la explotación minera. Las
consecuencias de esta innecesaria y neoliberal medida de regulación ambiental,
basada en el respeto a las concesiones hechas a empresas nacionales y
extranjeras otorgadas por gobiernos anteriores, reconociéndolas en sus derechos
legales formales sin investigar la ilegalidad y corrupción existente alrededor
del otorgamiento clientelar de la mayoría de esas concesiones mineras y
madereras, podría afectar de manera irreversible el potencial hidroeléctrico del
Río Caroní que alimenta la producción del 70% de la energía eléctrica que se
produce en el país. Generación de energía hidroeléctrica amenazada por las
consecuencias que tendrá la explotación minera y maderera sobre el ecosistema
del bosque tropical de Imataca, temores basados en la experiencia y en el
histórico pésimo control del Estado sobre la explotación de la minería del oro y
la explotación maderera. La minera del oro deja tras de sí destrucción,
desolación y contaminación ambiental.
Desde el punto de vista económico y del interés nacional, explotar la industria
del turismo en la zona de Imataca promete mayor beneficio y sustentabilidad que
una explotación minera y maderera; además que atentar contra la producción
futura de energía eléctrica es un asunto de seguridad de la Nación, un asunto de
Seguridad de Estado.
Ante la negativa del Estado de vender la Empresa Nacional de Electricidad
Venezolana ENELVEN al capital transnacional, nos da la impresión que este último
pareciera haber encontrado un atajo para liquidarla, y así, apoderarse de
mercado nacional de la energía. No estaría demás investigar detrás de la nueva
regulación la existencia de intereses del cartel petrolero y de las
transnacionales de producción de energía termoeléctrica.
Por otro lado, una Misión Vuelvan Caras para la explotación de la Reserva
Forestal de Imataca, que impulse el trabajo cooperativo con la minería del oro y
la explotación maderera responde a la lógica neoliberal del mercado global.
Mientras que una Misión Vuelvan Caras basada en la industria del turismo
mediante cooperativas que incorporen a las comunidades indígenas de la zona,
abandona la lógica neoliberal y satisface las necesidades nacionales del nuevo
proyecto de país.
Seguridad pública neoliberal
Por último, el manejo de la seguridad pública del gobierno bolivariano bajo una
visión neoliberal, es algo trágico, creemos que merece una mayor atención de
parte nuestra.
Durante años los medios de comunicación social han sido el instrumento de la
propaganda de una política dirigida por la CIA que forma parte del proyecto de
dominación de nuestros países por los EE.UU. El amarillismo de los medios de
comunicación que destaca el crimen popular, las crisis y más crisis, más un
Estado que responde a esa propaganda, cercando y acosando con el aparato de
represión policial a los sectores populares, donde según la propaganda mediática
del imperio, vive y se reproduce la "gran" delincuencia, es una cortina de humo
con la cual siempre se han encubierto los problemas que surgen a consecuencia de
la explotación, la dependencia, el neocolonialismo y los desaguisados políticos,
económicos y sociales de las élites gubernamentales y empresariales: la miseria
y pobreza creciente, la explotación y represión de los trabajadores, el racismo,
la discriminación de clase, el saqueo nacional, el robo al erario público, las
componendas de la corrupción políti ca, la bancarrota económica, la
hiperinflación, etc.
La imagen de la TV. y la prensa luego de la acción policial contra el "hampa
desbordada", crea en la psicología social una mayor sensación de crisis. Esta
vez la propaganda mediática imperial proyectará hacia el exterior la imagen de
un gobierno represivo, dictatorial y autoritario, aumentando con ello la imagen
negativa de la propaganda previa sobre el delito común. Propósito que sirve de
lleno a las estrategias imperiales de los EE.UU. que persiguen en sus objetivos
naturalizar la represión a nuestro pueblo, como a la vez naturalizar ante los
otros pueblos sus intervenciones militares para restablecer el orden y la
democracia ante el caos social o el autoritarismo represivo.
La gran delincuencia no radica en los sectores populares, tal como la presentan
las autoridades de la seguridad pública de manera errada y la desinformación
mediática, sino en el este de Caracas y el norte y centro sur de Valencia, por
nombrar sólo tres lugares donde viven los grandes delincuentes. Sus guaridas y
el campo de acción delictiva de la gran delincuencia no se encuentran ni en los
barrios populares ni en las zonas de mayor tránsito público.
Considerando que transitamos un proceso de transformaciones estructurales
profundas, creemos que las autoridades encargadas de la seguridad pública
equivocan la política. Consideramos que el Plan de Seguridad está cojo, sin
dejar de reconocer sus esfuerzos y validez , como disuasivo y protector de las
comunidades de aquellos de sus miembros convertidos en animales furiosos, en
azotes de su propia comunidad, a causa de la explotación, la represión del
propietariado privado y el abandono del Estado por largo tiempo; seres humanos
envilecidos por un sistema carcelario que no regenera sino que envilece y
retrograda la crueldad y destreza para cometer hurtos, estafas, robos y asaltos,
los delitos más comunes, seres humanos convertidos en fieras por el sistema
social racial y discriminatorio establecido por décadas, seres humanos
convertidos en criminales por unas fuerzas policiales y de orden corrompidas y a
veces más canallas que los llamados delincuentes comunes, cuerpos de segu ridad
que miran hacia otro lado ante el delito de los Grandes Delincuentes.
¡El Estado ha sido y es robado a la vista de todos los venezolanos, de todos los
cuerpos de seguridad, y la historia policial carece del registro de estos
grandes delincuentes habituales!
Los revolucionarios tenemos que estar atentos, vigilar que este Plan de
Seguridad no sea una corina de humo más para entretener a la población ante
hechos delictivos en desarrollo de la Gran Delincuencia, ni para dilatar la
discusión de las demás leyes que faltan para completar el mandato
Constitucional, ni para componendas electoreras; atentos para vigilar que la
propaganda alrededor de sus bondades no oculte negociaciones políticas o
"consensos" con quienes merecen cárcel por sus crímenes recientes y pasados.
El nuevo Plan de seguridad no parece dirigido a acabar a los grandes culpables
de la inseguridad pública. Los azotes de barrio sólo son la consecuencia de la
gran delincuencia y los grandes delincuentes impunes de todas las épocas. El
Plan de Seguridad de una revolución bolivariana que propone un nuevo Estado de
Justicia Social y de Derecho, no puede ser un paño de agua tibia para calmar el
dolor del pueblo por un tiempo, mientras por otro lado se consolida la vieja
gran delincuencia e injusticia acumulada y heredada; y mucho menos para
consolidar la nueva gran delincuencia e injusticia.
Es una política nacida del gran capital neoliberal involucrar a las comunidades
en la "solución" de sus problemas para entretenerlos con proyectos,
aprendizajes, organización, discusiones, actos, movilizaciones y propaganda con
la finalidad de obtener mejor rendimiento de la inversión de capital e invertir
menos en la sociedad y conceder más ganancias al gran capital transnacional, sin
proveer a las comunidades del poder real para transformar el fondo de los
problemas de la sociedad: eliminar la explotación, dominación y enajenación
humana.
La participación es una política nacida y promovida desde las grandes
instituciones financieras de la globalización neoliberal salvaje. El Banco
Mundial, organismo bandera del capital imperial neoliberal, tiene un manual de
cientos de páginas para enseñarla, El Libro de la Participación; libro que entre
sus metodologías enseña una llamada Investigación Acción, muy de moda entre los
revolucionarios.
Si vivimos en un nuevo Estado de Justicia Social y de Derecho, es un acto de
justicia que las autoridades encargadas de la seguridad pública hagan verdaderos
esfuerzos por acabar con la gran delincuencia. Y es aquí donde hacemos nuestra
crítica a las autoridades. A diferencia de éllas, creemos que ésta es otra. El
Estado tiene que poner el énfasis en acabar con la verdadera Gran Delincuencia.
Para contribuir a ello aquí la describiremos. Esperamos que no sea "olvidada" en
la planificación que realiza el Alto Gobierno.
A nuestro juicio, la gran delincuencia es la que financia el narcotráfico, la
que financia y protege el contrabando, la que evade los impuestos y la que
protege y negocia impunidad para los evasores, la que importa y dirige la venta
ilegal de armas y explosivos y quien la protege; la que se enriquece con el
contrabando de mercancías, la que vende pasaportes, la que trafica con licencias
de licores, la que vende licencias de exportación e importación, la que vende
licencias de explotación minera y maderera, la que adjudica divisas sin
soportes, la que lava dinero, la que corrompe jueces y compra sentencias
judiciales, la que compra inspectores del trabajo, la que burla el pago de
prestaciones laborales, la que negocia y cobra comisiones por los préstamos de
la banca pública, la que obtiene comisiones de la banca privada con las
colocaciones a plazo fijo de los presupuestos de los organismos públicos y el
pago de las becas y salarios de las Misiones, la que negocia y compra la
promulgación de artículos de leyes y leyes completas, la que adjudica
concesiones de explotación de riquezas naturales a transnacionales de manera
fraudulenta, la que inventa peligros masivos para administrar grandes
presupuestos de gastos para la seguridad, la que compra de manera fraudulenta
medicinas vencidas para la salud pública, la que importa paramilitares, la que
protege y libera a todos los grandes delincuentes aquí descritos, la que por
años nos ha engañado al diagnosticar el delito amparando a la gran delincuencia,
la que delinque protegida como miembros de los cuerpos policiales y de seguridad
y protegida como jerarcas de los poderes públicos; nos detenemos aquí porque
necesitaríamos una guía telefónica para describir todo el Gran Delito que las
autoridades encargadas de la seguridad pública está obligada a combatir.
La inmensa mayoría de los grandes y peligrosos delincuentes que cometen los
delitos arriba señalados, no viven en las barriadas populares, ni realizan los
delitos en los puntos geográficos señalados por las autoridades como peligrosos;
aunque allí se cometan numerosos delitos pequeños y algunos hechos de sangre
mezclados con venta de drogas robos y asaltos, delitos magnificados y
presentados como el gran delito que padece el país por la propaganda mediática
del guión del imperio neoliberal estadounidense para dominar nuestros países.
La política imperial, con esas campañas contra la delincuencia que muestran una
criminalidad creciente, indetenible e incontenible por los gobiernos
latinoamericanos, se propone crear la sensación de que vivimos en el caos y la
ingobernabilidad eterna, un caos social que sólo pueden controlarlo gobiernos de
extrema derecha empresarial, golpes militares fascistas o una invasión de los
marines estadounidenses.
Si desciframos bien el mensaje de la propaganda mediática sobre el "hampa
desbordada", este nos induce a la respuesta de que, sólo las duras medidas de
ajuste del neoliberalismo salvaje acaban con el caos social de una masiva
pequeña delincuencia; esta última, conducida al delito por los grandes
delincuentes antes descritos y ocultos por la propaganda del imperio.
La pequeña delincuencia masiva toda junta, no alcanza para compensar uno solo de
los grandes delitos comunes habituales de los delincuentes de cuello blanco,
todavía impunes en Venezuela: Recadi. Este masivo pequeño delito, es inofensivo
si lo comparamos con uno de los grandes delitos realizados en el seno de la
sociedad del imperio estadounidense que nos afecta a todos, la estafa financiera
de la corporación transnacional ENRON. Este delito estafó los ahorros de
millones de trabajadores de todo el mundo, y muchos de éstos junto a sus
familias serán además víctimas de la sociedad del delito, ingresarán a ella
¡vivirán en carne propia el mayor signo de la explotación de la exclusión: la
cárcel y la represión policial!
En Nueva York, centro del imperio neoliberal, las policías no reprimen a los
sectores populares de manera tan brutal, seguida ni masiva como los cuerpos
policiales de nuestros países, y los medios no destacan, ni aterran ni amenazan
a diario a la población con el delito común; delitos muy superiores en magnitud,
cantidad y crueldad que en Venezuela. Es lógico, la propaganda mediática del
imperio no puede aplicar al pueblo de los EE.UU. una receta hecha para los
pueblos de los países bajo su dominación. En Nueva York y Washington asustan a
la población con el terrorismo islámico, el narcotráfico, el comunismo y ahora
con el chavismo; pero no hacen propaganda de terror con el delito común como en
Venezuela y Latinoamérica, siendo el delito común, allá, mucho peor.
Genera indignación y rebeldía revolucionaria ver a nuestros cuerpos de seguridad
vestidos de Robocop acosar y cercar a los trabajadoros y ciudadanos de los
barrios y sectores populares -robados muchas veces por los propios policías- en
mercados, lugares de trabajo, avenidas y autobuses buscando como cazadores
furtivos a los "grandes delincuentes", cuando la población conoce que para tener
éxito en la disminución de los grandes delitos y capturar a los grandes
delincuentes, hay que cercar y allanar las urbanizaciones de la clase alta y
media alta, los órganos del Estado y la administración pública, las guaridas de
los eternos grandes delincuentes habituales de nuestro país. Estos grandes
delincuentes son los responsables de la mayoría de los delitos que comete la
masiva pequeña delincuencia popular. Estos grandes delincuentes por décadas ha
gozado de total impunidad, protegidos por todos los poderes de turno; protegidos
por éste inclusive, a pesar de la vigencia los propósitos y la potencia
transformadora de la revolución bolivariana.
Para acabar con la gran delincuencia y el delito común, es imprescindible que
los revolucionarios avancemos en la organización y formación política del pueblo
bolivariano, tenemos que profundizar y radicalizar la batalla por la
responsabilidad ética de los ciudadanos y los funcionarios públicos. Acabar con
la inseguridad pasa por extirpar la corrupción; eliminar ambas nos obliga a
intensificar la batalla contra la explotación.