Cediendo a medias, dirigentes cocaleros y gobierno acordaron anoche la destrucción de todos los cultivos de coca en los parques y áreas protegidas y pactaron dar vía libre para que las 23 mil familias del Chapare planten en conjunto 3.200 hectáreas de coca, casi la mitad de lo que actualmente habría en el trópico cochabambino, según el cálculo de las autoridades.
El acuerdo, alcanzado en la ciudad de Cochabamba por la dirigencia cocalera, encabezada por el diputado campesino Evo Morales, y por los ministros de Gobierno y de Asuntos Campesinos, Saúl Lara y Diego Montenegro, pone fin a una conflictiva semana y media de enfrentamientos, en las que pereció un campesino y una veintena fue herida por el choque de las fuerzas militarizadas de erradicación y los productores agrarios que defendían sus cultivos.
Con este acuerdo, que aún debe ser considerado por las bases campesinas, los cocaleros aceptan la erradicación total de los cultivos que se habían acrecentado notablemente en las áreas protegidas de Carrasco y del Isiboro Sécure, lugar de los últimos enfrentamientos.

Se acuerda, dice el documento de entendimiento, que toda la coca existente en los parques nacionales, Isiboro Sécure y Carrasco, será totalmente reducida. En el caso específico de Carrasco, el Gobierno convocará a organismos competentes para la definición consensuada de la línea demarcatoria correspondiente.
Otra concesión hecha por los cocaleros es poner un tope a la producción legal, aún sin tener un estudio que contabilice las demandas de consumo interno para fines culturales y medicinales. Así, el convenio señala que habrá la reducción de los cultivos de coca en todo el trópico de Cochabamba, hasta un límite de 3.200 hectáreas. "Esta superficie se distribuirá entre los 23.000 afiliados de las seis federaciones, incluyendo el área colonizada del Isiboro Sécure", señala uno de los nueve puntos del acta de entendimiento.
Aunque los cocaleros habían exigido una mayor extensión de cultivos, la autorización para sembrar 3.200 hectáreas pone fin a la agobiante situación de muchas familias campesinas. Según las autoridades de gobierno, la producción excedentaria en el Chapare alcanzaría a 7.000 mil hectáreas, las que tendrían que ser erradicadas de común acuerdo con los productores.
En la reunión del domingo, que se prolongó por más de seis horas a puertas cerradas, los productores de coca se han comprometido a suspender de forma inmediata todas las medidas de presión contra la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) y los programas de desarrollo alternativo.
"El proceso de reducción y registro será pacífico, el mismo que será ejecutado, controlado y supervisado por la Dirección de Reconversión de la Coca (Direco) y la Fuerza Especial de Tarea Conjunta en coordinación con las seis federaciones del trópico de Cochabamba", añade el documento.
La reducción del excedente será voluntaria, según dijo el líder cocalero Evo Morales, que destacó que el gobierno boliviano haya abandonado la idea de la eliminación total de la coca del Chapare. "Ya no hay coca cero", dijo.

Hasta que no se realice el Estudio de la Demanda del Consumo Legal de la Hoja de Coca, previsto para dentro de un año, no podrá haber más de 3.200 hectáreas de coca.
En el convenio también se estableció indemnizar a la familia de Juan Choque Cruz, el cocalero que cayó en los conflictos del pasado martes en el Parque Isiboro Sécure.