Latinoamérica
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Elecciones presidenciales estadounidenses: la mayoría se abstiene
James Petras
Rebelión
Traducido para Rebelión por Laura Abad
Las elecciones presidenciales estadounidenses de 2004 tienen lugar en una
época de dos guerras imperiales prolongadas (la de Irak y la de Afganistán), de
dos ocupaciones coloniales (la de Palestina y la de Haití) por parte de los
aliados de EE.UU. (Israel) y de sus clientes (Brasil). Dentro de EE.UU. hay una
creciente oposición a la guerra y aumentan los costes de sanidad, educación,
vivienda y productos farmacéuticos.
Una mayoría del electorado se opone a las políticas de Bush, tanto en lo
relativo a las guerras imperiales (por el número de víctimas mortales
estadounidenses y el coste económico), como a sus mentiras, sus engaños y su
incompetencia. Sin embargo, el candidato del Partido Demócrata, John Kerry, ¡no
ha conseguido hacerse con el liderazgo en las encuestas!
A la vez que crece la animosidad hacia Bush, la simpatía hacia Kerry no
hace lo propio. De hecho, existe una gran apatía en masa hacia las elecciones
que tendrán lugar en menos de 90 días. Los expertos estiman que al menos el 50%
del electorado potencial ni se molestará en ir a votar, muchos de estos "no-votantes"
son pobres de las ciudades, negros del campo e hispanos, así como trabajadores
blancos que no perciben que ninguno de los dos candidatos defienda sus
intereses.
Tanto Bush como Kerry apoyan las invasiones de Irak y Afganistán. El demócrata
Kerry promete aumentar el número de soldados estadounidenses en Irak y
Afganistán en 40000 e incrementar el presupuesto militar sobrepasando el de Bush,
que es de $400 000 millones. Kerry ha prometido "apoyo incondicional a Israel y
Sharon" y ha atacado a la Asamblea General de las Naciones Unidas, que votó 150
a 6 contra el muro de Israel. Kerry está a favor de una mayor intervención
militar en Latinoamérica. Ha criticado a Bush por no intervenir de manera más
contundente para apoyar la quiebra del régimen de De la Rúa en Argentina y al
corrupto Sánchez de Losada en Bolivia. En otras palabras, ¡Kerry habría enviado
más marines a Buenos Aires y a La Paz, para ahogar las revueltas populares en su
propia sangre! Kerry apoya a los extremistas cubanos en Miami y a los líderes
del golpe anti-Chávez en Venezuela.
En resumen, Kerry es incluso más militarista e intervencionista que nuestro
actual presidente de extrema derecha Bush. ¿Cabe aún alguna duda de por qué
tanta gente se quedará en casa el día de las elecciones?
La principal diferencia entre los dos candidatos es que Kerry propone
"consultar" con los "aliados" e intervenir de forma "multilateral" para asegurar
la dominación imperial estadounidense. Kerry propone continuar con la
intervención de Bush en Haití. "Consultar" con Francia y Canadá –para asegurar
la coordinación imperial; armar y financiar los terroristas paramilitares
haitianos para invadir el país; enviar marines estadounidenses para secuestrar y
expulsar al presidente electo; asegurar el respaldo de las marionetas como Kofi
Annan (Secretario General de la ONU) y César Gavira de la OAS; y luego reclutar
regímenes latinoamericanos clientes (Brasil, Chile, etc…) que faciliten el
ejército para proteger el régimen marioneta de los EE.UU. –logrando así la
apariencia de una acción "multilateral" para imponer el ALCA, expandir la
militarización y derrocar a los regímenes nacionales democráticos e
independientes. Kerry, al igual que Bush, piensa en Lagos en Chile, en Lula en
Brasil, en Toledo en Perú, en Gutiérrez en Ecuador, en Fox en México y en Uribe
en Colombia para respaldar y asegurar el control estadounidense en
Latinoamérica. Podemos contar con que Kerry profundice en las políticas
neoliberales en Latinoamérica pero al mismo tiempo protegiendo a algunos
productores estadounidenses- textiles, zumo de naranja, hacer y demás. Kerry
aumentará el gasto militar para el Plan Colombia y ejercerá presión en la
relación de Latinoamérica con Cuba y Venezuela.
Por desgracia, muchos "progresistas" estadounidenses como Michael Moore, el
celebrado productor cinematográfico, están tan cegados por su justificable
hostilidad hacia el imperialismo "estilo-Bush" –que apoyan así a Kerry, aunque
éste prometa ampliar y profundizar en políticas de guerra imperial. La
alternativa progresista a Bush y Kerry son los candidatos del Partido de la
Reforma Ralph Nader y Peter Camejo. Estos han hecho una oposición sistemática y
basada en sus principios a las guerras imperialistas y las ocupaciones
coloniales desde Afganistán a Irak, pasando por Palestina y Haití. Proponen un
programa de sanidad nacional universal, doblar el salario mínimo y oponerse al
ALCA y al Plan Colombia. Desafortunadamente, los grandes medios de comunicación
les excluyen de la vista del público. Los demócratas se embarcan en cualquier
maniobra ilícita o legal para evitar que Nader/Camejo aparezcan en una papeleta
por miedo a que atraigan a trabajadores progresistas insatisfechos con las
políticas neoliberales y militaristas del millonario Kerry.
La mayoría de los líderes políticos negros dentro del Partido Demócrata no
tienen bases de masa –más del 60% de los afro americanos no se molestarán en ir
a votar. La confederación sindical AFL-CIO está dirigida por burócratas
millonarios que sólo representan el 9% de la mano de obra del sector privado- y
gastarán más de $30 millones con Kerry sin conseguir nada a cambio para sus
afiliados.
Para aquellos activistas y organizadores no alineados en el seno del Partido
Demócrata, el único camino es la organización de protestas, movimientos de clase
para crear una nueva base para un tercer partido. El resultado de las elecciones
presidenciales no traerá ninguna esperanza de paz y justicia para Latinoamérica.
Sólo el movimiento sociopolítico anti-imperialista puede llevar a cabo dichas
tareas.
27 de julio de 2004