En el próximo siglo, el 20% de la población activa bastará para mantener en marcha la economía mundial. "No se necesita más fuerza de trabajo", opina el magnate Washington SyCip. Una quinta parte de todos los que buscan trabajo bastará para producir todas las mercancías y aportar las valiosas prestaciones de servicios que la sociedad mundial pueda permitirse. Ese 20% participará, por tanto, activamente en la vida, el beneficio y el consumo, no importa en que país. Se puede añadir a ellos un uno o dos por cien, admiten los participantes en el debate, por ejemplo contando a los herederos acomodados.

¿Y los demás? ¿El 80% de los dispuestos a trabajar que no tengan empleo? "Sin duda", dice el escritor norteamericano Jeremy Rifkin, autor del libro El Fin del Trabajo, "el 80 % tendrá grandes problemas". Gate, el ejecutivo de Sun, pide la palabra una vez más y cita a su directivo Scout Mc Nealy. En el futuro la cuestión será "to have lunch or be lunch", es decir comer o ser comido.

Como se puede ver en el texto leído quienes tendrán la posibilidad de gozar de un bienestar adecuado en el mundo solo serán el 20% y esta cifra es corroborada por todas las instituciones que mide el índice de desarrollo de un país o de una región.

En la última reunión de los gobernadores del BID en Lima, Perú, Enrique Iglesias, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, afirmó, durante la sesión inaugural de la 45ª asamblea anual de gobernadores de ese organismo que América Latina ingresa a una etapa de bonanza que los países deben aprovechar para mejorar sus estructuras tributarias, reducir o reperfilar su deuda externa, y aumentar los dividendos sociales, a fin de que el crecimiento económico llegue a los sectores menos favorecidos.

Para un país como el Perú donde las brechas entre ricos y pobres se hace cada vez más alarmante con un índice de pobreza que llega a más del 50 % de la población existirá esta bonanza que indica el presidente del BID o existirá más promesa para seguir induciendo a la población que crea en la globalización, como un factor donde todos vamos a ser iguales y a la vez tener las mismas oportunidades. Entramos en el engaña-muchachos. Y a la vez con una carga tributaria alarmante: hay tanto impuesto en mi país que con el tiempo creo que cobrarán por el aire que respiramos.

Declaraciones en el BID

En la inauguración de la asamblea del BID el presidente Toledo dijo que nos esperaba un futuro color de rosa porque se iba a invertir en el Perú US$ 4.800 millones. De otro lado, el presidente del BID Enrique Iglesias afirmó que a los países de América Latina y el Caribe les conviene más negociar el ALCA que un TLC con EEUU.

Esta inversión que tanto gustaría que se dé en mi país va a ser invertida en recursos naturales no renovables con un alto costo ambiental, social, como el caso de Camisea donde ONG's ambientalistas siguen reclamando pero que nadie les hace caso.

¿Por qué el Presidente no nos dice que cada año la inversión privada peruana asciende a US$ 8.000 millones, constituyendo el 85% de la inversión privada total en el Perú? Al igual que durante Fujimori, se sigue pensando que solo la inversión extranjera salvará al Perú.

¿Por qué no pasamos a una inversión de carácter estatal como muchas naciones están haciéndolo en estos momentos? ¿Acaso no hay voluntad política?

El Perú, a nivel de la región al igual que Colombia, sigue las recetas al pie de la letra del BID, FMI, BM, por lo tanto son países neoliberales con una población que a diario se muere de hambre, se muere por no recibir atención médica, etc. Temas que el estado debe aportar a sus pobladores a nivel de los Derechos Económicos Sociales y Culturales que en la globalización ya no existen.

Como que en minería y petróleo solo se producen 1,2 empleos por cada US$ 100.000 que se invierten (según el INEI). Quizá sepan que Perú por historia desde tiempos precolombinos ha sido y seguirá siendo un país minero que solo da trabajo a un sector selecto de la población. La inversión que haría el gobierno con el préstamo del BID generaría con los 4.800 millones unos 58.000 empleos. Bienvenidos. Pero son absolutamente insuficientes.

Si el Presidente hubiera anunciado la misma cifra de inversiones en agricultura, ahí sería distinto el panorama ya que se pondría a trabajar el Perú y no a "descansar" como la gran mayoría de peruanos está en estos momentos y contra su voluntad.

Las personas comunes y corrientes en mi país quieren saber lo que hacen con el dinero de la minería y a donde va a parar. Ahora son los sueldos de los burócratas y nunca queda dinero para nosotros los pobres pobladores. Ahora nos indican que se generarían 720.000 empleos (15 por cada US$ 100.000). Esa es la verdadera apuesta por el empleo.

A lo que se agregan elementos empíricos publicados recientemente por Bruno Seminario y Carmen Astorne, de la universidad del Pacífico. Los resultados de su simulación demuestran que, de firmarse un TLC con EEUU, el PBI del Perú disminuye 2,24 puntos y las exportaciones totales aumentarán en solo 0,8 puntos.

Pero las importaciones aumentan nada menos que un 8,7 %. A tener muy en cuenta. Resultados que van en la misma dirección fueron publicados hace poco por la Comunidad Andina.

¿Escucharán el presidente Toledo y sus negociadores lo que dice la evidencia empírica y el propio Iglesias? No creo que escuche por que el presidente Toledo esta más preocupado en satisfacer a los intereses americanos que que al propio poblador del Perú que confió en él.

El secretario ejecutivo de la CEPAL, José Luis Machinea ha recordado la herencia de las políticas económicas del Consenso de Washington aplicadas durante la década pasada: un panorama social muy poco alentador con 227 millones de personas, el 44% de la población de América Latina viviendo por debajo de la línea de pobreza. El 20% de la población está en condiciones de extrema pobreza, el desempleo casi llega al 11% y también está en crecimiento la desigualdad en la distribución del ingreso.

¿Qué es lo que pasa en este mundo que cada vez es más desigual? Todos los que habitamos por ese lado vemos a la corrupción que arrastra a todos a la pobreza y por el otro lado contemplamos a quienes utilizan este dinero para enriquecerse.