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El crimen "necesario", viejo en la historia de EEUU
Roberto García *
Masiosare/La Jornada de México
En la últimas semanas se han documentado profusamente las graves violaciones
a los derechos humanos cometidas por la fuerzas de ocupación en Irak, así como
el hecho de que tales actos no fueron "aislados" sino parte de una operación
diseñada y ordenada en los más altos niveles del gobierno estadunidense.
Viejos documentos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), ahora
desclasificados, revelan que la tortura y el asesinato son, hace mucho, crímenes
"justos" para los gobernantes del país más poderoso de la tierra y sus aliados
LAS IMAGENES DE MIEMBROS del ejército de Estados Unidos, mercenarios de empresas
privadas y agentes de inteligencia torturando prisioneros en Irak obligan a
mirar hacia atrás. Así, y más allá de que buceando en la historia podrían
citarse repetidas denuncias, las huellas documentales existentes permiten
conocer que desde hace medio siglo Estados Unidos maneja como válidos los
métodos que ahora salen a luz por medio de fotografías.
Entrevistado por el periodista Gordon Thomas, el ex agente de la CIA William
Buckley reconoció que fue el ex presidente norteamericano Dwight Eisenhower
(1953-1961) quien inventó el "concepto del desmentido convincente", según el
cual "se hacen cosas que es mejor no intentar explicar".
Lectura obligatoria de aspirantes y agentes de la CIA hasta 1976 (cuando
oficialmente se le prohibió diseñar planes encubiertos de asesinato), el hoy
desclasificado manual de los asesinatos echa luz sobre algunos de los métodos
históricamente empleados para asesinar líderes políticos o sindicales (CIA,
Caso: CSI-1997-00018, Documento número: 135832. "A study of assassination",
1953).
Delimitado en un principio a las "propuestas de asesinato" de prominentes
figuras del gobierno de Guatemala cuando presidía ese país el capitán Jacobo
Arbenz Guzmán (1951-1954), sobre quien la CIA reconoció que manejó la
posibilidad de deshacerse de él por ese medio, fue confeccionado por Sidney
Gottileb, un psiquiatra reclutado por la CIA en 1951, quien supervisó las tareas
por las cuales la agencia proyectó una investigación sobre las formas de
controlar la mente humana utilizando como "fachada" un centro de estudios
psiquiátricos canadiense. En dicho marco, un buen número de experimentos con
"elementos prescindibles" marcó una primera puesta en práctica de algunas de las
técnicas hoy vistas: humillaciones y privaciones de todo tipo destinadas a
"dañar la moral" del prisionero en cuestión.
Más allá de que las evidencias aportadas por la publicación de documentos de
este tipo señalan que la operación de asesinatos "selectivos" de "piezas clave"
del régimen arbencista fue aprobada (existen listas de los funcionarios a ser
"dispuestos"), puesta en marcha (armas y dinero fueron entregados a un grupo
especial entrenado para tales efectos) y finalmente abortada por delaciones
varias, el documento resulta interesante por dos aspectos fundamentales: revela
la existencia de mentalidades justificadoras del crimen y pone al descubierto un
estilo tan frío como escalofriante a la hora de analizar la eliminación de
opositores cuya muerte "provee ventajas positivas".
He aquí algunos de pasajes:
La definición
El asesinato es una idea derivada del término "hachís", droga similar a la
marihuana que utilizaba Hasan Dan Sabbah para motivar a sus seguidores
encargados de ejecutar crímenes políticos, normalmente a costa de sus vidas.
Aquí se usa para describir la muerte planeada de una persona que no se encuentra
bajo la jurisdicción legal del asesino, ni físicamente en sus manos, que ha sido
seleccionada por una organización para morir y cuya muerte provee ventajas
positivas para dicha organización.
El empleo
No se escribirán ni grabarán nunca las órdenes de asesinato. Las instrucciones y
decisiones involucrarán al mínimo número de personas. Y lo ideal es que
impliquen a una sola.
La justificación
El asesinato no es moralmente justificable (…) [sin embargo] la matanza de un
líder político cuya carrera creciente es un peligro claro a la causa de la
libertad puede tener un lugar necesario. Pero el asesinato puede raramente ser
empleado con una conciencia clara. Y las personas que son moralmente remisas no
deben intentarlo.
El asesino
En asesinatos seguros, el asesino necesita las cualidades del agente clandestino
(…) valeroso, inteligente, ingenioso y físicamente activo (…) Excepto en
asesinatos terroristas, es deseable que el asesino sea transitorio en el área.
El debería tener un mínimo de contacto con el resto de la organización y sus
instrucciones debería darlas oralmente una persona única. Su evacuación segura
después del acto es absolutamente necesaria, pero aquí nuevamente el contacto
debería ser tan limitado como fuera posible (…).
La planificación
Cuando la decisión para asesinar se ha alcanzado, la táctica debe planificarse
sobre la base de una estimación de la situación parecida a la que se usa en las
operaciones militares. La estimación dará a conocer las brechas en la
información y (…) cuando todos los datos necesarios se han corroborado, el plano
táctico efectivo está dispuesto. Toda planificación debe ser mental, sin
registros que evidencien la operación.
El manual
Es posible matar a un hombre sólo con las manos desnudas, pero pocas personas
son lo bastante hábiles como para hacerlo bien. Sin embargo, puede servir un
martillo, un hacha, una llave inglesa, un destornillador, un atizador, un
cuchillo de cocina, el pie de una lámpara o cualquier cosa dura, pesada y que
esté a mano. Un trozo de cuerda o de cable, o un cinturón, también sirven si el
asesino es lo suficientemente fuerte y ágil. Todas estas armas improvisadas
tienen la gran ventaja de que están disponibles y no despiertan sospechas.
Los accidentes
Para el asesinato oculto, el accidente ingeniado es la técnica más efectiva.
Cuando es exitoso, ocasiona poca excitación y es investigado de manera
superficial. El más eficaz es una caída desde una altura superior a 22 metros
sobre una superficie dura: los huecos del ascensor, de la escalera, ventanas o
puentes sin protección. Las caídas al agua desde un puente no son confiables (…)
El acto debe ejecutarse sacudiendo al individuo repentina y enérgicamente por
los tobillos e inclinándolo sobre el borde. (…) Las caídas al mar o a ríos
pueden ser suficientes si el individuo no sabe nadar. Resulta más creíble si el
asesino simula rescatarlo, de manera que no sólo se asegura la muerte del
sujeto, sino que al mismo tiempo establece una coartada útil.
Si los hábitos personales de la persona lo permiten, podrán utilizarse bebidas
alcohólicas para preparar un accidente: las caídas cuando pasa un tren o el
Metro son eficaces, pero requieren precisión y es difícil que no haya testigos.
Los accidentes de automóvil son un método de asesinato menos satisfactorio. Si
se atropella de modo deliberado al sujeto, es necesario calcular bien el momento
porque es posible que se lleve a cabo una investigación. La manipulación del
coche del sujeto tiene escasas posibilidades de éxito. Cabe la posibilidad de
emborrachar o drogar al individuo y después colocarlo en el coche, pero esto
sólo funciona cuando puede lanzarse el vehículo por un barranco o a aguas
profundas y sin testigos.
Las drogas
En todo tipo de asesinatos, excepto en los terroristas, las drogas pueden ser
muy eficaces. Si el asesino se entrena como un doctor y el sujeto se encuentra
bajo cuidados médicos, entonces el método es fácil. Una sobredosis de morfina
como sedante causa la muerte sin molestias y es difícil de detectar. Si utiliza
drogas habitualmente, la dosis tendrá que ser mayor. En caso contrario, unos 130
miligramos bastarán. Si el sujeto es muy bebedor, cuando pierda la conciencia
podrá inyectársele morfina o un narcótico similar, y en tal caso es fácil que se
atribuya la muerte a una intoxicación etílica.
Los venenos específicos, tales como el arsénico (…) son efectivos pero su
posesión y adquisición incriminan, y la dosis precisa es problemática (…)
Las armas directas
Las armas directas requieren algún conocimiento anatómico para su uso efectivo.
Su ventaja principal es su disponibilidad universal.
Los golpes deberán dirigirse a la zona que se encuentra debajo y detrás de la
oreja y sobre la base del cráneo. Naturalmente que si el golpe es muy fuerte,
cualquier parte de la zona superior del cráneo sirve. La zona frontal inferior
de la cabeza, la situada entre los ojos y la garganta, puede soportar golpes
tremendos sin consecuencias mortales.
Las armas de fuego
Con frecuencia se utilizan las armas de fuego para los asesinatos, muchas veces
de modo no muy eficaz. Por lo general, el asesino carece de conocimientos
técnicos sobre las limitaciones de las armas y espera de ellas mayor precisión y
capacidad letal de la que poseen. Deberán emplearse armas con un poder
destructivo que supere en un 100% lo considerado necesario, y el alcance del
disparo previsto deberá ser equivalente a la mitad del que se crea adecuado para
el arma.
Los explosivos
Nunca deben lanzarse sobre el sujeto bombas o granadas. Aunque causan una gran
conmoción y pueden conseguir su muerte, no son precisas ni dignas de confianza,
y además constituyen una mala propaganda (…).
* Departamento de Historia Americana. Facultad de Humanidades y Ciencias de la
Educación. Montevideo, Uruguay.