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Internacional

En derechos humanos hay quienes se agarran de un palo de espina

(Segundo de tres artículos)

Cuando Estados Unidos orquestó su estrategia diplomática contra Cuba -o tal vez deberíamos decir su idiotismo frenético- en asuntos de derechos humanos pretendió una vez mas predicar la moral en calzoncillos.
Dentro de Estados Unidos, el país más rico del mundo, podemos ver la realidad de una distribución errónea del sistema capitalista de los recursos, y por supuesto, la existencia del hambre. Por ejemplo la organización Food and Survival informó que más de un millón de latinas/os recurre diariamente a los centros de repartición de comida, buscando cómo resolver un problema de sobrevivencia; comer. Por otro lado la organización Food First estima que en Estados Unidos uno de cada cinco niños/as nace en la pobreza, y el 8.5 por ciento padece de hambre.
Esto es una violación a los derechos humanos.
Por otro lado, también les recuerdo que históricamente se ha demostrado que las guerras tienden a activar positivamente la economía capitalista de Estados Unidos, particularmente al complejo industrial armamentista. De aquí la necesidad de declarar guerras y crear un supuesto enemigo al que tenemos que odiar. Antes de que se creara este supuesto conflicto bélico, el presupuesto federal de Estados Unidos era distribuido de la siguiente manera: el 34 por ciento para recursos humanos (ejemplo; educación, salud, viviendas, seguro social, etc.) y el 5 por ciento en recursos físicos (ejemplo; agricultura, comercio, transporte, protección ambiental, etc.), haciendo un total de 39 por ciento de ese presupuesto. Mientras tanto, en asuntos militares que "ya pasaron" (ejemplo; servicios a veteranos/as, deuda por gastos de equipo militar, etc.) la partida presupuestaria es de un 24 por ciento y de gastos en el presente (ejemplo; personal militar, investigaciones, espionaje, nuevas armas, etc.) es de un 23 por ciento. A esto se añade entonces los gastos gubernamentales de 14 por ciento (ejemplo; Rama Legislativa, Judicial y Ejecutiva, Departamento de Estado, NASA, etc.), haciendo un total de un 61 por ciento. Según estas cifras ahora están asignando más dinero para armamentos de guerra. Esto es terrorismo económico, lo cual es una violación a los derechos humanos.
Convenientemente, la crisis de la seguridad nacional no ha impedido que el Presidente Bush haga concesiones especiales a las grandes corporaciones, siguiendo la política de sus antecesores de beneficiar a la gente privilegiada y poderosa. Por supuesto, esta práctica de injusticia económica no es nueva en este sistema capitalista. Lo podemos corroborar analizando la postura del gobierno de Bush -en defensa de lo que se puede llamar cultura corporativa, en las atrocidades cometidas por las corporaciones Enron, Global Crossing, y World Com., entre otras- de delegar responsabilidad moral a personas y no a las corporaciones. Por otro lado, la quinta enmienda -que les otorga el derecho a estos ejecutivos de mantener silencio, o decir, "no recuerdo"- es otra estrategia legal para proteger a la gente rica. En este sistema capitalista, la gente rica inventó las leyes de bancarrota para poder robar legalmente. Este tipo de protección corporativa -ya sea por leyes de bancarrota o por subsidios, o por eliminar impuestos a las corporaciones- en este momento está beneficiando a las industrias aérea, bancaria, petrolera y de armas. Esto es una violación a los derechos humanos.
Por otra parte, la clase dominante, que controla la política de Estados Unidos, financiando los espectáculos que llamamos "elecciones democráticas", puede ser identificada en las corporaciones que tienen en su poder el complejo industrial militar.
Estas personas, que responden a una injusticia económica llamada capitalismo neo-liberal, necesitan acumular mucho más dinero aunque con sus maniobras perjudiquen a la mayoría de la población. Así, podemos ver industrias armamentistas como Lockheed Martin con un contrato por $12.7 billones. A esto se suma el contrato de Boeing por $11.6 billones, el de Raytheon por $6.4 billones y el de General Dynamics por $4.6 billones, por sólo mencionar cuatro de estos terroristas de la economía. Se calcula que cada minuto las naciones del mundo gastan alrededor de 1.8 billones de dólares en armamentos de guerra.
Como había señalado anteriormente, Estados Unidos por un lado es el país que produce y vende más armas en el mundo entero, y por otro lado su superioridad está basada en su poderío militar. Esto es una violación a los derechos humanos.
A la verdad que no me queda ninguna duda cuando digo que con la acusación de violación de derechos humanos lanzada por el gobierno de Estados Unidos contra Cuba, este - Estados Unidos- lo que hizo fue agarrarse de un palo de espinas. Se les olvido que la paz se construye con justicia y se predica con el ejemplo.
P. Luis Barrios Iglesia San Romero de Las Américas New York, New York 3 de mayo de 2004
Lbarrios@jjay.cuny.edu