Internacional
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Del petróleo «geopolítico» al petróleo «financiero»
Alfredo Jalife-Rahme
Agencia IPI/Red Volataire
Más que el hito histórico de los atentados del 11 de septiembre, han sido la
invasión anglosajona de Iraq y su posterior empantanamiento, los factores
esenciales que han puesto en marcha la dinámica geopolítica que incide
notablemente en la cotización especulativa del oro negro. No se podrían entender
los alcances estratégicos del «petróleo geopolítico», que hemos abordado
previamente, sin la concomitante participación del «petróleo financiero», de
mayor relevancia y envergadura.
No podía pasar inadvertido el reportaje de Terry Macalister del períódico
británico The Guardián del pasado 16 de junio («Irán pone en tela de juicio el
control occidental sobre el comercio del Petróleo»): «los principales países
productores de petróleo están determinados a tomar mayor control del comercio
después de haber sido aconsejados de que los mercados existentes como el NYMEX
de Nueva York y el IPE de Londres no funcionan en su beneficio». La teocracia
chiíta de los Ayatolas de Irán tenía previsto lanzar a finales de junio «un
contrato para diseñar y establecer una nueva plataforma para el comercio del
crudo,gas natural y productos petroquímicos» con un consorcio internacional.
La idea subyacente es lanzar un «mercado mercantil petrolero» para el
Medio-Oriente y los productores del cartel de la OPEP, conformado por once
países,lo cual "pudiera amenazar la supremacía del «Intercambio Internacional de
Petróleo (IPE; por sus siglas en inglés) con sede en Londres», advierte
Macalistair,pero también al NYMEX newyorkino.
Cabe enfatizar que la fama del IPE londinenese (donde se cotizan los futuros de
la variedad Brent del mar del Norte) no es nada pulcra y hace tres años fue
acusada por uno de sus directivos de consagrarse a la manipulación de precios,
lo cual no era ninguna sorprendente novedad. En el mercado petrolero todo es
motivo de especulación para engañar y conseguir jugosas ganancias a expensas de
los cándidos.
Incluso Fox se ha lanzado al jueguito de la especulación de las «reservas
probables», diferentemente contabilizadas en Nueva York y Londres (en las que se
basa la obtención de créditos),y que en forma azorante multiplicó por
cinco(¡¡!!) durante su malhadado informe(¿Para beneficiar a su aliado Bush?).
Mohammad Javad Asemipour, consejero personal del ministro de Energía de Irán,
vislumbra poder establecer una bolsa petrolera en Teherán que debería abrir sus
puertas a principios del año entrante, lo cual representará «un enorme
desarrollo para Irán y la región». Ni dudarlo: un tercer mercado petrolero que
compita bursátilmente con Nueva York y Londres afectará la de por sí asimétrica
y sesgada correlación financiera de fuerzas a escala global.
Se ha ventilado que WIMPOLE, un consorcio de empresas iraníes e internacionales,
que además incluye a un anterior director del NYMEX newyorkino y a la firma «PA
Consulting», se adjudicó el contrato para dirigir la nueva Bolsa petrolera de
Teherán. ¿Detrás de las amenazas de EU e Israel para emprender una guerra contra
Irán y, de paso, «cambiar su régimen», se encuentra la osadía temeraria de los
Ayatolás chiítas de lanzar su nueva bolsa petrolera?
Dubaí había intentado establecer una bolsa petrolera, acoplada al NYMEX
newyorkino pero fracasó estrepitosamente por la ausencia de compradores y
vendedores. Irán, que exporta 2.7 millones de barriles al día y produce 13
millones de toneladas de petroquímicos (además de ser la segunda gasera mundial
detrás de Rusia), pudiera correr con mejor suerte siempre y cuando los
productores del golfo Pérsico se adhieran a su proyecto (en especial Arabia
Saudita) y que Rusia, una potencia exportadora de petróleo y gas concurra,
además de compradores de la talla de Japón, China e India.
Macalister refiere que «los intercambios bursátiles de petróleo en Londres y
Nueva York están controlados por las grandes corporaciones financieras y
petroleras (que forman parte de la misma hidra), y que tiene interés en promover
la volatilidad del mercado petrolero». Pues sí: De lo contrario, ¿cómo
multiplicar, entonces, sus ganancias exorbitantes, tanto a la baja como al alza,
dependiendo de la conveniencia coyuntural?
Años atrás describimos en el libro agotado «El Lado Oscuro de la Globalización»
(Editorial Cadmo & Europa; 2000) cómo la «teoría del caos» forma parte
intrínseca de la especulación en el modelo pernicioso de la globalización
financiera.
EL NYMEX y el IPE son juez y parte del mercado petrolero bursatilizado. En
similitud a la composición de la membresía energético-financiera del NYMEX
newyorkino, el IPE londinense fue comprado por un consorcio anglosajón que
incluye a la británica BP y a dos poderosos bancos de inversión de EU, Goldman
Sachs y Morgan Stanley que les provee la logística necesaria para multiplicar
las ganancias a través de los ominosos «hedge funds» («fondos de cobertura de
riesgo»).
Este quizá sea el mayor escollo de la virtual bolsa petrolera chiíta, en caso de
no contar con la sinergia especulativa de la banca de inversión, un genuino
oligopolio del G-7(extensivo al G-10/11).
Una parte sustancial de los contratos para el crudo exprotados por potencias
exportadoras como Arabia Saudita e Irán están ligados a la cotización de la
mezcla Brent del mar del Norte. La teocracia chiíta vislumbra establecer
contratos rivales de la mezcla del golfo Pérsico, al unísono de los «hedge funds».
La clave radica en la participación directa de la banca de inversión de la que
no cuentan los países del golfo Pérsico.
Justamente, en su análisis: «De los Petrodólares a los Petroeuros: ¿Se Acercan
los Días Finales del Dólar en el Sistema de Reservas de Divisas
Internacionales?» del 3 de noviembre pasado(publicado por el Centro de
Conflictos Contemporáneos), Robert Looney, un economista del Pentágono pone el
dedo en la llaga financiera. Después de desechar tanto la debilidad futura del
dólar como la factibilidad del «petroeuro», Looney enfatiza que «la OPEP carece
del control directo de las cotizaciones de los principales mercados del crudo»,
lo cual es no solamente anómalo, sino que es inequitativamente más que cierto.
Recuerda que hasta la mitad de la década de los ochenta,la OPEP imponía el
precio oficial de venta, «su poder empezó a desvanecerse cuando fue establecido
en 1983 el mercado de futuros del petróleo en el NYMEX». Poco se ha escrito al
respecto pero el NYMEX no solamente es el antídoto de la OPEP sino que ha
llegado por la vía de la especulación financiera hasta a controlar de facto el
mercado petrolero en el que la OPEP se ha vuelto un simple actor supeditado a la
voluntad de la banca de inversión del G-7(extensivo al G-10/11).
La parte menos lucrativa del petróleo radica en el segmento de producción (el
caso de la OPEP)frente a los impuestos fiscales(el caso de la OCDE y, en
particular, de México donde el barril de petróleo ya transformado en gasolina de
pésima calidad vale más de US$100 el barril), ya ni comparar con el
apalancamiento especulativo de los «hedge funds» que pueden quintuplicar el
precio del petróleo(como está sucediendo en la actualidad).
Looney ilustra que «a partir de 1986, un sistema de precios orientado al mercado
fue introducido para todas las transacciones petroleras.El precio del petróleo
ha sido determinado por una fórmula compleja que inicia con el movimiento de los
precios spot en los mercados como el NYMEX». A juicio de Looney, «dadas las
realidades en los dos principales mercados petroleros(NYMEX e IPE)es aparente
que la OPEP no puede decidir en forma unilateral el precio del petróleo en
euros» que tampoco aceptará por el momento ni el NYMEX ni el IPE. Y eso que
Looney ni siquiera abordó la especulación apalancada con la mágica «formula
compleja» por medio de los «hedge funds»: otro instrumento oligopólico del
modelo pernicioso de la globalización financiera que maneja primordialmente el
G-7(extensivo al G-10/11).
Es evidente que fuera de los miembros dilectos del NYMEX y el IPE, nadie en el
seno de la OPEP cuenta con la «fórmula compleja» por lo que la funcionalidad de
la virtual bolsa petrolera de Teherán se antoja como una tarea sisifiana---al
menos que WIMPOL, el consorcio agraciado con la rifa del tigre chiíta, cuente
con un mecanismo similar y que sea impulsado por los países del Golfo, además de
Rusia, Japón, India y China para someter el duopolio del NYMEX y el IPE que
controlan el ir y venir del mercado petrolero en sus dos aparatosas
manifestaciones: el «petróleo geopolítico» y el «petróleo financiero» que
epitomizan una mezcla altamente explosiva que devela su verdadero control.
Alfredo Jalife-Rahme
Especialista mexicano en asuntos internacionales. Es autor de varios libros
sobre los síntomas indeseables de la mundialización. Colabora dos veces por
semana en el diario mexicano La Jornada.
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