Europa
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Trabajó de informante para ese régimen, según documentos
De acuerdo con los hallazgos de un historiador catalán, el Nobel traicionó por su voluntad a intelectuales cercanos a él
La Jornada
de Mexico
El novelista español y premio Nobel de Literatura Camilo José Cela, fallecido
hace dos años, fue un informante del régimen fascista de Francisco Franco y en
los 60 traicionó a los intelectuales cercanos a él, informó el rotativo
londinense The Guardian.
El periódico adjudica la información al historiador catalán Pere Ysás, de la
Universidad Autónoma de Barcelona, quien encontró documentos que prueban la
actividad de Cela como delator voluntario de la dictadura; incluso ofreció sus
servicios al ministerio de Información y Turismo -encargado en los hechos de la
censura-, que entonces encabezaba Manuel Fraga, actual presidente de la junta de
Galicia.
Los hallazgos de Ysás forman parte de las investigaciones que el autor emprendió
para su libro de edición reciente Disidencia y subversión. La lucha
del régimen franquista por su supervivencia (1960-1975), publicado por
Crítica y a la venta desde la semana pasada.
De ese modo pudo comprobar que Cela sugirió los nombres de algunos escritores
disidentes que podrían ser ''sobornados, domesticados y reconvertidos'' por el
régimen del general Francisco Franco, de acuerdo con un documento interno del
ministerio, en el que se consignan los señalamientos que el autor de La
colmena hizo tras participar en una reunión de escritores españoles, en
1963.
El escritor relató al gobierno que 42 de los 102 firmantes de una carta contra
la represión de la huelga de mineros de Asturias eran miembros del Partido
Comunista.
Cela, que también había firmado esa carta, señalaba que algunos de esos
intelectuales eran ''recuperables si se les estimulaba publicando sus obras o
mediante sobornos''.
Recomendó al régimen franquista concentrarse de manera particular en Pedro Laín
Entralgo -después director de la Real Academia Española-, porque era más débil
de carácter que otros intelectuales antifranquistas.
En concordancia con los consejos de Cela se propuso establecer en el presupuesto
un fondo con 20 millones de pesetas, aunque el periódico The Guardian
advierte que no hay pruebas de que finalmente se creara para pagar tales
dádivas.
José Cela, el último español que obtuvo el máximo galardón en letras, continuó
con su trabajo de informante aun cuando sus compañeros pensaban que se había
unido al emergente bloque de escritores disidentes.
Este episodio se sumará a la leyenda del polémico y extravagante narrador, quien
fue acusado también de plagio literario y de usar escritores fantasma
(conocidos como negros) durante su carrera