Europa
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Del 11-S al 11-M, visto desde
Madrid
Pedro Edu Hondo Martín
ZNet en Español:
Tras los brutales atentados del 11 de Marzo de 2004 en Madrid, se produjo un
desmoronamiento de la calculada política de desinformación por parte del Partido
Popular y como consecuencia una explosión callejera de indignación ciudadana,
junto con la vuelta a la escena política del rechazo de la sociedad española por
nuestra implicación en la guerra de Irak. Como consecuencia del voto de castigo
a las políticas de José María Aznar, el Partido Socialista recuperaba
inesperadamente el poder. Pero existía un compromiso electoral previo de retirar
las tropas españolas de Irak si la ONU no tomaba un papel más relevante en la
ocupación. Días después, el Vicesecretario de Defensa Paul Wolfowitz y el
Presidente de la Cámara de Representantes Dennis Hastert interpretaban que los
españoles tenían "miedo" y el Presidente George W. Bush que suponía "ceder ante
el terrorismo", afirmando que el suyo es el único camino para combatirlo. Pero,
¿dónde conduce ese camino? ¿Tiene un final?
Empieza la Guerra Contra el Terror
El 11 de Septiembre de 2001 se producen los más terribles atentados en la
historia de los Estados Unidos. La Casa Blanca los califica de "acto de guerra"
y, tras una enorme campaña mediática que vinculó incorrectamente la amenaza del
ántrax a terroristas extranjeros, comienza una guerra en Afganistán que aún hoy
no ha terminado. 600 detenidos bajo el cargo de "combatientes ilegales" siguen
retenidos en Guantánamo sin derecho a un abogado, en violación de la Convención
de Ginebra sobre el trato de prisioneros, pese a las denuncias de las
principales organizaciones de derechos humanos: los pocos que han podido salir
hablan de malos tratos y tortura, los que quedan presos no saben lo que va a
pasar con su futuro y ello les produce un agotamiento psicológico que lleva a
muchos a enloquecer y ha habido 32 intentos de suicidio según las autoridades
del campo de prisioneros. El Gobierno estadounidense responde que Guantánamo es
territorio no estadounidense alquilado a Cuba y que por tanto no tiene porqué
aplicar garantías legales, lo que jurídicamente no tiene sentido según la ONU.
Algunos presos son ciudadanos de la Unión Europea y sus familias en España o
Gran Bretaña afirman que fueron arrestados sin orden judicial, técnicamente
secuestrados. Afganos que han conseguido volver de allí afirman no haber
participado en ningún combate, no ser talibanes y que ciertas personas de su
país les entregaron por rencillas personales, para conseguir influencia o por
dinero. La cadena BBC británica denuncia que hay además 3 niños presos, uno de
ellos de 13 años de edad.
A pesar del uso de capuchas, cadenas, jaulas y focos de luz intensa constante en
la cara por la noche, los soldados que les custodian dicen que los detenidos no
se encuentran estresados y reciben un trato correcto. Los soldados
estadounidenses parecen ser sometidos por su Gobierno al mismo lavado de cerebro
reproducido a escala internacional con la opinión pública. Los grandes medios de
comunicación en Estados Unidos y Europa sólo celebran la liberación de
Afganistán del opresor régimen Talibán. Pocas veces se informa de Guantánamo ni
de que tras la invasión estadounidense, la producción de opio -materia prima de
la heroína- ha aumentado 18 veces y ha vuelto a colocar al país en los mismos
niveles de narcotráfico de finales de los 90, cuando producía el 70% del opio
mundial. Quién pueda estar beneficiándose de este enorme negocio es una
incógnita. Algunas voces expertas en geopolítica y petróleo además relacionan el
inicio en Afganistán de la Guerra Contra el Terror con la oposición Talibán a la
construcción de un oleoducto que llevase el petróleo extraído en el Mar Caspio a
través del norte del país para evitar el monopolio ruso en la zona y beneficiar
a las petroleras occidentales. Parece cada vez más evidente que la estrategia de
lucha antiterrorista promovida desde la Casa Blanca ha sido asociada a la
persecución de objetivos petrolíferos privados. Todo ello bajo un contexto de
alarma en ciertos círculos científicos acerca del incesante crecimiento del
consumo de combustibles fósiles y su escasez estimada dentro del presente siglo.
Un siglo en el que, como analizaremos más adelante, un ala del Partido
Republicano de Estados Unidos pretende avanzar una agenda de dominación global y
la creación de un imperio.
Al finalizar las principales operaciones en Afganistán, el Gobierno Bush intentó
convencer al mundo de que el paso siguiente de su "sagrada misión" contra el
terrorismo internacional era obligar al dictador iraquí Saddam Hussein a
desmantelar las armas de destrucción masiva en su poder. Más tarde se va
desvelando el verdadero objetivo de derrocar su régimen por la fuerza, lo cual
liberaría al pueblo de Irak de una dictadura terrible que en el pasado Reagan y
el Partido Republicano apoyaron por error -como el propio Donald Rumsfeld,
actual Secretario de Defensa y uno de los máximos defensores de esta guerra-
porque era necesario para combatir al Ayatollah Jomeini en Irán. Los servicios
de inteligencia estadounidenses negaron que hubiese conexión alguna entre el
régimen iraquí y los autores de los atentados del 11 de Septiembre. Los
terroristas provenían principalmente de Arabia Saudita, país del que Estados
Unidos obtiene grandes beneficios por el petróleo mientras que apoya a un
régimen también opresor. Pero en un país aterrorizado por los atentados y la
paranoia colectiva del ántrax, desde el Gobierno se insiste en esa idea hasta
que, según las encuestas, la mayor parte los ciudadanos acaban por creer que
Irak está detrás del 11-S. Los 12 años de sanciones que han castigado a la
población civil por falta de alimento y medicinas, la muerte de más de medio
millón de niños -que a largo plazo "merecería la pena" según el Gobierno Clinton-
debido al bloqueo, el desmantelamiento de su ejército por parte de los
inspectores de armas de Naciones Unidas, y las presiones diplomáticas en
Naciones Unidas fueron inútiles. Era necesario atacar a todo un país.
Aznar, un aliado perfecto
El partido de izquierda nacionalista Batasuna es considerado como el brazo
político de la organización terrorista ETA, reniega de la idea de pertenecer a
España y reivindica la independencia política del País Vasco. Desde hacía años
mantenía un debate interno en cuanto a la condena o no del uso de la violencia,
pero prevalecían los partidarios de no condenar los atentados terroristas. Esta
posición, contraria al consenso del resto de fuerzas políticas, les ha hecho ir
perdiendo votos en cada nueva convocatoria electoral frente a los llamados
"nacionalistas moderados" o "nacionalistas democráticos". El Partido
Nacionalista Vasco -que controla el Gobierno regional- es el mayor de entre
estos partidos nacionalistas moderados y aunque en ocasiones haya podido
contemplar la posibilidad separatista de la región, indudablemente condena la
violencia terrorista. Los dos partidos de ámbito estatal, Partido Socialista y
Partido Popular, reúnen dentro del País Vasco entre ambos un porcentaje de votos
más alto que todos los partidos nacionalistas en las elecciones generales, lo
cual es indicativo de la mínima base social que tiene el nacionalismo radical de
Batasuna. El apoyo de este partido a la infraestructura terrorista condujo a una
polémica ilegalización por los tribunales de justicia que impulsó especialmente
el Partido Popular, que ganó popularidad con esta imagen de firmeza contra el
terrorismo. Pero después de quedarse sin su enemigo favorito, el Gobierno Aznar
pasó entonces a acusar insistentemente al Partido Nacionalista Vasco de
asociación con ETA en una maniobra claramente electoralista. Que objetivos
políticos de un partido democrático no violento coincidan con objetivos de una
banda terrorista no debería ser confundido con un apoyo al terrorismo, pero es
una idea simple que funcionaba perfectamente con el electorado del Partido
Popular y no despertaba demasiadas alarmas en una opinión pública española
generalmente apática y reacia a encarar debates políticos complicados. Insultos,
reproches mutuos y cruces de acusaciones fueron destruyendo un cierto consenso
previo en lucha antiterrorista, sin embargo el Gobierno ha seguido insistiendo
en esta estrategia irresponsable de identificación de terrorismo y nacionalismo
aunque solamente un pequeño sector radical apoye el uso de la violencia.
A finales del pasado año, el Partido Socialista conseguía el Gobierno regional
en Cataluña tras veinte años de gobierno nacionalista conservador. Para formar
un Gobierno de coalición era necesario pactar con ERC, un partido nacionalista
catalán que propone también el independentismo. Pero su máximo líder Josep-Lluís
Carod-Rovira se entrevistó poco después en el sur de Francia con miembros de
ETA, según él para intentar convencer a los terroristas de abandonar la vía
violenta en la defensa del derecho de autodeterminación. El Gobierno Aznar
utilizó la grabación de las conversaciones por los servicios secretos para
desacreditar esta versión y ofrecer la versión alternativa de que Carod-Rovira
hacía un pacto con los terroristas para que no atentasen en Cataluña pero sí en
otras partes del Estado español. No conocer públicamente de qué se habló en
aquella reunión impedía un análisis objetivo, y el sesgo de esta interpretación
dejaba en muy mal lugar al Gobierno catalán, que pese a la dimisión de Carod-
Rovira siguió siendo objeto de fuertes críticas por parte del Partido Popular.
La rentabilidad política de la estrategia de identificación de terrorismo y
nacionalismo crecía en el resto de España. El ataque a los nacionalismos
regionales vasco y catalán ofrecía tan claros beneficios electorales de cara a
las inminentes elecciones generales que el triunfo del Partido Popular parecía
estar asegurado.
La razón de que unos gobernantes tan intransigentes con cualquier opinión
discordante, que apelan constantemente a la crispación y al enfrentamiento en el
debate político, puedan ser tolerados e incluso aplaudidos por tantos
ciudadanos, no se explica sin el esfuerzo consciente de control de los medios de
comunicación que inició el Partido Popular hace ocho años al llegar al poder. El
primer Gobierno Aznar completó el proceso de privatización de antiguas empresas
públicas, colocando a directivos afines en sus puestos clave. Una de estas
empresas, antigua operadora de telecomunicaciones del Estado, era Telefónica.
Bajo el mando de Juan Villalonga -antiguo amigo del Presidente Aznar- comenzó a
comprar acciones de compañías privadas de radio, televisión y prensa ayudando a
consolidar el enorme aparato mediático que ha servido a los intereses de la
derecha española durante los últimos años: radio y televisión públicas estatales
RNE y TVE, radios privadas Onda Cero y Cope, televisión privada Antena 3,
diarios nacionales El Mundo, ABC y La Razón, y varias radios y televisiones
regionales allí donde gobierna el Partido Popular. En estos años, las ruedas de
prensa sin preguntas de los periodistas, las campañas electorales sin debates
entre candidatos y la baja calidad en las televisiones públicas se han
convertido en algo habitual. La opinión pública quedaba así bajo un férreo
control ejercido especialmente a través de la televisión, que es el único medio
para informarse de la mayor parte de los ciudadanos españoles. Los informativos
de la televisión pública nacional han sido frecuentemente denunciados como los
más manipulados de la historia democrática española, hasta el punto de que han
recibido una condena judicial de la Audiencia Nacional por manipulación
informativa durante la huelga general del pasado 20 de Junio de 2002. Su
director Alfredo Urdaci no dimitió y fue confirmado en el cargo. Durante la
dictadura franquista, etapa anterior en que la ultraderecha española estuvo en
el poder, la manipulación y la censura informativa fueron esenciales para
mantener el control de la opinión pública, como en cualquier régimen fascista.
En aquel tiempo, como medida de lucha antiterrorista se intervino violentamente
contra población civil inocente para poder capturar disidentes, muchos inocentes
de crímenes o violencia -lo que vemos hoy en Israel-, lo cual aumentó la base
social de ETA en el País Vasco como consecuencia lógica de la represión. El
ministro del Interior era entonces Manuel Fraga, que con más de 80 años de edad
continúa al frente del Gobierno regional en Galicia. Desde entonces la "toma
militar" del País Vasco ha sido un argumento recurrente de algunos nostálgicos
del régimen de Franco, que han contagiado incluso a parte de la juventud más
conservadora del país. Tras la caída de la dictadura, Fraga recogió los restos
del franquismo para fundar el partido Alianza Popular, que más tarde pasó a
llamarse Partido Popular.
Sus conexiones con el franquismo represor y la identificación
nacionalismo-terrorismo son importantes precedentes para que Aznar se entendiese
con Bush en la alianza de la Guerra Contra el Terror y en la idea de que "todos
los terrorismos son iguales", merecedores por tanto de un mismo tratamiento.
Pero en realidad existen diferencias que llevarían lógicamente a respuestas
distintas, si se pretendiese combatirlos desde la raíz y atacar sus causas de
verdad, que principalmente son los regímenes autoritarios que apoya o apoyó
Estados Unidos como el Talibán. Acabar con la opresión y la educación influida
por fanáticos que ejercen estos Gobiernos, es la única manera de cortar las
raíces del terrorismo, pero una parte de la humanidad ha decidido en solitario
otra vía que conduce a círculos de violencia, pero reuniendo un gran apoyo
social mediante la compra de los medios informativos para concienciar a la masa.
Tras los ataques del 11 de Septiembre, el gobierno de Estados Unidos no tenía
una respuesta para la nueva amenaza que suponía el terrorismo islámico ni hizo
el esfuerzo de comprender o explicar las causas, sino que se estancó en análisis
tan simples como "odian nuestra cultura". Después, cada nuevo atentado cometido
contra intereses estadounidenses era relacionado con la organización Al Qaeda y
se hacía un discurso paralelo en contra de países no amigos como Irak, Irán o
Corea del Norte, que se presentaron como el Eje del Mal que daba soporte a la
red terrorista. La premeditada guerra en Irak y posteriores guerras en el
horizonte resultaban más fácilmente justificables si se presentaba un único
enemigo a escala global: el terrorismo internacional organizado. Pero existen
motivos para pensar que Al Qaeda no existía en su dimensión actual antes de la
Guerra Contra el Terror, y que precisamente las guerras en Afganistán e Irak han
supuesto la llamada a filas para fanáticos de todo el mundo, contribuyendo
definitivamente a consolidar la red terrorista. Según declaró además Richard
Clarke -asesor en lucha antiterrorista de cuatro Presidentes de Estados Unidos-
frente a la comisión que investiga el 11-S, Bush le pidió inmediatamente después
de los atentados que intentase encontrar algo que los relacionase con Irak. Esto
respalda las tesis de que Irak era un objetivo militar y de política energética
al menos desde el momento en que Bush llegó a la Casa Blanca. Pero pese a no
encontrarse ninguna conexión, se dejó en la agenda. Clarke aseguró también que
Bush ha hecho un "trabajo espantoso" en relación con la Guerra Contra el
Terrorismo: su conclusión es que Bush minusvaloró la amenaza de Al Qaeda porque
estaba concentrado en el derrocamiento del régimen en Irak -al igual que hizo
Aznar, según veremos más adelante, porque estaba concentrado en desviar la
atención de lo que ocurría realmente en Madrid. Otro hombre fuerte de la etapa
de George Bush padre, el General Schwarzkopf, tenía una opinión similar al
comienzo de la guerra. El reputado militar, jefe de la "Operación Tormenta del
Desierto", que aplastó al ejército de Saddam en el año 1991, quizás se sienta
algo responsable al fin y al cabo del futuro de Irak por bombardear los
depósitos de armas químicas originando la contaminación que dejó con el Síndrome
del Golfo a soldados estadounidenses y ha provocado malformaciones congénitas en
muchos recién nacidos iraquíes. Esas armas químicas eran parte del arsenal que
países como Estados Unidos, Francia y Alemania vendieron anteriormente a Saddam
Hussein, con el Secretario de Defensa estadounidense Donald Rumsfeld a la cabeza
de las negociaciones y el visto bueno del Presidente francés Jacques Chirac, y
que utilizó para gasear a los rebeldes kurdos cuando contaba con el apoyo de la
Administración Reagan.
El Presidente Aznar apoyó sin condiciones a Estados Unidos en promover la guerra
contra Irak, prometiendo a los ciudadanos españoles que aumentaría nuestra
seguridad y nos proporcionaría un aliado fuerte en la lucha antiterrorista. Jeb
Bush, hermano del Presidente, aseguró "grandes beneficios para España" derivados
de nuestra implicación pero aun no se conocen públicamente, ni tampoco si hemos
recibido ayuda en la lucha contra ETA. En realidad un aliado más lógico para
esto es Francia, país con el que hemos empeorado claramente las relaciones
diplomáticas. El Gobierno ha debilitado los "ejes tradicionales" de la política
internacional española -grandes socios europeos, países árabes vecinos y países
latinoamericanos, que estaban todos en contra de la guerra preventiva de Bush-
al unirse a la Guerra Contra el Terror y colaborar con una ocupación ilegal y
caótica de Irak. Pero, ¿de qué posiciones partía el Partido Popular y cómo se
explica su giro en política exterior?. Recapitulemos. En los años 80 Manuel
Fraga y Alianza Popular compartían el rechazo a las políticas europeas con la
derecha británica de Margaret Tatcher, que a su vez era la aliada estratégica de
Ronald Reagan y Estados Unidos que apoyaba a Saddam. Alianza Popular se oponía a
los planteamientos de Francia y Alemania de construcción europea que asumía el
Partido Socialista. Pero tampoco apoyaba la integración en la OTAN ya que negó
su apoyo al Gobierno de Felipe González del "OTAN de entrada no" con motivo del
referéndum sobre la permanencia en la alianza atlántica de 1986, ante el asombro
de los otros partidos conservadores europeos. Algunos años después, José María
Aznar cometió similares incoherencias expresando reticencias a la unión
monetaria y criticando enérgicamente la política europea de los socialistas. En
septiembre de 1992, declaraba que era imprescindible "salvaguardar la identidad
de las naciones que componen Europa" y proponía recuperar algunas de las
competencias de la Comisión Europea para los Estados nacionales. Pero muy poco
tiempo después, Aznar pasó a ser un converso al respecto con una fe
inquebrantable. De las ventajas que se percibían destacaban los fondos de
cohesión, que pueden describirse básicamente como dinero que venía de Europa
para ayudar a desarrollar el país y equipararlo con sus socios. Años más tarde
estos fondos han permitido apaciguar a los votantes de Manuel Fraga en Galicia
por los errores del Partido Popular durante la crisis del petrolero Prestige. El
mayor desastre ecológico de la historia en España se produjo tras una decisión
del Gobierno de llevar el barco a alta mar, lo que contribuyó determinantemente
a que las fuertes corrientes lo hundieran y el petróleo vertido afectase a un
área mucho mayor que si se hubiera llevado a la costa -según los informes de
científicos extranjeros, ya que el Gobierno abortó la comisión de investigación
que pretendía aclarar la crisis. Con las ayudas económicas europeas a los
pescadores afectados, Fraga consiguió superarla y ganar las elecciones
regionales. Pero Aznar perdió el pasado año los fondos de cohesión en las
negociaciones europeas. De todo esto, la conclusión lógica a la que podemos
llegar es que ni Aznar ni su partido han tenido coherencia en política exterior
a lo largo del tiempo, y sólo se han guiado por obtener el mayor provecho
político propio, incluso a costa de lo que en la ortodoxia política se llaman
"intereses nacionales", en una última privatización de lo público: las
relaciones internacionales del país. Los ciudadanos no parece que hayamos ganado
nada con todas esas privatizaciones.
11-M: Madrid es Bagdad
En Irak la situación de los derechos humanos es crítica. Amnistía Internacional
lo describe como un gran Guantánamo de 8.500 presos -según cifras de las fuerzas
de ocupación. Resulta más fácil tener un abogado siendo detenido por las fuerzas
de seguridad iraquíes que por los militares estadounidenses. Las tropas aliadas
actúan al margen del derecho internacional con total impunidad y sin respetar
derechos humanos fundamentales. Se utiliza la destrucción de viviendas como
táctica antiterrorista al igual que Israel. Las prisiones utilizadas son las
mismas que utilizaba el régimen de Saddam para encarcelar a sus opositores y
siguen en las mismas condiciones infrahumanas. El número de muertos civiles
asciende ya a 10.000 y continúa aumentando. ¿De qué "democracia" se les va a
hablar a los árabes cuando el "líder del mundo libre" propone continuar una
ocupación de Irak como la que se está llevando a cabo? ¿Qué concepto cree que
tendrán de los "valores americanos" que pretende "extender" al resto del mundo?
Parte de los resultados de una encuesta de la BBC entre la población iraquí han
sido utilizados por la derecha mediática para justificar retrospectivamente la
invasión: el 35 por ciento consideran que es mejor que haya caído la dictadura
anterior y sólo un 15 por ciento quiere que se retiren las tropas. Lo que no
comentan mucho estos medios es que la encuesta rebela también que un 40 por
ciento de encuestados se sienten maltratados por las fuerzas de ocupación. De
hecho, han muerto más iraquíes bajo la ocupación que durante la guerra oficial.
Pero examinar los sentimientos de la población es algo que se resiste a la
simplificación de las grandes cifras. Un iraquí se expresaba así hace unos días
ante las cámaras de la CNN: "Saddam mató a uno de mis hermanos y ahora los
americanos han matado al otro". En mi opinión el verdadero sentimiento del
pueblo podría resumirse más fielmente con esa frase.
En España se produjeron masivas manifestaciones contra la invasión de Irak
durante al pasado año, algunas de las mayores de todo el mundo. En primer lugar,
muchos ciudadanos no aceptaban la muerte de civiles inocentes. Pero además, esta
guerra podía suponer para fanáticos de otros países un efecto llamada a la
"Guerra Santa" contra el invasor, podría extenderse a otros países y podría
agitar el conflicto palestino-israelí. Pero había otro argumento: seguramente
iba a aumentar el riesgo de terrorismo internacional. Tras el final oficial de
la guerra, las movilizaciones ciudadanas desaparecieron y el tema perdió
actualidad. Hasta que Madrid, el día 11 de Marzo de 2004 "se convirtió en
Bagdad". Las causas de la posterior derrota electoral del Partido Popular
requieren de un análisis más profundo que la teoría del "acobardamiento" que
ofrece otra vez de manera simple la Casa Blanca y han reproducido en España sus
socios de ultraderecha político-mediática liberal, por eso repasemos uno por uno
los hechos sucedidos en las horas transcurridas entre los atentados de la mañana
del día 11 en Madrid y la noche electoral del día 14. En la siguiente relación,
los hechos apuntados por informes del CNI (Centro Nacional de Inteligencia,
servicios secretos españoles), fueron desclasificados por el Gobierno y
presentados públicamente 6 días después por los ministros Ángel Acebes y Eduardo
Zaplana tras un Consejo de Ministros para tratar de defenderse, en una serie de
documentos que según los ministros "acreditan la veracidad de las afirmaciones
que ha hecho el Gobierno en todo momento", con el título11-M: toda la verdad en
tiempo real. Días después Aznar, como Presidente en funciones, decía saber
"quién manipuló" y acusaba de mentir al grupo de comunicación Prisa, que por
medio de la emisora de radio Cadena SER y el diario El País puso en duda la
tesis oficial durante los días de la crisis e informó en directo de las
protestas callejeras el día de la jornada de reflexión a través del canal de
televisión CNN+. A fin de que el lector haga su propia interpretación, recogemos
aquí la completa sucesión de los hechos. El diario El Mundo -partidario
tradicional del ala más centrista del Partido Popular, al tiempo que enfrentado
con Prisa - y los documentos del CNI desclasificados por el Gobierno se han
utilizado como fuentes principales.
Jueves 11 de Marzo
7:39. Se producen las explosiones.
9:30. El líder del Gobierno vasco condena a ETA por los atentados.
10:30. El portavoz de la izquierda nacionalista vasca radical Arnaldo Otegui
niega rotundamente que haya sido ETA. Dice "ni contemplar la hipótesis" y los
atribuye a la "resistencia árabe".
10:50. La policía encuentra una furgoneta sospechosa junto a la estación de tren
de la que partieron las bombas, con detonadores de explosivos y una cinta en
árabe con versos del Corán.
11:00. Reunión en el Palacio de la Moncloa, residencia presidencial, del
gabinete de crisis del Gobierno.
12:00. Mariano Rajoy, candidato del Partido Popular a Presidente del Gobierno,
condena los atentados sin citar a ningún culpable.
13:00. El Presidente Aznar llama por teléfono a varios periódicos para
confirmarles que todo apunta a ETA. Por primera vez en ocho años llama al
director de El País, para decirle "ha sido ETA con toda seguridad".
13:15. El ministerio del Interior informa a la prensa extranjera de que el
explosivo utilizado es el habitual de la banda, como refuerzo a la tesis oficial
y les afirmará que ETA nunca avisa de sus atentados -lo cual es incorrecto.
13:30. Ángel Acebes, ministro del Interior, comparece y culpa a ETA de los
atentados "sin ninguna duda" y califica de "miserables" a aquellos como Otegui
que apuntan a otra posibilidad. Se dan instrucciones a los funcionarios
españoles de la ONU para presentar una resolución de condena a ETA.
14:15. Según el Gobierno, la policía termina la inspección ocular de la
furgoneta sin encontrar los detonadores ni la cinta en árabe. Otras fuentes
aseguran que ya se conocían esas pistas, que posteriormente llevarían a detener
a los sospechosos.
14:30. Aznar comparece públicamente para culpar a ETA.
15:30. La furgoneta llega a dependencias de la policía. Según el Gobierno es
entonces cuándo se detectan entonces los detonadores y las cintas, aunque los
servicios secretos europeos y españoles posteriormente no apoyarán esta versión.
Los únicos argumentos del Gobierno válidos en ese momento son los antecedentes
de intentar atentar en la capital, meses antes. Pero las pruebas materiales ya
no apuntaban a ETA.
15:50. Un informe del CNI de los que serían desclasificados posteriormente por
el Gobierno dice que a esta hora se considera a ETA "casi seguro" como autora de
los atentados.
17:25. Ana De Palacio, ministra de Exteriores, envía un telegrama a las
embajadas españolas con instrucciones de "aprovechar aquellas ocasiones que se
le presenten para confirmar la autoría de ETA" en el extranjero y "disipar
cualquier tipo de duda que ciertas partes interesadas puedan querer hacer surgir
en torno a quién está detrás de estos atentados". Y añade "y si lo considera
oportuno acudir a los medios para exponer estos hechos".
19:00. La policía difunde las fotos de nueve presuntos etarras autores del
atentado.
20:10. Aznar llama al aún jefe de la oposición José Luís Rodríguez Zapatero y a
los directores de los periódicos para informarles sobre la furgoneta y la cinta
en árabe pero mantiene a ETA como primera hipótesis.
20:20. El ministro Acebes informa públicamente sobre las nuevas pruebas. Apunta
que "la línea esencial sigue siendo ETA" aunque advierte que no se descarta
"ninguna línea de investigación ni ninguna hipótesis".
20:30. El Rey Juan Carlos pide "unidad, firmeza y serenidad" en la lucha contra
el terrorismo, en una declaración institucional que no hace ninguna referencia a
ETA -al igual que Mariano Rajoy- retransmitida por televisión con retraso porque
se decide que primero se emita la intervención del ministro Acebes. Mientras, en
el resto del mundo la cadena de televisión CNN Internacional interrumpe su
emisión para ofrecer en directo las declaraciones del Rey.
21:00. El grupo terrorista Brigadas de Abu Hafs Al Masri reivindica el atentado
de Madrid a través de un mensaje a un periódico árabe de Londres. Una de las
frases dice "Aznar, ¿dónde está América, quién te protegerá de nosotros?".
Viernes 12 de Marzo
2:40. La policía encuentra una bolsa de deporte con un artefacto explosivo en su
interior.
5:00. El artefacto es desactivado y el explosivo analizado. Se trata de un
explosivo que no utilizaba ETA desde hace más de 10 años.
11:30. Nueva comparecencia de Aznar en la que mantiene a ETA como la autora más
"lógica". Añade que "este criterio lo comparten la mayoría de los españoles",
aunque a esa hora en las tertulias radiofónicas ya se dudaba entre ETA y Al
Qaeda.
16:04. Otro informe del CNI que sería desclasificado posteriormente por el
Gobierno considera dudoso el comunicado de los terroristas árabes.
18:00. El ministro Acebes informa de la bolsa encontrada por la policía, que
contenía explosivos, un detonador y un móvil para activarlo configurado en
árabe. Declara que "no hay en estos momentos ningún motivo para que [ETA] no sea
la principal línea de investigación".
18:30. Un comunicante anónimo, desmiente en nombre de ETA la implicación de la
banda terrorista en la masacre por medio de un comunicado a un diario vasco.
18:40. El ministro Acebes responde "no nos lo creemos" al comunicado enviado al
diario. También la televisión regional vasca recibe comunicados de ETA
similares.
19:00. Manifestaciones masivas en toda España en contra del terrorismo, más de
once millones de personas salen a la calle. En Madrid, miles de manifestantes
gritan "¿quién ha sido?". La duda sobre la autoría estaba ya fuertemente
propagada en la opinión pública, y en Barcelona los miembros del Gobierno
reciben fuertes abucheos.
Sábado 13 de Marzo
14:30. Acebes informa de que "la prioridad es la banda que lleva 30 años matando
y 900 muertos" en clara alusión a ETA, aunque no descarta "una colaboración
entre organizaciones terroristas", y se defiende de las acusaciones sobre la
política informativa del Gobierno. Asegura además que ningún responsable de las
fuerzas de seguridad le había comunicado que la investigación se estuviese
centrando en terroristas islámicos.
15:20. Poco después el juez que instruye el caso ordena detener a tres
marroquíes y dos hindúes, supuestamente vinculados al terrorismo islámico,
sospechosos de apoyar a los autores materiales de los atentados.
15:35. Comienzan las detenciones y se suceden hasta las 16:30.
16:50. Un nuevo informe del CNI desclasificado posteriormente asegura que no se
ha abandonado la vía de investigación de ETA.
18:00. Convocados por mensajes de teléfono móvil e Internet, miles de personas
acuden al edificio de la sede del Partido Popular en Madrid para manifestarse:
exigen saber la verdad antes de votar. La concentración alcanzaría las 5.000
personas y la protesta se extiende por otros puntos de la ciudad. Algunas de las
consignas de los manifestantes son "Madrid es Bagdad", "desde Europa ya lo
saben", "mañana votamos, mañana os echamos", "Paz", "no a la Guerra" y "que nos
saquen en La Primera". "La Primera" es el nombre coloquial para la principal
cadena de la televisión pública, bajo control del Gobierno.
19:40. La televisión regional madrileña informa a la policía de una llamada
asegurando que ha sido encontrada una cinta de video reivindicativa junto a una
mezquita. "Declaramos nuestra responsabilidad de lo que ha ocurrido en Madrid,
justo dos años y medio después de los atentados de Nueva York y Washington. Es
una respuesta a vuestra colaboración con los criminales Bush y sus aliados. Esto
es como respuesta a los crímenes que habéis causado en el mundo y, en concreto,
en Irak y en Afganistán, y habrá más si Dios quiere. Vosotros queréis la vida, y
nosotros queremos la muerte, lo que da un ejemplo de lo que dijo el profeta
Mahoma, si no paráis vuestras injusticias la sangre irá más a más, y estos
atentados son muy poco con lo que podrá ocurrir con lo que llamáis terrorismo.
Esto es un aviso del portavoz militar de Al Qaeda en Europa. Abu Dujan Al Afgani".
20:00. Acebes informa de las detenciones y asegura que están relacionadas con
una tarjeta telefónica de prepago hallada en la mochila con explosivos.
20:30. Mariano Rajoy califica públicamente de "ilegales e ilegítimas" las
concentraciones frente a su sede, que continúan toda la noche. El Partido
Popular presentaría a la Junta Electoral Central una denuncia contra CNN+ y
Cadena SER, ambos del grupo Prisa, por cubrir la noticia de las protestas en el
día de la jornada de reflexión pero carente de fundamento legal, que sería
posteriormente rechazada.
21:00. Un portavoz del Partido Socialista acusa al Partido Popular de no estar
jugando limpio con la información del 11-M la víspera de las elecciones. Declara
que "los ciudadanos españoles se merecen un Gobierno que les diga siempre la
verdad" y que sabían que el Gobierno estaba ocultando información pero que "por
sentido del Estado" ellos habían mantenido silencio.
22:15. Eduardo Zaplana, el ministro portavoz, defiende la "transparencia del
Gobierno" y acusa al Partido Socialista de mentir a la opinión pública.
Mientras, las protestas se han extendido a otras muchas ciudades españolas. La
televisión pública hace un cambio de última hora en la programación para emitir
un documental sobre víctimas de ETA.
Domingo 14 de Marzo
00:45. Comparece de nuevo el ministro Acebes para rebelar que un supuesto
portavoz de Al Qaeda reivindica los atentados. Posteriormente la policía
relacionaría a los detenidos con el grupo fanático que cometió los atentados de
Casablanca (Marruecos) el 16 de Mayo de 2003. Por otra parte, miembros de ETA
vuelven a desvincularse de los atentados en un nuevo comunicado al mismo
periódico añadiendo que "el ataque es efecto del apoyo de Aznar a Bush".
3:00. Las protestas aún continúan. Los manifestantes llaman "mentirosos" a los
miembros del Gobierno.
9:00. Se abren los colegios electorales. Alrededor de 35.000.000 de ciudadanos
pueden acudir a votar. Aznar sale del colegio electoral entre abucheos junto a
su esposa Ana Botella, que vota con lágrimas en los ojos. La ministra Ana
Palacio asegura que la pista de ETA se mantiene "con fuerza" e intenta apuntar
hacia la posibilidad de una colaboración entre ETA y Al Qaeda.
20:00. Se cierran los colegios con una participación del 77,21% (68 ,71% en las
elecciones de 2000). Algunos heridos en los atentados acuden a votar en
ambulancia. En el distrito que sufrió más violentamente los atentados, se da una
altísima participación y el Partido Socialista obtiene un resultado histórico.
22:30. El Partido Popular reconoce por medio de su candidato Mariano Rajoy la
victoria del Partido Socialista, que contra todo pronóstico logra 164 diputados
frente a 148 del Partido Popular.
Días después, el comité de empresa de la agencia de noticias pública española
EFE, exigió por unanimidad la destitución inmediata del director de Información
por "el régimen de censura y de manipulación impuesto tras los atentados del 11
de marzo", que según ellos ha llevado a la ocultación de datos sobre la
investigación policial. Además, según órdenes de la dirección, se prohibió la
difusión de declaraciones de dirigentes de la oposición. Según el comunicado del
comité, compuesto por 30 empleados de la agencia española, "EFE conocía, desde
la misma mañana de los atentados del jueves en Madrid, la existencia de un
teléfono móvil configurado en árabe, la furgoneta hallada en Alcalá de Henares y
sabía que uno de los muertos era un terrorista". "Tras el atentado, el
presidente de EFE y su director de Información han ordenado la censura previa de
toda la información relacionada con la investigación policial", continúa el
texto. "La difusión de informaciones obtenidas por fuentes propias de los
redactores del servicio nacional de noticias y relacionadas con el terrorismo
radical extremista fueron expresamente prohibidas" según el Comité de Empresa,
que ha pedido la dimisión del director. Similares denuncias de manipulación
informativa han hecho la Asociación de Periodistas Europeos y los propios
trabajadores de las televisiones públicas regional de Madrid y nacional, ambas
controladas por el Partido Popular.
La campaña ideológica
Dos meses tras el atentado, Acebes y el Partido Popular mantenían una feroz
campaña mediática contra el nuevo Ministro del Interior socialista, cuyo único
error parece haber sido responder "hubo imprevisión política" a un periodista
que le preguntó sobre su valoración de la tragedia, aunque para frenar la
polémica precisó posteriormente que no se refería al Gobierno Aznar.
Recapitulemos. Evaluando las amenazas terroristas en Europa tras el 11 de
Septiembre, un informe de la Europol del 4 de Junio 2002 presenta a España como
lugar donde se centra "la infraestructura, reclutamiento, apoyo logístico,
financiación" de algunos grupos vinculados con Al Qaeda. El 25 de Junio de 2002,
la Guardia Civil envía una nota alertando a todas sus unidades "sobre la
posibilidad de un atentado terrorista de la organización Al Qaeda en territorio
nacional", en especial con "objetivos relacionados con intereses de EEUU e
Israel". En Mayo de 2003, 14 terroristas suicidas atentan en Casablanca con la
Casa de España como uno de los objetivos, asesinando a cuatro españoles. Un
nuevo informe de la Guardia Civil en junio de 2003 anuncia "la dimensión grave"
de una amenaza de atentado, ya que la proximidad geográfica del ataque en
Marruecos afectaba "claramente" a España. En Septiembre de 2003, la justicia
española decreta una orden de busca y captura contra Osama Bin Laden, y en
Octubre el líder de Al Qaeda amenaza directamente a España en un video
distribuido por Al Yazira. El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) español
elaboró entonces un informe advirtiendo al Gobierno de la creciente amenaza. En
noviembre de 2003, comandos de Al Qaeda atentan en Estambul contra dos sinagogas
judías, el consulado británico y la sede del banco británico HSBC, muriendo más
de 50 personas, y tanto la Guardia Civil como la Policía redactaron varios
informes insistiendo sobre el riesgo de un atentado en España. Finalmente, en
Diciembre de 2003, los expertos de Europol emiten otro informe señalando que la
guerra de Irak es "un riesgo adicional para España" por su apoyo incondicional a
la intervención militar. Y tres meses más tarde se producía lo que la prensa del
continente calificó como "el 11-S europeo".
Como en tiempos de Franco, hubo que acudir a la prensa extranjera para saber lo
que ocurría realmente. Días después, un informe de los servicios secretos
europeos denunciaría oficialmente la manipulación del Gobierno. Pertenece al
Centro Europeo de Inteligencia Estratégica y Seguridad -ESISC en sus siglas en
inglés- que es un organismo no gubernamental con base en Bruselas encargado de
asesorar a gobiernos y a empresas sobre temas relacionados con el terrorismo y
la seguridad. Su director, Claude Moniquet, cuenta con más de 20 años de
experiencia en el seguimiento de los grupos terroristas árabes. Ha sido
consultor de la cadena de televisión norteamericana CNN para todo lo relacionado
con la amenaza terrorista. Una frase de este informe dice: "sabemos, por
nuestras fuentes habituales en la comunidad de inteligencia europea, que el CNI
y los servicios antiterroristas llegaron la misma mañana de los atentados a la
conclusión de que nos encontrábamos, casi sin dudas, ante una acción islámica.
Después recibieron, de las autoridades del Gobierno, la orden de negar la pista
islámica y asegurar que la pista de ETA era la única segura". Y continua: "dos
servicios de inteligencia de países europeos nos han informado que el CNI estuvo
asegurando a sus homólogos de todos los países que se trataba de ETA, hasta el
viernes por la tarde. Luego, en una conversación privada, les aseguraron que ya
desde la mañana de los atentados estaban casi seguros de que se trataba de un
atentado árabe, pero que recibieron la orden de decir lo contrario", declaró
Moniquet. De hecho, la primera parte del informe se titula La gestión de la
crisis de las autoridades españolas: un buen ejemplo de lo que no se debe hacer.
El informe recuerda además que los embajadores españoles recibieron el mensaje
de sus superiores en este mismo sentido, es decir, culpar a ETA. Recuerda
también que Aznar y sus ministros no dudaron en levantar el teléfono para llamar
a los editores de los periódicos y asegurarles que el responsable de la masacre
era ETA. En su primer párrafo, admite que era correcto pensar en ETA en un
primer momento, pero asegura que muy temprano por la mañana ya se habían
acumulado suficientes elementos para, al menos dudar de la hipótesis de que la
banda terrorista tuviera la autoría. De hecho esa misma mañana el centro que
dirige Moniquet emitió un informe titulado La pista islámica en los atentados
terroristas de Madrid, en el que se sostenía que, al menos, había que barajar
esta hipótesis. "No nos corresponde juzgar las motivaciones políticas de Aznar,
pero en el campo que nos compete -el análisis estratégico de las amenazas-, no
podemos menos que señalar el aspecto perjudicial de esta conducta: varios
aliados de España, creyendo que se trataba de una trama local [de ETA], no
subieron su nivel de alerta. Y en las primeras horas, muchas veces decisivas,
los servicios extranjeros no pudieron investigar las posibles conexiones
internacionales de los terroristas. Cualquiera se puede imaginar las
consecuencias que las mentiras y las manipulaciones del Gobierno de Madrid
pueden tener", concluye el informe.
El estado de ánimo que provocó en el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) la
decisión del Gobierno en funciones de desclasificar una parte de sus informes
sobre la posible autoría de los atentados en Madrid provocaron malestar,
indignación y desmoralización. Responsables de los servicios secretos entienden
que el Ejecutivo actuó en beneficio propio por encima del interés del Estado.
Según estas fuentes, el Gobierno en funciones ha roto "el pacto básico de
confianza que garantizaba que el Centro pudiera desarrollar profesionalmente su
labor con unos informes que no van a estar en el debate político". Miembros del
CNI resaltan el enorme daño causado a la institución y a su credibilidad
internacional, como ocurrió con los polémicos documentos sobre los GAL, grupos
de las fuerzas de seguridad responsables de terrorismo de Estado formados
durante gobiernos anteriores -principalmente durante la etapa socialista- que
llevaron a cabo la llamada guerra sucia contra ETA. En aquella ocasión no
tuvieron después utilidad para la instrucción judicial. El simple hecho de que
el Gobierno, "por una decisión arbitraria en beneficio de sus propios
intereses", desclasifique unos documentos secretos genera una desconfianza total
en los servicios de inteligencia de todos los países. Esta decisión, aseguran,
coloca a los servicios españoles como "no fiables a la hora de facilitarles
información que pueda ser mal utilizada por sus responsables políticos y poner
en peligro fuentes de información y operaciones que han costado muchos años y
esfuerzos". El Gobierno comunicó su decisión al CNI apenas cinco minutos antes
de hacerla efectiva. Los expertos del centro en la lucha antiterrorista, sea de
ETA o de grupos árabes, han sufrido, según fuentes internas, "un duro golpe a su
moral e ilusión". Han visto, añaden, cómo se "quiebran las reglas básicas de
funcionamiento del Estado en beneficio personal de los miembros de un Gobierno
derrotado en las urnas". Miembros del CNI reclaman que si el Gobierno quiere
desclasificar los informes sobre el 11-M, que "sean todos los que tiene y no
sólo los que le interesa, por que hay más de los que este viernes ha dado a
conocer a la opinión pública". Además, desmienten que el director del CNI, Jorge
Dezcallar, vaya a dimitir. Podemos concluir que la estrategia de Aznar en esta
crisis ha sido una vez más la de seguir sin más a sus amigos Bush y Blair,
desplazando la responsabilidad de la manipulación informativa hacia fallos de
los servicios secretos. Ambos ministros Acebes y Zaplana fueron por el contrario
plenamente respaldados sin ninguna autocrítica, proponiendo al primero como
candidato a Secretario General de su partido y al segundo como portavoz en el
Parlamento.
Lo que resulta realmente preocupante es que nueve millones de españoles
siguieran respaldando al Partido Popular en las elecciones y que aún muchos lo
hagan después del trabajo posterior de comunicación del Gobierno en funciones.
En los siguientes días, mientras Aznar callaba, algunos ministros comenzaban el
contraataque mediático en el debate sobre la manipulación informativa. La
ministra de Educación Pilar del Castillo acusaba de un "movimiento de
manipulación del dolor" sin precisar responsables concretos, personas que
"habitualmente" no participan en las elecciones, lamentando en referencia la
movilización del voto abstencionista de la izquierda. El portavoz del Gobierno
Zaplana se defendía afirmando que "lo que el Gobierno no va a permitir es que se
le tome por mentiroso, bajo ningún concepto". El candidato Mariano Rajoy acusaba
en una entrevista en televisión a "algunos grupos" de haber convocado las
"ilegítimas" concentraciones de protesta del día 13, pero cuando el
entrevistador le pidió que concretase sólo aludió a "personas, gente". Pero
Aznar alcanzó el poder, lo mantuvo y ahora lo deja utilizando la crispación
política y el enfrentamiento ciudadano, así que tras varios días en los que no
hizo ninguna declaración, volvió al ataque. Pese a que el periodismo europeo es
casi unánime al señalar la manipulación informativa del Gobierno tras los
atentados -el diario francés Le Monde califica a Aznar de "mentiroso en serie"-,
en una rueda de prensa tras el Consejo Europeo dos semanas más tarde, insistió
en los siguientes términos: "sabemos quién mintió, quién manipuló, sabemos quién
afirmó contra las pruebas y quién contribuyó a organizar las manifestaciones".
El mismo día de los atentados, la radio Cadena SER informaba: "Ángel Acebes ha
asegurado hoy que la Policía ha localizado en Alcalá de Henares una furgoneta
supuestamente relacionada con los atentados, en la que se han hallado siete
detonadores y una cinta en árabe con versículos del Corán, por lo que no
descarta nada. Además, distintas fuentes de la lucha antiterrorista han
confirmado a la SER que había al menos un terrorista suicida, aunque Interior no
lo ha corroborado. También una facción de Al Qaeda se ha atribuido los
atentados". Que "fuentes de la investigación" apuntasen a la posibilidad de que
entre los restos mortales se encontrasen los de un terrorista suicida, puede no
ser un error de los informadores. Lo que se demostró erróneo posteriormente fue
que el cadáver especialmente destrozado que se encontró perteneciese a un
terrorista suicida, pero todo lo demás se cumplía. Este error es irrelevante si
se tiene en cuenta que era uno de los pocos medios de comunicación cuya línea
informativa apuntaba hacia a Al Qaeda y hacia la verdad de lo ocurrido, pero fue
maximizado hasta convertirse en una acusación seria de manipulación. La agencia
EFE, por su parte, mantuvo hasta el sábado que "las pistas apuntan a ETA y
descartan a Al Qaeda". Además apareció en Internet un mensaje denunciando el
intento por parte del Gobierno de retrasar las elecciones, durante la noche
anterior. El mensaje, que circuló rápidamente en cadena a través de foros y
correo electrónico, era anónimo hasta que pasó a citar a la Cadena SER como
fuente al ser escrito en los foros de un periódico digital ultraderechista, y se
añadió posteriormente la calificación de "intento de Golpe de Estado". Otro
diario digital de derechas ha publicado un correo electrónico enviado por
supuestos reporteros de la Cadena SER quejándose de la presión a la que se
vieron sometidos por sus responsables para sesgar las noticias a favor de la
tesis de Al Qaeda y no de ETA, aunque la Cadena SER lo desmintió tajantemente. A
diferencia de los trabajadores de la agencia de noticias EFE y de las
televisiones públicas, que sí han dado la cara, estos supuestos empleados de la
SER no han querido rebelar su identidad. En una posterior maniobra a la
desesperada tratando de invertir la realidad, un sector de la derecha ha
emprendido una campaña de desprestigio en contra del grupo Prisa, al que
considera culpable de su derrota electoral.
El sector más radical de la derecha española también pretende culpar a los
partidos políticos de la anterior oposición en una supuesta convocatoria ilegal
de manifestación. Principalmente han atacado al líder de Izquierda Unida, Gaspar
Llamazares, por declarar públicamente que participó en las concentraciones. El
Fiscal General del Estado Jesús Cardenal -ultraconservador comisario político
del Partido Popular que entorpeció el procesamiento del dictador chileno Augusto
Pinochet- anunció que llevaría a los responsables a los tribunales de justicia.
No obstante, quienes estuvieron allí protestando afirman que los convocantes
fueron ciudadanos anónimos indignados por la maniobra de ocultación del
Gobierno. Sí se sabe con seguridad que la convocatoria principal fue un mensaje
de teléfono móvil que pedía la concentración expresamente "sin partidos", y que
fue propagado con rapidez por la gran magnitud de la indignación ciudadana. El
texto literal del hoy ya famoso mensaje era "Aznar de rositas? Lo llaman jornada
de reflexión y Urdaci trabajando? Hoy 13M, a las 18h. Sede PP C/ Génova 13. Sin
partidos ¡Pásalo!". Curiosamente, a la manifestación frente a la sede de Madrid
acudió también Jorge Vestringe, uno de los antiguos líderes del partido cuando
se llamaba Alianza Popular, que fue con su familia como muchos otros ciudadanos
para "exigir la verdad antes de votar". Más tarde, en un acto convocado en
Madrid para agradecer el respaldo de sus seguidores y reafirmar la sinceridad
del Gobierno tras los atentados, Aznar defendió además la nobleza de la guerra y
la alianza con Bush pidiendo "no bajarse del autobús en la lucha contra el
terrorismo". Parece que el ex-presidente, no habiendo sabido proteger a España
de una amenaza mucho más destructiva y peligrosa que el terrorismo de ETA,
parece que seguirá algún tiempo convencido de su falta de responsabilidad y sin
comprender porqué hay quien no quiere subir a su autobús de la guerra
preventiva: por la misma razón que igualmente las víctimas del 11-M hubieran
preferido bajarse de aquellos trenes.
La asociación de artistas Plataforma Cultura y Espectáculos Contra la Guerra,
que agrupa a 13.500 trabajadores del sector y a 17 entidades de actores y
artistas registró el pasado 2 de Marzo una denuncia contra José María Aznar "por
su implicación de forma ilegal en la guerra contra Irak" en la Corte Penal
Internacional. Las causas de la denuncia se centran en crímenes de guerra y de
lesa humanidad, así como en el crimen internacional de agresión, definido en la
Resolución de la Asamblea de Naciones Unidas que establece que "la agresión es
el uso de la fuerza armada por un Estado contra la soberanía, integridad
territorial o la independencia política de otro Estado". Se estudiará la
pertinencia o no de abrir el correspondiente proceso contra José María Aznar.
Para los denunciantes Aznar se ha hecho responsable de los crímenes
internacionales aludidos "porque decidió personalmente sumarse, y sin
declaración de guerra del Parlamento español, a la coalición que protagonizó la
guerra y la invasión de Irak que ha costado miles de vidas civiles". El proceso
de esta querella se inició en abril del pasado año. Quizás en sus próximas
conferencias en la Universidad de Georgetown sobre política internacional, a las
que tanto gusto han cogido el Presidente Aznar y su esposa en los últimos
tiempos, puedan explicarles a los expectantes alumnos porqué la oficina del
fiscal en La Haya ha informado que dicha denuncia es conforme a derecho en
concordancia con lo previsto en el Estatuto de Roma de la Corte Penal
Internacional, que sí firmó España.
Los datos expuestos son fácilmente contrastables. En las semanas siguientes, una
cascada de artículos en la prensa internacional criticó ampliamente la gestión
del Gobierno Aznar tras los atentados, acusándolo de manipulación informativa
con claros fines electorales, utilizando muchos menos paliativos que la prensa
en España. Cronistas de periódicos tan poco sospechosos como el Financial Times
o The Wall Street Journal le responsabilizan además de ocultar datos a los
servicios policiales de países socios, poniendo en riesgo la seguridad de toda
la Unión Europea. Las afirmaciones de los responsables de los servicios secretos
españoles y europeos hablan por sí mismos del engaño al que el pueblo español
fue sometido tras los atentados y aún durante las semanas posteriores, por unos
responsables políticos que no dudaron en intentar aprovechar el dolor de las
víctimas en beneficio propio justo como Bush hizo tras los atentados del 11 de
Septiembre. Las comparaciones son inevitables y es increíble hasta qué punto
Aznar y el Partido Popular han podido coincidir en tantas cosas con sus socios
al otro lado del Atlántico del Partido Republicano. La revolución
neoconservadora ha exportado a España la paranoia colectiva y los tambores de
guerra, de la mano del "buen amigo" del señor Bush y futuro profesor de
Georgetown. Por cierto, gracias a dinero de los presupuestos generales del
Estado Español que directamente se ha regalado a esta universidad de élite
jesuita, como carta de presentación como conferenciantes con sueldo de lujo de
anteriores ministros y la familia Aznar, durante los últimos años de mandato
popular.
Tengo ahora un miedo de Al Qaeda que antes no tenía, un tipo de amenaza para
Europa de la que existen importantes precedentes en los años 90 -como el
atentado en el metro de Londres- e incluso uno más explícito contra España desde
el atentado en Marruecos contra La Casa de España de Casablanca, en el que
estuvo implicado el mismo grupo que atentó el 11 de Marzo en Madrid. Lo grave
del caso es que el gobierno vecino nos alertó en Junio de 2003 sobre que los
terroristas habían venido a España, pero el Gobierno dedicó a vigilarles una
cantidad mínima de agentes de policía. El Gobierno español minusvaloró la
amenaza que estos grupos suponen para ciudadanos inocentes porque quizás estaba
demasiado centrado en su "misión humanitaria" en Irak. Pero es una amenaza muy
real y que requiere un mínimo análisis que nuestros gobernantes no han hecho: Al
Qaeda cree estar combatiendo en Afganistán y en Irak a los mismos "judíos y
cruzados" que desde hace cientos de años son sus enemigos -en su cultura se
tiene una percepción muy diferente del tiempo. Es un odio inculcado desde la
infancia, e incluso en las escuelas públicas, en países integristas como Arabia
Saudí de donde provenían 15 de los 19 suicidas del 11 de Septiembre. Un odio que
surge en un contexto social muy determinado en el que la opresión del pueblo por
unas elites petroleras con el apoyo de las potencias occidentales, lleva a la
"Guerra Santa". Aunque no se pueda justificar el terrorismo, sí existen motivos
para que surja y hay que conocerlos para saber a lo que nos enfrentamos.
Guiarnos por respuestas simples como "odian nuestra cultura" y seguir caminos
falsos sólo favorecerá su crecimiento. Combatir a los fanáticos que causan
sufrimiento en el mundo implica la lucha contra todas sus raíces: miseria,
opresión, líderes corruptos y mentirosos, democracias que no funcionan y
fanatismo religioso, tanto de integristas islámicos como de cristianos renacidos.
Quizás tras el 11-S el señor Bush debería haberse parado a intentar comprender
qué significa en realidad lo que lee al citar la Biblia y a qué se refiere
Jesucristo cuando habla de la Ley del Amor. La Guerra Contra el Terror
definitivamente no está inspirada por una "sagrada misión", sino por intereses
bastante materiales.
El Imperio de Bush
Muchos ciudadanos españoles no deseaban que su país siguiera implicado en una
guerra. Así lo han expresado en las urnas y en la calle apoyando las protestas
mundiales del pasado 20 de Marzo. Las manifestaciones fueron convocadas en
contra de las políticas de Bush y Sharon en Irak y Palestina. ¿Sabemos quién es
Ariel Sharon, el socio de Bush en Oriente Medio? El actual primer ministro
israelí debe ser juzgado por crímenes contra la Humanidad, crímenes de guerra y
genocidio por las matanzas de Sabra y Chatila de Septiembre de 1982. Una
querella presentada ante un Juzgado de Instrucción belga contra Ariel Sharon y
otros responsables israelíes y libaneses les acusa de las masacres, torturas,
violaciones y desapariciones de entre 1.000 y 3.500 civiles -niños, mujeres y
ancianos, en su mayoría- que tuvieron lugar entre el 16 y el 18 de septiembre de
1982 en los campamentos de refugiados palestinos de Sabra y Chatila, situados en
la periferia sur de Beirut, la capital libanesa. Sharon dirigió personalmente la
operación desde un puesto de mando situado en las proximidades del campo de
Chatila. Tras su llegada al poder en Israel provocó los disturbios que llevaron
a los palestinos a comenzar con la Segunda Intifada. Desde entonces ha aplicado
una política de represión que ha conducido a una creciente espiral de violencia.
Así funciona la estrategia de guerra global del lobby judío sionista que se ha
instalado en la Casa Blanca. Las evidentes conexiones entre la Guerra Contra el
Terror y el conflicto palestino-israelí tuvieron un punto de inflexión en los
atentados del 11-S de 2001. El ex-agente saudí de la CIA Bin Laden, recibió
instrucción en prácticas terroristas y movimiento internacional secreto de
capitales como aliado de Reagan en Afganistán contra los soviéticos. Entonces
eran los "combatientes por la libertad" -ensalzados en la película Rambo III -,
pero son llamados ahora "combatientes ilegales" y van a Guantánamo. El
millonario saudí, cuya familia negocia con la de Bush desde hace años, describió
los ataques como una represalia por el apoyo financiero, diplomático y militar
que brinda Estados Unidos a Israel desde hace tantos años. Pero según el "líder
del mundo libre", la forma correcta de combatir al terrorismo es con más terror,
con el resultado de que al 11-S le hayan seguido Afganistán, Irak y ahora el
11-M en Madrid. Pues bien, en la sociedad europea se ha percibido el 11-M como
un nuevo punto de inflexión que debe provocar un cambio estratégico en cuanto a
la respuesta al terrorismo. Resulta indignante escuchar que "nos acobardamos
ante el terrorismo", cuando desde el fin del franquismo luchamos contra la
envenenada herencia de ETA sin que ningún Gobierno haya concedido nada bajo
amenazas y con un apoyo internacional mucho menor que el que hubiésemos deseado.
Quizás podamos enseñar a Bush y Sharon que la represión y el castigo de civiles
inocentes no funcionan en contra los terroristas sino al contrario, amplían su
respaldo social con cada nuevo misil y cada nuevo disparo y aumentan las
posibilidades de que aparezcan nuevos Bin Laden. Los ciudadanos europeos no
quieren seguir alimentando este conflicto porque sin duda son más conscientes de
lo que se juegan: los árabes son vecinos con los que debemos buscar una
convivencia pacífica, ayudándoles a romper con la pobreza, la ignorancia y la
opresión -que crean el caldo de cultivo ideal para el fanatismo violento- en la
que se encuentran sometidos en muchos países, y eso es necesario además si
queremos que los flujos migratorios no desborden las fronteras y evitar futuras
explosiones de racismo contra los inmigrantes. Para Estados Unidos debería ser
la hora de reestablecer las relaciones trasatlánticas sobre la base del diálogo
y el respeto mutuos, de abandonar los deseos de imperio y de trabajar por la paz
mundial. El nuevo ministro de exteriores español Miguel Ángel Moratinos, es un
diplomático con un gran conocimiento de Oriente Medio al haber sido embajador en
varios países árabes y mediador de la Unión Europea en el conflicto
palestino-israelí y sin duda puede contribuir a ello si se le da una
oportunidad.
Esta óptica choca frontalmente con la doctrina del Proyecto para el Nuevo Siglo
Americano (PNAC), un plan estratégico de la ultraderecha que hoy maneja la Casa
Blanca. Al igual que los conservadores españoles en el pasado, conservadores
estadounidenses como George W. Bush siendo candidato presidencial prometieron
una política internacional humilde y aislacionista. Bush además carecía de
experiencia y no tenía un modelo. Pero un ala del Partido Republicano ideó su
propia estrategia, con el declarado objetivo de reconfigurar el mundo según los
intereses de una élite petrolera -tanto el Presidente Bush, el Vicepresidente
Dick Cheney o la Consejera de Seguridad Nacional Condoleezza Rice eran altos
cargos de empresas del sector- y armamentística, aunque públicamente fueron
defendidos como intereses legítimos del pueblo estadounidense. En su declaración
de principios, el PNAC critica la política en el extranjero de los demócratas
como "sin rumbo", por "no haber luchado por un presupuesto de defensa que
mantendría la seguridad y avanzaría los intereses norteamericanos en el nuevo
siglo" y con un "liderazgo poco constante" que hace "cada vez más difícil
mantener la influencia estadounidense alrededor del mundo". Cree necesario
"reunir el apoyo para un liderazgo global de EEUU", que "tiene un papel
sustancial para mantener la seguridad en Europa, Asia y Oriente Medio" porque
"la historia del siglo veinte debería habernos enseñado que es importante
configurar las circunstancias antes de que emerjan las crisis" y "abrazar la
causa del liderazgo americano". Propone como acciones concretas "incrementar el
gasto de defensa significativamente si vamos a llevar a cabo hoy nuestras
responsabilidades globales y modernizar nuestras fuerzas armadas para el futuro"
y "el desafío de regímenes hostiles a nuestros intereses y valores". La
declaración fue firmada en 1997 por figuras muy influyentes en la actualidad
como Dick Cheney, Jeb Bush, el Secretario de Defensa Donald Rumsfeld y Paul
Wolfowitz. La mayoría de sus miembros fundadores ocuparon puestos en la
Administración Reagan o en la de Bush padre. El efecto de la ideología del PNAC
en Bush hijo fue inmediato cuando los terribles atentados del 11-S de 2001
proporcionaron una oportunidad única para avanzar una no tan oculta agenda
imperialista.
No es difícil concluir que la invasión de Irak no ha sido consecuencia de que el
régimen de Saddam tuviese conexiones con los terroristas de los atentados del
11-S -como ha declarado además el director de la CIA George Tenet- ni de
supuestos planes para la fabricación armas de destrucción masiva, como las
inspecciones de la ONU o la posterior ausencia de pruebas durante la ocupación
han demostrado. La conclusión sería más bien que el Gobierno estadounidense ha
tenido que engañar a los ciudadanos para ocultar sus intenciones -tan llanamente
explicadas hace años en el PNAC- de dominio global. La democratización de Irak y
la amenaza de armas de destrucción masiva han sido excusas para desplazar del
poder a un Saddam Hussein que se había vuelto rebelde. Tras ser perdonado y
dejado en el poder -para asegurar el petróleo de la zona y como antiguo aliado
en la guerra contra Irán cuando Jomeini suponía un enemigo a combatir-,
pretendía cambiar el dólar por el euro como divisa en el negocio del petróleo.
Saddam utilizó el apoyo de Estados Unidos para consolidar su régimen, mientras
Bin Laden y los ahora considerados terroristas recibían financiación y
entrenamiento. ¿Se apoya ahora a parecidos fanáticos para lograr otros
objetivos? Cada vez está más claro que la Guerra Contra el Terror es una guerra
entre elites de poder. Es una guerra que Estados Unidos no va a poder ganar
porque la erradicación de terroristas no puede ser instantánea, porque el futuro
imperio de los neoconservadores es una ilusión y porque el sufrimiento humano
que causan los bloqueos económicos y las guerras no merecen nunca la pena.
Existe además un riesgo añadido de retroceso social si se aprueban en otros
países leyes similares a la Patriot Act -la Ley contra el Terrorismo, el Crimen
y de Seguridad aprobada tras el 11-S a toda velocidad sin apenas crítica-, que
suspenden libertades y garantías constitucionales. La solución a todos estos
problemas es pensar a más largo plazo, votar a gobernantes que no nos mientan,
abandonar la guerra preventiva, colocar la seguridad ciudadana bajo un control
político inteligente, mejorar nuestras democracias, perseguir con justicia a los
verdaderos responsables del 11-S, no castigar a la población civil de ningún
país, más diálogo y paz en Palestina. En las próximas elecciones, los votantes
estadounidenses tienen la oportunidad de cerrar un ciclo y mejorar algo el
futuro del mundo, ya de por sí bastante oscuro. Si algunos españoles tenemos
miedo de algo, es miedo a que respalden la estrategia de Bush. Definitivamente,
el mundo no se está convirtiendo en un lugar más seguro.
Fuentes: El País, El Mundo, Rebelion.org, La Voz de Galicia, CSCAweb, BBC, The
New York Times, Project For The New American Century