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Homenaje a Rudi Dutschke el asesinado lider de revueltas de 1968
Deutsche Welle
La izquierda alemana reivindica un lugar para el recuerdo de Rudi Dutschke, un icono de las revueltas del 68, muerto hace 25 años por las secuelas de los tres tiros que recibió en la cabeza.
La esquina en que cayó Dutschke junto a la Ku'damm, la céntrica avenida del
antiguo sector occidental de Berlín, evoca con una placa en el suelo el atentado
que dejó huérfana a la izquierda alemana.
Los guardianes de su legado convocaron ahí una lectura de poemas para el líder,
muerto la Nochebuena de 1979, once años después de un atentado que desató la ira
de los estudiantes de toda Alemania.
Una calle en su memoria
Hace pocos días, el consejo del distrito berlinés Kreuzberg-Friedrichshain
debatió la propuesta del Partido del Socialismo Democrático (PDS), de dedicar a
Dutschke la calle donde tienen sus sedes tanto el diario sensacionalista 'Bild'
como el izquierdista 'Die Tageszeitung' ('Taz').
En esa calle volaron, horas después del atentado del 11 de abril de 1968,
cócteles molotov contra la redacción del 'Bild' -el diario más leído de Europa-,
asaltada en una acción de castigo espontánea de los estudiantes contra el
supuesto instigador moral del ataque. 'Dutschke fue uno de los alemanes más
importantes de la posguerra', sostuvo el escritor Walter Jens, en el monográfico
de la 'Taz' dedicado a Dutschke.
Lo que habría sido de él
'Rudi sería hoy dirigente de los Verdes', apuntaba Christian Semler,
ex-compañero de militancia del líder. En el semanario 'Die Zeit', uno de los
hermanos de Dutschke, Manfred, de 72 años, coincidía con que Rudi sería hoy
dirigente del partido de Joscha Fischer.
Pero otro hermano, Helmut, de 68, destaca que fue un teórico, influenciado por
el filósofo Ernst Bloch que no hubiera encajado en la práctica de la política.
Más allá de las opiniones, hasta el momento, los únicos recordatorios en Berlín
al icono del 68 es la placa de la Ku'Damm, más otra en el edificio de la Taz, y
un camino en el apartado barrio de Dahlem.
El aniversario de su muerte ha acelerado los planes. Su tercer hijo, Marek Rudi,
nacido cuatro meses después del fallecimiento, confirmó que la familia apoya la
iniciativa del PDS.
Pero tanto los Verdes, entre los cuales se encuentran muchos 'herederos' del
ideario de Dutschke, como el Partido Socialdemócrata (SPD), no quieren que el
poscomunista PDS les tome la delantera en el homenaje póstumo al líder. A falta
de consenso, la decisión se postergó a una reunión en enero, es decir, pasado el
vigésimo quinto aniversario de la muerte del carismático líder.
Camino tortuoso a la muerte
Josef Bachmann, un trabajador ocasional que viajó desde Múnich a Berlín para
matarlo, no logró su objetivo con sus tres disparos, pero dañó irremisiblemente
el cerebro de Dutschke, quien empezó el lento peregrinar para aprender de nuevo
a hablar, a leer y a recuperar la memoria. En pleno esfuerzo por recuperar la
palabra, Dutschke escribió cartas conciliadoras a su agresor, al que calificó de
víctima de la manipulación mediática y que fue condenado a siete años de cárcel.
Tras años de esfuerzo, logró incluso regresar esporádicamente a la tribuna
política, aunque ya no era el mismo contra quien el 'Bild' -y las demás
publicaciones del grupo Springer- había lanzado en el 68 su campaña de
hostigamiento diario, llamando a 'detener' a ese grupo de gente presentada como
subversiva.
Bachmann se suicidó en febrero de 1970. La noticia de su muerte produjo una
recaída de Dutschke quien murió ahogado a los 39 años en un accidente doméstico,
tras sufrir un ataque epiléptico en la bañera, consecuencia de las lesiones
cerebrales dejadas por el atentado, once años atrás.
Los restos del líder reposan en una discreta tumba del cementerio de Dahlen, el
barrio universitario del que partió su revuelta.