Europa
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Eufemismo o transformismo
Mikel Agirregabiria Agirre
Asistimos al dinamismo del optimismo y del conformismo sin alarmismo por la
v�a del eufemismo.
Eufemismo (palabra feliz) es una figura ret�rica que sustituye a expresiones
vulgares, de mal gusto o tab�es. Frecuentemente con el paso del tiempo, las
propias frases indirectas pasan a ser consideradas incorrectas por lo que son
sustituidas por nuevos euf�nicos eufemismos (borracho, bebedor, alcoh�lico,
dips�mano).
Desde siempre la muerte ha sido un t�rmino maldito, por lo que la locuci�n
prohibida se ha citado con m�ltiples rodeos en todos los idiomas. Lo com�n no es
fallecer, sino descansar eternamente, pasar a mejor vida, recoger el alma,
emprender el viaje sin retorno, abandonarnos, no estar ya con nosotros, irse,
volar al cielo, ser llamado por el Se�or, causar baja o perderlo, y ello sin
mencionar las formas m�s populares como estirar la pata, sacarlo con los pies
por delante, recibir la visita de la parca con la guada�a o irse a ver crecer
los r�banos por debajo. Incluso en medicina se oyen locuciones como desvitalizar
un nervio, enfermo terminal o lesiones incompatibles con la vida.
Ciertamente resulta m�s educado, emplear eufemismos en temas fisiol�gicos o
escatol�gicos demasiado crudos, como ir al excusado para hacer aguas (mayores o
menores), pero la difusi�n contempor�nea de los giros y ambig�edades llega a ser
enfermiza y patol�gica. Vivimos tan rodeados de circunloquios que hemos
camuflado la realidad por el expeditivo mecanismo de evitar que se mencionen
cualquier concepto descriptivo que no sea positivo o esperanzador. Todo es ya de
de pron�stico reservado.
Sigmund Freud advert�a que se empieza cediendo en las palabras y se termina
transigiendo con los hechos. Habr�a que tener un mayor respeto al lenguaje y, en
definitiva, a la realidad. Lo que hacemos con el lenguaje nos lo hacemos a
nosotros mismos. Como dec�a Octavio Paz, si se corrompe, nos corrompe. Si
jubilamos palabras que contienen lo que algunos califican de "prejuicios
morales", es decir, contenido �tico (como asesinato, tortura, prostituci�n,
aborto o eutanasia), estamos extinguiendo nuestra propia conciencia y nuestra
dignidad.
El l�xico se ha edulcorado y aligerado tanto como los valores human�sticos
imperantes. Veamos c�mo nos estamos anestesiando con un lenguaje evasivo y
equ�voco. El ardid sem�ntico pulula tanto que distrae y confunde a la opini�n
p�blica. La poderosa arma de la palabra act�a como recurso ling��stico de
malabarismo sint�ctico-expresivo para conformar una pseudo-realidad que
entretiene o justifica hechos insostenibles o inaceptables por s� mismos. Nos
desorientamos con textos plagados de tapujos, disimulos o contra-negaciones.
Veamos c�mo nos cuentan la realidad.
Asuntos socio-econ�micos: Con el nuevo orden planetario ahora crecemos
negativamente por los ajustes monetarios, siendo econ�micamente d�biles los
pa�ses en v�as de desarrollo o la ciudadan�a del tercer o cuarto mundo o en la
cuarta o tercera edad (em�ritos de edad avanzada o en la �poca dorada). Los
reajustes de recursos humanos por la globalizaci�n o la externalizaci�n de
servicios generan expedientes de regulaci�n de empleo o quiz� desempleo con los
para�sos fiscales donde blanquean el dinero. Abundan las personas con riesgo de
exclusi�n social o sin techo, y el trabajador a lo sumo espera una promoci�n
horizontal. La prensa del coraz�n parece salida de alguna cl�nica mental
cont�ndonos c�mo rehacen la vida los famosos tras episodios de hacer el amor con
mujeres de vida alegre o casos de violencia dom�stica o de g�nero relatadas por
empleadas de hogar de color ilegales e indocumentadas, con fot�grafos
perseguidos por servidores p�blicos en grandes superficies.
Pol�tica y guerras: Fueron Hitler y Goebbels quienes crearon la soluci�n final (Endl�sung)
de limpieza �tnica, mediante la evacuaci�n y relocalizaci�n de la comunidad
jud�a. Nixon cre� la ofensiva de paz, Clinton tuvo una relaci�n impropia con una
becaria y Bush hijo comenz� con el conservadurismo con compasi�n e invent� en
Irak la
guerra del eufemismo: Un conflicto b�lico preventivo
de baja intensidad organizado por ministros aliados de defensa sirven para
extender la democracia, neutralizando al eje del mal con bombas inteligentes de
ayuda humanitaria, pocos da�os colaterales y sin apenas bajas por fuego amigo.
En pa�ses castellano parlantes se cuentan los apremios ileg�timos, excesos y
confusos incidentes que justifican la existencia de presuntos desaparecidos por
cuerpos y fuerzas de seguridad, o en ambientes donde circulan los maletines
quienes abusaron de los fondos reservados sugieren que los indultos se los metan
donde la espalda pierde su honesto nombre.
Amado Nervo anunci� que "nada m�s que con conferir a las cosas su verdadero
nombre, se producir�a la mayor revoluci�n moral que han visto los siglos". Ojal�
no debamos lamentarnos de haber sido demasiado tolerantes con un lenguaje, y una
mentalidad, que sustituye a la verdad con palabras "de dise�o", pol�ticamente
correctas pero �ticamente anodinas.
Mikel
Agirregabiria Agirre. Educador
www.mikelagirregabiria.tk