Argentina: La lucha continúa
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Deslocalización y Relocalización para la Universidad de Buenos Aires
Eduardo R. Saguier
A partir de las modernas concepciones del Pensamiento Complejo (Morin), y de
la Sociedad de la Información y del Conocimiento (McLuhan, Castells, Thurow),
tuvieron también su desarrollo la Nueva Ciencia Política (Rokkan, Bierstecker,
Rosenau), la Nueva Geografía (Kotkin, Sassen), la Nueva Antropología Urbana (Hannerz,
Augé, García Canclini, Low, Martín-Barbero), la Nueva Sociología Urbana (Lojkine,
Topalov, Preteceille), la Pedagogía Crítica (Apple, Giroux, McClaren, Bonal,
Becher), y el Nuevo Urbanismo (von Hoffman, Downs, Fulton, Duany, Krier, Flecken,
Talen, Genestier, Bardet), y sus cruciales categorías de la diferenciación
funcional, la centralidad expandida, la comunicabilidad, la peatonalidad y la
digitalidad, en crítico menoscabo de las categorías de la sub-urbanidad, la
vehicularidad, la descentralización y la linotipia.
Estas nuevas concepciones filosóficas y políticas, y sus derivaciones
geográficas, antropológicas, sociológicas, urbanísticas, comunicacionales y
pedagógicas, exigen erradicar la cátedra magistral, las deformaciones
profesionalizantes, y la tesis foquista del potencial insurreccional del
estudiantado universitario, fomentada por la Doctrina de la Seguridad Nacional,
que el Pensamiento Único del Neoliberalismo y los intereses privatistas y
con-urbanistas en la educación superior acentuaron durante el proceso
post-genocida y des-industrializante, generando múltiples micro-universidades en
el denominado conurbano y segregando aún mas las unidades académicas de mayor
capacidad dinamizadora (Filosofía y Letras, Ciencias Sociales, Psicología, Arte,
etc.). También requieren estas nuevas concepciones resucitar las teorías
desarrollistas de los polos de crecimiento y las políticas intervencionistas en
los servicios públicos (educación, salud, justicia, deporte, comunicación, ocio,
turismo) y una consiguiente relocalización y reposicionamiento territorial que
densifique los procesos espaciales de flujos y circuitos, combine ejes
peatonales, viales e inalámbricos, jerarquice las relaciones de proximidad,
adyacencia e influencia, explote las ventajas comparativas, y a su vez cuestione
los estereotipos y solidaridades simbólicas de las carreras profesionales.
Dentro de esas nuevas concepciones, la educación superior debe renunciar a los
modelos de radicación espacial segregados y dispersos y asumir como algo
esencial e imperativo su integración a un núcleo o polo central interconectado y
localizado a una distancia peatonal, que contribuya a combatir la desorientación
y frustración vocacional, el aislamiento y la incomunicación inter-disciplinaria,
la deserción universitaria, y el crónico drenaje de cerebros, alentando a que
cada estudiante elija y forme su propio plan de estudios y que tienda a superar
en la docencia superior y en la investigación científica los nichos feudales,
los intereses corporativos y las crecientes fronteras y distanciamientos
disciplinares y comunicacionales.
Para ello se precisa como prerrequisito toda una política pedagógica,
informática y urbanística (territorial e inmobiliaria), que signifique una
verdadera refundación universitaria, mancomune o arracime los recursos
académicos, didácticos y electrónicos, venza las múltiples resistencias
simbólicas, y combata el drama de la fragmentación física y geográfica de su
principal establecimiento de educación superior (UBA). En esa tarea tardíamente
reparadora, el Gobierno debería declarar a una determinada área o eje urbano
(con notoria acumulación académica originaria) de interés estratégico nacional
(sujeta a expropiación) y alentar en la misma el acondicionamiento de toda una
infraestructura electrónica, vehicular, peatonal y cultural (librerías,
galerías, ciber-cafés, teatros, cines, exposiciones), tal como existe en todas
las principales capitales del mundo (París, Londres, Nueva York), e incluso en
las de Santiago y Concepción, en Chile, la de San Pablo en Brasil, y en algunas
de nuestro propio interior (Córdoba, Cuyo y Tucumán), sin que ello signifique
otra obra faraónica marginada del casco urbano, y que sea susceptible de volver
a instalar a dicha universidad a la cabeza de la cultura Latinoamericana.
I. Polo y Circuito universitario
En ese sentido, Buenos Aires debería priorizar como polos de educación superior
sólo un par de áreas o ejes estratégicos, que cumplan tanto los requisitos de
vialidad y vehicularidad como los de gregaridad y peatonalidad. Para satisfacer
los primeros requisitos, la localización ideal es la Ciudad Universitaria de
Núñez, que aunque golpeada por la contaminación acústica (provocada por el
Aeropuerto cercano) concentra las Facultades de Arquitectura y de Ciencias
Exactas y Naturales, ubicada en el extremo norte de la ciudad (lindando entre el
Río de la Plata y las Autopistas Lugones y General Paz). Esta Ciudad
Universitaria debería alcanzar su propia autonomía, en una suerte de UBA-II, con
atribuciones para crear nuevas carreras y facultades, y con la posibilidad de
recuperar los espacios actualmente usurpados por el Club Universitario de Buenos
Aires (CUBA) y el Club Naval, y de añadir el predio de la Escuela de Mecánica de
la Armada (ESMA) con sus construcciones incluidas, todo lo cual atendería --por
su estratégica localización en un extenso eje vial-- a la zona norte de la
ciudad y del conurbano.
Y para satisfacer los requisitos de gregaridad y peatonalidad, Buenos Aires
ofrece tres (3) ubicaciones donde hoy existe cierta acumulación académica
originaria. Ellos son los barrios de Recoleta, donde se encuentra la Facultad de
Derecho; el barrio de Puerto Madero, donde se halla la Facultad de Ingeniería; y
el Barrio Clínicas, donde actualmente existen las Facultades de Medicina,
Odontología, Farmacia y Bioquímica y Ciencias Económicas. De dichos tres (3)
barrios, el único que ofrece una potencialidad y factibilidad territorialmente
expansiva es el Barrio Clínicas. En este último caso, la potencialidad expansiva
se orienta exclusivamente en dirección del eje occidental, por cuanto sus
fronteras norte, sur y este se hallan densamente pobladas y onerosamente
edificadas. Esta vertiente occidental, consistente en un circuito urbano que
combina ejes peatonales y viales, ofrece a su vez dos potencialidades: la
orientada sobre la franja septentrional de la Av. Córdoba, perteneciente a los
barrios de Recoleta y Palermo, mucho más costosa y poblada; y aquella otra
orientada hacia la franja meridional de dicha Avenida, que pertenece a los
barrios de Abasto y Almagro, y que se extiende hasta la Av. Corrientes. Es esta
última franja meridional, de menor densidad demográfica y edilicia y de menor
costo relativo la que ofrece la mayor potencialidad expansiva.
Este último espacio, corredor o eje universitario debería concentrar entonces la
totalidad de las unidades académicas perdidas y segregadas en el resto de la
ciudad (salvo Agronomía); y abrir sus propias carreras de arquitectura y
ciencias exactas, en lo que sería un barrio destinado a atender fundamentalmente
a las zonas oeste y sur de la ciudad y del conurbano. Este corredor debería
extenderse desde el espacio o nudo geográfico donde se encuentra la Universidad
del Salvador (Av. Córdoba y Callao), el Colegio Lassalle (Río Bamba y Viamonte),
FLACSO (Ayacucho y Tucumán), el Profesorado Alicia Moreau de Justo (Av. Córdoba
y Ayacucho), la Escuela Normal No.1 (Av. Córdoba entre Río Bamba y Ayacucho), y
el Colegio Carlos Pellegrini (Marcelo T. de Alvear y Callao); pasando luego por
el específico Barrio Clínicas, cuyo epicentro se halla en la Plaza Bernardo
Houssay (Av. Córdoba entre Junín y Uriburu) y el propio Hospital de Clínicas;
atravesando luego la Av. Pueyrredón hasta alcanzar al cabo de cinco (5) cuadras
la Plaza Monseñor de Andrea (Av. Córdoba entre Anchorena y Jean Jaurés);
siguiendo luego otras dos (2) cuadras hasta arribar al predio del Instituto de
Salud Mental Arturo Ameghino (Av. Córdoba y Agüero); continuando otras seis (6)
cuadras mas hasta llegar al entramado donde se encuentran la Escuela Técnica
No.30 (Salguero y Lavalle), la Universidad Tecnológica Nacional (Medrano, entre
Lavalle y Guardia Vieja, a media cuadra de Av. Córdoba), las diferentes sedes de
la Universidad de Palermo y la Universidad Kennedy, y los inmensos predios
actualmente ocupados por las firmas Chevrolet y Renault (Av. Córdoba 3600, entre
Bulnes y Salguero) y el supermercado DISCO (Bulnes y Tucumán); y que culmina
circulando por la Av. Córdoba (que vehicularmente corre de este a oeste) otras
cuatro (4) cuadras mas hasta arrimarse a la Escuela No.20 Rosario Vera Peñalosa
(Pringles y Rocamora), el IUNA de calle Yatay, el Colegio Benito Nazar de los
Hermanos del Sagrado Corazón (Pringles y Estado de Israel) y el actual
supermercado Jumbo (entre Yatay, Guardia Vieja y Humahuaca, ex Molino Harinero).
Este estratégico circuito articularía sin solución de continuidad, en un eje
vial de casi veinte (20) cuadras, compuesto por las calles Cabrera y Paraguay, y
la Av. Córdoba, desde Callao hasta Estado de Israel; y vincularía medio centenar
de manzanas contiguas, que deberían estar complementadas por un eje peatonal y
bicicletero; el cual podría estar instalado en la calle San Luis, que es la
primer arteria que corre paralela a la Av. Córdoba hacia el sur, desde Medrano
hasta Azcuénaga, en lo que vendría a ser el norte de los barrios de Almagro y
Abasto (actualmente revitalizado por las inversiones del grupo IRSA). En su
defecto, el eje vial podría estar eventualmente potenciado por una construcción
subterránea, extendida a lo largo de las Avenidas Córdoba y Estado de Israel,
ambas de libre trazo, desde el Parque Centenario hasta la misma Plaza Houssay,
donde se entroncaría con la estación Facultad de Medicina, del Subterráneo que
va de Plaza Mayo hasta el barrio de Belgrano, y que atraviesa Plaza Italia.
II. Repatriación de Unidades Académicas
La des-localización y re-localización (repatriación o rescate) de las unidades
académicas dispersas y exiladas, se reduciría a:
1) la actual Facultad de Filosofía y Letras, ubicada en la ex-Fábrica Piccardo (Puán
y Goyena en el barrio de Caballito, a medio centenar de cuadras de Plaza Houssay);
2) la Facultad de Ciencias Sociales (ex-Fábrica Terrabusi, en San José y Carlos
Calvo, a 25 cuadras de Plaza Houssay);
3) la actual sede de la Facultad de Ciencias Sociales (sita en el edificio de
Parque Centenario, Ramos Mexía y Franklin, a treinta cuadras de Plaza Houssay);
4) la Facultad de Psicología (edificios sitos en las calles Independencia e
Hipólito Irigoyen, a treinta cuadras de Plaza Houssay);
y 5) las subsedes del Instituto Universitario Nacional del Arte (IUNA).
De esa forma, se podría planificar el Barrio Universitario de Buenos Aires --que
incluiría a las Universidades de Buenos Aires, del Salvador, FLACSO, UTN,
Palermo y Kennedy-- formalizando una serie de tareas que consistirían en: a) un
censo inmobiliario público y privado, b) un estudio de factibilidad urbanística
e inmobiliaria, c) un plan de obras, y d) un arsenal de operaciones
inmobiliarias y edilicias (compensaciones, triangulaciones, enroques, canjes,
expropiaciones, ventas, reciclajes y edificaciones), que subsidiariamente
derivarían en substanciales ventajas colaterales para otras áreas e
instituciones culturales. Las edificaciones podrían lograrse sin costo ni
endeudamiento alguno para el erario público si se licitaran con
contraprestaciones jurídicas en forma de comodatos o concesiones, para servicios
tales como: patio de comidas, locutorios, ciber-cafés, garages, etc. La
edificación y el reciclaje deberían utilizar la tecnología del Edificio
Inteligente, por medio de la cual se haría uso interactivo del sistema de voz,
vídeo e información digital.
III. Ventas y Transferencias
Tentativamente, así como se ofrecerían en venta las sedes del Rectorado (en
Viamonte y Reconquista) y de los Institutos de la Facultad de Filosofía y Letras
(25 de Mayo y Perón), ambas ubicadas en pleno micro-centro o City financiera, y
otras sedes dispersas como la del Instituto de Bibliotecología (Azcuénaga 280);
la actual Facultad de Derecho (ubicada a 20 cuadras de Plaza Houssay) se
destinaría a ampliar la sede del actual Museo Nacional de Bellas Artes, y la
actual Facultad de Ingeniería (ubicada a casi cuarenta cuadras de Plaza Houssay)
se transferiría a la Universidad Católica Argentina, cuya sede central se
encuentra en la vecina Puerto Madero. Esta última cesión sería a cambio o canje
del Seminario Arquidiocesano de Villa Devoto (Facultad de Teología de la UCA),
el cual se ofrecería a su vez en compensación a la empresa Aguas Argentinas por
su histórico edificio de Av. Córdoba y Ayacucho, o en su defecto al Instituto de
Salud Mental Arturo Ameghino (Av. Córdoba y Agüero).
Asimismo, se deberían operar una serie de canjes o transferencias, tales como la
de:
a) el edificio de la actual Facultad de Filosofía y Letras, sita en la
ex-Fábrica Piccardo, se destinaría al Colegio Nacional Carlos Pellegrini
(Marcelo T. de Alvear y Callao);
b) el de la Facultad de Ciencias Sociales (ex-Fábrica Terrabusi), a la Escuela
Normal No.1 (Córdoba entre Ayacucho y Río Bamba);
c) el de la actual sede de la Facultad de Ciencias Sociales (sita en el edificio
de Parque Centenario) a los despachos de Tribunales, actualmente ubicados en
Marcelo T. de Alvear y Callao;
d) los de la Facultad de Psicología (sitos ambos en las calles Independencia e
Hipólito Irigoyen), al Profesorado Alicia Moreau de Justo (Av. Córdoba y
Ayacucho); y al Servicio de Informaciones del Ejército (Av. Callao y Viamonte);
e) el de la Facultad de Ingeniería (de Av. Las Heras y Azcuénaga) a la Dirección
de Festejos y Ornamentaciones de la Municipalidad (Córdoba 2222, que ocupa todo
el corazón de la manzana);
y así sucesivamente los edificios de la Morgue Judicial (Viamonte y Junín), el
Servicio Penitenciario Federal (Av. Pueyrredón entre Tucumán y Lavalle) y las
diferentes Casas de Provincia.
IV. Expropiaciones y Edificaciones
Más aún, dicha programación debería contemplar la expropiación del inmueble
correspondiente al predio central de Aguas Argentinas (ex Obras Sanitarias),
ubicado en Av. Córdoba entre Río Bamba y Ayacucho, que se lo destinaría para la
increíblemente inexistente Biblioteca Central de la UBA; así como la
expropiación de los solares pertenecientes a las concesionarias de Chevrolet
(10.000 m2) y Renault (5.000 m2), sitas en Av. Córdoba al 3600; de Chemea sita
en Av. Córdoba al 3800 (5.000 m2); y de los supermercados DISCO (Tucumán y
Bulnes) y Jumbo (entre Yatay, Guardia Vieja y Humahuaca, exMolino Harinero).
También se debería tener en cuenta la edificación de las playas de
estacionamiento de dominio público, existentes en Uriburu y Viamonte, y en
Azcuénaga y Marcelo T. de Alvear; la playa de estacionamiento de dominio
privado, de San Luis y Jean Jaurés (8.000 m2); y los solares valdíos de Hara
Krishna (ex Sanatorio del Valle y de SMATA), en Billinghurst entre Córdoba y
Cabrera; del ex Colegio Mary Graham, en Sánchez de Bustamante y Cabrera; y de un
predio vecino al Sanatorio Güemes, sito en Cabrera al 3900 (8.000 m2).
Esta compleja programación debería ejecutarse mediante decretos de necesidad y
urgencia y planificarse a imagen y semejanza del emprendimiento iniciado en
Chile por la Corporación Universitaria de Santiago, y por la que el propio
Gobierno Nacional --bajo la denominada Corporación Puerto Madero-- motorizó en
el pasado para beneficio entre otras instituciones de la Pontificia Universidad
Católica Argentina.
Eduardo R. Saguier