Argentina: La lucha continúa
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Reinserción de despedidos y trabajo genuino para desempleados del gremio ferroviario
En un proceso signado por la articulación de ocupados y desocupados, trabajadores de Metropolitano e integrantes del Bloque Obrero y Popular lograron reinsertar a nueve despedidos por la empresa ferroviaria y obtuvieron puestos para desempleados, mientras mantienen la disputa por más incorporaciones. A continuación, recorremos las estrategias y adversidades que experimentaron a través de un reportaje a miembros de UTDOCH, uno de los grupos que motorizaron el plan de acción, quienes analizarán el concepto de trabajo genuino, la disputa con las empresas y posibles metodologías de lucha.
Argentina Arde
la unidad entre trabajadores para conquistar la dignidad.
Durante el transcurso de los últimos cuatro meses se produjo un hecho inédito en
Buenos Aires: la obtención de "trabajo genuino" por organizaciones de
trabajadores ocupados y desocupados como resultado de un proceso de lucha que
obligó a la empresa Metropolitano -concesionaria del ferrocarril Roca y
denunciada por perpetrar un vaciamiento sistemático del mismo-, a modificar sus
decisiones ejecutivas: el despido de nueve trabajadores. Conquistas similares
sólo habían sido concebidas en General Mosconi -Salta-, y en las provincias de
Neuquén y Santa Cruz, lo que enciende un rico debate en torno a la lectura
política del contexto y los métodos de acción más pertinentes.
Mediante sucesivas jornadas en las que se aplicaron prolongados cortes de
boleterías que garantizaron el acceso gratuito de los usuarios a los ramales que
cruzan el sur del conurbano bonaerense, los integrantes del Bloque Obrero y
Popular (BOP) lograron instalar su demanda de trabajo genuino al interior de la
concesionaria, que designó un representante para negociar los términos de un
acuerdo que le permitiese recuperar la tasa de ganancia desestabilizada por los
bloqueos -en pérdidas calculadas, según un vocero de la empresa, en 200.000
pesos diarios-.
Integrantes de UTDOCH (Unión de Trabajadores Desocupados, Ocupados y
Changarines), FUTRADEyO (Frente Único de Trabajadores Desocupados y Ocupados),
UTP (Unión de Trabajadores Piqueteros), MTD 26 de Junio, Barriadas del Sur y la
agrupación estudiantil Hasta las Bolas, consiguieron imponer sus condiciones
básicas para la firma del convenio: la reincorporación de nueve trabajadores
despedidos por la compañía -prioridad absoluta- y el ingreso escalonado de 52
desocupados del Bloque que los nuclea. A la vez, obtuvieron el compromiso de la
empresa de implementar obras de remodelación en los ramales -de las que el 30%
de los puestos generados serán destinados al Bloque-, de financiar doce
proyectos comunitarios y suministrar los materiales necesarios en un lapso de
seis meses por un monto de 30 mil pesos cada uno, ceder tierras pertenecientes a
la concesionaria para la explotación de huertas comunitarias y entregar 200
pases libres para estudiantes y 20 para los trabajadores de cada una de las
organizaciones del BOP. Promesa materializada en un acta acuerdo celebrada el 20
de Mayo y firmada por el Gerente de la empresa, Felipe Misiani, que sólo pudo
ser cumplida parcialmente, tras la perseverancia desarrollada por los
trabajadores, plasmada en las sucesivas jornadas de movilización y bloqueo de
boleterías desarrolladas en confrontación con las constantes desmentidas y
artimañas de la compañía.
UTDOCH y la unión de clase "No nos consideramos piqueteros. Si bien tomamos los
métodos, que son los piquetes, las ollas populares, la movilización, nosotros
somos trabajadores; trabajadores desocupados", comenta Inés, al explicar que
"por eso se da la pelea por trabajo genuino, para recobrar la dignidad de cada
compañero como trabajador y ciudadano". Ella es integrante de UTDOCH,
organización que nace en octubre del 2001 en Lomas de Zamora y se extiende hacia
Lanús, Berazategui y Quilmes, promoviendo la unión de trabajadores ocupados,
desocupados y los que viven de la changa. "Significa una unión concreta de
clase", afirma. Sentado a su lado, David, compañero del movimiento, asiente y
analiza: "Se ha logrado establecer una división muy fuerte en la sociedad entre
ocupados y desocupados, que está costando romper. Nosotros pensamos que este
proceso se resuelve sólo a partir de acciones, como son reincorporar despedidos
que no son de nuestra organización, lo que habla de nuestra cultura como clase
obrera".
La experiencia de Metropolitano es, acaso, la mejor exposición de esa cultura.
La concepción de hermandad entre los integrantes del Bloque y los despedidos por
la empresa se cristalizó "no solamente en obstruir boleterías y poder hacer
propagandas para resolver el conflicto, sino también en poder acercar a los
despedidos mínimamente algo para que se lleven a su casa", afirma otra
integrante de UTDOCH, "como son los bolsones de comida que se producen desde los
movimientos". Ya que "no se trata de sacarle el trabajo a los ocupados",
complementa David, "sino que vayamos articulando a través de un apoyo real, como
en Brukman, en Firestone o ahora en Metropolitano; que nos vayan conociendo. Eso
tiene que ser parte de nuestro trabajo, porque interpretamos que la lucha de
ocupados y desocupados es una sola, y debería ser así". Sin embargo, reflexiona
que "es una situación complicada", ya que existe una concepción adversa
construida desde los ámbitos del poder: "Nos presentan como si quisiéramos
'sacarle el trabajo a los que están trabajando', cuando en realidad lo que
planteamos es incorporarnos a esos lugares de trabajo".
Integrados y apartados del sistema productivo han originado vinculaciones
instrumentadas ya en diversos procesos de lucha, como el caso de Metrovías
-donde participaron UTDOCH y otras organizaciones del Bloque-, en el que la
reducción de la jornada laboral de ocho a seis horas permitió incorporar nuevos
trabajadores, manteniendo igual salario. "Y en una empresa donde hay tres turnos
de 8 horas, si se bajan a 6, se incorpora absolutamente un turno completo",
explica David, al proyectar que tal reformulación al régimen laboral interpela
"una lucha nacional por las seis horas para todos los trabajadores, para que se
generen nuevos puestos y alcanzar una situación en la que la lucha por otra
calidad de vida sería cosa de todos los días".
La inserción de integrantes del BOP a Metropolitano responde a la estrategia de
golpear "a quienes nos pueden dar el trabajo genuino, que son las empresas",
sostiene David, "en especial las privatizadas, que han dejado una gran cantidad
de desocupados y son las que más han ganado en estos últimos años". Táctica que
se ejecuta sobre la certeza que "cuantos más desocupados hay, más fácil es
manejar al movimiento obrero y la sociedad en su conjunto, los salarios y todo
lo demás. Entonces, este mecanismo de regular los salarios a través de los
desocupados es una herramienta que nosotros queremos cortar, y esto se da en la
medida en que desocupados pasen a ser ocupados, seamos nosotros o sean otros".
¿Cómo se recibe esta postura desde los ámbitos de trabajo?
Inés: Hay muchos trabajadores que defienden lo suyo en términos del temor de
perder su laburo. Piensan: "Si yo me organizo, peleo, lucho, y están los
desocupados por allá, me van a pegar una patada a mí y me van a dejar sin
trabajo". Está latente el temor de pasar a engrosar la fila de los desocupados.
Nosotros lo sabemos, pero tenemos que buscar esa unidad, que no es fácil y tiene
que ver con la solidaridad concreta, como en Brukman, que nos acercábamos con el
bolsito de comida ganada con la lucha de los compañeros. Es un laburo día a día,
que cuesta, pero que va tomando cuerpo.
De hecho, en Metropolitano, el primer punto en las reivindicaciones era
inamovible: la reincorporación de los despedidos. Esas son acciones concretas.
David: A partir de nuestra experiencia, vamos viendo que logramos cambiarle la
mirada a algunos compañeros que están en el sector ocupado. Es una oportunidad
interesante para que se difunda cuál es nuestra actitud, y no para confrontar en
el sentido "nosotros somos mejores que otros", sino que se discutan metodologías
y búsquedas distintas, y después en el campo popular se haga el debate y defina
cuál es el método más acertado. Ya tuvimos la experiencia suficiente de
gobiernos anteriores y de este mismo gobierno: no hay posibilidad de cambio de
situación ni a corto ni a largo plazo con este sistema y con esta forma de
encarar la cuestión económica.
Esta situación les afecta a los que están ocupados y a los que estamos
desocupados. No hay diferencia, unos pueden ganar tres pesos más, y otros pueden
ganar nada; acá está la discusión de vivir de otra manera, y para eso hay que
cambiar concretamente la situación de los desocupados. Y no hay posibilidades a
través de esta vía parlamentaria de ir a sentarse con el gobierno y discutir
cuántos planes nos dan, esto se revierte generando puestos de trabajo genuino,
es decir, trabajo donde el trabajador produce.
Tenemos que ingresar e incorporarnos al aparato productivo, porque es desde ahí
donde nosotros podemos avanzar mucho más a fondo y torcer este rumbo ya en un
plano superior. Por eso, cuando se incorporan trabajadores, aunque no sean de
nuestras organizaciones, lo sentimos como un triunfo, porque cada conquista de
la clase obrera es un triunfo nuestro.
Metropolitano. Piquete a las ganancias ¿Como se inició el proceso que
desembocó en las incorporaciones?
Inés: Iniciamos el plan de lucha el 12 de mayo, cuando los compañeros
despedidos nos invitaron a un plenario donde nos interiorizamos acerca de las
características del conflicto y de sus situaciones, que nos parecieron injustas
por ser impulsadas desde la burocracia sindical ya que algunos compañeros
comenzaban a organizarse y a volantear justamente por el aumento del salario y
diferentes reivindicaciones. A partir de allí, empezamos a participar y a
sumarnos a su lucha, mientras los despedidos nos planteaban que no era solamente
por sus reincorporaciones sino también por la unidad con los desocupados. Así
empezamos a caminar en conjunto, encarando la cuestión como bloque.
¿Cuántos eran los despedidos?
Inés: Hasta ese momento eran seis de Poliservicios -que terciariza el
trabajo para la ferroviaria- y dos de Metropolitano, la que nos planteó, en una
reunión que conseguimos gracias a un bloqueo de boletería, que se podría
discutir la reincorporación de los despedidos de Poliservicios, pero no la de
los otros dos, argumentando que, en ese caso, tendrían un conflicto con el
gremio. Nosotros exigimos la reincorporación de todos y cada uno de ellos. E
iniciamos así todo un plan de lucha. Sin embargo, en su transcurso se engrosa la
fila de despedidos: otro compañero de Poliservicios es expulsado porque, a pesar
de hacerlo con aviso, se ausentó a su trabajo por la internación de su hija en
el Hospital Garraham a causa de un trasplante de riñón. Ya eran nueve los
despedidos.
¿Cómo siguieron las cosas?
Inés: El 20 de mayo, en otra jornada de cortes de boleterías, logramos firmar el
primer acta con la empresa, que tenía como punto primordial la reincorporación
de los despedidos y, en segundo lugar, la creación de 12 puestos de trabajo para
compañeros del Bloque y 40 más en la empresa contratista que se encarga de hacer
arreglos y refacciones en algunas estaciones. El acuerdo contemplaba
efectivamente que en primera instancia se presentarían a trabajar los doce
compañeros junto con los despedidos. El 2 de junio, entonces, se presentan
todos, pero la empresa no permite la reincorporación de los trabajadores
despedidos. Maniobró todo de una forma tal que nuestros doce compañeros ya
estaban trabajando y ellos afuera. Ese mismo día, cuando nos enteramos de lo
ocurrido, automáticamente rompimos toda relación con la empresa, a pesar de las
posibles consecuencias que podríamos tener. Pero no íbamos a sujetarnos a eso
sin que los reincorporados estén adentro. Ese punto era fundamental y por eso
volvimos a bloquear las boleterías en varios puntos del conurbano y en
Constitución, para que el acuerdo firmado con la empresa se respete en su
totalidad.
El 17 de junio, en una jornada que condensó un paro de trabajadores de la Unión
Ferrioviara durante el mediodía, la interrupción de la actividad de los
trabajadores señaleros en reclamo de mejoras laborales y una renovada jornada de
bloqueos de boleterías por el incumplimiento del acta acuerdo -que incorporaba
todos los puntos mencionados primeramente-, la empresa concretó las amenazas que
había ensayado ya en ocasiones precedentes: a las cinco de la tarde desplegaron
una orden de desalojo. "Ahí armamos todo un arco de resistencia junto a todos
los que se solidarizaron con la causa y reclamamos una respuesta de la compañía
antes de retirarnos del lugar", continúa Inés con el relato. "Los compañeros
despedidos tenían firmadas actas individuales que no se habían cumplido y
exigíamos su acatamiento. Ahí se tensó un poco la cuestión, y luego de horas de
discusiones con la empresa y con los veedores e intermediarios -Jorge Schuster,
Director Nacional de Relaciones Federales, José María Campagnoli, Subsecretario
de Protección Civil del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, y
el ex-comisario general de la Policía Federal, Eduardo Héctor Prados-,
conseguimos que la empresa firmara otro acta acuerdo ratificando las anteriores
promesas, con la reincorporación efectiva de los despedidos reconociendo su
antigüedad, categoría, actividad, lugar de trabajo y las tareas que cumplían.
Recién entonces levantamos la medida con el compromiso que los compañeros
empezaran a trabajar inmediatamente al otro día. Fue el día jueves. El viernes
ingresan a trabajar los nueve compañeros. Ya sin ninguna traba de la
burocracia".
Seis integrantes más del Bloque Obrero y Popular ingresaron a Metropolitano el
15 de Julio, en consonancia con el pasaje del acuerdo que establece el ingreso
escalonado de 52 trabajadores en la empresa ferroviaria. El acatamiento total de
dicha promesa es prioridad absoluta entre las reivindicaciones que figuran en el
acta y aún hoy son incumplidas por la concesionaria. Tal es el caso de los pases
gratuitos para estudiantes y desocupados, la financiación de proyectos
productivos y entrega de tierras y material de rezago.
"La empresa tiene hoy el perfil de jugarnos a desgaste ya que plantea que está
en crisis y por eso no va a acceder a estos puntos", explica Inés, "para
reacomodarse políticamente y ver cómo pega". David asiente y agrega: "La firma
del acuerdo sirve como guía y tiene un gran valor, ya que si Metropolitano no
hace lo que promete es porque les crea un precedente muy jodido en Buenos Aires,
no sólo para ellos, sino para el conjunto de las empresas". No es un dato menor
que Felipe Misiani, quien firmó el acuerdo representando a la empresa el 20 de
mayo, fuera separado de las negociaciones y suplantado por un interlocutor del
"ala dura" de la compañía, que no considera que aquél haya cumplido con el rol
que le encomendaron al suscribir los reclamos, ahora homologados por el
Ministerio de Trabajo.
La conquista: un camino hacia la dignidad.
El pasado 31 de agosto, el contrato firmado entre Metropolitano y el Bloque
Obrero y Popular por el ingreso de los primeros 12 trabajadores se venció, y
ninguno de los flamantes incorporados fue despedido. "Lo que significa que ya
quedarían como efectivos", afirman integrantes de UTDOCH.
"Muchísimos de nosotros no hemos tomado aún el grado de conciencia real de lo
que hemos logrado como hecho político: reincorporar a trabajadores en Buenos
Aires, el corazón desde donde se manejan los hilos del país", afirma Inés cuando
forja un balance de todo el proceso recorrido. "El trabajo genuino obtenido es
un medio para recuperar la dignidad de todos los compañeros", agrega, al tiempo
que David explica y desarrolla el criterio que los impulsa a renovar los
esfuerzos: "Nosotros nos proponemos avanzar hacia un cambio en las relaciones
sociales, hacia otro tipo de sociedad, que las reglas de producción no estén
basadas en el consumismo sino en las necesidades genuinas de la gente. Bajo este
sistema sabemos que no vamos a tener un trabajo digno, pero tomamos el tema del
trabajo genuino como una herramienta de elevación en la conciencia de los
compañeros, de conocer en carne propia, en especial aquellos que nunca
trabajaron bajo relación de dependencia, qué es el capitalismo, más allá de lo
que dicen los libros". Y concluye afirmando: "Para muchos, entonces, es un
primer paso hacia una nueva gran etapa que sería el logro del trabajo digno,
estamos mirando hacia la proyección que esto produce".
El camino trazado por este conjunto de organizaciones estimula a debatir las
alternativas que se incorporan al momento de resistir las irremediables'
bocanadas del destino. Así, el proceso de irrupción desatado en Metropolitano
frente a la normalidad de miseria y alineación pregonada por los beneficiarios
del capitalismo ensaya una conquista concreta en la regeneración de lazos entre
los subordinados del sistema, sean estos ocupados o desempleados. Lazos que
tejen ideas. Ideas que abren caminos, que se organizan hasta dejar de serlos.
"Cuando empezamos en los barrios, recuerdo que nos planteamos hacer un comedor",
evoca Inés al recapitular el recorrido de UTDOCH, como expresión de los
movimientos que nuclean no sólo compañeros, incluso utopías. "No teníamos los
elementos, no teníamos la mercadería, y sin embargo nos organizamos, salimos a
la calle y levantamos el comedor, cuando muchos compañeros decían: 'no, qué
vamos a conseguir por ir a cortar una calle'. Lo mismo pasó con el merendero y
muchas otras iniciativas que fuimos construyendo muy de a poco, producto de la
lucha. También, cuando planteamos trabajo genuino, hubo quienes dijeron: no, qué
vamos a conseguir, esto es mucho más difícil', y lo estamos consiguiendo. Bueno,
ahora planteamos el cambio social. Y ya hubo un clic en la conciencia y
expectativas de muchos"..
FUENTE: Argentina Arde