Argentina: La lucha continúa
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Represión en La Plaza.
Detención de Castells.
!Que los piqueteros vayan a laburar!.
La Fiesta terminó.
por Alberto J. Lapolla
Kirchner vuelve al Pacto de Olivos II: Duhalde -Alfonsín-Lavagna. ¿De la Rúa
habrá devuelto el helicópetro?
!Si les muestran una pala salen corriendo! (Aníbal Fernández dixit.)
El ministro Aníbal Fernández -que como buen duhaldista debe saber mucho de
palas - dio la voz de orden y comenzó el repliegue del gobierno hacia la
derecha.
Kirchner había sido siempre la izquierda de Duhalde, de allí las fuertes
limitaciones de su proyecto, que no puede romper los moldes impuestos por el
capitalismo colonial post dictadura. Advertimos reiteradamente que si el
gobierno no avanzaba en lo económico sobre el poder real, el poder real
avanzaría sobre sus políticas institucionales y de derechos humanos. Los hechos
posteriores al asesinato del Oso Cisneros -precedidos por el de la militante de
la CTA de Rosario Sandra Cabrera- que incluyen la correcta reacción de D'Elía al
tomar la comisaría señalando con claridad meridiana a los responsables del
asesinato de La Boca, provocaron un electro shock en el gobierno en particular
en su ala duhaldista-cavallista es decir en los Fernández, que señalaron -
enfrentando abiertamente al Presidente con el apoyo de los Duhalde, del inefable
Felipe y del duhaldista-P2 Mauricio Macri y su Armada Brancaleone fascista
metropolitana-, que hasta allí se había llegado y que había que reprimir al
movimiento iniciado en diciembre de 2001.
En realidad esa había sido la aspiración de máxima del duhaldismo, desde que la
conspiración orquestada para acabar con Cavallo en diciembre se les fuera de las
manos por el no calculado protagonismo popular y terminara casi arrasando todo
el poder colonial construido con paciencia por Martínez de Hoz, Sorrouille, el
Infame Traidor a la Patria refugiado en Chile, Cavallo (el otro I. T. a la P.,
escondido en Harvard), Machinea, De la Rúa, Rodríguez, Chucho Álvarez, el CEMA y
demás agentes coloniales. Desde ese momento el Pacto de Olivos II (Alfonsín-Duhalde-Rucucu-Clarín
y la nueva burguesía colonial) intentaron pasar por las armas al poderoso -pero
sin síntesis política ni orgánica- movimiento popular emergido de una nueva
rebelión histórica del pueblo argentino. Así lo intentaron en la infame
provocación del Puente Pueyrredón de junio de 2002, asesinando impunemente a los
mártires Kostecky y Santillán, en la increíble represión de los trabajadores de
Brukman a días de entregar el gobierno a Kirchner y lo reclaman de viva voz por
medio del fascista Ingeniero Blumberg, quien utiliza descaradamente -al mejor
estilo de Carlos Saúl I- con fines políticos el asesinato de su hijo a manos de
una oscura conspiración con inocultables responsabilidades y complicidades
policiales.
Duhalde entre la DEA, el Vaticano y la limosna...
Para el duhaldismo, una fuerza nacida al calor de la destrucción de la
estructura industrial de la nación y de la provincia de Buenos Aires -el corazón
de la gran industria argentina entre 1940 a 1976- en particular y de la
consiguiente descomposición estructural, psicológica, social, individual y
familiar de la clase obrera industrial, a la cual el desempleo obligado y
buscado por el poder económico ya le ha mutilado dos generaciones de obreros
industriales bonaerenses, produciendo -en honor a la histórica dignidad y
capacidad de lucha de nuestro pueblo- la aparición del movimiento piquetero, de
las fábricas recuperadas y las asambleas populares, fueron una verdadera
maldición. Una fuerza de carácter mafioso y criminal como el duhaldismo, que
basa su poder real en la confluencia del delito organizado, la policía como
órgano de control social, generador, director y recaudador del delito en la
Provincia, con la droga como principal elemento de producción financiera y
estructura política -'El PJ bonaerense es la droga', dijo alguna vez el padre
Luis Farinello(1)-, con el control de la prostitución -de allí su feroz
oposición a su legalización- el juego, el control del reciclado de los
cartoneros y toda actividad imarginal o vinculada a los pobres que se precie,
como base de una estructura política corrupta y delincuencial hasta los
tuétanos, de la cual participan también el radicalismo provincial, el riquismo,
los restos del Frepaso -es bueno recordar los 40 millones de pesos-dólares
escurridos por las manos pequeñas del frepasista Alejandro Mosquera en la
Legislatura Provincial- .y otros sectores afines al Pacto de Olivos I y II, con
las consabidas vinculaciones del matrimonio Duhalde con la Iglesia -no hay que
olvidar que Duhalde llega al Frejuli en 1973 de la mano de la Democracia
Cristiana. En este marco la fuerza del duhaldismo, basada en el brutal aparato
de coerción social construido desde los tiempos de la dictadura en la provincia
-la provincia de los nazis Saint Jean, Camps, Verplaetsen, Omar Riveros, Von
Vernick y demás genocidas- con la policía de gatillo fácil, el avasallamiento de
todos los derechos sociales, un sistema electoral corrupto con fuertes elementos
de ilegitimidad y clientelista hasta lo indecible, con el empuje masivo de
población a la miseria más abyecta, la carencia casi total de derechos
ciudadanos directos que se observa en la Provincia de Buenos Aires desde
1975-76, con las cárceles más atroces del mundo, según denuncian los organismos
internacionales de derechos humanos, unido al mayor aparato de 'seguridad
privada' -para los ricos y absolutamente fuera de derecho- más importante del
país, permitieron construir un poderoso aparato basado en el clientelismo, la
represión, la explotación política de la pobreza y el más brutal de los
autoritarismos con la exclusión como política social central.
Buenos Aires amarga... y autoritaria
Para que no queden dudas la Provincia de Buenos Aires -embrión de un poderoso
poder fascsita real que amenaza a toda la sociedad argentina- es en donde se
sitúa el brutal tajo social que divide a la nación, es decir la divisoria entre
lo que tienen mucho -demasiado y malhabido- y los que no tienen nada, luego de
treinta de años de 'experimento neoliberal', como gustan llamar algunos
economistas. Es en la Provincia de Buenos Aires donde se encuentran esas
verdaderas afrentas a la dignidad humana y nacional llamadas countries, barrios
cerrados o barrios privados y demás exposiciones pornográficas de la riqueza
malhabida a costa del hambre y la miseria del 52% de los argentinos. Verdaderos
centros de generación de una cultura de exclusión, elitista -al mejor estilo
rivadaviano de las constituciones de 1819 y 1826- autoritaria, exclusionista y
de desprecio por el trabajo genuino y la integración nacional y social.
El peligro que amenaza a nuestra nación no proviene por cierto, de los pobres y
carenciados que se sublevaron contra el destino de exterminio al que los
destinaba la clase dominante. No, el peligro para la Argentina proviene de la
propagación o preeminencia por la fuerza, de ese sector social portador de una
ideología nazi (pero heredada de época colonial) de exclusión y de superiodidad
social-racial. Ese mismo sector a quien Juan José Hernández Arregui definiera de
una vez y para siempre como 'esa clase abyecta e infecunda que siempre que el
pueblo comió vio demagogia'.
No casualmente la región del país donde habitan sus nuevos dueños, la zona Norte
del Conurbano -San Isidro, Escobar, Pilar, san Fernando, San Miguel, etc- son
gobernados por representantes directos de ese nuevo intento de poder nazi
discriminatorio sobre los pobres y que alientan los planteos de superiodidad de
clase-racial del Ingeniero Bumberg. No hay que olvidar que ese sector social
dueño de los countries y barrios privados es el nuevo dueño de país -Goyo Pérez
Companc vive en el Escobar de Patti- hacia él se dirigieron los incríbles
recursos de los treinta años de financierización del capital inaugurado en abril
de 1976. Según denunciara el sociólogo Artemio López(2) 31 millones de
argentinos de los estratos medios y bajos transfirieron a la cúpula social
conformada sólo por 2.5 millones de personas, la friolera de 27.4 mil millones
de dólares por año, es decir 274 mil millones en diez años o increíbles 540.000
millones en veinte años, cifra que la empobrecida laboriosa población
mayoritaria argentina ofrendó a nuestros Barones financieros parasitarios y
autoritarios. Esta transferencia sienta las bases materiales de un nuevo modelo
político-económico y social obligadamente autoritario, señalando -casi a la
manera de las revoluciones francesa o rusa- quienes están de un lado y quienes
del otro: 31 millones de argentinos están de un lado, 2.5 millones están del
otro en el medio quedan muy pocos. Como decía Perón: 'Existe el pueblo y existe
la oligarquía'. El problema para el campo popular es poder trasformar en
política esa ecuación económica-social. Pero también marca la desesperación -y
la peligrosidad- de la derecha que se sabe más minoritaria e ilegitima que nunca
en la historia argentina y por eso proclama abiertamente por boca de Blumberg,
Macri y demás demiurgos de la muerte, el exterminio de los pobres, retomando el
bárbaro mandato sarmientino: 'La clase decente forma la democracia, ella
gobierna y ella legisla.(..)Cuando decimos pueblo entendemos los notables,
activos, inteligentes: clase gobernante. Somos gentes decentes. Patricios a cuya
clase pertenecemos nosotros, pues, no ha de verse en nuestra Cámara, ni gauchos,
ni negro, ni pobres,.
Somos la gente decente, es decir patriota. (..) las masas populares cuando
llegan al poder establecen la igualdad por las patas, el cordel nivelador se
pone a la altura de la plebe y !ay de las que lo excedan de una línea! El
ejercicio de la soberanía popular traería como consecuencia la elevación de un
caudillo, que representa en todos sus instintos la mayoría numérica en despecho
de la minoría ilustrada.(..)Ud., (carta a Mitre.AJL) ha de tener la gloria de
establecer en toda la República el predominio de la clase culta, anulando el
levantamiento de las masas(..) puede declarar el plan definitivo: asegurar los
principales puntos de la República con batallones de línea, o lo que es lo
mismo, apoyar a las clases cultas con soldados contra el levantamiento del
paisanaje'.(3)
Los piqueteros la dignidad de la nación....
La aparición y consolidación a posteriori de diciembre de 2001 -en realidad su
origen se remonta a 1994 cuando la devastación menemista comenzaba a recorrer la
nación- del potente movimiento piquetero basado en los pobres del conurbano, es
una expresión directa de la clase obrera desempleada a la fuerza, por una
política de desindustrialización, como base para una estrategia de revanchismo
social aplicada por Martínez de Hoz, Sorrouille y Cavallo, que buscaron -y
lograron- la destrucción física de la clase trabajadora, que apelando a su
experiencia histórica de casi 100 años de lucha enfrentó el destino de muerte
por inanición o por portación de pobreza a que la destinaba el poder económico.
Esta masa enorme, laboriosa y digna es sometida al gatillo fácil, la tortura, el
SIDA en las cárceles, la muerte por hambre, para ser eliminada como población
sobrante absoluta para el modelo económico pergeñado por la burguesía colonial
emergida de la derrota nacional-popular de 1976. Pese a las cifras personales
del ministro Lavagna, en la Argentina de hoy, el 50% de la población vive bajo
el nivel de pobreza es decir casi 20 millones de argentinos; entre 4 y 6.5
millones de argentinos son indigentes y 4.5 millones están desempleados -a menos
que se quiera contar como empleados a los 2.2 millones de argentinos que cobran
el minúsculo plan Jefes y Jefas. Plan, que por otra parte fue obtenido por la
rebelión popular de diciembre con sus 35 muertos y los posteriores como Kosteky
y Santillán. Plan, que de ninguna manera estaba en los 'planes' del poder
económico, tal como expresan en los medios sus representantes más deslenguados:
'que es eso de pagarles por no trabajar, sino tienen trabajo que se mueran de
hambre'. Lo grave es que Doña Rosa, que es parte de los 31 millones que
transfieren su ingreso a los 2.5 millones oligárquicos lo crea. Porque hay otra
cifra más terible que Lavagna también oculta: desde 1990 en la Argentina se
siguen muriendo 100 argentinos por día por hambre: 55 niños, 35 adultos y 15
ancianos, es decir la escalofriante cifra de 450.000 personas muertas de hambre
entre 1990 y 2003. Un verdadero genocidio social que empalidece el realizado por
el terrorismo de Estado, con sus 30.000 detenidos-desparecidos. Sin embargo el
gobierno actual está integrado por muchos antiguos compañeros de militancia de
los años '70 cuando luchamos por una vida más digna para las mayorías.
Sorprendentemente pese a ganar sueldos de 5.000, 10.000, 20000 pesos mensuales o
aun mayores -y disponer de todas esas comodidades que otorga el poder- ninguno
de ellos dedica un solo día, o una semana a resolver personalmente -al estilo de
Evita por ejemplo- el brutal drama de la pobreza extrema que se observa por
ejemplo, en las calles de Buenos Aires: Peor aun, pasan por arriba de los
pobres, caminan al lado de las ancianas y los niños que duermen y viven en los
umbrales y miran para otro lado. No hacen nada para evitar esa nueva moda
fascista que invade a los dueños de confiterías y bares de impedir a los pobres
acercarse a sus puertas, impidiéndoles ir al baño o pedir limonsa en sus mesas.
Por supuesto no cumplen una ordenanza muncipal que los obliga a que sus baños
sean públicos, pero en la Argentina de hoy las leyes no existen para los pobres.
Medidas tan simples como obligar al Subterráneo de Buenos Aires a funcionar toda
la noche -que además de crear trabajo genuino- extendería el horario comercial y
sobre todo permitiría a los miles de pobres que viven a la intemperie dormir en
un lugar protegido, sin ningún costo para el gobierno y sus cuentas ante el FMI.
Pareciera que el poder económico en la Argentina corrompe hasta el alma.
Resolver la pobreza en nuestro país que produce 100 millones de Tn de alimentos
para sólo 38 millones de habitantes, no es un ya problema económico, es un
problema político y ético y marca a fuego las limitaciones del equipo de
gobierno. El movimiento piquetero y por ende el movimiento social que lo
acompaña -empresas recuperadas, movimientos sociales reivindicativos, todas la
minorías, etc.- y por ende el movimiento político popular que podría engendrar,
es la mayor pesadilla para el poder económico en la Argentina. Destruirlo,
ilegitimarlo, aislarlo y masacrarlo es la mayor aspiración de esta burguesía
criminal y antinacional hasta el hartazgo.
El nazi Blumberg
La propuesta de Blumberg es clara: a los pobres: tiros, picana y si se puede
vuelos de la muerte. Ya lo había anticipado en 1990 Bruno Orsi -Presidente por
entonces de la multinacional Techint- cuando Cavallo expuso el plan de las
privatizaciones: 'este plan es bárbaro, pero tiene un problema, sólo caben en él
6 millones de argentinos. ¿Está la clase política dispuesta a hacer lo que hay
que hacer con el resto?'.
El Infame Traidor a la Patria escondido en Chile estaba dispuesto, el imbécil
Rosado que llegó a la Rosada -de la mano de la genialidad de Chucho Álvarez-
también, ni que hablar de Rucucu, pero el pueblo se sublevó para impedirlo.
Nadie puede ignorar que sin la rebelión de diciembre el país marchaba a la
dolarización -es decir a su desaparición como economía autónoma aunque colonial-
a la entrega de territorio por deuda y al apaleamiento y represión
militar-policial de los pobres. El pueblo lo impidió, pero no pudo generar el
nuevo movimiento histórico que retomara la bandera de la Patria Justa, Libre,
Soberana y Socialista, al menos por ahora. Carlos Saúl I, ya no sirve para esto,
el refugio de esta política es el duhaldismo. De allí que el recostamiento de
Kirchner sobre Duhalde implique que su gobierno se aparte de ser el resultado
intermedio de la rebelión popular abierta y pase a transformarse en su
enterrador. Si es que el pueblo lo permite claro está.
Hasta ahora no han podido, pero cuentan a su favor con la incapacidad del campo
popular para generar una nueva alianza política expresada tácitamente en las
cientos de líneas y grupos y los miles de participantes en el acto de repudio al
asesinato del Oso Cisneros, que muestra la potencialidad del campo popular, pero
que aun no puede expresarse políticamente en una fuerza nueva, su aparición
puede ser cuestión de tiempo o no. De ello dependerá que el poder colonial y
criminal -de los Macri, los Roggio, los Fortabat, los Pérez Companc, los
Grobokopatel, los Pagani, AAPRESID, Repsol, Telefónica, el FMI, etc- cuya
expresión hoy es Blumberg-Macri-López Murphy, pueda ajustar cuentas con el
movimiento popular como lo desea.
Que Blumberg sea agitado como un espantajo andrajoso -y cada vez con menos
cuidado de aparecer en su esencia fascista- en el momento en que comienza a
debatirse el salario mínimo luego de casi treinta años de ajuste conrta él, no
es casual. Los medios -órgano político principal del poder colonial, a los
cuales el gobierno ni siquiera hace cosquillas- han decidido que el debate y el
consenso en la Argentina sea el terror, el pavor de la multitud de la clase
media y no el debate del ingreso. La burguesía colonial no quiere de ninguna
manera la recreación del mercado interno y por ende la recuperación de la
industria y el pleno empleo, pues ello implicaría la recuperación númerica de la
clase trabajadora. No lo quiere, le teme por sobre todo a la historia de la
clase obrera argentina, pese al cadáver maloliente que hoy es la CGT y lo
timorata que ha sido la CTA. Sin embargo está la historia y ellos lo saben. No
quieren la reindustrialización de la Argentina por eso expanden el monocultivo
de soja transgénica, desarrollando un modelo exportador de commodities
agropecuarios y petroleros con ningún valor agregado, teniendo más de 150 mil
millones de dólares fuera del páis e invirtiendo fuera de él como por ejemplo en
la industria brasileña ya que el 65% de los automóviles argentinos son
brasileños. ¿Se enterarán de esto los Kirchner que quieren reiventar una
burguesía nacional subsidiando a esta burguesía colonial a costa del pueblo
argentino? ¿O Harán como Perón que creó una burguesía nacional a partir del
momento que el Estado nacional tomó el control de los sectores básicos de la
economía?
Béliz te extrañamos.
La salida de Béliz -más allá de sus vinculaciones con el Opus Dei, y el pasado
franquista de Quantín- y la entrega del poder represivo al duhaldismo en la mano
de Don Aníbal y el impresentable Iribarren -acompañados por un hombre del
espúreo PJ santafesino en Justicia- marcó el retorno de la represión y las
detenciones de militantes realizadas por increíbles grupos parapoliciales de
civil -con la clara intención de hacernos recordar al terror de la dictadura- ya
insinuada cuando los incidentes en la Legislatura, marcando una tendencia hacia
la represión contra el movimiento popular y una señal hacia el establishment,
respecto que no se va a avanzar más allá de lo declamatorio en la salida del
modelo. Sin sueldos y jubilaciones mínimos que orillen los 1000$ mensuales, sin
la recuperación para el pueblo y el Estado nacional de los miles de millones
robados por las AFJP, sin tocar las empresas privatizadas y su renta colonial,
sin aumentar de manera sustancial la base monetaria (menos del 11% del PBI) sin
una política decidida de reindustrialización y por ende de salarios dignos y
empleo digno en lugar del trabajo basura actual -entre el que se destaca el
impulso a los microemprendiemientos que sólo provocarán mas miseria y
frustración cuando la mayoría caiga y que generan más trabajo negro- sin un
cambio de la política impositiva a favor del consumo y de los pobres, sin una
política que cese el endeudamiento externo y los intentos por volver a la
política de control financiero a travéz de las metas de inflación, queda claro
que el modelo colonial impuesto a picana, vuelos nocturnos, golpe
hiperinflacionario decretos de necesidad y urgencia y sesiones infames del
parlamento para aprobar leyes lesivas del interés nacional, no será tocado.
Kirchner parece haber decidido que los intentos de cambio llegaron a su fin. El
campo popular debe reagruparse e intentar la creación histórica de un nuevo
movimiento nacional. La situación está cambiando y es necesario actuar en
consecuencia. Los sectores del campo popular que se subieron al gobierno deberán
reflexionar sobre cuánto se parecen Kirchner y Chávez o tal vez mejor aun,
cuánto se diferencian Kirchner y Perón. Perón es cierto, terminó su vida
gobernando con una política recostada a la derecha, pero su ministro de economía
-hasta el último día- fue el más izquierdista de la historia argentina: Don José
Geldbard. Kirchner por el contrario gobierna recostado con un discurso de
izquierda pero con una política económica claramente de derecha y colonial. Como
dirían los franceses !viva la diferencia!.
(1) Luis Farinello, Mesa Redonda con el futuro presidente Kirchner en el
sindicato de Farmacia de Buenos Aires. Setiembre -02
(2) Artemio López: Clarín 30-1-02.
(3) Domingo Faustino Sarmiento. Citado Por carlos Paz en Poder negocios y
Corrupción en lso Tiempos de Rivadavia. BA. Edic. De Alejandría 2000