Argentina: La lucha continúa
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Informe oficial sobre el sistema previsional argentino
Asalto a los jubiladosMaximiliano Montenegro
La reforma de Cavallo significó una pérdida de ingresos fiscales de 65.000 millones de pesos. De ese monto 45.000 millones quedaron en manos de empresas y bancos.
Una de las grandes falacias de los últimos años, promovida por usinas
ideológicas muy bien financiadas por el "mercado", fue que el sistema
previsional público estaba al borde de la quiebra y que la única salida para
garantizar las jubilaciones en el futuro era la reforma que creó a las AFJP en
1994. Según un informe que circula en Gobierno, esa reforma, diseñada por
Domingo Cavallo y un grupo de banqueros, provocó desde entonces una pérdida de
ingresos fiscales de 65.000 millones de pesos.
Más interesante aún es que la reforma significó una de las mayores
transferencias de recursos del Estado a las arcas de compañías privadas de la
historia argentina: 10.000 millones de pesos se apropiaron las AFJP en
comisiones, mientras que 35.000 millones, en concepto de rebaja de aportes
patronales, fueron al bolsillo de las empresas beneficiadas por esa medida. El
resto, apenas un tercio del total, fue a las cuentas de los afiliados al sistema
de capitalización y futuros jubilados. Sin esa sangría de fondos, las cuentas
previsionales del sector público hubieran tendido al equilibrio, y se habría
podido recomponer hace años el poder de compra de las jubilaciones.
El estudio, en poder de un selecto grupo de funcionarios, se titula "Impacto de
las reformas al Sistema Previsional (1994-2003)". Seguramente, ninguno se
animará a debatirlo públicamente hasta tanto Roberto Lavagna no haya concluido
la renegociación de la deuda con las AFJP. Hasta entonces el ministro de
Economía hizo un pacto de no agresión con los bancos extranjeros, dueños de las
mayores administradoras del mercado. Pero sería la bibliografía de cabecera del
Presidente si alguna vez decidiera volver a la carga con la prometida
reformulación del sistema de AFJP.
La tesis central del informe es que todo el dinero que se escurrió de las
cuentas del Estado en el período mencionado hubiera alcanzado con creces para
garantizar el equilibrio financiero del sistema previsional público. En
especial, si en lugar de dedicarse de transferir negocios al sector privado el
Estado se hubiera ocupado de mejorar la eficiencia tanto de la recaudación como
del gasto previsional, eliminando prebendas e irregularidades en el otorgamiento
de los beneficios. La mejor prueba de ello es que, aún con ese agujero en la
mochila, este año, según proyecciones oficiales, el sistema público de reparto
cerrará sus cuentas con un superávit del orden de los 1000 millones de pesos.
Ese cálculo responde en buena medida al fuerte aumento de la recaudación, tanto
de aportes previsionales como de impuestos que, en distintas proporciones,
financian al sistema previsional. Pero aún así es sorprendente si se tiene en
cuenta que incluye, por el lado del gasto todas las subas de la jubilación
mínima dispuestas para este año, y el último anuncio de aumento del 10 por
ciento para todos los haberes de hasta 1000 pesos.
Volviendo al estudio, los puntos más destacados son los siguientes:
- Entre 1994 y 2003, el Estado dejó de recaudar 64.952 millones de pesos
(dólares hasta el fin de la convertibilidad) a causa de la llamada "reforma
previsional".
- Dentro de dicha reforma el informe identifica, por un lado, la creación del
régimen de capitalización. Hacia allí se transfirieron aportes por 30.528
millones de pesos. De esos recursos, las AFJP se apropiaron, en concepto de
comisiones, de 10.000 millones de pesos, mientras que el resto fueron a las
cuentas individuales de los afiliados.
- El otro componente de la reforma, según el documento oficial, fue la reducción
de las contribuciones patronales, que dispuso Cavallo con la nunca comprobada
teoría de que alentaría el empleo. Parodójicamente, en una década teñida del
discurso neoliberal y la prescindencia del Estado, esa medida significó uno de
los mayores subsidios estatales a empresas privadas de la historia argentina: en
diez años, las compañías –de la industria y el agro– se quedaron con 34.424
millones de pesos.
- Como la Anses dejó de recaudar (por el desvío de fondos a las AFJP y por la
rebaja de aportes patronales) en promedio unos 6500 millones de pesos año, pero
siguió pagando al universo de las jubilaciones, el déficit previsional fue una
constante de la última década.
- Sin la "reforma", el sistema público de jubilaciones podría haberse
autosolventado, en algunos años, exclusivamente con los aportes de los
trabajadores en actividad y de los empleados. Es decir, prescindiendo de los
impuestos (IVA, Ganancias, Combustibles, Cigarrillos) que derivan fondos al
sistema.
La pregunta es obvia: ¿cuántos aumentos jubilatorios podrían haberse financiado
en los últimos años si el Estado no despilfarraba su recursos en favor de
banqueros y empresarios?