Argentina: La lucha continúa
|
Arrestos, amenazas y golpes... Ingeniero Jacobacci te espera.
Facundo Jones, de 18 años, y GC, de 20, denunciaron el jueves en la Fiscalía Nº
4 de Bariloche - Juzgado Nº 2, Secretaría Nº 3, a cargo del Dr. Fernández - que
el 16 de agosto fueron golpeados en la comisaría 14 de Ingeniero Jacobacci. Los
jóvenes, junto a GT - de 18 años -, habían sido arrestados el lunes por la tarde
por el 'delito' de escribir con fibrón en las paredes de la estación
ferroviaria. Los hechos también fueron notificados el martes a la juez de Paz de
aquella localidad, Nelly
Chucair, quien recibió los testimonios incriminatorios por insistencia de los
muchachos. El Consejo Asesor Indígena (CAI) y el Lof Casiano afirmaron que lo
sucedido se enmarca en el clima de hostilidad policial que precedió al Auka
Trawun - 'asamblea rebelde' - organizado por ellos y en el que participaron
Jones, GC y GT.
El tren estaba estacionado en el andén, habían pasado las 17 y faltaban pocos
minutos para que partiera rumbo a Bariloche, cuando efectivos de la comisaría 14
arrestaron a los jóvenes. La versión policial sostiene que un civil había
individualizado a los tres muchachos como autores del 'grave delito', por eso se
vieron 'obligados' a actuar. El oficial Hualpa comunicó telefónicamente a la
juez Chucair que Jones, GC y GT fueron detenidos cuando merodeaban por el lugar;
que opusieron resistencia y que dada la superioridad numérica del 'contingente
juvenil' - unas 12
personas, en su mayoría heavies y punks – debieron intervenir efectivos de otras
dependencias que se encontraban a bordo de la 'formación'. El oficial alegó que
actuaron en el marca de lo establecido por la Ley Nº 532 (Código de Faltas de
Río Negro), artículo 53, inciso... (Una ley sancionada a fines de 1968, en
tiempos en que gobernaba la provincia el Comodoro Lanari y que el dictador
General Juan C. Onganía imponía ideario clerical militar en el país.)
Los jóvenes, por su parte, afirmaron que la mayor parte del grupo ocupa sus
asientos y que sólo uno o dos se encontraban en las escalinatas del tren cuando
llegó la
policía. También aseguraron que la 'invitación' a descender no fue demasiado
cortés y que cuando estuvieron al alcance de los uniformados éstos los empujaron
bruscamente contra la pared. Enfatizaron que no hubo resistencia al arresto y
que el traslado hasta la comisaría no fue justamente un paseo en limosina.
También destacaron que en la dependencia no los recibió una corte de ángeles
sino uniformes con la sangre en el ojo, que los golpearon en los testículos y
otras partes del cuerpo, mientras les preguntaban: "¿De dónde son? ¿Qué vienen a
hacer acá? ¿Ustedes son gente de Guarda (en relación a un miembro del Lof
Casiano y del
CAI)?" y ordenaban que no los miren. Según los muchachos un ex efectivo de la
comisaría 2º de Bariloche, actualmente en servicio en Jacobacci, presenció los
hechos.
"El país es azotado por la inseguridad y debemos actuar en ese marco", se
justificó primero el oficial Hualpa - y más tarde el subcomisario Villavicencio
- ante la abogada del CAI, Dra. Laura Ramos. El oficial subrayó también que los
efectivos encontraron un fibrón en poder de los detenidos... Meritorio hallazgo
del peligroso elemento con la horda heavy punk pensaba sembrar la inseguridad,
azotar al país y rociarlo con sal.
Conversaciones en azul
Luego que los jóvenes fueran sometidos a la revisación médica de rigor - rutina
por la que pasa todo detenido al ingresar a la comisaría y que se repite al
salir - escucharon a un policía quejarse porque el nuevo médico del Hospital de
Jacobacci les genera 'problemas': "En los certificados siempre nos hace alguna
crítica". ¿Señalará
indicios de golpes?.
Durante esa revisación se certificó que Facundo Jones tiene una placa de platino
en la cabeza, producto de una intervención quirúrgica. También se habría
constatado que GC padece de asma y de una infección pulmonar. Al menos eso se
desprende de la sugerencia hecha por el médico, que propuso al joven realizarse
una nebulización.
Poco después del operativo policial la juez Chucair dispuso la libertad de Jones,
para preservar su salud, la medida no lo excusaba de declarar al día siguiente.
Ante esta situación la Dra. Ramos intentó acceder a los certificados médicos
como paso previo para solicitar la liberación de GC, pero el oficial Hualpa le
negó el acceso.
Al disponer la juez la liberación de Jones, éste nuevamente fue sometido al
control médico. Concluida ésta, de camino a la comisaría, escuchó a un
uniformado decir a su colega: "Se te va a armar un quilombo...".
Días de tensiones
El hostigamiento había disminuido en la localidad luego que el viernes por la
mañana la policía detuviera la camioneta en la que Fidel Guarda trasladaba a los
jóvenes hacia el paraje Quetrequile, para participar del Auka Trawun. En esa
ocasión demoraron a dos menores y a un viejo poblador de Jacobacci, que no
portaba su DNI. Tras ese incidente, no hubo excesiva presencia policial en los
alrededores de la
casa que hizo las veces de centro de operaciones del CAI (presencia que el día
anterior había sido asfixiante). Tampoco siguieron los pasos de los miembros del
CAI y 'foráneos' llegados para la ocasión, como había sucedido el jueves.
El lunes 17 el clima se presentó distendido, la presencia policial que levemente
se observó el sábado al mediodía no se vió en la jornada. El lunes parecía un
día de tregua. Luego sobrevino el arresto de los tres jóvenes, a partir de ese
momento no hubo lugar a disimulos. Tras los arrestos dos integrantes del
contingente barilochense fueron hasta la comisaría para preguntar por la
situación de sus compañeros. Como respuesta fueron rodeados y bombardeados con
preguntas, mientras un efectivo trababa con el pié la única puerta de salida.
Según contaron los jóvenes, de
casualidad no terminaron en el calabozo.
Horas después, cuando otros dos muchachos intentaron llegar hasta la comisaría
para acercarle comida y frazadas a sus compañeros, fueron interceptados por un
patrullero que los alumbró en forma intimidatoria. Sólo pudieron cumplieron su
objetivo cuando Guarda los acompañó hasta el destacamento. En esa ocasión, el
miembro del CAI pidió explicaciones al subcomisario Villavicencio respecto al
apriete recibido por los detenidos y a la pregunta: "¿Ustedes son gente de
Guarda?". Sólo hubo silencio.
Las varas de la ley
En la ciudad donde Alfredo Abi Saad y su primo Edgardo amenazan e intimidan
impunemente a los integrantes de la comunidad mapuche Casiano y del CAI y a
quienes se solidarizan con su lucha, escribir una pared con fibrón es un delito
mayor que debe ser combatido de forma ejemplar para que no prolifere. En la
ciudad donde Alfredo Abi Saad no estaría cumpliendo la condena a 2 años de
trabajo comunitario por la profanación de la tumba de Agustín Casiano, escribir
una pared con fibrón es un delito que debe ser combatido sin miramientos porque
el país está sumido en la inseguridad.
Siguiendo el argumento policial, tal vez una mirada, un gesto o una carcajada
estruendosa de los jóvenes hubiera puesto en peligro la seguridad de las 9 mil
personas que habitan Jacobacci. ¿Será que detrás de las justificaciones del
oficial Hualpa y el subcomisario Villavicencio - extraídas de un inédito Pequeño
Diccionario Blumberg - Ruckauf Ilustrado - se ocultan otras motivaciones
reconocidas por el oficial Vera? ¿Habrá una respuesta oficial a esa pregunta? El
viernes 13 el oficial Vera
reconoció ante la Dra. Ramos y Marcelo Cayumil (h), miembro del CAI, que algunos
efectivos de esa comisaría no actúan con la imparcialidad que impone la ley y
favorecen con su accionar a la familia Abi Saad.
Cabe destacar que en enero pasado la comunidad Casiano tuvo que dar intervención
al Juez Ricardo Calcagno – Secretaría Nº 8 del Juzgado de Instrucción en lo
Criminal y Correccional Nº 4 de Bariloche - para que en ese destacamento tomaran
una denuncia contra Alfredo Abi Saad. También ante esta situación actuó la
Defensoría del Pueblo de Río Negro, que realizó un pedido de informes a la
Delegación Policial de Bariloche, de la que depende la comisaría 14.
En el mismo sentido recordaron miembros del CAI, que tiempo atrás, por las
noches, solía sonar el teléfono en casa Marcelo Cayumil (padre) y que cuando
éste atendía se hacía un profundo silencio del otro lado. Recordaron también que
en una de esas oportunidades el dueño de casa respondió al silencio con una
soberana puteada y que tiempo después un efectivo de la comisaría 14 lo increpó,
él había sido el receptor del rosario blasfemo.
Réquiem in pace
GC y GT contaron que durante la noche no fueron molestados en la comisaría. Es
más, el personal policial encendió la calefacción sin que ellos lo solicitaran.
Durante la mañana la situación se mantuvo igual. Tras de declarar fueron
demorados durante una hora y obligados a baldear el calabozo. Antes de retirarse
les devolvieron sus
pertenencias, muy amigablemente les dijeron: "ahí tienen sus porquerías", y los
despidieron con un simpático: "no los queremos volver a ver en Jacobacci".
Los jóvenes abandonaron la localidad tras pagar una multa de 28 pesos, otras
opciones punitivas eran 20 días de arresto o reparar el daño. En principio
habían elegido la última alternativa, pero luego supieron que tendrían que
comprar lija, enduído y pintura y que las paredes a blanquear - según contaron -
eran las de todo el pueblo.
Los herejes del fibrón regresaron el miércoles a Bariloche. La reglamentación
que se les aplicó castiga a quien "...escribiere o dibujare frases o figuras
obscenas...",
los golpes y aprietes fueron gentileza de la casa. Jacobacci descansa en paz, el
Código de Faltas protege al buen ciudadano y el dictador Onganía observa
complacido desde el más allá.
Hernán Scandizzo