Un juez dijo que el derecho de los indígenas es constitucional y anterior a
la existencia del Estado
Reconocen a los mapuche la posesión de tierras en Río Negro
Clarín
Un juez de Bariloche dijo que el derecho de los indígenas es constitucional y
anterior a la existencia del Estado. Las tierras las cedió a los aborígenes
Julio A. Roca, por decreto, en 1900. Un juez rechazó un pedido de desalojo
contra pobladores de una comunidad mapuche, formulado por supuestos dueños de un
campo ubicado al sur de la provincia de Río Negro, al considerar que los
indígenas son los legítimos poseedores de esas tierras aun desde antes de la
formación del Estado argentino.
El fallo es totalmente novedoso, porque las personas que presentaron el pedido
de desalojo tenían un título de propiedad que les había sido otorgado durante la
gestión de Horacio Masaccessi como gobernador de la provincia de Río Negro. Pero
el juez desestimó esos papeles al considerar que la posesión de los demandados
mapuche era anterior a los títulos de los estancieros.
El magistrado, en una medida que sembró alegría en todas las comunidades
aborígenes del país, consideró incluso a la posesión "anterior a la formación
misma del Estado que los confirió".
Esta es la primera vez que son reconocidos en la Patagonia los derechos de los
pueblos originarios, tal como lo señala la Constitución Nacional, por sobre el
Código Civil.
El caso se resolvió en el Juzgado 5 en lo Civil, Comercial y de Minería de
Bariloche, a cargo de Emilio Riat. A ese juzgado, que tiene una amplia
jurisdicción en la provincia de Río negro, concurrió una familia de apellido
Sede. Esa familia vive en la localidad de Ñorquinco, un pueblo ubicado en medio
de la estepa patagónica, unos 130 kilómetros al sur de Bariloche.
Los Sede pidieron que se ordene el desalojo de una familia mapuche encabezada
por Ernesto Napal y Herminia Vila. Estos pobladores y sus familiares forman
parte de la comunidad mapuche Kom Kiñé Mu, que vive en el paraje denominado
Arroyo Las Minas.
Los Sede dijeron que habían mantenido una relación laboral con Ernesto Napal
pero que, como ese vínculo ya no existía, los mapuche debían abandonar el lugar.
Pero los demandados negaron que esa fuese la situación: argumentaron que su
comunidad integra la Reserva Indígena Ancalao, y que tiene derecho a la
propiedad comunitaria y ancestral de esas tierras.
El abogado que representó a los mapuche, Darío Dutch, dijo a Clarín que, basados
en esas pautas, le pidieron al juez que no lleve adelante el proceso de desalojo
por que no estaban en discusión "derechos personales" sino que la comunidad
indígena tenía la "posesión ancestral" de ese lugar, y la familia Sede sólo
podía mostrar "títulos nulos".
Dutch solicitó al magistrado que, teniendo en cuenta estos datos, resuelva un
"proceso posesorio", es decir, que determine quiénes deben poseer esas tierras.
Tras estudiar la documentación existente, el juez Riat determinó que una ley
provincial de 1993 reconoce la antigua ocupación de esas tierras por parte de la
Reserva Ancalao. En ese sentido el juez dijo que esa ley —la 2.641— deroga a una
anterior que reconoce a esa comunidad la posesión de 28.383 hectáreas.
Según indicó el magistrado, esas dos leyes provinciales son consecuencia de un
decreto nacional de 1900 cuyo original había sido firmado por el presidente
Julio Argentino Roca, quien habría premiado al cacique Ancalao con la cesión de
tierras por haber colaborado con la Campaña del Desierto.
Otro de los fundamentos fue que la Constitución rionegrina admite la
preexistencia de la cultura aborigen y el Convenio sobre Pueblos Indígenas y
Tribales.
Por último, Riat señaló que la propia Constitución Nacional también admite desde
1994 la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos, y
reconoce la posesión y propiedad comunitaria de las tierras que ocupan. El juez
determinó además que Herminia Vila y Ernesto Napal integran con su familia la
comunidad indígena que ocupa históricamente esos campos.
LOS DERECHOS DE LOS PUEBLOS NATIVOS: DESDE LA CAMPAÑA DEL DESIERTO HASTA HOY
Una comunidad históricamente castigada
El caso de la comunidad mapuche Kom Kiñé Mu se repite en toda la Argentina, y,
generalmente, con un resultado adverso para los pueblos originarios. La
comunidad mapuche, en particular, fue históricamente víctima del despojo de sus
tierras y de su cultura.
Las modalidades que se registraron después de la Campaña del Desierto impulsada
por el general Julio A. Roca son innumerables.
En muchos casos se les hizo firmar papeles de cesión de sus posesiones
aprovechando su condición de analfabetos. En otros, autoridades provinciales
"ayudaron" a gestionar títulos de propiedad a privados, basados en que las
comunidades mapuche generalmente no logran tener papeles de sus propiedades sino
permisos provisorios para habitarlas.
También hubo casos en que los dueños de campos vecinos simplemente corrieron sus
alambrados a punta de escopeta y los confinaron en un rincón o los echaron. Los
consejos indígenas denuncian que muchas de estas maniobras fueron perpetradas
con la complicidad de jueces de turno.
Hace dos meses y medio hubo un caso resonante que enfrentó a una familia mapuche
con los hermanos Carlo y Luciano Benetton.
La familia Curiñanco fue acusada de usurpar 300 hectáreas de las 183.100 que el
grupo Benetton tiene cerca del casco de la estancia Leleque, en Chubut.
Ese campo es uno de los más importantes que los hermanos italianos tienen aquí.
Forma parte de un grupo de estancias que en su origen pertenecía a la Compañía
de Tierras Sud Argentino.
La familia mapuche presentó pruebas de que ese campo había sido habitado
históricamente por sus ancestros. El grupo italiano presentó sus títulos de
propiedad. En el fallo el juez Jorge Eyo concedió "absolutamente los derechos de
posesión" a la compañía.
Atilio Curiñanco y su mujer tienen cuatro hijos. Habían construido una casa de
chapas, sembrado verduras y armado un corral con algunos animales. Se fueron por
orden del juez: perdieron todo.
El caso generó una polémica entre Luciano Benetton y Adolfo Pérez Esquivel a
través de cartas publicadas por el diario italiano La Repubblica. Pérez Esquivel
le pidió al empresario que devuelva esos campos, que son una mínima proporción
de sus propiedades. Le solicitó "un acto de altruismo hacia esta familia (...)
que no tiene otro futuro más que la pobreza y el hambre".
Benetton respondió que sus inversiones en Argentina producen "desarrollo y
trabajo" y dijo estar dispuesto a reunirse con él, aunque hasta ahora el
encuentro no se concretó. Los mapuches niegan que haya inversiones y generación
de trabajo en esos campos.