En enero pasado, el ex coronel OLIVER NORTH el del Irangathe y el Contragathe,
el que regenteaba operaciones de guerra sucia, en suma, un terrorista legalizado
por varios gobiernos estadounidenses, pasó por Buenos Aires.
El diario La Capital de Rosario, Santa Fe, la agencia DyN y Página 12
describieron la presencia del ex militar y provocador norteamericano, vinculado
a la CIA, que estuvo en la Argentina, dicen que para "asesorar a integrantes de
la farándula y formar equipos de seguridad privada".
North mantuvo una serie de encuentros con Jorge 'Corcho' Rodríguez, afectado por
el secuestro de Ernesto, su padre –otro secuestro "trucho"-, y dueño -entre
otras- de la empresa de seguridad Universal Control', según había publicado
Página 12.
La presencia de North en Argentina fue reconocida por John Battaglia, un
uruguayo-estadounidense representante de la agencia de seguridad Trident,
propiedad del militar norteamericano.
Trident tiene una filial en argentina desde mediados de 2000 y Battaglia, quien
está al frente de esa oficina, está sospechado de haber participado en la
represión de las dictaduras sudamericanas durante los 70 y 80, especialmente en
relación con el Plan Cóndor, y en otras operaciones de la CIA en Centroamérica.
El ex militar viene a la Argentina con cierta frecuencia: su última visita se
remonta a junio de 2002, apenas seis meses después de la gravísima crisis
política y social que derivó en la caída del gobierno de Fernando De la Rúa.
En el reportaje publicado por Página, Battaglia recordó que Roger Noriega,
encargado para América Latina en el Departamento de Estado norteamericano había
comentado que "en Argentina se vive en el pasado" y que "había que trabajar
seriamente contra la delincuencia".
Fueron instalando la idea de que sin ellos, el estado argentino no tendría
posibilidad de manejar el tema de la inseguridad.
El semanario brasilero Carta Capital denunció que infiltrados en los
intersticios del poder en Brasil, el FBI, la CIA y otros servicios secretos,
compraron a policías federales, controlan la agencia de inteligencia ABIN,
espían al país y cuentan como informantes a las policías militares y civiles de
los estados.
¿Que hace pensar que en Argentina sea diferente, si ya controlan totalmente a
las Fuerzas Armadas, con golpes militares, ejercicios y operativos conjuntos
desde hace décadas?
La forma de implementar la guerra de baja intensidad en Argentina es agitar el
fantasma de la inseguridad a través de una campaña mediática de secuestros,
apelando al escudo informativo, que chupa como una esponja la realidad y
descarga subjetivamente los problemas de segundo orden sobre los que moviliza a
una clase media asustadiza, que les es funcional y sobre la que cultivan la
desconfianza y el terror, al tiempo que hacen una estigmatización sobre los
sectores desplazados por una estructura económica vigente desde la llegada de la
dictadura militar y Martínez de Hoz en 1976.
En este contexto aparece el instrumento Blumberg.
Blumberg surge como la necesidad de una derecha de reencontrar el rumbo ante un
objetivo común. Busca realinear una causa sobre la cual rearmar los lazos que
sigan separando a la clase media del pueblo, porque la lección venezolana les
preocupa mucho, y no se puede perder más tiempo.
Blumberg está asesorado por muchos hombres de la derecha histórica de Argentina,
que incluso han viajado a Chile para hacer encuentros y acuerdos con el
candidato presidencial de Pinochet, el pinochetista Joaquín Lavín, actual
intendente de Santiago.
Blumberg es asesorado por un ex vice ministro de la dictadura militar Roberto
Durrieu.
También recibe asesoramiento de de los abogados de FORES (Foro de estudios sobre
la administración de justicia) una ONG que responde a los mayores estudios
jurídicos de Capital, entre ellos, el de Mariano Grondona hijo, y que fuera
fundada en…1976. FORES se creó, como sus propios fundadores reconocen, para
colaborar con la Justicia de la dictadura en 1976
FORES se hizo conocida recientemente haciendo campaña para que Eugenio Zafaroni
no ascendiera a la Corte Suprema de Justicia. Rechazó también la administración
de Esteban Riggi como procurador y de Carmen Argibay como integrante de la
Corte.
En 1985 publicaron un libro donde hacían una relativización de los crímenes de
la dictadura militar: "Definitivamente nunca más, la otra cara de la Conadep"
Dice el libro: "Cuando un muchacho presuntamente complicado con la subversión es
arrancado de su casa por un grupo armado y luego acribillado a balazos en un
zanjón, la conclusión es simple y sencilla para quienes piensan como la Conadep:
el asesino material ha sido un uniformado y los autores ideológicos han sido
quienes organizaron ese método para combatir a la subversión.
Si esta es la conclusión que se pretende imponer a los argentinos pensamos que
se nos considera muy ingenuos.
Hoy vemos muchachos que dan sus primeros pasos en la guerrilla, comenzando a
escribir en las paredes consignas terroristas. El día de mañana morirán abatidos
por las fuerzas de seguridad. ¿Estos solos serán los asesinos? ¿Los maestros que
envenenan sus cerebros, ninguna responsabilidad comparten?"
Estos son algunos de los conceptos originarios sobre la base de los cuales se le
da apoyo, y se da apoyo a sí mismo Juan Carlos Blumberg, que este jueves volverá
a intentar movilizar a la clase media argentina, para que esa estrecha visión de
la realidad no se siga fragmentando en un momento que hay que discutir lo que en
general no está discutiéndose, como son la constante y crónica pobreza, la
desocupación y el ascenso de las luchas de los trabajadores.
En Mar del Plata, el último año hubo 1 solo caso de secuestro extorsivo y 1.400
muertes infantiles por desnutrición. Las encuestas revelaron que en Mar del
Plata a la gente le preocupa la inseguridad y la "ola de secuestros". Así se
configura la conciencia pública: a través de los medios y no en la realidad que
les toca vivir.
Los voceros de la inseguridad y las grandes campañas de criminalización son los
mismos que hablaban de la mano dura y de que hay que meter bala. Así fue como la
provincia de Buenos Aires se incendió y Ruckauf y Jorge Casanova (asesor de
Blumberg) salieron corriendo. Ahora estos encuentran en Blumberg una grieta por
donde volver a entrar, otra vez con la mano dura y los aumentos de penas.
Las penas se pueden llevar a 200 años o dos perpetuas consecutivas, pero si hay
policías vinculados a las bandas de secuestradores, olvidémonos de subir las
penas porque no se va a hacer nada. Resulta que a los secuestrados se los ata
con sunchos, como los que utiliza la policía cuando hace detenciones en masa.
Es una salida fácil, rápida y mediática, pero nada más.
Los medios quieren hacer creer en el relato de los ex secuestrados que una banda
de secuestradores son tres vagos que se fuman y escuchan cumbia villera, en una
casilla; y no se muestra que detrás hay una superestructura y logística muy
grande que tiene que ver con las armas, los vehículos, las comunicaciones y el
mantenimiento de la "victima", que no puede venir exclusivamente de los tres
vagos.
¿Cómo puede ser que no exista ningún allanamiento en el lugar donde estaba el
secuestrado?
¿Como puede ser que, aunque los familiares de la víctima no den parte a la
policía por obvias razones, siempre los medios muestren a un Jefe departamental
preocupado, trabajando en el tema paralelamente?
¿Cómo puede ser, si trabajan paralelamente, nunca se llegue a una solución antes
del pago del rescate? ¿Por qué se llega al pago del rescate?
¿Por qué una vez resuelto el caso aparecen después los detenidos y no antes?
¿Por qué los detenidos son siempre los tres vagos, y nadie de la estructura
delictiva, aunque se publique que hay policías involucrados? ¿Dónde están los
policías involucrados? ¿Dónde está la plata de los rescates?
Esta policía involucrada en la ola de secuestros no es otra cosa que la herencia
de la "doctrina de la seguridad nacional" aplicada durante la dictadura, policía
que no ha cambiado en nada y ahora se la redirecciona para orientar la versión
argentina del conflicto