Argentina: La lucha continúa
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El código, la legislatura y la bronca
El debate público sobre la reforma del código contravencional de la ciudad de
Buenos Aires no puede quedar relegado al estrecho ámbito porteño, ni tampoco
sólo a la férrea oposición popular a los represivos proyectos de reforma. Aunque
se trate de una norma de alcance local, las normas represivas dictadas por la
Legislatura de la Ciudad forman parte de un sistema que a lo largo y ancho del
país restringe las libertades y derechos de las personas,y faculta a las fuerzas
de seguridad -en particular a las policías- a detener personas arbitrariamente.
El código porteño -el actual, y el que quieren instaurar- pertenece al mismo
género de herramientas que los códigos de faltas provinciales, y a su vez todos
ellos conforman, junto a la facultad de detener personas en averiguación de
antecedentes, una formidable maquinaria de control social que coloca en
situación de libertad vigilada al conjunto del pueblo.
Aun en el ámbito local, las normas porteñas pueden afectar a todos los
habitantes del país, pues toda iniciativa movilizadora que intente presentar sus
reclamos o protestas ante la sede central del Gobierno Nacional, deberá
someterse a las reglas de Macri, Ibarra y sus aliados. Por lo tanto, llegada,
tránsito, permanencia y actividad de quienquiera que recale en la Ciudad de
Buenos
Aires, desde Ushuaia o la Quiaca, estarán condicionados por las reglas de la ley
represiva del lugar.
Tampoco, decíamos, se debe restringir el debate a la proyectada reforma, sin
dudas represiva. Las normas actualmente vigentes tanto en la ciudad como en el
resto del país son más que suficientes para que se sumen por centenares de miles
las personas arbitrariamente detenidas a diario, sea por contravenciones o "para
identificar", situaciones que además de constituir en cada caso una violación a
la libertad individual, son la puerta de acceso a la extorsión, la tortura y la
muerte.
Por eso, organizaciones antirrepresivas de distintos lugares del país, creemos
imprescindible reiterar nuestra oposición cerrada a todo el sistema de
detenciones arbitrarias, a los códigos de faltas y contravenciones, a la
averiguación de antecedentes, y, en la coyuntura, a la reforma reaccionaria de
las normas contravencionales de la ciudad de Buenos Aires. Hacemos nuestros los
claros
pronunciamientos de los compañeros que pudieron exponer esta postura en la
audiencia pública del Teatro San Martín, descaradamente ignorada por los
legisladores y los medios de comunicación, que silencian la abrumadora mayoría
que se expresó contra estos mecanismos represivos.
En los medios, el "ataque a la Legislatura" ocupó la escena, ocultando que el
problema central es la decisión política de aprobar una ley represiva sin oír
los reclamos populares. Afirmamos que una provocación del estado generó los
"incidentes" en la Legislatura: Las puertas cerradas, la decisión de impedir el
acceso al recinto a quienes son víctima cotidiana de las detenciones
arbitrarias, de aprietes, coimas y torturas. Esa fue la violencia que padecimos,
esa fue la violencia que desató la bronca popular.
Nadie puede decir que había vías legales para cambiar la situación. Sólo
quedaron abiertas las vías de hecho para descargar la frustración y la
indignación de ser nuevamente "ninguneados" por quienes representan los
intereses de los poderosos, los mismos que bastardean el debate fomentando la
idea de que el tema contravencional sólo afecta a "minorías impresentables",
cuando
es la enorme mayoría de la población la que es víctima hoy y será víctima en el
futuro de más y más detenciones arbitrarias (y sus ya conocidas consecuencias,
como la tortura seguida de muerte).
No se trata entonces de minorías exaltadas contra un reclamo de las mayorías.
Por el contrario, somos la mayoría del pueblo quienes rechazamos esta iniciativa
y todas las que cercenan a diario las libertades, y ponen en riesgo nuestra
integridad física y nuestra vida. La presencia de personal policial de civil
infiltrado entre los manifestantes, que fueron los que realizaron la mayoría
de las detenciones, sólo contribuyeron a aumentar las razones para el estallido.
En este sentido señalamos nuestra fidelidad a lo que aprobáramos en el Documento
del IV Encuentro Nacional de Derechos Humanos, realizado en Paraná, los días 26
y 27 de octubre de 2002:
"Los DDHH hoy se expresan en la lucha contra el GENOCIDIO ECONOMICO SOCIAL.
El estado capitalista es necesariamente un Estado Terrorista. Este Estado
Terrorista genera violencia y esa violencia genera la respuesta del pueblo. Ante
esa respuesta, los organismos de Derechos humanos, como parte del pueblo,
estamos y estaremos siempre de su lado.
Responsabilizamos a los gobiernos claudicantes de las consecuencias que genere
su política de violencia institucionalizada.
El hambre, la desocupación, la sobreexplotación de los que aún trabajan, la
miseria, la domesticación de la pobreza, la exclusión, la muerte por
enfermedades evitables son violencia y generan violencia. Por la libertad de
todos los presos políticos, entendiendo como tales a los presos por luchar!!!"
Ante la crisis desatada en el Gobierno Nacional, que se ha llevado a tres
jerarcas del "plan de seguridad", queremos hacer notar que la lucha del pueblo
frente a la legislatura ha contribuido a desterrarlos con su enérgica expresión.
Respecto de los reemplazantes, hemos denunciado sus condiciones en la primera
hora, como es en el caso del Comisario Néstor Vallecca, quien
reprimió estudiantes y militantes de DDHH por defender al genocida Etchecolatz;
o su jefe inmediato, Alberto Iribarne, que ocupara la misma Secretaría de
Seguridad a las órdenes de Juan José Alvarez para diluir la sangre de Darío
Santillán y Maximiliano Kosteki que aún mancha las manos de Duhalde y cae sobre
el Gobierno Nacional; o del recontrajefe, Horacio Rossatti, funcionario
del Gobierno de Carlos Reutemann que produjo el 25% de las muertes habidas en el
país en las jornadas de Diciembre de 2001.
En su primer día en el cargo, los dos ya mostraron la hilacha. Rosatti confirmó
a Vallecca en el cargo e Iribarne dijo que frente a la toma de una empresa "no
se puede tener una posición rígida: no es lo mismo que diez mujeres con sus
bebes tomen un McDonald`s a que lo hagan diez encapuchados" pareciendo olvidar
la vital importancia que tiene en un estado de derecho la diferencia entre
derecho penal de acto y derecho penal de autor.
Es evidente que no hay nada que festejar en este cambio, salvo la misma crisis
en el Gobierno que los ha sacudido, pese a su sordera y a la lucha, que
contribuye indisimulablemente a profundizarla. Se desenmascaran con este
recambio las políticas represivas del estado nacional. Salen Bratton y Giulianni,
vuelven Menem y Duhalde.
Para el 4 de Agosto, convocamos a movilizarse nuevamente contra la
reforma al código contravencional, contra el código actualmente vigente, contra
la averiguación de antecedentes y todas las formas de detenciones arbitrarias;
por la libertad de los compañeros y la amnistía a los luchadores populares.
CORREPI (Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional) - Buenos
Aires
UADH (Unidad Antirrepresiva Por los Derechos Humanos) - Rosario
aLERTA! Contra la Represión - Santa Fe
NOSOTROS - A. del Valle - Misiones
Marina Schifrin y Corriente de Militantes por los DDHH de Río Negro y Neuquén -
Bariloche
Movimiento Pampeano por los Derechos Humanos
"Cultural Arrecifes" Asociación Civil - Arrecifes
Fernando Dalmazzo (abogado DDHH) - Neuquén
Marta Ofelia Valoy - Cátedra Libre de DDHH Facultad de Filosofía y Letras de la
UNT - Presidenta Fundación Jaime de Nevares
Alfredo Gerardo Cattaneo- miembro directivo Fundación Jaime de Nevares - Tucumán