Argentina: La lucha continúa
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Los argumentos del gobierno para enviar tropas a Haití
Sin norteamericanos en el horizonte
En la Rosada sostienen que la fuerza multinacional, compuesta además por Chile,
México, Uruguay y Brasil, que la comandará, permite que no esté ahí EE.UU.
El paraguas de Naciones Unidas.
Por Sergio Moreno
Página 12
El gobierno nacional tiene más que definido participar en la fuerza
multinacional de mantenimiento de la paz que desembarcará en Haití el 1º de
junio. Las tropas argentinas que compondrán el contingente (unos 500 militares,
entre miembros del Ejército y de la Infantería de Marina) llegarían a fin de ese
mes y no a principios, en la medida que el Parlamento apruebe su salida. En la
Casa Rosada consideran que el trámite parlamentario no encontrará mayores
inconvenientes en el Senado, donde los radicales votarán a favor, aunque sí un
poco más de rispidez en Diputados, donde finalmente se aprobará. "No podemos
quedarnos afuera de esta misión conjunta con Brasil y Chile, primordialmente,
más Uruguay y México. Es un aporte a morigerar el conflicto en la isla que
hacemos los países latinoamericanos", suele argumentar el ministro de Defensa,
José Pampuro.
Pampuro y el canciller Rafael Bielsa irán la semana entrante al Congreso a dar
cuenta de los argumentos oficiales a diputados y senadores. El canciller supo
ayer, en Guadalajara, México, por boca del jefe de gobierno español, José Luis
Rodríguez Zapatero, que España formará parte de la partida militar. Así lo había
arreglado horas antes el español con el presidente de Chile, Ricardo Lagos.
La iniciativa -resolución 1542/04- fue votada por unanimidad en el Consejo de
Seguridad de la ONU. La disposición fue encuadrada en la figura de peace keeping
(mantenimiento de la paz), habida cuenta de una solicitud de Canadá: ocurre que
si la figura hubiese sido peace making (establecimiento de la paz), que es lo
que realmente van a hacer los soldados, se hubiese reconocido entidad de
ejércitos regulares a los contendientes haitianos, cuando en realidad, al saber
y entender de los canadienses, son grupos de irregulares que se pelean entre
ellos, cuyos intereses están atravesados por asuntos, en muchos casos,
vinculados al narcotráfico. "Las bandas haitianas manejan el 16 por ciento de la
droga que ingresa a Estados Unidos y el 90 por ciento de la que se vende en las
islas ABC1 del Caribe, como Aruba, Curaçao, República Dominicana, Puerto Rico,
Saint Thomas, etc.", contó a este diario un experto en el asunto.
La discusión que debe enfrentar el Gobierno ante los opositores al envío pasa
por dos ejes: si se va en condición de "hacedores de la paz", lo que implica un
riesgo físico mayor, y si esto no responde a una exigencia norteamericana. El
primer argumento es esgrimido por un sector de la UCR. El Gobierno sostiene que
cuando las tropas fueron a Croacia en condiciones de mantenimiento de la paz,
corrieron más riesgos de los que correrán acá; que allá llevaron armamento
pesado cuando a Haití se irá con armas livianas, un hospital y se realizarán
tareas humanitarias.
En cuanto al segundo argumento de disputa, en la Rosada sostienen que la mirada
es inversa a la de la oposición. Un alto funcionario dijo a Página/12: "Ellos -la
oposición- dicen que vamos porque nos presiona Estados Unidos; la verdad es que
vamos, con Brasil, Chile, Uruguay y México, para que los norteamericanos se
vayan", dice el funcionario. El compromiso argentino, comenta la fuente, "fue
contraído a primer nivel, entre Néstor (el presidente Kirchner) y Lula (Da Silva,
su par brasileño)". El hombre sostuvo que la Argentina no podía faltar a una
cita hecha "por nuestros amigos, Brasil y Chile". "Buenos Aires debe ser el
punto intermedio del eje Brasilia-Santiago; nuestros intereses son comunes y
debemos trabajar para que cada vez sean mayores", abundó.
Pampuro sabe que el esfuerzo que debe hacer la Argentina para enviar al
contingente (al número de 500 se sumarán a otros 500 uruguayos, 700 chilenos y
1200 brasileños, a cuyo mando estará la fuerza multinacional) no es poco.
El trámite costará unos 10 millones de dólares, de los cuales la ONU devolverá
entre seis y siete millones.
Las tropas argentinas llevarán un hospital de alta complejidad, desarmable, de
la Fuerza Aérea. Para trasladarlo se requerirán que ocho aviones Hércules hagan
dos viajes a la isla. El aprovisionamiento será lo más trabajoso: en Haití no
hay agua potable y sólo cuentan con dos horas de electricidad diaria, por lo que
los argentinos deberán llevar equipos de generación autónoma de energía y de
potabilización de agua.
La falta del elemento agudiza el cuadro de las enfermedades tropicales: los
militares deberán llevar colocadas unas 32 vacunas, una por enfermedad que anda
rondando, además de adoptar los cuidados necesarios para no contraer la cepa del
sida que existe en Haití, única, y que no responde a los tratamientos conocidos
hasta ahora.
De aprobarse el envío del contingente argentino, la zona que deberá custodiar,
unos 100 kilómetros cuadrados, estará en el norte de la isla, cerca de Cape
Haitiene, la segunda ciudad del país, primera que tomaron los rebeldes que
finalmente precipitaron la salida del depuesto presidente Jean Bertrand Aristide