Argentina: La lucha continúa
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Territorios, pueblos y soberanía
Claudia Korol
El 26 de mayo se inició en Esquel -en las dependencias del Casino de
Suboficiales de la Policía- el juicio oral y público de Benetton contra una
familia mapuche, acusada por la multinacional de usurpar su territorio. El
pueblo mapuche se está movilizando, desde distintos rincones de la Patagonia,
para apoyar a sus hermanos.
Atilio Curiñanco y Rosa Rúa Nahuelquir serán acusados en el juicio oral, por
haber ingresado el 23 de agosto de 2003 al lote Santa Rosa, un campo en el
paraje Leleque (noroeste de Chubut), de donde fueron desalojados posteriormente,
en la mañana del 2 de octubre por orden del juez José Colabelli -recientemente
destituido por un juicio político, por haberse comprobado su animosidad contra
el pueblo mapuche- Muy cerca de ahí, también en Leleque, fueron desalojadas
otras ocho familias mapuche por orden de Benetton, y en sus tierras la empresa
cínicamente construyó un museo dedicado "a los indígenas patagónicos".
Las familias desalojadas en distintos rincones de la Patagonia no quieren
museos, porque a pesar del genocidio, el pueblo mapuche está vivo y continúa su
resistencia por la tierra y por la dignidad. Desde sus territorios ancestrales,
desde las comunidades donde han sido recluidas, desde las poblaciones en las que
se han ido congregando los arrancados de la tierra, los mapuche están llegando
para acompañar a Atilio y Rosa en esta batalla que hoy se libra en los
tribunales, pero que cotidianamente se pelea cuerpo a cuerpo en cada campo que
intenta ser arrebatado por la nueva "campaña del desierto".
En la mañana del 25 de mayo, antes del aclarar, la batalla por la independencia
Argentina levantó su escenario en el fin del mundo. Un centenar de hombres,
mujeres, con sus hijos e hijas, con los ancianos y ancianas, subió a un cerro
apartado de Esquel, para celebrar un Nguillatum - ceremonia mapuche-. En la
rogativa pidieron fuerza para continuar la lucha contra los conquistadores de
hoy.
En la cosmovisión mapuche, los hombres y mujeres no son dueños ni propietarios
de la tierra, sino parte de ella. (Mapuche significa gente de la tierra). Por
esto al tiempo que denuncian este saqueo y apropiación de territorios que vienen
realizando las multinacionales en el país, presentan desde la vitalidad de su
identidad y su cultura, una mirada distinta del mundo, en la que no se enfrentan
como enemigos los hombres y mujeres con la naturaleza. Los mapuche también
denuncian a los dueños del poder.
Benetton es una multinacional con negocios que sobrepasan los 7 mil millones de
dólares por año. Emplea a 50.000 personas en actividades como explotación de
carreteras, estaciones ferrocarriles, empresas inmobiliarias, hoteleras y
telecomunicaciones. En sus fábricas textiles en Asia emplea menores de edad como
trabajadores, para disminuir el costo productivo, mientras que en Argentina, en
las tierras usurpadas al pueblo mapuche, cría 280.000 ovejas para la producción
de lana. (Cada oveja goza de 3,2 hectáreas. Un grupo de ovejas dispone de más
tierras que cualquier familia mapuche).
Señala el periodista Sebastián Hacher que la Patagonia es "una zona que abarca
el 30% del territorio argentino, donde se concentra el 80% de las reservas
petroleras del país, grandes recursos hídricos y una enorme diversidad de flora
y fauna que en algunas zonas continúan todavía vírgenes. Recientemente, también
se descubrió la veta del oro y la plata; una nueva riqueza codiciada por el
capital internacional. El grupo Benetton, a través de la The Argentine Southen
Land Company Limited o Compañía Tierras del Sud Argentino es dueña del 9% de las
mejores tierras de esa región. Tiene en su poder 900.000 hectáreas entre las
provincias de Neuquén, Rio Negro, Santa Cruz y Chubut. El grupo opera en 120
países con decenas de fábricas y 7000 tiendas. Las estancias que compraron en
Argentina producen apenas el 10% de la lana que utilizan las 100 millones de
prendas que la corporación produce al año".
El juicio que se inició el 26 de mayo, tiene -en este escenario- un alto valor
simbólico. Para Benetton y las trasnacionales que están en campaña para
apropiarse de la Patagonia, el fallo judicial les es necesario para crear
precedentes que permitan continuar la impunidad del despojo del pueblo mapuche.
En la perspectiva de este pueblo, el juicio será una pulseada más con el poder,
en más de 500 años de resistencia. La batalla del pueblo mapuche, por lo tanto,
compromete el presente y el futuro del país. La gente de la tierra viene siendo
la más clara a la hora de denunciar la política de las empresas multinacionales
que vienen librando una nueva guerra de reparto del mundo, y que han
transformado a sus territorios ancestrales en campos de rapiña. Si meses atrás
el "No a la Mina" fue un campanazo que desde Esquel conmovió a los argentinos y
argentinas, llamando la atención sobre los proyectos depredatorios de la
naturaleza y de los pueblos que vienen desarrollando las empresas mineras, el
juicio de Benetton que se desarrollará en la misma ciudad, pondrá en evidencia
que el despojo continúa. Cuando celebramos en la Argentina un nuevo aniversario
de nuestra libertad respecto de España, vale la pena reflexionar,
colectivamente, sobre los colores de la nueva conquista.
* Claudia Korol es secretaria de redacción de América Libre, y corresponsal
de ADITAL