Argentina: La lucha continúa
|
La herejía de la desocupación
Jorge E. Catena
Argenpress
En mi criterio la Argentina no logrará a enderezar su rumbo hasta que no
revierta la precarización del trabajo y el elevado desempleo.
Bien conoce el gobierno este mecanismo ya que no busca subvertirlo.
El aquietamiento de las aguas sociales que tal condición propone, hace que otras
discusiones (tales como la recuperación de las fuentes de energía, la deuda
externa, etc) se vean postergadas por la inmediatez de la carencia.
Esta situación plantea profundas contradicciones en los asalariados por que si
bien, por una parte, se reconocen como proletarios, por el otro no pueden dejar
de preocuparse ante la posibilidad de su propia exclusión.
Es notable como la corriente piquetera ha sido dividida y aislada del resto de
la sociedad argentina.
El que no tiene trabajo es conceptuado, a grandes rasgos, como un entenado
comunitario por el que se puede sentir lástima, pero que puede resultar
contagioso.
Esta subcategoría de proletarios a los que se los expolia por medio de la
prostitución, el changarinaje, la drogadicción. etc. son vistos por el resto de
la sociedad como un elemento extraño a la misma y no integrante.
No es una pavada tratar de revertir esta situación. Y en mi criterio la tarea no
solo es ideológica sino que implica también la lucha, el reclamo por la
inclusión de todos los habitantes en el aparato productivo de la Nación.
Es indispensable empezar a pensar que el profundo cisma con que han logrado
separar y sectorizar al pueblo, es la causa de nuestra principal divergencia de
intereses y visiones.
¿Que le importa a un ex-textil que se recupere YPF? En la distancia podrá verlo
como objetivo. Pero no llegará a verlo si el hambre le estrecha el mundo.
Así todo. Nos han partido como un queso. Nos han querido descuartizar. Tendremos
que rearmar el cuerpo social para empezar a ponernos en marcha como Nación.
No me expliquen lo de los índices: que han bajado, que han subido, que mantienen
paridad. No entiendo ni de índices, ni de números imaginarios, ni de
determinantes, ni de cálculo infinitesimal.
Solo se que la gente está tirada por las calles. Y que hace mas de 10 años que
los hospitales tienen sus vacantes congeladas. Y que la caca de los perros
tapiza las veredas pero no hay personal que limpie. Y que la mirada de la gente
es triste. Y que el laburo es un algo que hay que mendigar. Y que los
funcionarios hablan para justificar la inacción y el mantenimiento de este
estado de cosas que les garantiza la esclavitud de los 'sin destino'.
Y que este paisaje ya es habitual.
Y que como diría Perón: hay que poner en marcha el aparato productivo.
Los funcionarios mienten diciendo que no pueden cuando en realidad no quieren.
Por que son beneficiarios de la prebenda que da la miseria ajena.
Y sin ser muy ducho en el tema me pregunto: ¿como se rearma un mercado interno
con un 30-40-50 % de exclusión?. ¿Qué aumento de salarios se le da a quien,
cuando la mitad mira tras los vidrios de la carnicería, imaginando que algún día
podrá volver a ser normal comer en el país de la carne?
Es imprescindible que volvamos a recuperar el empleo. El laburo. El conchabo. O
como se lo llame. ¿Qué empresa va a invertir si lo que fabrica lo puede vender
solo en el exterior? Sólo podrá ingresar si arranca del perverso espiral que
solicita que se mantengan los salarios de hambre y el fantasma de la
desocupación. Para otra vuelta de tuerca.
El gobierno se hace el ocupado con el tema de la desocupación.
Tira un parchecito por aquí, una limosnita por allá y declama sobre política
social que no cumple ni cumplirá. ¡Pamplinas! ¡Tonterías! Nos muestra espejitos
de colores...y nos vende al mejor postor.
Fijense que nadie (ni siquiera ellos) discuten de la necesidad de recuperar
nuestras fuentes de energía, nuestros FFCC, etc. Pero eso es secundario. Es
enunciativo. Es a largo plazo.
¿Mientras tanto qué? En mi criterio (y lo propongo como debate) es prioritario
encontrar la solución que este gobierno parece no querer encontrar.
La desocupación (con 35-40 millones de habitantes en un país de cerca 3 millones
de km2) es la prueba mas evidente de que en la Argentina la ley de Newton se
cumple al revés: los seres humanos que la ocupan son expulsadas desde el centro
de la tierra hacia el infinito (después pueden caer en cualquier parte: Marte,
España, yanquilandia, las islas Aleutianas o el umbral de algún portal donde
recuperan su status gravitatorio).
Pero no nos hagamos los tontos que nosotros somos parte de esa anormalidad.